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viernes, 16 de diciembre de 2016

♒ ♦ KITSUNE TWO FACES ♦ ♒ _ CAP 6

Personajes: Jonghyun - Key - Minho - Onew - Taemin
Género: Drama/ Suspense/ Pscológico
EEL: TP


Resumen: "Quizás el problema es que no supimos comprendernos a tiempo". Un joven Kitsune cae rendido ante el amor y con la única intención de conservarlo, será capaz de tejer toda una red de mentiras a su alrededor... ¿Qué podría salir mal cuando los celos nublan el juicio?
























"Vivo en la oscuridad perpetua que me hiere y apuñala sin piedad... Cada noche sueño contigo, pero sigo sin poder tenerte cerca... Sálvame de éste oscuro abismo al que me he condenado sin tu amor.
La alegría es la sombra que arroja el dolor y mi único anhelo es volver a verte.
Otro finge que me quiere pero me he acostumbrado tanto a dar cariño a desconocidos que no logro distinguirte entre las sombras de mis ojos, no veo con claridad, no pienso con claridad... No soy nada sin ti. "


Esclavo


Aquel hombre del callejón regresó varias veces en un corto periodo de tiempo. No le pedía nada sexual y era lo extraño, pero pagaba de forma religiosa cada vez que se acercaba a aquella esquina donde se encontraba el Kitsune. Le gustaba su compañía y tras apenas unos días, le hizo una petición que el rubio no supo muy bien cómo encajar. Quería que se fuera con él a vivir a su casa. Era evidente que tenía un alto poder adquisitivo y eso le llamó la atención, pero Key no estaba ni siquiera seguro de querer dejar atrás aquella mierda de vida en la que ahora estaba hundido pero donde al menos, no le faltaban atenciones... Por llamarlo de alguna manera. Tomó la tarjeta con el número de teléfono escrito de Leeteuk, así era como se llamaba aquel hombre tan elegante; y dijo que ya se lo pensaría como si realmente la idea no le gustase o no llamara lo suficiente su atención.

De no haber sido porque aquella noche había quedado con su otra cara de verse con Taemin para una sesión casera de cine, lo más seguro es que hubiera llamado a su nuevo y atractivo cliente para mudarse de la casa de Jonghyun a la de él... Había comprado otro móvil y se había deshecho del anterior número para no tener que lidiar con los constantes mensajes y llamadas de su mejor amigo...De hecho, si se hubiera detenido a leer o escuchar los mensajes, podría quizás haber abierto los ojos y despertado de que realmente, Jong estaba muy preocupado por él, temiendo que le hubiera sucedido algo malo en su ausencia... Key se dijo a sí mismo que si estaba como estaba era por culpa de Jonghyun y no por su propia mala cabeza... Usaba el nuevo teléfono para hablar con Taemin o con gente del trabajo, tenía otro cliente que era al menos de los mejores, solía verlo al menos cuatro días a la semana para un servicio completo que era pagado de forma puntual y nada más acabar. Al menos podía decir que era de los mejores, no solo porque fuera más limpio que el resto,sino porque al menos, no tenía que follar con él en un callejón oscuro, una veces era en su coche y otras en alguna habitación de un motel cercano. ¡Qué bajo había caído y que poco le importaba!


Una vez en casa, cambió de forma a Minho y se dispuso a tomar un buen baño, a arreglarse y perfumarse para la cita de más tarde. Llevaría algo de comer a casa de su novio, que aseguraba que sus padres no iban a estar molestando porque se iban de fin de semana a algún sitio para gente aburrida.
Tras una buena y reparadora ducha de al menos hora y media, Minho abrió su armario y comenzó a buscar ropa mientras aún su cuerpo goteaba ya que ni se había tomado la molestia de secarse con una toalla. Era la clase de hombre que siempre tenía todo bajo control... Irónicamente, Key, la parte dominante en ambos, no estaba ni mucho menos bajo control, pero con aquella cara diferente la vida sonreía, estaba enamorado de Taemin y era feliz con él. Se probó varios modelos de ropa, viendo si conjuntaban más o menos, si le quedaban mejor o peor aunque con aquel cuerpo era divertido e imposible pensar que algo podía quedarle mal, era la imagen del perfecto y hermoso adolescente ideal. 
Se había dejado crecer un poco el pelo, de modo que lucía una media melena que según el maknae era terriblemente sensual, era cierto que así llamaba mucho más la atención, pero además de sexy, el cabello así, le daba un aire más aniñado que difícilmente se podía resistir. Sus ojos siempre brillaban denotando una gran seguridad en sí mismo y tras sus labios se asomaba una picarona sonrisa que podía hacer que cualquier persona se derritiera en su presencia. Era guapo y lo explotaba a su manera en las salidas con el pequeño Taemin... Siempre acababan discutiendo, no realmente discutiendo enfadados sino más bien a broma, ya que el menor le echaba en cara que así todas las mujeres lo miraban y que para colmo, él les sonreía. No era del todo mentira. Sí que les sonreía, pero era porque todas las chicas que lo miraban sonreían a su vez de forma nerviosa y él se limitaba a devolverles la sonrisa.

Una vez debidamente vestido, tomó el móvil y las llaves del coche de Jonghyun para ir  a casa de Taemin sin tener que usar el transporte público. No era la primera vez que tomaba sin permiso el vehículo de su mejor amigo, ya era más bien como otra herramienta con la que moverse por la ciudad, aunque nunca la usaba para sus trabajos nocturnos. No es que fuera un fabuloso cochazo, pero era lo suficientemente elegante como para conseguir que le robaran o dispararan si lo llevaba a aquellos suburbios en los que trabajaba como puto.
Sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos de su mente mientras se decía a sí mismo "Ahora no, Key, ahora es MÍ momento". Dicho eso, sonrió y se colocó las gafas de sol para poner en marcha el coche e ir a casa de Taemin, que seguramente ya lo estaba esperando con palomitas y lo más probable que también con refresco y poco más. Mientras esperaba frente a un semáforo, giró la cabeza fijándose en una floristería y pensó en llevar algún detalle ¿y si pedían pizza para cenar? ¿Le gustarían a Taemin las flores? Se mordió el labio inferior y decidió buscar aparcamiento por la calle trasera a aquella floristería para echarlo a suertes y ver si era una idea digna de un trofeo o digna de un cubo de basura. Compró un pequeño ramillete de claveles amarillos, porque ese era el color preferido de su novio y puesto que había pequeños peluchitos en el local, pidió que amarraran un osito con un corazón al ramo. Conforme con el resultado, dio las gracias a la vendedora y descolgó el teléfono al darse cuenta de que lo estaban llamando:


- ¿Diga?
- Minho ¿vas a venir? -sonó Taemin al otro lado de la línea.
- Sí, claro que voy, disculpa, sé que llego tarde, pero se me fue el tiempo en la ducha.
- ¡Ayh que narcisista que eres! -chilló bromeando- ¡Te espero!
- Estoy allí en quince minutos.


Una vez colgó, regresó a su coche y mientras dejaba las flores en el asiento del copiloto, vio pasar un coche que llamó su atención. Conocía bien aquel modelo plateado... Solo podía ser de Jinki... ¿¡JINKI!? Corrió a la puerta del conductor y casi no la había cerrado aún cuando ya estaba arrancando el coche y saliendo a toda velocidad tras aquel otro vehículo en el que estaba seguro de que iba el hombre de su vida... ¡UN MOMENTO! Pisó el freno con tal brusquedad que dio con la frente en el volante mientras se decía de todo a sí mismo. Vio alejarse el coche y terminó de volver en sí mismo ante el sonido del claxon de los coches que habían tenido que frenar tras él. Cogió aire con fuerza y tras recuperar el control de su mente, puso de nuevo en marcha el coche y comenzó a conducir a casa de Taemin. Cuando llegó, aún estaba aturdido por aquel inevitable arranque de locura que le había hecho lanzarse como loco en una persecución de la que él no tenía la más mínima culpa...Siempre aquel depresivo Key parecía imperar en todo y eso le había puesto de mal humor. Bajó del coche acomodándose el cabello y tomando las flores, intentando forzar una sonrisa que en aquellos momentos no quería salir. Se había irritado mucho. Al tocar a la puerta de Taemin aún estaba con el ceño fruncido, pero al verlo surgir del interior de la casa con su cara de absoluta felicidad no pudo por menos que dibujarse la felicidad en su rostro:


- ¡¡MINHO!! ... -Taemin se frenó en seco- ¿Qué te ha pasado?
- ¿Cómo dices? -lo mira desconcertado.
- Tienes un corte en la frente -dice preocupado y se pone de puntillas para tocárselo con los dedos.
- No te preocupes- se aparta y sonríe- Ha sido una tontería en el coche... Mira, te he traído un regalo -le muestra las flores.
- ¿Para mi? -dijo asombrado y se lanzó a sus brazos para poder besarle y luego tomar las flores sonriendo y mirando después el peluche- Eres demasiado atento ¿ha existido alguna vez mejor novio que tu?
- Que cosas dices, pequeño mío... ¿Listo para la sesión de cine?
- ¡Sin duda! ¡He elegido una película que seguro que te va a gustar!... O no, no lo sé, el caso es que a mi me encantó.
- ¿Qué película es?
- Trata de la segunda guerra mundial, se llama El Pianista.
- La conozco y tienes suerte de que me guste -dijo sonriendo mientras pasaba tras el maknae al interior de la vivienda.



Fue una calmada tarde de besos y arrumacos en el sofá mientras veían una película detrás de otra, resultaba cuanto menos relajante y Minho estaba tan a gusto y se sentía tan bien y tan arropado, que antes de las 10 de la noche, ya se había quedado dormido entre los brazos de Taemin. Sin embargo,cuando más a gusto se encontraba, sonó su teléfono móvil y al moverse para ver de quién se trataba, se tensó al leer el nombre de Leeteuk en la pantalla. Se puso en pie de forma precipitada y salió a la carrera a la cocina asegurando a su novio que se trataba de cosas del trabajo y que seguro era importante que respondiera inmediatamente. El menor no dudó de su palabra, pero se sorprendió al ver que se pusiera tan nervioso, debía de tener mucha responsabilidad si actuaba así, de modo que prefirió no molestarlo y seguir viendo la tele.
Minho cerró con cuidado la puerta de la cocina y descolgó el teléfono mientras cambiaba de forma:


- ¿Qué quieres? Te dije que no me llamaras, estoy muy ocupado -dijo enfadado Key.
- No lo soporto más ¿sabes ya si vas a venir o no conmigo?
- ... ¿Por qué insistes? No soy nada especial como para que...
- Quiero que vengas a vivir conmigo, no digas más que no, por favor, Key, necesito que estés conmigo...
- E-está bien... -dijo finalmente mientras se mordía el labio inferior.
- ¿De verdad?¡Qué feliz me haces! ¿A qué hora paso por ti?
- ... Ya nos veremos mañana ... Tengo que resolver unos asuntos...


Sin esperar respuesta por parte de su interlocutor, Key colgó y volvió a cambiar de forma mientras se apoyaba en la mesa resoplando. De pronto toda la calma que podría haber sentido, se había convertido en una sensación extraña y desagradable en la boca del estómago, como cuando el instinto de supervivencia te avisa de que no es una buena idea y que te estás poniendo innecesariamente en peligro pero... El kitsune estaba dispuesto a no hacer caso a aquella sensación. 
Al salir de la cocina, se quedó mirando a su novio mientras pensaba en cómo podría compensar ahora el hecho de irse con alguien más... Resopló con fuerza y se acercó a sentarse de nuevo con él y abrazarlo para sentir su cuerpo caliente y su olor calmar aquella ansiedad que se había apoderado de su mente... Su novio era muy intuitivo, Tae se percató de que estaba nervioso, lo notaba en su respiración y más aún, notaba como le habían empezado a temblar las manos, pero no quiso preguntar por no ser indiscreto, tal vez su jefe le había dicho que se había equivocado en algo y que estaba en riesgo de ser despedido... ¿No? Podían ser tantas cosas... El menor apoyó la cabeza en el hombro de su novio y trató de calmarlo con caricias, fuera lo que fuera lo que le pasaba, estaba claro que le costaba asimilarlo.



Desgraciadamente, Minho no se sintió mejor y terminó por disculparse con Taemin antes de decirle que tenía que irse a casa. No es que le sentara muy bien al maknae aquella elección, pero tampoco le dijo nada, al fin y al cabo, Minho era la clase de novio que todo el mundo quería y él especialmente estaba encantado de ser su pareja porque era literalmente el chico perfecto. 
Tras un beso de película bajo el umbral de la puerta de su casa, el más joven despidió a su novio con una gran sonrisa sin imaginar siquiera que a partir de aquel momento iban a permanecer separados por algo de tiempo...



De regreso a casa de Jonghyun, Minho volvió a adoptar la forma de Key y resopló sintiéndose mareado y con un ataque de ansiedad... No era fácil y el hecho de haberle dicho que sí a Leeteuk le hacía dudar... ¿Era lo correcto? ¿Y por qué no iba a serlo? Aquel hombre le atendía, le llenaba de regalos y demostraba que le importaba , pues siempre iba a buscarle sin detenerse a mirar a los otros muchos que trabajaban en la calle. Más calmado, Key llegó a la casa de Jonghyun y una vez más,encontró el contestador llenos de mensajes de voz de su mejor amigo,pero los borró todos sin querer escuchar las feas mentiras que tenía que decirle, en aquellos momentos se sentía demasiado feliz con la que quizás podía ser la vez definitiva para ser feliz, que lo demás no tenía cabida ni importancia. Aún vestido con la ropa de su otro yo, abrió el armario y comenzó a elegir algo de ropa para hacer la mudanza, aunque no quería llevarse todo a cuestas, con algunas mudas de ropa sería suficiente y de sobra para comenzar aquella nueva vida.

Todo parecía el cuento ideal donde nada podía salir mal. Leeteuk tenía una casa muy lujosa y desde el segundo en el que llegó, trató por todos los medios de complacerle, le mostró todas las habitaciones y las instalaciones de la casa, pues tenía gimnasio, tenía piscina e incluso una cancha para jugar a varios deportes según colocaras las redes de una u otra forma. Era maravilloso verse envuelto en tanto brillo y tanto lujo y cuando se presentó a la cena con la mejor ropa que había llevado en su pequeña maleta, estaba tan ensimismado y encantado con aquella vida que parecía que podría llegar a hacerle feliz que hubo algo de lo que no fue capaz de darse cuenta. La botella de vino comenzaba a vaciarse porque sólo él estaba bebiendo y más aún, en un momento, creyó ver que en la siguiente botella había una pastilla o algo efervescente disolviéndose en el fondo,pero fue durante un lapso tan pequeño de tiempo, que lo achacó a que quizás estaba comenzando a pasarse de copas y aún con ello no dudó en aceptar que aquel hombre volviera a servirle y esa vez, cuando tomó, calló a los pocos segundos sobre la mesa, presa de una inaguantable somnolencia. No lo supo en ese preciso momento, pero su nuevo "amigo" lo había drogado. Mientras estuvo inconsciente, Leeteuk le quitó el teléfono móvil, las tarjetas, revisando que algunas ni siquiera tenían el nombre que supuestamente aquella puta de esquina le había dicho que tenía pero no, su objetivo no era ni mucho menos robarle dinero, pues era algo que a él especialmente le sobraba, no... Quería otra clase de cosas...
Lo llevó a su sótano, donde tenía todo preparado como una celda y sin duda podría haberlo sido y quizás Key no era el primero en estar alli. Sin nada más que un retrete y un camastro con una manta vieja, aquel lugar resultaba tan inhumano como un vertedero. Acostó a Key en la cama y le encadenó un tobillo con una larga cadena de pesado hierro que impediría que se alejara demasiado de la cama o del retrete. No alcanzaría con ella puesta la puerta.
Poco a poco, Key comenzó a despertar, conforme el efecto de la droga iba desapareciendo, retornaba su conciencia y trataba de abrir perezosamente los ojos y enfocar algo, pero seguía adormilado hasta que sus oídos comenzaron a ser conscientes de un sonido, una voz, alguien le estaba hablando. Giró la cabeza en dirección al foco del sonido y entreabrió los ojos para ver a un sonriente Leeteuk que parecía satisfecho de que despertara... ¿Qué pasaba? ¿Por qué lo miraba así? Se sintió pesado, todo el cuerpo le dolía y notaba las extremidades adormiladas y agarrotadas así como la garganta seca a pesar de ser incapaz de tragar siguiera. Fue entonces cuando notó algo y al intentar moverse sintió que tenía las manos amarradas y movió la cabeza con los ojos abiertos de par en par hasta percatarse de que las tenía sujetas por medio de correas a la cabecera metálica de aquel camastro. Miró al rededor y no pareció reconocer el lugar. No podía hablar, algo en su boca se lo impedía y con el corazón encogido a causa del miedo, intentó escuchar lo que Leeteuk parecía intentar decirle:


- Me alegra ver que no has sufrido una sobredosis, pensé que me había pasado con la droga- lo sujeta por la mandíbula para hacer que le mire a la cara- Ahora escúchame bien, no estás aquí por una casualidad, ni tampoco vas a ser mi príncipe encantado al cual adoraré, no, estás aquí, única y exclusivamente para trabajar para mi. Harás lo que yo te pida, cómo, cuándo y dónde yo te ordene que lo hagas, pero para asegurarme que lo has entendido, tendremos un pequeño periodo de prueba para que te vayas adaptando.



Toda esa información, taladró el cerebro de Key sin que éste pudiera ser capaz de decir o no algo para defenderse o rebatir lo que aquel hombre le estaba diciendo. Iba a dejarlo allí encerrado para asegurarse de que aprendía lo que se suponía que quería enseñarle y era la obediencia absoluta. Y fue justamente lo que hizo. Sin casi movilidad, sin comida y sin ser capaz de quitarse la mordaza que llevaba en la boca, el kitsune pasó cerca de una semana dentro de aquella prisión en el sótano, sintiendo cómo poco a poco desfallecía a causa de la falta de alimento, pero aquel hombre que había parecido en un principio su salvador, se aseguraba de hacerlo despertar con gritos, con golpes, e incluso lanzándole cubos de agua helada encima para que no cayera en estado de sopor. Ni siquiera le daba agua para beber y no podía beber llevando aquella mordaza. Cuando fue evidente que no pensaba resistirse ni montar escándalo, fue cuando Leeteuk se aseguró de que todo lo que deseaba, se le grabara a fuego en la mente a Key. Lo utilizó como criado, tenía que limpiarle la casa, hacer la colada, plancharle la ropa y guardarlas, cocinar y además esperar a las sobras para poder comer él y aunque en ocasiones daba la sensación de que todo iba a cambiar, pues a veces, aquel desgraciado, podía ser infinitamente amoroso y poético, dándole una falsa idea de estar bien, de que era amado y de que estaba viviendo una buena vida, obviando todos los insultos y los objetos que volaban a su alrededor cuando según su amo hacía algo mal y tenía que ser no solo reprendido sino duramente aleccionado por inútil. Pronto se sumaron a aquellas humillaciones, las violaciones, al menos era forzado por el dueño de la casa dos veces al día y daba igual si quería o no, pues simplemente era un criado y fue tal el desgaste mental, que realmente lo pensó, era un criado, era el criado de Leeteuk y su deber indispensable era mantenerlo atendido como el noble señor que era y arrodillarse cada vez que se le ordenara para permitirle que se desquitara con su cuerpo y luego lo lanzara al suelo con asco segundos antes de recibir patadas en los costados e insultos en los que se aseguraba de hacerle saber que no era nadie y que a nadie le importaba.
En aquella situación,sabía que el tiempo pasaba, pero ni siquiera estaba seguro de a qué ritmo o cuánto había pasado desde su llegada, lo único que sabía es que no le importaba a nadie y que el amo Leeteuk era bueno, dulce y misericordioso con él por haberle recogido de la calle y acogido en su casa a cambio del pago de ser su humilde sirviente.


"- Eres una fea, vieja y asquerosa puta ¿te ha quedado claro?
- Sí,amo..."




♒ ♦ CONTINUARÁ...♦ ♒

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