Guardia nocturno: Onew
Animatrónicos: Key - Jonghyun - Taemin - Minho
Género: Terror/ Suspense
EEL: TP
""INSPIRADO EN EL FAMOSO JUEGO DE MIEDO FIVE NIGHTS AT FREDDY'S""
Resumen: En uno de los hospitales más grandes de Seúl, han añadido tecnología punta de última generación, no solo para cuidar a los internos u operarlos, sino para hacer su estancia más grata. Recientemente los pacientes pueden disfrutar de la compañía de cuatro animatrónicos con apariencia de hermosos jóvenes que pueden mantener conversaciones y llevar a cabo diversas actividades como leer a los niños, inflar globos, caminar por sí mismos y alimentar a los pacientes.
Al ser tecnología tan cara y delicada, es contratado un joven guardia para que se ocupe de vigilarlos durante la noche, cuando son desconectados, pero desde el primer momento se da cuenta de que algo no parece ir bien. Las cámaras de vigilancia fallan y los animatrónicos cambian de sitio de forma inexplicable.
Aquel era un gran día. Al fin había tenido un golpe de suerte y por fin podía decir que iba a incorporarse al mundo laboral. Con tan solo 21 años y tal y como estaba de mal el mercado laboral, había visto en el periódico un anuncio en el que rezaba así una vacante de trabajo:
Era la oportunidad que había estado esperando. No parecía requerirse nada para el puesto salvo tener disponibilidad para trabajar de noche... Resultaba un poco extraño que un hospital de aquel nivel, no dispusiera de guardas para la noche. Aunque no comprendía muy bien a lo que se refería con animatrónicos... Había escuchado algo en las noticias, pero estaba demasiado dormido como para haberle prestado la atención debida.
Llamó sin dudarlo y cuando informó de para qué había llamado, la enfermera que le había atendido pareció sorprendida, pero le dijo que por favor se presentara aquella tarde a las 6 para una entrevista con el director del hospital. Bastaría conque se acercara a la recepción e informara al personal de turno, que se trataba de la cita para el puesto de guarda nocturno. Se sorprendió que para un puesto así, tuviera que entrevistarse con el director, pero entusiasmado colgó el aparato y comenzó a sacar su traje elegante del fondo del armario para poder plancharlo e ir vestido de forma decente a la entrevista. Hacía poco más de tres meses que había acabado el 3º curso de carrera y era latente que comenzaba a necesitar urgentemente un ingreso de dinero que sus padres ya no se podían permitir. No había tenido ocasión de sumarse al mundo laboral y aquella oportunidad le entusiasmaba. Para un estudiante, aquella miseria de 200.000 wons a la semana, era una verdadera fortuna que necesitaba urgentemente. Llamó a su madre para que supiera que iba a acudir a una entrevista de trabajo y ella le deseó mucha suerte, le recordó que fuera natural y que siempre dijera que estaba dispuesto a todo. Aceptó de buen grado los consejos de su madre y luego de colgar el teléfono, revisó el reloj y fue a darse una buena ducha, a perfumarse y a sacarle brillo a sus zapatos de bonito. Se dispuso a tomar el metro para poder llegar con tiempo y una vez bien arreglado, tomó su escaso curriculum y lo metió en una carpeta con sumo cuidado para después acomodarse por millonésima vez el cabello y finalmente salir de casa para ir corriendo hasta la estación de metro más cercana a su piso de estudiante. Mientras esperaba en la estación, se acomodaba el cuello de la camisa y revisaba que su ropa no tuviera ninguna arruga que pudiera hacer ver en la entrevista que era un hombre descuidado, al fin y al cabo como guardia de seguridad, como mínimo, debía ser meticuloso en todo lo que hiciera... Supuso que tendría ocasión de preguntarle al director del hospital ¿qué era un animatrónico? Quizás hiciera referencia a algún juguete que hoy en día podían permitirse los niños, algo completamente robótico. Era difícil saberlo para alguien como él, que cuando no estaba estudiando, estaba comiendo o durmiendo, de modo que nunca prestaba atención a las noticias.
Cuando el metro llegó, respiró aliviado al ver que a aquella hora, por suerte, aquella línea no iba demasiado llena, aunque teniendo en cuenta que hasta el hospital había doce paradas, le preocupaba que se llenara demasiado. De modo que se sentó justo al lado de la puerta,no estaría apretujado con todo el mundo y con suerte podría salir sin tener que rozarse mucho con nadie que estuviera oliendo a sudor. Para su suerte, el metro no se llenó demasiado, quizás influía que aquel día era fiesta nacional y la mayoría de personas tenían el día libre, lo cual fue fantástico, con suerte la mayoría estarían divirtiéndose y él no tendría que pelear mucho por aquel puesto de trabajo.
Al salir del metro, caminó un par de calles hasta el hospital y miró durante casi un minuto el imponente edificio que se alzaba ante sus ojos... Ser guarda nocturno de aquello... ¿implicaría tener que ir planta por planta durante toda la noche? Echó el aire que había contenido y dijo para sí que en los hospitales, los guardias no tenían realmente trabajo que hacer y entonces, se le dibujó una gran sonrisa en el rostro. Con suerte, podría llevar sus deberes al puesto de trabajo e ir haciéndolos mientras vigilaba. Cuando entró le llegó un reconfortante olor a limpio, a esa clase de productos de limpieza perfumados que dejaban un aroma agradable durante un buen rato. Miró al rededor y cuando situó el mostrador en el centro de la gran sala, se acercó a hacer cola detrás de la gente que ya había allí, seguramente esperando para pedir cita para alguna consulta médica o algo así... Tenía que saberlo, al fin y al cabo estaba estudiando medicina. Cuando al fin fue su turno, la enfermera se sorprendió de que alguien tan joven estuviera buscando aquel puesto de trabajo, pero se mostró amable con él y le indicó por dónde podía ir a ver al director. Ella avisaría de que había llegado. Le deseó buena suerte y con una sonrisa despidió al joven. Onew estaba contento, parecía que aquel día todo iba a ir perfectamente. Mientras subía en el ascensor hasta la última planta, pensaba para sí mismo que tenia que ser cortés, educado y servicial, tal y como su madre le había dicho que debía ser.
Cuando llegó, el director ya lo estaba esperando delante de su despacho y aunque lo saludó de forma amistosa, Onew no olvidó que se trataba de una entrevista de trabajo y que no podía cometer el error de tratar a aquel hombre con familiaridad. Aparentando tranquilidad lo siguió hasta el despacho y tomó asiento una vez aquel hombre le había indicado que podía sentarse. Se puso lo más derecho y correcto posible y carraspeó disimuladamente para aclararse la garganta por si debía responder a alguna pregunta.
- ¿Tienes experiencia como guarda nocturno?¿Has trabajado antes?
- No la tengo, señor, pero si se me da la oportunidad, le aseguro que no se arrepentirá. Llevaré a cabo mi trabajo con la mayor meticulosidad y seriedad.
- Bien, bien... Eres uno de los pocos que ha respondido al anuncio, joven ¿me permite su curriculum?
- Por supuesto, aquí tiene - le entrega lo solicitado y guarda silencio hasta que el director vuelve a hablar.
- Veo que estás estudiando medicina. Si decidimos que eres el candidato más apto, hablaré con tu escuela correspondiente para que te sumen créditos. Éste trabajo no es sencillo. Habrás comprobado que el hospital es un edificio de considerable tamaño. Consta de nueve plantas, divididas cada una en tres bloques,en cada bloque lateral hay cincuenta habitaciones y en el central otras veinte; una azotea y tres sótanos. Como puedes ver, hay muy espacio que vigilar. Por las noches esto es muy tranquilo pero nos preocupa la seguridad de nuestros animatrónicos -hace una pausa- ¿Sabes lo que es un animatrónico, muchacho?
- No, señor.¿Tendría la amabilidad de explicármelo?
- Hace poco más de un mes, nos trajeron lo último en tecnología humanoide. Cuatro animatrónicos con forma completamente antropomorfa, capaces de moverse por sí mismo, hablar y gesticular como cualquier ser humano. Los trajimos con el fin de conseguir que los pacientes internados que no dispusieran de familia o visitas diarias, tuvieran con quien conversar y sentirse arropados.
- ¡Suena increíble! Debe de ser una maravilla ver a esos animatrónicos -dijo dejándose llevar por el entusiasmo- ... Oh, disculpe,señor.
- No, no te preocupes, jovencito, no es para menos. Resulta una tecnología impresionante y de vanguardia... Pero hemos tenido algunos problemas y por ello estamos buscando un hombre capacitado que se ocupe de que no les pase nada por la noche...
- ¿Que no les pase nada a quienes? ¿A los robots?
- Animatrónicos -corrigió el hombre con cierta indignación y luego continuó- A ellos, precisamente. A principios de semana tuvimos un problema. Alguien rompió a uno de nuestros animatrónicos. No sabemos quién ni porqué pero ha producido muchos problemas. Uno de ellos, el número cuatro fue manipulado de alguna manera y el anterior guarda nocturno nos dijo que se activaba por la noche sin ningún motivo, pero no es algo de lo que deba preocuparse, al fin y al cabo son máquinas hechas para ayudar. ¿Le gustaría conocerlos?
- ¡Me encantaría! -sonrió entusiasmado antes de levantarse e ir tras el escritorio junto al director.
El hombre le había hecho un gesto para que fuera donde él, iba a mostrarle en pantalla a sus queridos y preciados animatrónicos, el único motivo por el cual estaban pidiendo un guardia de seguridad, lo que implicaba sin duda que debían de ser, obviamente, infinitamente caros. Cuando comenzó a mostrarle los vídeos, supo inmediatamente que de haberlos visto por el hospital, jamás hubiera pensado que eran robots. Fue entonces cuando su posible jefe comenzó a presentárselos:
1º Animatrónico:
Código: 1-5JHK
Nombre: Jonghyun.
Función: Animatrónico destinado a las plantas 7 & 8. Se encarga de hablar, cuidar y entretener a aquellos adultos que no reciben visitas de forma regular o que no tienen familiares que los visiten y que además se encuentran en estado terminal.
2º Animatrónico:
Código: 2-5KKB
Nombre: Key
Función: Es el animatrónico destinado a ocuparse de las plantas 3&4 donde están ingresados los niños. Una de sus funciones es cantar, además reparte premios entre los niños cuando hacen juegos en las salas comunes. Tiene un carácter maternal. También suele ocuparse de las zonas de maternidad, dejando a Taemin al cargo de los niños.
3º Animatrónico:
Código: 3-5TML
Nombre: Taemin
Función: Junto con Key se ocupa de las plantas 3&4 donde están ingresados los niños. Canta, baila y actúa para entretenerlos, cuidando de aquellos que no pueden recibir visita de sus familiares a menudo.
4º Animatrónico:
Código: 4-5CMH
Nombre: Minho
Función: Encargado de los ingresados en las plantas 5&6. Ayuda a los enfermeros a atender a aquellos adultos que no reciben nunca visitas o que estarán ingresados por un largo periodo de tiempo.
- ¡Son increíbles! Si me los hubiera encontrado, jamás habría llegado a pensar que eran robots -sonrió entonces Onew con una palpable emoción en la voz.
- Son fabulosos, te lo dije. Somos el primer y único hospital en el mundo, que tiene animatrónicos para poder facilitar la labor de los enfermeros y enfermeras y que pueden estar atentos de los pacientes sin cansarse nunca por ello.
- Es fantástico -sonrió regresando a su sitio.
- Como eres un muchacho joven, creo que voy a darte la oportunidad. No tienes nada de qué preocuparte. Solo tendrás que vigilar que nadie se acerque a ellos cuando estén en la habitación de "Parts And Services" durante la noche. No será ni siquiera necesario que salgas de tu puesto a menos que veas algo inusual en cualquier cámara.
- E-entonces... ¿me da el trabajo?
- Es tuyo, muchacho -le tiende una mano- Bienvenido a la familia. Empiezas ésta misma noche. Procura venir a las 11. Será sólo hoy. Uno de los encargados, se ocupará de darte las llaves a indicarte por dónde tienes que entrar y dónde está situado tu despacho.
- ¡Muchas gracias,señor! Le garantizo que no se arrepentirá.
- Bien. Me quedo con tu curriculum. Seguramente te llamaremos ésta tarde noche, por favor,puntualidad y seriedad, estamos hablando de animatrónicos que han costado mucho dinero en pro de los enfermos y su bienestar.
- Le aseguro que me tomaré muy en serio mi trabajo.
Tras un apretón de manos con el director del hospital. Onew entró en el ascensor marcando el número de casa de su madre en el móvil para darle la gran noticia de que había conseguido el empleo. Mientras el aparato descendía las 9 plantas se dio cuenta de que no tenía cobertura y volvió a tratar de marcar para llamar. En ese momento se percató de que había bajado ya de la PB del edificio y se quedó callado observando como los botones de los sótanos se iban iluminando...Primero el S1...Luego el S2...Cuando se detuvo en el S3 se dijo a sí mismo que alguien tendría que haber marcado para subirse y le había tocado a él ir. Cuando la puerta se abrió...Todo estaba oscuro, como si allí no hubiera absolutamente nada, más que oscuridad. Onew miró incómodo que nadie había allí y comenzó a pulsar con nerviosismo el botón de "cerrar puertas" sin apartar los ojos de aquel estremecedor sitio en el que no se veía nada. Cuando al fin las puertas se cerraron, cogió aire con fuerza y se llevó una mano al pecho. Había sido una situación incómoda y terrorífica al mismo tiempo... Quizás había sido un simple fallo del ascensor. No volvió a pensar en ello una vez salió a la calle y logró llamar a su madre para poder darle la fantástica noticia de que todo había salido genial y que el amable director le había dado la plaza de trabajo aunque...Ni siquiera entendía bien porqué. Quizás por su entusiasmo ante los robots o porque era un joven estudiante o quizás por una mezcla de ambas cosas. Lo importante es que su madre lo felicitó efusivamente. De no haber estado estudiando en otra ciudad, de seguro habrían podido ir a pasar lo que restaba de tarde juntos para tomar un helado o salir a picotear algo en algún sitio tranquilo. Mientras el trabajo no resintiera sus notas, su madre lo aceptaría de buen grado y él... Él ya estaba pensando en qué gastarse el dinero que le iban a pagar. Claramente a un estudiante le interesa más gastar en algo que le guste que en la escuela en la que pasa demasiado tiempo.
Regresó a casa con tranquilidad y allí se puso ropa cómoda. No le habían dado ninguna clase de uniformidad, quizás se la entregaran aquella noche en el mismo puesto de trabajo, al fin y al cabo el director le había dicho que un encargado le daría las llaves pertinentes y le indicaría cuál era el lugar en el que tenía que quedarse. Al fin y al cabo era un hospital, siempre estaría lleno de gente ya que las enfermedades se atendían durante 24 horas. Claramente habría mucha menos gente que de día, pero al menos estaba seguro de que no se sentiría solo. Al menos no del todo, ya que parecía ser que él trabajaba desde una habitación de control. Lo cual no le disgustaba. Seguía pensando en la posibilidad de llevarse los deberes al trabajo. Si solo tenía que estar pendiente de unos monitores, serían horas muy largas.
Decidió que se prepararía un termo con café. No sería su primera noche en vela, pero necesitaría un poco de ayuda para poder soportarla entera, al igual que hacía cuando estudiaba para los complicados exámenes de la universidad. Así mismo, se preparó un bento con algo de comer. Ni siquiera sabía si podía o no acceder al comedor del hospital y si al hacerlo le costaría o no dinero ya que no formaba parte del personal sanitario. Una vez tuvo todo preparado, volvió a darse una ducha y finalmente se puso ropa deportiva para poder ir más cómodo, una mochila en la que llevar el termo de café y el bento y por si acaso le daban el uniforme y tenía que cambiarse. Aunque le habían dicho que a las 11 allí, a las 10 estaba tan nervioso que se calzó las deportivas y salió de casa dispuesto a tomar el metro hasta su nuevo puesto de trabajo. Salvo su madre, nadie más sabía dónde trabajaba, de modo que sería una sorpresa para cuando se lo hiciera saber a sus compañeros de clase al comenzar la semana.
Una vez llegó de nuevo al hospital, se quedó mirando la fachada con cierto recelo. De día el lugar lucía hermoso, pero durante la noche, era escalofríante. Aunque había luz en todas las plantas, no dejaba de ser un enorme edificio lleno de habitaciones que estarían más o menos vacías. Tomó aire y dijo que no podía acobardarse en ese momento, de modo que se apresuró a entrar y a presentarse a la chica de información, quien le dijo que no lo esperaban hasta una hora más tarde:
- Es que me han dicho que tenían que explicarme algunas cosas y he preferido venir antes por si tengo alguna duda sobre lo que debo hacer.
- Entiendo... El Señor Ryu vendrá en seguida. Él te enseñará lo que tienes que hacer y se ocupará de entregarte el uniforme.
- Muy bien, gracias -dijo sonriendo con tranquilidad- ¿Y dónde lo puedo esperar?
-Puedes sentarte en una de las butacas, ahora que llegue te lo haré saber. Seguramente esté abajo desconectando a los animatrónicos.
- ¿Se desconectan de forma manual?
- Desde que hubo problemas con el terminal cuatro, el director ha dicho que deben conectarse y desconectarse manualmente porque puede que los mandos remotos tengan alguna clase de problema que se le pueda tranpasar a los animatrónicos.
- ¿Y el Señor Ryu es técnico en robótica?
- No, es solo el conserje. Pero es el único que leyó el programa de reparaciones manual antes de que se extraviara entre los papeles del hospital.
- ¿Y por qué no llaman al fabricante de los animatrónicos?
- Pues... Es demasiado caro, el hospital ya tiene muchos problemas como para pagar más millones para reparar lo que sea que se les haya roto...Lo único importante es que mientras funcionen sin hacerle mal a nadie, pueden seguir operativos sin la revisión de un técnico.
Toda aquella respuesta, le sonó a Onew más que preparada, como si ya se la hubieran hecho antes y se hubiera aprendido un guión a la perfección para responder. No llegó a preguntarle nada más porque en ese momento un hombre de cabello y bigote canoso, vestido con un mono sucio azul, de trabajo, se acercó al mostrador y la enfermera sin perder el tiempo, hizo las presentaciones. Aquel hombre de pronunciadas arrugas y grandes bolsas, se mostró amable con el recién llegado y lo invitó a acompañarlo al S3 para llevar allí a los animatrónicos. Era el momento de desconectarlos y ya iba siendo hora de que alguien más supiera hacerlo para cuando él se jubilara. Onew no dijo que no y lo acompañó al ascensor, donde ya los cuatro animatrónicos se encontraban a la espera. Onew los miró sorprendido, de cerca eran mucho más realistas que en la pantalla del ordenador del director. Se movían con total normalidad y de no haberse percatado de que tenían una especie de diminuto tablero justo en la nuca, bajo el nacimiento del cabello, podrían haber pasado perfectamente por humanos. El anciano, los hizo pasar primero al ascensor para que bajaran al S3, pero ni él ni Onew subieron ¿por qué? El anciano le explicó que al ser animatrónicos , sus endoesqueletos pesaban demasiado, tanto que ellos cuatro alcanzaban el límite de peso para ascensores que estaban preparados para 10 personas, de modo que siempre los tendría que hacer bajar a ellos primero y tras asegurarse de que el ascensor funcionaba adecuadamente de bajada, tendrían que bajar por las escaleras. Le pareció coherente. No se podían ocupar dos de los cuatro ascensores del hospital en tonterías. Uno era suficiente para los animatrónicos. De modo que al llegar al S3, Onew comprobó que había luces ya encendida, lo que le hizo sentir un alivio importante, ya que durante la tarde, el haberlo visto todo sumido en la total oscuridad, le había hecho sentir incluso miedo.
Llegaron al mismo tiempo que el elevador pero antes de que abrieran las puertas, el Señor Ryu le ofreció un uniforme de guardia de un tono morado y le dijo que podía cambiarse detrás de las estanterías mientras se ocupaba de los animatrónicos. Le resultó un poco desagradable tener que cambiarse de ropa detrás de unas estanterías, pero se dejó de vergüenzas y lo hizo. Sorprendentemente el uniforme le quedaba perfectamente bien y una vez salió de detrás de las estanterías dijo con entusiasmo que se sentía muy importante por llevarlo y lo enseñó entusiasmado al anciano, que sonrió de forma paternal al verlo tan contento con aquella ropa.
- El sombrero éste, me hace mucha gracia, me siento como si fuera un policía o un cargo importante del ejército.
- Te queda muy favorecido -dijo el hombre con voz calmada.
En ese momento, Onew se percató de que los cuatro animatrónicos lo estaban mirando. Le miraban con unos ojos tan escalofriantemente fijos que sintió ganas de volver a esconderse detrás de las estanterías y desaparecer. Resultaba cuanto menos aterrador... ¿Por qué lo miraban de aquella manera? No lo sabía. Entonces el hombre comenzó a colocarlos es unas tarimas de diferentes colores y a desconectarlos uno por uno. Sintió cierto alivio cuando los vio quedar con los ojos cerrados, como si simplemente se hubieran quedado dormidos. El hombre no le dijo cómo se apagaban exactamente, solo que tenía que subirlos a aquellas plataformas e introducir un código en la nuca de cada uno. Al momento le dijo que era hora de llamar al ascensor y comenzó a explicarle:
- Cuando yo me jubile, que será en unos meses, tendrás que ocuparte tú de hacer esto. Siempre tienes que subirlos en sus plataformas y haber venido antes para encender las luces. El problema del hospital es que todos los paneles de control de luz están aquí abajo. Tu sala de control está en el S1.
- ... ¿D- de verdad que está en un sótano?¿Y no hay nadie más allí?
- No. Estarás tu solo y si se estropea el ascensor de servicio quizás veas pasar a alguno de los enfermeros encargados de la morgue.
- ¿La morgue? -repitió con un hilo de voz.
- Sí, eso es. Está en el S2, pero no te van a molestar, no te preocupes por eso. Antes de subir, tendrás que apagar la luz de aquí abajo. No te preocupes. Las cámaras de seguridad tienen visión nocturna y podrás vigilar que no venga nadie a molestar a los animatrónicos.
- E...Está bien... -susurró poco convencido viendo dónde estaba además el interruptor para pagar la luz y una vez la luz se apagó y solo quedó el habitáculo del ascensor encendido, se puso nervioso.
Una vez dentro del ascensor, se quedó mirando hacia la oscuridad con la incómoda sensación de que los animatrónicos habían vuelto a abrir los ojos y le observaban desde la oscuridad. Sacudió la cabeza diciéndose a sí mismo que aquello era una soberana estupidez y cuando se cerraron las puertas y comenzó a subir el ascensor, tomó aire mientras apoyaba la espalda en la pared del mismo. Luego miró al señor Ryu y esperó a que le dijera algo.
- Señor Ryu -dijo finalmente Onew- ¿No le asusta tratar con robots?
- ¿Debería? -dijo el anciano sin mirarle.
- Bueno... Ya sabe, en las películas dicen que los robots siempre se vuelven contra los humanos.
- Es posible... Ahora atiende. En el S1 hay un pequeño problema que aún a día de hoy no han logrado solucionar los técnicos.
- ¿Qué problema? -dijo aguantando la respiración cuando se detuvo el aparato.
- Verás. Las puertas mecánicas se quedan semi-bloqueadas, de modo que no pueden abrirse.
- ¿Entonces cómo salgo a mi puesto de trabajo?¿Subo al nivel 1 y bajo por las escaleras?
- No, no. Por las escaleras irías a parar al archivo del hospital, un sitio que no es de lo que te tienes que preocupar. Los guardas de seguridad pasan al puesto de control por medio del conducto de ventilación que se encuentra a tu derecha.
- Perdón...¿por dónde? -dijo incrédulo y giró la cabeza a ver el conducto de ventilación.
No se movió del sitio, de modo que el anciano le mostró cómo se abría la rejilla y le dijo que le siguiera y que no se preocupara, iba a ser completamente seguro, solo eran un par de metros hasta el puesto de control. Cuando vio al anciano desaparecer dentro del conducto, pensó que tenía que ser una broma, que seguramente le estaban tomando el pelo haciéndole alguna novatada porque era su primer maldito día. Cogió aire y se inclinó mirando aquel conducto oscuro por el que juraría que no podría haber logrado pasar de haber sido un hombre más corpulento. Dudando y sintiendo que el corazón le iba a mil por hora, se metió en el conducto y comenzó a avanzar a rastras, convencido de que algo horrible le esperaba al otro lado.
Cuando finalmente llegó al otro lado, se encontró en una sala oscura iluminada únicamente con la luz de varios monitores y con el incómodo y chirriante sonido de un viejo ventilador colocado sobre la mesa de vigilante. El anciano lo ayudó a salir del conducto y le explicó con tranquilidad cómo funcionaban las cámaras y cómo podía encender las luces que iban incorporadas en las cámaras por si acaso la visión nocturna fallaba. Todo pareció una explicación de lo más normal y tranquila hasta que le dijo que el sistema, al usar mucho las cámaras, solía recalentarse y dar algunos fallos como podía ser que se detuviera la ventilación o que fallaran las cámaras. ¿Cómo era posible que un hospital como aquel tuviera tantísimos errores y defectos en su sistema de seguridad? Resultaba como poco inquietante y casi parecía hecho a propósito. Onew se limitó a asentir y entonces Ryu le explicó algo que no le terminó de gustar. Si fallaba el sistema eléctrico. Tendría que salir de nuevo por el conducto y bajar al S3 para activarlo allí. No tenía que salir del ascensor por la puerta, sino por el conducto ya que el panel de control de las luces se encontraba en una sala que al igual que aquella, era accesible por medio de un conducto. Tardaría seguramente uno o dos minutos en restaurarse todo, pero no debía preocuparle. Luego de nuevo, tendría que regresar al ascensor y volver a la sala de control en el S1. En cambio si fallaban las cámaras y la ventilación, tendría que resetearlas desde su propio ordenador, el que se encontraba allí mismo, sobre la mesa. Mientras las cámaras estuvieran inactivas no podría ver nada y en el caso de la ventilación, los conductos se abrirían...
En el momento en el que Onew se dignó a mirar su lugar de trabajo y acercarse a ver si funcionaba o no la lámpara de sobremesa que había en su escritorio, escuchó al anciano decir que el sistema le avisaría si detectaba movimiento en algún lugar en el que no debiera haberlo. Fue entonces cuando Onew se giró para mirarlo con los ojos muy abiertos, horriblemente preocupado por lo que acababa de decirle. Sin embargo el hombre no pareció querer extenderse mucho más. Añadió que si lo creía preciso, que podía cerrar el conducto de ventilación con una rejilla mecánica que no funcionaria si el sistema fallaba o estaba sobrecargado y que era preferible que no anduviera por el edificio en sus horas de trabajo porque tenía que estar pendiente única y exclusivamente de la seguridad de los animatrónicos. Le aconsejó que si notaba algo raro, buscara en las cámaras. ¿Por qué tanto secretismo?¿Qué cosas raras se suponía que iba a ver?
El anciano le aseguró que nadie tenía permiso para entrar allí salvo él y que a menos que si llegaba a escuchar la voz de alguien, lo más recomendable era que se metiera bajo el escritorio y cerrara el compartimento, a ser posible de forma silenciosa y quedarse allí hasta que el ruido desistiera. Entonces ambos se quedaron mirando que el reloj del escritorio marcaba las 12:00 am. Su horario de trabajo había comenzado, de modo que el amable anciano se despidió y le deseó una buena noche. Le dijo que no se preocupara y que el sistema le permitiría controlar aquel ascensor. Lo normal era que durante la noche no se usara pues era la única vía de entrada y salida para el guardia nocturno, así que no había nada de lo que preocuparse.
Cuando el señor Ryu se marchó por aquel conducto, Onew tuvo la desoladora sensación de que algo no marchaba bien. Aún así se sentó y comenzó a familiarizarse con los controles del sistema de cámaras y se sorprendió al darse cuenta de que además, había cámaras en determinados conductos de ventilación. Lo cual, se le hizo infinitamente extraño. Con la pequeña lámpara de mesa encendida, el sitio parecía menos escabroso y conforme empezó a pasar el tiempo, se sintió algo más seguro y relajado. El ascensor había vuelto a bajar nada más el señor Ryu había subido a la primera planta, de modo que tenía por donde salir. Durante un par de horas, sintió que todo estaba bien e incluso tuvo la despreocupación de abrir su termo de café y su bento para comenzar a comer. A las 3 de la madrugada ya se encontraba hambriento y algo cansado por tener que estar allí sentado. Mientras sorbía los fideos que se había preparado, le pareció ver que una de las cámaras fallaba y alzó la cabeza para mirar a los monitores. Entonces comenzó a cambiar las cámaras hasta llegar a la número 14, era en la que se encontraban los animatrónicos y se le calleron los fideos de la boca al comprobar que faltaba uno... ¡¡FALTABA UN MALDITO ANIMATRÓNICO!! Contuvo la respiración y se quedó traspuesto al escuchar que el ordenador le notificaba " Vía de conducto abierta". Empezó a aporrear sin tino las teclas del control para pasar al modo ventilación y en una de las cámaras observó con latente horror a uno de los animatrónicos, justo el que faltaba, el número 3, Tae, deslizándose ágilmente. Presionó tan fuerte el botón para cerrar el conducto que hubiera jurado que incluso se rompió el dedo al hacerlo. Comenzó a respirar agitado cuando la cámara del conducto dio error y en ese momento el sistema le avisó que había error en el sistema de cámaras. Se apresuró a reiniciarlo como le había enseñado el señor Ryu y tras el medio minuto que tardó en restaurarse. Se encontró la imagen del conducto vacío y a prisa revisó todas las cámaras habidas y por haber. Al llegar nuevamente a la cámara 14, se le heló la sangre... Si le hubiera hecho un corte, seguramente no hubiera sangrado, ni tampoco sentido dolor... Estaban allí todos. Los cuatro animatrónicos. Tres de ellos aún en sus pedestales, tenían la cabeza girada hacia la cámara y los ojos abiertos de par en par, como si supieran que él estaba allí, mirándoles... Por unos segundos, hubo un fallo en la cámara y en cuanto las interferencias desaparecieron, apareció en primer plano la cara del animatrónico Nº3 en primer plano. Onew dio tal grito y se sobresaltó de tal manera que tiró su termo de café y la comida haciendo que todo cayera al suelo de forma estrepitosa. Notaba que el corazón se le iba a salir por la boca por lo fuerte que golpeaba contra su pecho. Horrorizado volvió a ver que se perdía la señal de la cámara pero cuando volvió a ser nítida la imagen, Taemin estaba como todos los demás, en su pedestal y colocados como Ryu los había dejado, con la cabeza baja y los ojos cerrados. El guarda se llevó las manos a la cabeza sintiendo que quizás había delirado y habían sido malas pasadas jugadas por una mente sobre-excitada en una primera noche de trabajo en un lugar oscuro y desconocido. Escuchó un pequeño pitido y giró la cabeza a ver el reloj de mesa. Marcaba las 6:00 am.
Su primera noche de trabajo... Había terminado. Seguro que simplemente se había quedado dormido y se lo había imaginado... Todo había acabado. Era momento de recoger todo el desastre y volver a casa a descansar. Mañana, sería otro día.
FIN NOCHE 1