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viernes, 13 de enero de 2017

♒ ♦ KITSUNE TWO FACES ♦ ♒ _ CAP 7

Personajes: Jonghyun - Key - Minho - Onew - Taemin
Género: Drama/ Suspense/ Pscológico
EEL: TP


Resumen: "Quizás el problema es que no supimos comprendernos a tiempo". Un joven Kitsune cae rendido ante el amor y con la única intención de conservarlo, será capaz de tejer toda una red de mentiras a su alrededor... ¿Qué podría salir mal cuando los celos nublan el juicio?






















"Y mi piel se pegó a mis huesos y aquellos a los que amé empezaron a odiarme y a volverse mis enemigos.
¡Oh, Señor , perdóname porque he pecado!"


Salvación



Podía ser desconcertante, pero una vez acostumbrado a aquella miserable existencia en la que no era nada ni nadie, el kitsune se limitó a hacer lo que su nuevo amo esperaba de él, complacerlo en todos y cada uno de los sentidos. Dormía en el sótano, en aquella vieja y mugrienta celda con la puerta cerrada con llave, pues el propio Leeteuk, se aseguraba de echarla siempre que lo mandaba a descansar. Había olvidado que a su llegada tenía el móvil encima y su otra mitad, Minho, por mucho que gritara en su cabeza que tenía que encontrar el modo de salir y escapar, no era escuchado. Sin tiempo para nada más que atender las necesidades del señor de la casa.
El tiempo había dejado de ser importante y no llevaba la cuenta del transcurrido en aquella prisión de suelos marmóleos, aunque quizás, calculando a ojo y sin mucha atención, podía llevar cerca de un mes. 


Caminando por la casa con una bandeja de té en las manos, atravesaba el lugar casi de lado a lado desde la cocina hasta el despacho de Leeteuk, donde solía pasar mucho tiempo trabajando y si no trabajando, al menos abusando sexualmente de Key. Era ya la costumbre, aquel falso príncipe de cuento de hadas solo había destruido algo que ya lo estaba y pisoteado sus pedazos como si no se tratara de nada importante.
Una vez llegó al despachó, tocó suavemente a la puerta con la punta del zapato, ya que llevaba las manos ocupadas con la bandeja y al llevar unas esposas, le resultaba imposible separar demasiado las dos muñecas para hacer cualquier cosa. Esperó unos segundos y al escuchar que se le daba permiso, pasó al interior, usando un codo para poder bajar el pomo de la puerta.


- Aquí le tiene su té caliente de melocotón, amo Leeteuk... -dijo con voz aparentemente dulce mientras colocaba cuidadosamente la bandeja sobre la mesilla de centro del despacho.
- Bien, sírvemelo, enseguida me ocuparé de ti -dijo distraído sin apartar la vista de lo que hacía en la pantalla de su ordenador.
- ...Sí,amo...



Mientras estaba distraído colocando y sirviendo el té con sus manos esposadas, fue incapaz de darse cuenta de la mirada que Leeteuk le echaba en aquellos momentos. Por suerte, no ocurrió nada, el señor de la casa, abandonó brevemente la estancia para ir al cuarto de baño y en cuanto el kitsune vio como se cerraba la puerta, algo en su interior reaccionó. Minho se lanzó de cabeza al escritorio y rebuscó apresuradamente el teléfono móvil del mayor hasta dar con él bajo unas carpetas, lo agarró y sin perder de vista la puerta del baño ni la firmeza en las manos, envió un rápido mensaje a Jonghyun, solo su amigo podía rescatarlo de aquel lugar... " Jonghyun, soy Key, por favor, necesito que me ayudes...llama a la policía, un hombre me tiene secuestrado...Se llama Leeteuk y vive en el barrio de Gangnam en el 123" ... Escuchó la cisterna y apresuró al máximo los segundos que tardaría en lavarse las manos para envíar el mensaje y luego borrarlo del teléfono lo más deprisa posible, volviendo a colocar el aparato bajo las carpetas y no tuvo tiempo de apartarse de la mesa cuando Leeteuk abrió y se le quedó mirando con el ceño fruncido.



- ¿Qué haces ahí, escoria?
- S-sus papeles se estaban volando amo... -susurró bajando la cabeza.
- ...


Por suerte para Key, la excusa había sido creíble , pues la ventana estaba abierta de par en par y soplaba una brisa que bien pudo haber levantado algunos papeles, de modo que asintió secamente y diciendo que esperaba que no los hubiera manchado con sus manos apestosas y sucias, fue a tomar asiento junto a la mesa de té, esperando que fuera él quien le diera la taza ya llena.


- Espero que le guste, amo -le ofrece la taza.
- Viniendo de ti, me sorprendería que estuviera bueno, se te da mucho mejor destrozar las cosas, eres un inútil repulsivo.
- Sí, le pido disculpas, amo... -baja la cabeza tras retirar las manos, una vez el mayor ha tomado la taza entre las suyas.
- Tus disculpas no sirven para nada -mira su taza de té y acaba por echárselo en la cara al kitsune- Eres una porquería y todo lo que tocas se convierte en basura. Sírveme inmediatamente otro té.
- Sí, amo Leeteuk... -vuelve a servirle y ambos se quedan mirándose a los ojos durante unos segundos antes de escuchar un golpe que produjo eco en toda la casa.


Ambos permanecieron en silencio mirándose fijamente a los ojos y con la misma cara de sorpresa y desconcierto. Un nuevo golpe, provocó que Leeteuk se pusiera en pie y se acercara corriendo a la ventana para ver de qué se trataba, palideciendo al momento, al percatarse de que se trataba de la policía. ¿Qué hacían allí? Intentó mantener la compostura y miró a Key en silencio... ¿Habría conseguido dar parte de dónde se encontraba? No... Imposible, estaba tan doblegado que difícilmente sería capaz de llevar a cabo algo de semejante magnitud. Se dirigió de forma diligente a la puerta del despacho, pensaba abrir y fingir que nada sucedía, pero escuchó que tiraban la puerta abajo y perdió completamente los nervios. Sujetó a Key por una muñeca y echó a correr por el pasillo buscando la ruta más corta hasta el garaje, pero en plena galería se quedó paralizado viendo a agentes de la ley en medio de una de las salas apuntándole con pistolas y ordenándole que soltara al chico al que llevaba sujeto. Leeteuk no estaba acostumbrado a perder de aquel modo el control y chirriando los dientes trató de correr en otra dirección hasta que se escuchó el primer disparo seguido de un grito de su esclavo y fue entonces cuando perdiendo por completo el control, el mayor de ambos, se sacó del interior de la chaqueta una pistola y se dispuso a tomar al kitsune como rehén con tal de evitar que le llevaran a la cárcel. Sin embargo, en cuanto movió la pistola para disparar, uno de los policías de operaciones especiales se le vino encima por la espalda y trató de desarmarlo mientras él forcejeaba con desesperación, propiciando incluso algún puñetazo o golpe a Key quien calló al suelo mientras varios policías reducían al histérico Leeteuk. De la nada apareció Jonghyun, ataviado con un chaleco antibalas acercándose para socorrer a su amigo y alejarlo de aquel histérico depravado que lo había tenido cautivo casi un mes. 


- ¡¡JAMÁS SERÁS FELIZ, MALDITO BASTARDO!!¿¡ME OYES!?¡Cada persona que te encuentres en tu vida te tratará peor porque te lo mereces!¡Solo sirves para ser la puta de los demás!



Key rompió a llorar en los brazos de su mejor amigo mientras los agentes se llevaban a Leeteuk arrestado en uno de los furgones policiales. El kitsune tuvo que ser atendido de urgencia, pues era evidente no solo su desgaste físico, por lo flaco y descolorido que lucía, sino mentalmente se notaba que estaba destrozado. Jonghyun no se separó de su lado aún cuando estuvieron a punto de impedirle la subida a la ambulancia. Una vez en el hospital, con Key bajo los efectos del sedante, Jonghyun escuchaba en silencio el diagnóstico del doctor. A parte de sufrir anemia y una grave deshidratación, su mejor amigo presentaba secuelas psicológicas preocupantes, como podía ser el síndrome de estocolmo, en donde el cautivo, se sentía amigo y compañero del raptor, también un profundo cuadro depresivo y un claro abuso de drogas... Todo aquello pilló al más bajo completamente desprevenido, podía olerse que su amigo, estaba deprimido por la ruptura con Jinki, pero no a aquellos extremos en los que parecía haber caído, mucho menos en el consumo de drogas... La visión que tenía de Key comenzaba a distorsionarse a un extremo que no le resultaba agradable.
Cuando el doctor lo dejó a solas en la habitación , giró la cabeza para ver a su amigo y tomó asiento cerca de él...Se frotó la cara con ambas manos para evitar llorar y tratando de despejar la mente de los pensamientos catastróficos que se arremolinaban en su cerebro haciéndole sopesar todas las barbaridas y calamidades que su adorado Key había pasado en su ausencia... Era su culpa que estuviera así, de haberse quedado, nada le habría sucedido y lo habría cuidado y resguardado de aquel mundo de mierda en el que se debía haber metido. ¿Cómo logró su adorado Kibummie  llegar a un teléfono para mandarle aquel mensaje? Es como si es un segundo de lucidez, el cielo le hubiera mandando un rayo de luz en el que le indicaba el momento idóneo para pedir ayuda. Él llevaba cerca de 3 semanas en contacto con la policía, su amigo había desaparecido y tuvo que regresar abruptamente del viaje de negocios para comenzar a buscarlo por todas partes y parecía haberse esfumado, de hecho, en los primeros días, la policía ni siquiera le tomó en serio, todo indicaba que su amigo se había ido por su propia cuenta, quizás cansado de la vida que allí tenía y tuvo que contratar los servicios de un detective privado para encontrar pruebas de que algo malo debía de haberle sucedido. Suspiró consternado y volvió a fijar la vista en su mejor amigo. Casi parecía haber desaparecido todo rastro de aquel hermoso hombre al que amaba desde que lo conoció en las oficinas en las que ambos trabajaban; estaba pálido, delgado, con unas profundas ojeras negras adornando sus preciosos ojos felinos... Como si ahora en lugar de comerse el mundo, fuera un animal asustado de éste.

- Dime por qué, Key... ¿por qué has hecho todo ésto? ¿tan necesario era? ... Si me lo hubieras pedido, habría vuelto sin dudarlo para protegerte y cuidarte... ¿Es todo por Jinki? - se le escapó inevitablemente un sollozo- ¿Por quién si no? - sacude la cabeza- A ti no te importa hacerle daño a la gente que te rodea, Kibummie, porque solo te importa ese hombre, cuando te ha demostrado que no eres nadie para él... ¿Por qué te importa tanto? Jinki no merece tu sufrimiento... Y yo... Yo... Yo solo deseaba hacerte feliz, solo deseo que seas feliz a mi lado... Puedo ofrecerte lo que buscas... Puedo amarte con total y completa devoción... Pero no te importa ¿verdad? Te da lo mismo porque no me quieres para nada que no sea mantenerte y cuidarte mientras buscas el modo de regresar a sus apestosos brazos... Ojalá te olvidases de él y me dieras una oportunidad de mostrarte que el sol puede seguir brillando y que no tienes porqué seguir sufriendo más... ¿Me oyes? Yo podría hacerte feliz... Solo tienes que pedírmelo... ¿Cuántos hombres más te ofrecen lo que yo? Te dejaría pisotearme si eso te hace feliz -le toma una mano y se la besa con vehemencia- Key, mi Key... Estoy aquí... Por favor, sólo te pido que me mires... 


El silencio fue la única respuesta que Jonghyun encontró y entristecido siguió besando con cariño aquella pálida y frágil mano que sujetaba entre las propias, en un desesperado intento por comprender lo que podría llegar a pasar por la mente de Key para acabar en aquel extremo en el que casi parecía estar a punto de tirar la toalla y dejarse morir por un hombre que no le valoraba... El peliblanco maldijo a Jinki, todo era su culpa ¡¡OJALÁ JAMÁS SE HUBIERA PRESENTADO EN AQUEL BAR!! Ojalá nunca se hubiera fijado en su amado Kibummie ni logrado que éste se dejara engatusar por sus sucias tretas de idiota enamorado... Él podría haberle ofrecido tanto... Tanto a Key... Y aún quería ofrecérselo, un amor incondicional, deseaba protegerlo y tenerlo para el resto de su vida a su lado pero... Lo primero que salió de los labios de Key al despertar, fue un murmullo nombrando a Jinki y provocando que el corazón de Jonghyun se rompiera en pedazos que desgraciadamente tuvo que recoger al momento en el que su mejor amigo, abrió los ojos y giró la cabeza a verle... Aunque su aspecto era el de un cachorro que estaba a punto de ponerse a llorar, se fingió fuerte y volvió a tomar una de las manos del kitsune, haciendo que éste le dedicara una pequeña sonrisa...
Jonghyun le había salvado, era como la cuerda a la que te sujetas cuando no queda más que una irremediable caída a tus pies... Trató de incorporarse y lo consiguió con ayuda del peliblanco, quien tras acomodar la camilla a las necesidades de su amigo, le dijo que aguardará y salió a paso apurado de la habitación en busca de una enfermera para que revisara al menor y le dijera si se encontraba o no debidamente . 
Key resopló al verse solo pero estaba bien, estaba vivo y a salvo y sintió a su otra mitad, a Minho, saltar de júbilo dentro de su cuerpo al verse libre al fin de una opresión que disfrazada de falso cariño, no había hecho más que dañarlos a los dos. Podía sentir sus ganas de querer bailar y saltar celebrando la nueva libertad y la nueva vida que se abría paso ante ellos. Sin duda lo hubiera hecho, pero le dolía aún todo el cuerpo, lo tenía entre sedado y entumecido y eso le dificultaba el simple hecho incluso de hablar. Mientras esperaba el regreso de Jong, algo más calmado de su inicial euforia, revisó la habitación con los ojos. La clásica habitación de hospital, blanca e impoluta, con unas sillas junto a la cama, unas cortinas verdes espantosas que cubrían la luz del exterior, una mesilla junto a la camilla, el aparato del suero y la mochila de Jong tirada en el suelo cerca de la silla. Sonrió más al pensar que su amigo siempre era muy descuidado con todo, era un verdadero caso... Ya no se sentía tan triste, incluso podría decirse que el kitsune tenía unas inmesas ganas de reírse a carcajadas, como un niño feliz... Desvió la mirada al escuchar que se abría la puerta y en silencio se quedó petrificado al ver quién ingresaba en la habitación. Un cúmulo de emociones estalló en su mente y en su pecho al verlo allí, con un ramo de flores y una sonrisa...Su sonrisa...Su perfecta y hermosa sonrisa...


- Jinki . . .
- Hola, Key ...



♒ ♦ --------- ♦ ♒ 


Jonghyun caminaba de regreso a la habitación con una gran sonrisa, el hecho de que Key le hubiera sonreído de aquel modo al despertar le había hecho tan inmensamente feliz, que la desesperación que sintió al escucharlo nombrar al idiota de su ex-amigo, se esfumó por completo. 
Se detuvo unos segundos a sacar un café de una de las máquinas exprendedoras de la sala de descanso para los que visitaban a los pacientes y al momento de tener la bebida en la mano, fue dando pequeños sorbos mientras andaba, pues estaba bastante caliente. Se sorprendió al ver la puerta casi abierta del todo, quizás ya hubiera llegado el doctor o la enfermera y dijo para sí que eso era verdadera eficacia. Sonriendo se acercó para preguntar a su amigo si quería que le trajera algo de comer pero se quedó estático en la puerta, contemplado una escena que hizo desaparecer todo su buen humor y que provocó un sobresalto tan fuerte en sus emociones que dejó caer el vaso de cartón con café al suelo. El ruido ni siquiera fue escuchado por quienes allí se encontraban... Jinki estaba semi-inclinado sobre la camilla, besando a Key en los labios y peor aún, siendo gratamente correspondido por éste, como si nada hubiera pasado, como si el infierno en el que había vivido los últimos meses, no hubiera existido jamás y sólo ellos dos estuvieran sobre la faz de la tierra, amándose como siempre debieron haberlo hecho, sin separaciones de ninguna clase, ni odios, ni celos, ni desconfianzas...
Aquel beso provocó que Jonghyun rompiera a llorar de modo irremediable en la puerta y que sin esperar nada, marchara de allí para ir a los baños del hospital a encerrarse y llamarse estúpido por haber creído que podría conseguir el amor de Key. Claro que no podía, Jinki estaba y siempre estaría en la cabeza y el corazón de su amigo pero...Restegárselo de aquel modo, se le antojó tan cruel... Apoyándose en la pared, se cubrió la cara con las manos para ahogar el sonido de su llanto. Sus sentimientos heridos eran lo de menos... Si Kibummie era feliz con aquel mal hombre, no le quedaba más remedio que aceptarlo y tratar de mostrarle su apoyo...Él siempre iba a estar a su lado, aunque no fuera importante.



Cuando finalmente el beso se rompió, Jinki lanzó al aire una de sus habituales carcajadas, cosa que hacía siempre que estaba feliz y según él, sucedía algo romántico que no sabía continuar, reía para romper el hielo de la situación. Sentado en el borde de la camilla, acarició los desordenados cabellos de la diva mientras susurraba:


- Estás espantoso...
- ¿Tan mal me veo? - susurró con voz cansada Key, pero sin perder la sonrisa- Te he echado tanto de menos, Jinki...
- Y yo a ti... he intentado contactar contigo tantas veces... pero tu teléfono no daba señal y me hacía exasperarme y volverme loco... Menos mal que ahora te he vuelto a encontrar y no permitiré que nos separemos de nuevo -besa su frente de forma cariñosa.
- ¿Cómo sabías que... estaba aquí, en el hospital? -cierra los ojos ante el beso.
- Has salido por la tele... No puedo creer todo lo que contaron...que ese malnacido te maltrataba y te usaba como esclavo... -aprieta los puños- Dicen que encontraron unas celdas en el sótano donde tenía encerrados a otros chicos...Ha sido tan vomitivo... Te juro que si le pongo las manos encima , lo mato.
- Lo único que ahora me importa es que estás aquí, conmigo... Después de tanto tiempo añorándote y necesitando de tus besos y tus abrazos... Jinki...
- Key, por favor... Cuando te den el alta, vuelve a casa conmigo... Empezaremos desde cero, todo será perfecto en nuestras vidas -sonrió ampliamente- No nos separaremos jamás, ni un solo minutos.
- ¡Oh, Jinki, soy tan feliz! -chilló sin poder evitarlo mientras se lanzaba a sus brazos para besarle.



Algo dentro de Key saltó como una protesta. Minho no quería que estuvieran las 24 horas del día pegados, pues saliendo de allí, él quería volver a ver a Taemin fuera como fuera y ya había hecho alarde de una determinación tan fuerte, que ni siquiera el kitsune podía llegar a controlarla, pero aquel no era el momento para escucharlo, no era el momento de preocuparse por un niño que nunca le había caído bien y que siempre le había dado más dolor de cabeza que otra cosa. Lo único importante eran él y Jinki; ya se preocuparía de satisfacer a Minho y sus estúpidas demandas, una vez hubiera salido del hospital y regresado a una calmada y digna rutina junto a su hombre amado.
Jinki le dijo que iba a ir a casa a coger una muda de ropa para poder pasar la noche allí con él, algo que hizo muchísima ilusión al kitsune, quien aún después de que Jinki saliera por la puerta y se perdiera por el pasillo, le dejó no solo una gran sensación de felicidad y mariposas en el estómago, sino una gran sonrisa en los labios. Tomó las flores que le había llevado entre las manos y se las acercó a la nariz para olerlas, sintiendo como si fueran las rosas más puras y hermosas del mundo, pues venían dadas del amor de su vida. Al volver a escuchar pasos, abrió los ojos y sonrió al ver entrar a Jonghyun, sin percatarse de lo abatido y derrotado que lucía, le dijo feliz:




- ¡Oh, Jonghyun, la vida ha decidido volver a sonreírme!
- ... Me alegro... -dijo de forma escueta mientras se sentaba junto a la camilla resoplando, menos mal que Jinki se había ido.
- Oye, Jonghyun...
- Dime...
- ¿Te importa irte? -le sonríe- Va a venir Jinki a quedarse conmigo y no hace falta que estés tu.
- ¿I-irme? -musitó mirándole.
- Sí, es que quiero que estemos solos nosotros -asiente sin perder la sonrisa.
- Pero...
- Vamos, Jjong, queremos hacer las paces como Dios manda y contigo aquí va a ser imposible, serías un estorbo ¿no crees?
- . . . - Jonghyun no podía creer lo que estaba escuchando y menos aún quería creer que su amigo pensara de aquel modo. Con los ojos lleno de lágrimas, se puso en pie y recogió su bolsa para marcharse de allí como un perro al que acababan de echar a la calle- S-suerte... -susurró abatido.
- Gracias, Jonghyun -dijo feliz Key mientras volvía a centrarse en las flores.



Quizás era o no consciente del daño que le acababa de hacer a su mejor amigo, pero en su cerebro, lo único importante era volver con Jinki, estar siempre juntos y felices y Jonghyun no cabía en aquella ecuación de ninguna de las maneras. Para Key, todo lo hecho por el peliblanco por ayudarle, por hacerle feliz y por cuidarle, eran como el papel mojado, inservible, absurdo y ridículo. ¡Al fin llegaba quien realmente podía hacerle sentir como merecía! ¡JINKI! 



"SIEMPRE Y SOLAMENTE TÚ..."



♒ ♦ CONTINUARÁ ♦ ♒