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lunes, 30 de julio de 2018

.·. FOREVER OR NEVER .·. III [Remasterización 2018]

Personajes: Onew - Taemin - Key - Jonghyun - Minho
Género: Suspense
EEL: +13

Personajes secundarios: Satanás, Lucifer y Astaroth

Resumen: Taemin,el famoso y temido hijo de Lucifer ,cansado de la monotonía del infierno,convence a Onew, el inmaduro padre de Satanás,para escapar a la superficie y ver el mundo de los humanos de cerca.Sin embargo, antes de que logren alcanzar la puerta que les conduce al mundo de los hombres, se presenta ante ellos uno de los reyes infernales,con un trato que no podrán rechazar.
¿Qué sucede cuando accedes al mundo de los hombres como uno más?



Aclaraciones: Sugar[Taemin] _ Íkaro[Onew] _ Keymera[Key] _ Charismatic[Minho] _ Bling-Bling[Jonghyun]





La discusión con Taemin le había puesto de muy mal humor y no había tenido ni siquiera la paciencia necesaria como para atender a los reproches de aquella mujer mortal que parecía ser su madre, algo de lo que él, Onew, como primer demonio conocido y padre de Satanás, nunca había tenido y de lo que jamás había tenido que preocuparse.
No tuvo que rendir cuenta de sus actos a nadie, porque era temido y respetado en el Infierno a pesar de que ni siquiera se molestaba en ejercer ninguna clase de poder o dominio sobre los demás.

Si ahora estaban en el mundo humano, era porque se los había permitido el Rey Lucifer, el padre de Taemin y su presencia en aquel mundo no indicaba otra cosa que no fuera, simplemente, ser humanos. Tener una vida como la que cualquier humano tendría.
Hizo, lo que normalmente haría en su tiempo libre en el Infierno. Leer. Aprender en dónde estaba, quién era y qué era lo que le rodeaba. Buscó información de cada objeto que encontró en su habitación, daba igual que el aspecto fuera idéntico o similar a los que había en el mundo de los demonios, prefería estar seguro de que los humanos no lo empleaban para nada más.

El nombre del humano en el que estaba metido, era Jinki Lee y, según ponía en las libretas, agendas y diarios que encontraba por las estanterías y en el escritorio, sus amigos le decían Onew, y que ese mismo apodo se lo había puesto Tae... ¿Cómo no? Era el príncipe quien había decidido su nombre.
Al parecer, era un estudiante modelo, iba al último curso del instituto y había quedado primero de su clase, todos y cada uno de los cursos anteriores, lo que lo colocaba en la posición de un “estudioso”. Parecía tener unos gustos latentes por la comida en general, sobretodo por las recetas que tuvieran que ver con pollo. Había un tablero de corcho del que pendían diferentes medallas de concursos de ciencias, además de las calificaciones de aquel año y fotos con sus amigos.

Le resultaba irónico a aquel viejo demonio, comprobar que a fin de cuentas, aquellos cinco humanos, eran tan buenos amigos entre sí, como lo eran él con sus cuatro compañeros.



Sentado en el escritorio, intentaba no pensar demasiado en el Príncipe, pero era inevitable.
Él adoraba a Taemin, lo adoraba a pesar de que era un completo idiota y estaba más que demostrado que era así. Todo lo que pasaba entre ellos, fuera o no por su causa, era señalado como culpable por el dedo acusador del joven Príncipe Demoníaco... No importaba cuanto hiciera por complacerlo, eso nunca parecía ser suficiente para un Taemin, que siempre tenía mejores palabras y sonrisas para cualquiera que no fuera él.
¿De verdad iba a tener que plantarse delante del menor y explicarle, confesarle abiertamente cuáles eran sus emociones, sus sentimientos por él?¿De verdad que iba a tener que exponerse de aquel modo delante de todo el mundo?
Aparentemente, iba a tener que hacerlo. No quería cargar más con aquellos desprecios injustos y ni siquiera se había dado cuenta, de que el problema no era que Taemin lo tratara mal, el problema, estaba, en que tenía sentimientos por él.
Ese era el verdadero problema.


Tras un buen rato aprendiendo cosas sobre los humanos y sobre la propia vida que supuestamente llevaba aquel cuerpo en el que estaba alojado, escuchó que la mujer que era su madre, le llamaba a merendar. ¿Merendar?¿Qué era aquello?
Tratándose de una madre, no podía ser nada malo o eso quería pensar, de modo que se levantó, abrió la puerta de su dormitorio, que parecía ser como un santuario personal en el que nadie más podía entrar a pesar de que el acceso fuera tan simple como girar el pomo de la misma.
Al salir al corredor, le llegó un olor dulzón y agradable, que casi podría haberle llevado flotando hasta la pequeña cocina del departamento, donde su madre había preparado unos bollos, los cuales buscó de forma disimulada en su dispositivo demoníaco, para saber qué eran exactamente. Allí los llamaban gofres y según la composición del plato, iban acompañados con chocolate y helado. Realmente se olía bien y tenía mucho mejor aspecto, pero antes siquiera de llegar a tocarlo, se quedó quieto porque la mujer mayor comenzó a hablar:




—Sé que antes me puse un poco histérica con el hecho de que te hayas pasado todo el día con tus amigos, pero tienes que comprender, Onew, que me preocupo por ti. Ya sé que nunca me has dado problemas, pero lo importante para mi es que no olvides tus estudios. Éste verano tienes la prueba de acceso a la universidad y no quiero que tus amiguitos lo estropeen.
—...
—No me mires con esa cara, jovencito, ya sé que siempre estás estudiando y que mereces un poco de libertad,me lo has dicho muchas veces éstos días, pero es más importante que no dejes de estudiar. Si vuelves a quedar primero y a sacar todo con diez, te darán una beca completa para la universidad y nos vendría muy bien. Sabes que tu padre ya no gana tanto como antes.
—... 



Ella no insistió y el demonio no dijo una sola palabra. Para él, los estudios no eran nada, aunque siempre se había considerado ciertos saberes como instrumentos del demonio, pero evidentemente en los tiempos que corrían, eran pocos los humanos que guardaban alguna clase de adoración al demonio en sí mismo, aunque toda clase de placeres, pertenecieran al Infierno.
Ni siquiera estaba seguro de que fuera a quedarse el tiempo suficiente como para tener que ser responsable y consecuente con el tema de los estudios... Aunque si el objetivo era vivir como humano,quizás sí que iba a tener que ocuparse ellos.

En silencio, Onew tomó los cubiertos comenzando a comer lo que su madre había preparado.















Taemin observaba embobado aquella pequeña caja en la que estaban encerradas algunas personas dando gritos, sentado al lado de su padre y su madre, se preguntaba qué diablos hacían aquellas personitas ahí metidas.
Lo llamaban televisión y era parte de la tecnología humana, que permitía hacer llegar imágenes por medio de sabe Lucifer qué cosas. Le recordaba mucho al pequeño teatro de almas humanas que le regalara su padre cuando cumplió sus primeros cien años de vida y que consistía en algo muy similar a aquello, con la diferencia de que se trataba de una caja de hierro fundido, simulando un escenario antiguo y en el que había atrapadas almas que estaban condenadas a representar las obras y los cuentos que a él le diera la gana, durante toda la eternidad.

Algo así parecía suceder con aquel extraño aparato, ya que podía ver cómo cambiando con un botón, las personitas del interior cambiaban de ropa,de aspecto y de acción.
Tenía que admitirlo, los humanos eran verdaderamente increíbles con sus inventos. Y evidenciaban que llevaban demasiados siglos sin subir y que se habían perdido muchos avances.

Aún con la boca abierta, escuchó la voz de su padre humano replicándole algo y giró la cabeza a verle cuando pronunció su nombre en un tono que se le hizo completamente desagradable.



—Taemin, te estoy hablando. Cierra la boca de una vez, pareces un retrasado mental.
— A lo mejor el retrasado mental eres tu -dijo malhumorado el menor antes de esquivar un manotazo de su progenitor y ponerse en pie de un brinco- Ni se te ocurra ¿me oyes? No se te ocurra ponerme una mano encima o haré que te arrepientas de haber osado...
—¡Taemin! -replicó su progenitor antes de ponerse en pie y sacarse el cinturón de los pantalones.




Se habría quedado a enfrentarlo, si aquel sentimiento tan humano de miedo, no se hubiera apoderado del Príncipe, obligándole a salir corriendo a refugiarse en su dormitorio, donde ya de por sí,tenía un doble seguro la puerta, lo que indicaba que aquel comportamiento de su padre humano, era mucho más habitual de lo que parecía a simple vista.
Le recordaba mucho a su infancia en el Infierno, donde, por supuesto, por ser hijo de la nobleza, había sido brutalmente torturano y entrenado desde bebé para ser despiadado y poderoso al crecer, para el día que tuviera que ocupar el puesto de su padre como segundo rey infernal.

Algunos golpes en la puerta y luego el silencio. Escuchó los pasos de su padre humano alejarse por el pasillo y mentalmente se dijo que era un maldito imbécil. Se acercó a la ventana y la abrió para dejar entrar un poco el aire y así poder observar en silencio aquella maraña de altos edificios,tan similar a su verdadero hogar. 
Podría haberse evadido de todo en esos momentos, si no hubiera escuchado el eco de unos gemidos que le eran totalmente conocidos. Bajó la vista y justo en frente, varios pisos más abajo, pudo ver la habitación de Jonghyun y de Key y a éstos dos por la ventana. Era evidente a todas luces que estaban follando, más que por las posturas y el hecho de estar desnudos, por los ya conocidos gritos de su amigo, siempre que follaba con alguien, gritaba de forma exagerada y era totalmente exagerado y escandaloso.
No pudo evitar empezar a reírse al verlos y luego de unos segundos, se mordió el labio inferior y sacó su dispositivo móvil para emplear la cámara del mismo y hacerles una foto. La suerte de que aquel aparato fuera demoníaco, radicaba en el simple hecho de que la imagen no se pixelaba y en todo el esplendor de la escena, buscó a Minho entre sus contactos y se la envió. 
Nada en el mundo iba a ser tan divertido como escuchar a Minho dando gritos desde donde quiera que fuera su casa, ya que no recordaba bien en qué piso vivía en realidad. Conforme las ganas de reír fueron dejando paso al silencio, se quedó pensando en que en realidad aquello le molestaba y pronto estaba refunfuñando y odiando a Key por ser el que tenía las atenciones y la polla de Jonghyun ¿por qué Key? No era más que un simple demonio sin mayor importancia que la del pecado que representaba y él, siendo el primogénito en la línea sucesoria de Lucifer, no tenía las atenciones de aquel demonio-perro que era Jong.

Cuando dejaba de ser gracioso, era totalmente frustrante y se negaba a aceptar que era Key el que estaba allí disfrutando... Comprendía la rabia y la impotencia de Minho y la envidia que le estaba subiendo desde el estómago hacia la garganta, hicieron que Taemin se planteara alguna manera de separar a aquellos dos. Eso era... Los quería separados al uno del otro e iba a precisar de la ayuda de Minho para poder hacerlo... Si Minho seducía a Key, algo que no parecía ser del todo complicado, él podría acercarse mejor a Jonghyun...

Y eso le hizo pensar en algo más, en alguien más... En el estúpido de Onew y su mala costumbre de discutirle todo como si su condición no fuera importante.
Tamborileó los dedos sobre el marco de la ventana mientras observaba a Key y Jonghyun ya habiendo terminado, quedarse los dos juntos acostados sobre la cama,dándose besos y un montón de cursiladas que se le antojaron asquerosas.
Chasqueando la lengua con evidente disgusto, Taemin cerró la ventana y se fue derecho a sentar en su cama, recostando la espalda en la pared y dejando las piernas al borde de la cama, mientras mordía con nerviosismo sus uñas; sin siquiera ser consciente de que estaba cayendo en aquello que hacía tan importante a Key, la envidia, la envidia venenosa y enfermiza que se lo estaba comiendo de dentro hacia afuera. Todo parecía la excusa perfecta para enfadarse, incluso el hecho de sentirse vulnerable ante un humano como lo era su propio padre.












Minho se había dado una buena ducha y estaba satisfecho con el impoluto aspecto que tenía en esos momentos en los que ya se miraba al espejo. 
Obviando el hecho de que ya no tuviera sus cuernos y aquellos clavos que para él, eran un signo de masculinidad y belleza demoníaca, no se veía nada mal. Su reflejo le seguía pareciendo atractivo y estaba seguro de adivinar en sus ojos la llama tan conocida de la ira, aquel hermoso tono rojo que se dejaba notar si prestabas verdadera atención.


Fue en ese momento, mientras estaba aprendiendo lo que era la vanidad humana, que vio iluminarse la pantalla de su dispositivo, notificándole de que acababa de recibir un mensaje... ¿Un mensaje?¿De quién y por qué?
Cuando vio que se trataba del príncipe, lo primero que se le pasó por la cabeza era que lo necesitaría para algo, pero al abrir el mensaje y ver que se trataba de algo así como un retrato virtual, se quedó en silencio, cabreado, muy cabreado al ver qué era lo que estaba pasando... ¿Acaso Jonghyun había sido lo suficientemente inteligente como para saber cómo y porqué su polla ahora estaba sin vida y había sabido ponerla erecta por su propia cuenta?




—Maldito hijo de puta...-Dijo entre dientes mientras comenzaba a apretar más y más los puños.




El fuego descontrolado de la ira se apoderó de él a una velocidad vertiginosa que provocó que su fuerza incontrolada comenzara a escapar de su cuerpo, haciendo que el edificio empezara a temblar, sacudido de forma violenta como por un terremoto.
Su propio reflejo empezó a distorsionarse,dejando a la vista a Charismatic, aquel demonio que en realidad era, ardiendo en medio de las llamas mientras sus ojos rojos brillaban con coraje, con odio... Las luces empezaron a fallar y a hacer falso contacto y pronto pudo escuchar la voz de su madre llamándolo a gritos y diciéndole que había que salir de la casa... Sí... Sin duda iba a salir para ir a buscar a aquel desgraciado y a romperlo en dos con sus propias manos, partiendo su columna y sacándole las tripas para usarlas como trofeo.


Abrió la puerta del baño sin siquiera tocarla, estaba tan enfadado, tan rabioso, que su propia energía diabólica mandó la puerta lejos, haciendo que ésta se rompiera contra la pared mientras él avanzaba por el pasillo con pasos pesados. 
Su cuerpo humano era incapaz de avanzar más deprisa teniendo que soportar la innegable fuerza que desprendía desde su interior.
Su propia madre humana, fue aplastada por su poder, como lo sería una cucaracha ante un martillo. Aquella mujer se convirtió en una papilla sanguinolenta que se quedó tirada en la sala de la casa como los demás muebles que rompía a su paso.

No fue hasta que llegó a la entrada de la casa y que la puerta de la misma salió volando por los aires, que fue consciente de los gritos de cientos de personas, que en aquellos momentos se lanzaban escaleras abajo en tropel, mientras las luces tintineaban a causa del terremoto que él mismo estaba ocasionando con su poder. 
Un grito desgarrador, mucho más notable y reconocible que cualquiera de las voces humanas que chillaban en esos momentos, le hizo reaccionar y la ira comenzó a convertirse en preocupación al reconocer los gritos de Key.




—¿Key?¡¡MIERDA!! -gritó enfadado antes de correr hacia las escaleras contrarias para ir a buscarlo, empujando a todas aquellas personas que en esos momentos, sólo pensaban en huir de un edificio que temblaba como si fuera a venirse abajo en cualquier momento.




Por aquel segundo hueco de escaleras, se encontró con Onew, y Taemin, quienes iban bajando de los pisos superiores.
El más anciano de los demonios, iba cubriendo con su propio cuerpo al joven monarca y parecían tan confundidos y asustados como cualquier persona normal.




—Minho, tenemos que salir de aquí -dijo Onew mientras pegaba a Taemin contra la pared y él mismo se arrimaba a ésta conforme comenzaban a desprenderse de las escaleras cascotes de escombros que caían y rompían en el suelo.
— ¡Rápido tenemos que movernos! -chilló histérico Taemin mientras echaba a correr lejos de la protección de Onew hacia las escaleras que bajaban.
—¡Taemin espera!-gritó Onew- ¡CUIDADO! -corre tras el príncipe.



Minho no dijo ni una palabra pero corrió tras ellos,para,varios pisos más abajo, encontrarse conque Key tenía la pierna atrapada entre un escalón y un enorme bloque de cemento. Jonghyun intentaba desesperadamente moverlo sin éxito y de no haber sido porque Onew, Taemin y el propio Minho se detuvieron para ayudar a su amigo, llevados por la necesidad de cuidarse los unos a los otros, como realmente hacían los hombres al cuidar de sus familias y sus seres queridos.
En el momento en el que lograron liberar la pierna de Key, Minho lo atrapó y lo cargó sobre su espalda para poder correr con los demás, escaleras abajo.
Seguían cayendo trozos de bloques, cascotes,más grandes o más pequeños. Las luces se reventaban y el edificio continuaba temblando a causa del enfado de Minho y del posterior estrés que estaba sufriendo por tener que ser consciente de que su vida y la de sus mejores amigos estaba en peligro por su propia causa.


Los cinco, lograron llegar a la calle sin mayores contratiempos y sin nada más que lamentar que algún golpe o arañazo y, en el caso de Key, una torcedura de tobillo, puede que incluso una rotura del mismo.
Se alejaron de la zona como vieron hacer a las demás personas mientras veían vehículos con luces de colores brillantes, llegando al lugar y haciendo que se retiraran aún más de allí.
Fue prácticamente a su salida, cuando el rascacielos dejó de sacudirse y todo el mundo miraba hacia arriba,casi con la certeza de que en cualquier momento se vendría abajo sin remisión.
Los cinco demonios, miraban también a lo alto mientras retrocedían, siendo conscientes de que por primera vez en sus vidas, habían sido conscientes de lo que era el miedo a morir.

Minho sentó a Key en el borde de una acera,escuchando como se quejaba a causa del dolor que sentía en su tobillo dañado y sollozaba a causa del dolor. Taemin se dejó caer al lado de Key y se cubrió la cara sin comprender qué era lo que acababa de suceder y que era esa terrible sensación que aún le estaba haciendo tener en el pecho la impresión de que en cualquier momento se le iba a parar el corazón.
Estaba jadeando, sudoroso y temblando como nunca antes había temblado y cuando finalmente se sitió capaz de respirar con cierta calma, observó a Minho de pie delante de él y de los demás, puesto que Jonghyun se había agachado preocupado a socorrer a Key y Onew se había dejado caer a su lado con los mismos síntomas que él tenía hasta hacía unos momentos.




—¿Qué diablos es lo que acaba de pasar?¿Por qué ha temblado el suelo?¿Ha explotado un volcán en casa o...?
— No lo sé...-dijo Onew con voz entrecortada antes de moverse y mirar al rededor.




Venían coches con sirenas de todas las direcciones y todos los edificios de los alrededores estaban siendo evacuados por si el edificio se caía. Las calles habían sido cortadas y todo el mundo estaba fuera de sus casas en esos momentos. La ciudad entera parecía ser un hervidero de confusión y nadie más que el propio Minho sabía a qué se había debido aquel temblor, aunque la inquisitiva mirada del Príncipe sobre él, le hacía pensar que también estaba sopesando la posibilidad de que hubiera sido causa y obra suya.
¿Qué esperaba?¿Pensaba que le iba a sentar jodidamente bien ver una foto de Jonghyun, el tipo al que más odiaba en el mundo, follándose al objeto de su deseo tan tranquilamente? Ni de coña, era estúpido pensar que se iba a quedar tan tranquilo como si no pasara nada o como si no le importara.. El problema de aquella situación, era que él celaba a Key porque lo consideraba de su propiedad, estaba seguro de haberlo conocido mucho antes de que siquiera el demonio de la avaricia apareciera por el mundo con su pesada saca llena de monedas de oro.
El indeciso del Príncipe Taemin, ni siquiera era capaz de meter baza en el asunto, no tenía los arrestos necesarios para decirle a Jonghyun que se apartara de Key y eso le estaba impacientando y volviendo a poner de mal humor.

Conforme Minho se iba enfadando de nuevo, Onew, el más viejo de todos, se estaba quedando con la copla sin que nadie reparase en él. Era prácticamente lo normal, era al único al que nunca tenían en cuenta para nada y podía ver a Minho y Taemin sin apartar la mirada de Key y Jonghyun, quienes ni siquiera les estaban prestando atención en esos momentos, por estar ocupados revisando el tobillo torcido del demonio de la envidia. Se sintió tentado de intervenir y decirles que dejaran de ser así, que permitieran de una vez que aquellos dos disfrutaran de sus mutuos sentimientos; porque era evidente, que los únicos sentimientos correspondidos en aquel grupo, eran los que se profesaban ellos dos, que ahora a pesar de ser hermanos en la mis casa, seguían sintiendo algo especial el uno por el otro.  Pero en el fondo él también tenía envidia por ello... Envidia de ver que alguien tan simple como Jonghyun, captaba la atención del malcriado de Taemin... Algo que él llevaba tratando de hacer durante varios siglos y que jamás había conseguido. Ni siquiera en una noche de música y alcohol había logrado acercarse de más a él, pero era justamente, porque consideraba indigno aprovecharse un estado semejante.

Allí parecía que habían dejado de ser amigos.
La condición humana en la que se encontraban, los vulnerabilizaba más aún a sus debilidades y era justo la debilidad de la atracción, lo que le daba mayor poder a Key, quien parecía sentirse mucho mejor del daño en su tobillo. ¿Por qué?Porque era el demonio de la envidia y allí, todos sentían una ponzoñosa y venenosa envidia, los unos por los otros. 
Estaban dejando relucir los peores sentimientos de los hombres. Mientras que Jonghyun sólo desbordaba amor por su hermano, y Key ni siquiera prestaba atención al mundo, Minho se subía por las paredes a causa de los celos y la rabia, Taemin se mordía la lengua igual de rabioso que Minho, viendo aquellas desagradables escenas de cariño profesado entre esos dos; y Onew, Onew simplemente envidiaba cómo aquellos dos se querían.


Fue la voz de un hombre la que los hizo salir a todos de sus cavilaciones y se encontraron de frente con un hombre, al que nadie salvo el Príncipe demonio reconoció, se trataba de su padre humano y no hacía más que llamarlo a gritos diciendo que a qué estaba esperando para ir dónde él y su madre.
El edificio seguía siendo inestable según los cuerpos de emergencia y por ello mismo, habían indicado a los residentes que buscaran sitios en los que alojarse y aquellos que no tuvieran donde ir,se les asignaría alguna habitación de hotel.

A ninguno de los cinco demonios le gustó la forma en la que aquel hombre se estaba dirigiendo a Taemin. Era un miembro de la realeza ¿cómo se podía tener la desfachatez de dirigirse a él de esa manera?
No se les pasó por la cabeza que en aquel lugar, ellos no eran más que otros adolescentes de los millones que se arremolinaban en aquel planeta.


Cuando aquel hombre comenzó a acortar distancia de forma amenazadora, la reacción de los cuatro demonios fue inmediata. Minho y Onew se interpusieron para cortarle el paso mientras Key y Jong se apostaban a los costados de Taemin, siseando y gruñendo a modo de advertencia para que no se acercara más.




— ¿Qué pasa con ustedes mocosos?¡Apártense inmediatamente! -dijo enfadado el padre de Taemin.
— Ni se te ocurra acercarte más,escoria -advirtió Minho mientras se crujía los dedos de los puños. Estaba listo para golpearlo.





Apenas sí tuvieron tiempo Onew y Minho de írsele encima a aquel hombre cuando levantó un puño para golpear al demonio de la ira. Comenzando entonces a forcejear con él para reducirlo.
Onew se llevó un buen puñetazo en la cara y Minho, que era mucho más diestro en tema de peleas, agarró al padre humano del Príncipe por el cuello de la camisa y sin tener tiempo de pensarlo siquiera, lo lanzó a la carretera justo cuando un autobus pasaba, viendo los cinco demonios cómo era arrollado por las pesadas ruedas del vehículo y como todo el asfalto, quedaba pintado con sus tripas y su sangre.
El conductor del transporte frenó tan rápido cómo su reflejos le permitieron,pero para entonces, ya no había nada que hacer.


Ninguno de los cinco se movió tras lo sucedido y a ninguno pareció importarle lo más mínimo la muerte de aquel hombre. Sin embargo, conforme se arremolinaba la gente al rededor de la escena y el chófer comenzaba a pedir ayuda, las personas corrían a buscar a los cuerpos de seguridad mientras se confundían las diferentes versiones de lo que había pasado.
Unos aseguraban que el hombre se había lanzado delante del autobus buscando suicidarse y que el conductor apenas tuvo tiempo de verlo venir. Otros, más atentos y acertados, señalaban a los cinco adolescentes, diciendo que los habían visto empujando al hombre. El resto, era una mezcla de ambas versiones, donde los jóvenes y el hombre parecían estar en medio de una trifulca y los muchachos simplemente lo habían empujado para defenderse, dando como resultado que acabara en la calzada a la total merced de los vehículos.
Los agentes, apenas tuvieron que preguntar nada, uno de los muchachos presentaba un golpe reciente en la cara que le había amoratado la zona y eso significaba que hubo forcejeo. Primeramente pensaron que había sido un intento de atracar al hombre y que éste se había defendido con saña, pero el propio Onew explicó que se trataba del padre de su amigo y que había venido con una actitud violenta hacia ellos:



— Tan sólo estábamos defendiendo a nuestro compañero. Él se nos vino encima y nosotros nos defendimos. No era la intención de nadie que pasara algo así.



Era una explicación escueta,pero que concordaba con la versión de algunos testigos, lo que colocaba a aquellos cinco adolescentes en una posición un tanto complicada, ya que seguía siendo un misterio el cómo aquel hombre había terminado en la calzada. Podía ser bien que al intentar repelerlo lo empujaran y hubieran provocado aquel terrible desenlace.
Sin embargo,no podían descartar que todo fuera una escenita para cubrirse las espaldas por algo más. Los cinco chicos parecían realmente tranquilos e indiferentes ante la presencia de un cadáver junto a ellos. Estaban realmente indiferentes y eso no hacía más que aumentar las sospechas, de modo que los arrestaron a todos de forma preventiva para llevarlos a la comisaría con la intención de esclarecer todo lo sucedido. 
Los dividieron en dos coches, sin que ninguno de ellos pareciera alterarse, no al menos hasta que los vehículos se pusieron en marcha. 
Especialmente a Jonghyun y a Key les provocó ansiedad estar en aquellas celdas metálicas que se movían. Mientras el demonio de la avaricia comenzaba a ladrar sin más, histérico, su hermano acabó mareado y vomitando mismamente sobre el asiento de delante. Los agentes estaban realmente desconcertados ¿Estaban mal de la cabeza aquellos chicos o es que era la nueva moda hacerse el loco? Porque eso era justamente lo que parecía que estaban haciendo. Uno ladrando y el otro vomitando como si le hubiera sentado mal alguna droga.
Tuvieron que parar el coche para dejar al chico bajar y que vomitara al borde de la calzada ¿Y a Jonghyun? Lo pusieron en el asiento de delante con la ventanilla a medio abrir y así parecía ir más tranquilo, con la nariz levantada como si pretendiera llenarse las fosas nasales de cualquier aire u olor que pudiera entrar por allí. Por el contrario, Key seguía mareado y cuando le preguntaron a sus compañeros cómo les iba con los otros tres adolescentes, éstos respondieron igual de sorprendidos, que uno de ellos había vomitado y que los otros dos parecían tener claustrofobia por verse dentro del coche sin espacio para moverse.

Sonaba como que estaban haciendo una pantomima para librarse de ir al calabozo hasta que los hubieran interrogado a todos. Claro que al ser menores de edad, tuvieron que avisar a sus padres, pero extrañamente los aparatos móviles de los muchachos, tan sólo tenían cinco números guardados y ninguno era el de sus progenitores. Eran sus propios números y un “666”. A los agentes les pareció completamente extraño que tuvieran aquel número guardado como si fueran una especie de secta o algo así, pero ninguno de los muchachos parecía tener nada especial en ese sentido. Parecían muchachos normales, de los que hoy en día encuentras en cualquier parte y que ni creen ni se preocupan por Dios ni por la religión en general.




— ¿De quién es éste número? -interrogaron a Taemin mientras le mostraban la pantalla de su propio teléfono móvil.
— De mi padre -respondió con calma el menor como si fuera lo más natural.
— ¿Es una nueva moda viral entre los jóvenes? Éste número, no corresponde a nada ni a nadie.
— Corresponde a mi padre, puede llamarle si quiere, aunque no prometo que le responda.
— Tu padre ha muerto hoy,muchacho, tus amigos y tu lo tiraron a la carretera.
— Negativo. Mi padre es el dueño de ese número ¿por qué no le llama? -insistió el menor ante la mirada interrogante del policía.
— ¿A qué estás jugando?
— ¿De verdad quiere saberlo?




-CONTINUARÁ-