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jueves, 29 de marzo de 2018

.·. FOREVER OR NEVER .·. [Remasterización 2018]

Personajes: Onew - Taemin - Key - Jonghyun - Minho
Género: Suspense
EEL: +13

Personajes secundarios: Satanás, Lucifer y Astaroth

Resumen: Taemin,el famoso y temido hijo de Lucifer ,cansado de la monotonía del infierno,convence a Onew, el inmaduro padre de Satanás,para escapar a la superficie y ver el mundo de los humanos de cerca.Sin embargo, antes de que logren alcanzar la puerta que les conduce al mundo de los hombres, se presenta ante ellos uno de los reyes infernales,con un trato que no podrán rechazar.
¿Qué sucede cuando accedes al mundo de los hombres como uno más?



Aclaraciones: Sugar[Taemin] _ Íkaro[Onew] _ Keymera[Key] _ Charismatic[Minho] _ Bling-Bling[Jonghyun]





 .·. 

¿Qué pensarías si te dijera que la historia no es como te la han contado desde que eras pequeño? Seguramente no me creerías si te dijera que todo lo que te han enseñado, no es tan correcto como piensas...

El Infierno no es como te dijeron en la escuela, ni como te lo enseñaron los curas... El Infierno es mucho más que fuego y tortura eterna, el Infierno tiene unas normas que armonizan con las del propio Cielo, porque es su antítesis. No sólo existe el castigo y el dolor; también existe el placer, existe la diversión y existe un mundo que no dista tanto del mundo humano.

El Infierno está dividido en tres niveles y cada uno de ellos está gobernado por un regente Infernal. Juntos componen los Tres Tronos Infernales, la Trinidad Demoníaca, así como están Padre,Hijo y Espíritu Santo, nosotros tenemos a Satanás, Lucifer y Astaroth.
Al contrario de lo que todo el mundo piensa, Satanás y Lucifer no son el mismo demonio, como tampoco lo es Belcebú, que es un demonio de un rango inferior al de los monarcas.



En Rey Infernal Supremo, es Satanás, quien gobierna sobre todos los demonios, pero rige el Primer Infierno, a donde van las almas de aquellos que en vida fueron realmente malvados y que hicieron daño a los demás de forma totalmente deliberada. En éste Primer Infierno, se encuentra el palacio de Satanás. Él, es el demonio más poderoso de todos, es el Dios de los depravados, de aquellos que nacieron en el sino de la oscuridad y que a lo largo de toda su existencia,torcieron sus pasos hacia la senda del mal. Su voz y sus decisiones, tienen más peso que las de los reyes del segundo y el tercer infierno, pero rara vez interfiere en la manera de gobernar de los otros dos tronos.
Cada escalafón del Infierno tiene sus propias leyes y sus propios castigos.
El Primer Infierno, regido por Satanás, es ese mar de fuego,azufre y alquitrán, del que se habla en las escrituras sagradas, el más aterrador de todos. Sus pozas de fuego eterno son el castigo de los malvados.

Fue Satanás, quien susurrando en el oído de Lucifer, lo incitó a revelarse contra Dios y quien a su vez, le ofreció un puesto a su lado cuando fue expulsado del Cielo junto a los ángeles rebeldes.

Sin embargo, él no es el primer demonio del que se tiene conocimiento. Satanás tiene un padre, aunque no es considerado Rey por los demonios, pero sí que es temido y respetado, pues se desconoce el alcance de su poder o de dónde vino siquiera. Su nombre es Íkaro y a pesar de no regir ningún Infierno ni ningún puesto importante en la monarquía demoníaca, es conocido y adorado por todos los demonios.
A diferencia de Satanás, su aspecto no es tan intimidante y se comporta como un adolescente de emociones inestables, mientras juega a todas horas con el hijo de Lucifer.
El propio Íkaro desconoce su procedencia, tanto como Dios desconoce la suya, pues algo incluso mayor a ellos, fue lo que los puso sobre el mundo. Sin embargo, Íkaro no estaba dispuesto a ocuparse de gobernar sobre los condenados y por ello engendró a Satanás.





El Segundo Infierno es el reino de Lucifer, aquel al que todos confunden con Satanás, pero de quien únicamente saben de modo correcto, que desafió a Dios y fue expulsado del Cielo.
Lleno de odio y de rencor, Lucifer se convirtió en uno de los regentes Infernales nada más llegar al lugar en el que Satanás le abrió los brazos y le dio la bienvenida.

Gobernó milenios con puño de hierro el Segundo Infierno, aquel donde iban las almas de los hombres que se habían dejado arrastrar por los vicios y las pulsiones, aquellos que habían liberado a su bestia interior sin importar dañar a otros con tal de satisfacerse ellos mismos. El descontrol de los deseos llevaba a su infierno helado, donde las almas eran castigadas durante la eternidad por un frío imperecedero.
Los Siete Pecados Capitales, pertenecían al segundo escalafón infernal, de modo que Lucifer era el amo de éstos siete demonios, que a su vez rendían pleitesía a los otros dos gobernantes.

Con el paso de los eones, Lucifer dejó poco a poco de tomarse en serio su trabajo y a pesar de ser temido y poderoso, comenzó a comportarse de forma excéntrica y juguetona, huyendo de sus deberes oficiales y de sus responsabilidades como Rey del Segundo Infierno.



A su vez, como Satanás era hijo de Íkaro, Lucifer tuvo también un hijo,engendrado por aquella a la que en la Biblia se referían como La Puta de Babilonia. El resultado de ésta unión, fue Mammón, el Anticristo. Un demonio que infundía tanto terror como su propio padre. Sin embargo, Mammón se cambió el nombre y se hacía llamar Sugar, porque consideraba que el nombre otorgado al nacer, ya no concordaba con los nuevos tiempos.
Sugar era, pues, el Príncipe de las pasiones,futuro regente del Segundo Infierno.
Al contrario del miedo que su nombre pudiera inspirar en los hombres, lo cierto era que se trataba de un muchacho malcriado y mimado, que hacía y deshacía a su antojo,saltándose todas las normas que deseara, al fin y al cabo, al pertenecer a la monarquía infernal, estaba exento de obedecer a menos que se tratara de órdenes dadas por su padre o por cualquiera de los Tres Tronos Demoníacos.

¿La mayor aspiración de Sugar? Asesinar a su padre y obtener todo su poder... O al menos, eso es lo que asegura.


Sugar, era no sólo amigo de Íkaro, sino de tres de los demonios de los Pecados Capitales, Keymera [La Envidia]; Bling Bling [La Avaricia] y Charismatic [La Ira]. Éstos tres demonios, junto a sus cuatro compañeros, eran los encargados de insuflar en las almas de los mortales, los vicios y los defectos que poco a poco los irían arrastrando hacia el mal camino, y eran muy buenos amigos de Sugar e Íkaro.

Keymera, era el demonio de la envidia. Con su aspecto antropoformo entre zorro y humano y el color verde de sus prendas, evidenciaba la clase de rango que poseía. Aunque los Pecados Capitales no pertenecen a la Monarquía ni a la Nobleza Infernal, sí que pertenecen a la Burguesía, e incluso, en la época de las Guerras Celestiales, acudían a la batalla junto a las hordas demoníacas, como porta-estandartes de los Grandes Nobles Demoníacos.
El carácter de Keymera, era por tanto, envidioso y caprichoso y solía ser el causante de muchos problemas y discusiones entre sus compañeros de grupo, ya que siempre malmetía a los unos contra los otros. Keymera es un demonio muy popular entre la juventud infernal debido a su hermoso aspecto.



Junto a él, de forma incondicional e inseparable, se encontraba siempre Bling Bling, el demonio -perro de la Avaricia. Mantenían una especie de relación amorosa que era más bien incentivada y mantenida por la insistencia de Bling Bling, ya que sostenía que amaba a Keymera.
Podía decirse, que en cierto sentido, aquel era un demonio con buen corazón a pesar de encargarse de suscitar a los hombres a desear siempre más de lo que tenían y a obtenerlo por los medios que fueran necesarios.
Bling Bling era de esa clase de demonios llamados Hijos de Astaroth, debido a lo que el Tercer Rey representaba en el Infierno.

Mantiene una competitividad constante contra el demonio de la Ira, con el que a menudo suele pelearse por culpa de Keymera.

Charismatic, el demonio de la Ira, era un hombre peligroso y bastante temido. Se sabía que su rabia descontrolada,era capaz de derrumbar montañas infernales y provocar terremotos a lo largo y ancho de los dominios demoníacos. Sin embargo, aunque era muy capaz de ello, sus enfados solían ser esporádicos gracias a la intervención de Keymera, que parecía ser el único con la capacidad suficiente como para mantenerlo en calma.
Antes de que el Infierno entrara en el estado de calma,debido al poco interés en hacerse con el control del Cielo y las escasas peleas entre ángeles y demonios, antes de ello, Charismatic era un guerrero adorado por todos, pues sus furiosos puños eran el orgullo de los nobles a los que servía como soldado.
Ahora su forma de matar el tiempo, es ocuparse de torturar almas condenadas al castigo eterno.


Finalmente, el soberano del Tercer Infierno, es Astaroth, también llamado El Rey Triste. Dicen que muchos milenios atrás, al inicio de los tiempos, estuvo perdidamente enamorado, pero fue engañado y se convirtió en un monarca triste y silencio.
A los demonios que nacen bajo su estrella se les llama Hijos de Astaroth, porque están destinados a sufrir un horrible desamor, ya que a diferencia del resto de demonios, poseen un sentimiento sincero y puro hacia la persona a la que aman.
El Tercer Infierno y dominio de Astaroth, es un lúgubre bosque, donde aquellos depravados que abusaron de niños y de gente indefensa, son castigados de forma brutal y sin compasión. A pesar de ello, el Tercer Infierno es un lugar oscuro y silencioso donde apenas se oye ninguna clase de ruido. Los demonios que habitan en él, con el paso de los siglos,han prescindido del habla hasta el punto de ser incapaces de pronunciar una palabra. En ese reino, está prohibido bajo pena de muerte, hacer ruido. Las almas, son silenciadas y en ese mismo lugar, el más profundo del abismo, es donde se encuentra el purgatorio, una gran fosa de lava, en la que las almas purifican sus errores para luego retornar La Senda del Peregrino y ser admitidos en el cielo o enviados de vuelta al mundo de los hombres.





"El Infierno está cambiando. Ya no es como te lo describían en los cuentos"

                                         .·. 


Aquella mañana, como ya era costumbre en el Infierno durante los últimos milenios, todo lucía quieto y calmado, los gritos de las almas condenadas, eran para el Príncipe Sugar como el cantar de los pájaros para un hombre. Un sonido que escuchas tanto que deja de ser importante y se convierte en parte de tu entorno sin que destaque por encima de nada más.
Sugar observaba desde el balcón de su dormitorio, los dominios de su padre, hasta donde alcanzaba la vista... Todo estaba envuelto en aquella brillante capa de hielo, que daña los ojos de aquellos que son incapaces de concebir un brillo como aquel en las entrañas propias del Infierno.
Suspiraba cansado...Cada día era igual que el anterior y éste a su vez era idéntico al anterior. Eran fotocopias de sucesos y círculos viciosos que nunca parecían romperse.


A su espalda, acostado sobre la alfombra y entre almohadones, se encontraba Íkaro, el padre de Satanás y su mejor amigo por defecto. Prácticamente pasaban juntos todos los días y aunque en un principio su amistad hizo que sus vidas fueran una aventura, hacía mucho tiempo que no tenían nada interesante o novedoso que hacer.Junto a él y a su grupo de amistades, habían recorrido de cabo a rabo todos los infiernos, incluso el Tercer Infierno, donde Astaroth no permitía entrar a nadie que no perteneciera a él. Sugar era muy joven en aquellos tiempos y el Rey se mostró comprensivo con el hecho de que se tratara de un niño queriendo jugar y explorar. El silencio de aquel reino fue roto durante varios días por el Príncipe y sus compañeros de juegos... Pero ya hacía mucho que los juegos de exploradores habían dejado de ser divertidos, ya no tenía sentido salir a cazar tesoros, cuando ya conocías cada recoveco existente.

Se giró sobre sus talones y apoyando los codos sobre la baranda de piedra del balcón, observó la perezosa figura de Íkaro, moverse entre los cómodos almohadones, mientras escapaba de sus labios un notable bostezo. El aburrimiento era palpable.
Continuó con los ojos recorriendo su habitación con la mirada, observando el vino y las viandas colocadas sobre una mesa de piedra en bandejas y copas de oro, los estantes, llenos de aquel extraño animalillo llamado Pikachu, que había descubierto a la llegada de un condenado,cuya obsesión lo llevó a asesinar a varias personas con tal de hacerse con objetos de colección referente a aquel juguete que a él mismo le había encantado... Era diferente a lo que se veía en el Infierno.




— Íkaro ¿qué es lo que haremos hoy? Ciertamente, estoy cansado de éste monótono silencio.
— No lo sé... ¿Qué se supone que quieres hacer? - se incorpora y bosteza de nuevo mientras estira los brazos hacia el techo,haciendo crujir sus extremidades.
— Ni idea... Pero si no hacemos algo nuevo pronto, voy a saltar por la ventana.
— ¿Y eso de qué serviría? Lo único que conseguirás con eso es que tu padre se enfade y te castigue por destrozarle los lirios del jardín.
— Dudo que nos castigue... Ya hace mucho tiempo que lo único que se le da bien es hacer el payaso...
— No quiero tampoco intentarlo y ver qué pasa.



Sugar guardó silencio y volvió a centrarse sólo en observar lo que Íkaro hacía ,viéndole moverse por su habitación,revisando por millonésima vez, su cama llena de peluches de aquel animalillo amarillo y de mofletes rojos. El padre de Satanás, nunca había comprendido su gusto por él y siempre derivaba en alguna pequeña discusión cuando tocaba ese tema en el que Sugar no estaba dispuesto a ceder en lo más mínimo. En esa ocasión, Íkaro se limitó a dejar caer que algo del mundo humano, no podía ser tan importante ni tan fabuloso, como para que un Príncipe Infernal, le dedicara o tuviera tanta estima. Fueron esas palabras las que provocaron que el hijo de Lucifer, se quedara observando a su compañero durante varios minutos, en sospechoso silencio, pues no era común que no se pusiera a replicar como un loco lo que acababa de decir con respecto a su peluche preferido.
El padre de Satanás se percató de dicho silencio y se volteó para observar al menor mordisqueándose nerviosamente sus afiladas garras, mientras mantenía la vista fija en aquella fiebre de felpa amarilla que inundaba su gran cama. Poco a poco se notó que la mirada de Sugar se iluminaba y una sonrisa se dibujaba en su rostro, evidenciando que había tenido una idea sobre las palabras de su compañero.




— ¿Qué es,Sugar?¿Qué se te ha ocurrido? -inquirió Íkaro, que a pesar de ser despistado, no tenía un pelo de tonto.
— Creo que ya sé cómo podemos asesinar a nuestro aburrimiento, Íkaro... -le mira sonriendo ampliamente- ¿Y si vamos al mundo de los humanos?
— ¿Cómo dices?¿Al mundo de los humanos? ¿Estás loco?¿Sabes todo el papeleo que hace falta para poder subir?
— ¿Papeleo? No seas ridículo... Iremos como va la gente importante a todas partes. Somos parte de la monarquía, si les exigimos que abran las puertas, nos dejarán pasar, quieran o no quieran hacerlo. Si aprecian sus vidas, nos dejarán salir.
— Sí pero... La puerta para acceder al mundo de los humanos está en el Primer Infierno... Tendremos que subir y...
— ¿Y qué? ¿No vives acaso en el Primer Infierno? No hay nada de malo en que vayamos. ¡Intentémoslo al menos, Íkaro! Yo creo que sería una gran idea.
— Supongo que por intentarlo... ¿Y qué nos vamos a llevar?
—No hace falta llevarnos nada, como cuando nos íbamos de aventura hace siglos, con las manos vacías y a ver qué es lo que pasa.




Íkaro no dijo precisamente que sí, pero tampoco le dijo que no a su amigo, de modo que ambos demonios se encaminaron a la salida del palacio de Lucifer y en cuanto el enorme portón de plata se abrió, Sugar echó a andar, completamente seguro de que acababa de tener la mejor idea del mundo.
Puesto que el suelo era de hielo e Íkaro no estaba acostumbrado a caminar por él sin resbalar, el padre de Satanás extendió sus alas negras y volando a ras de suelo, siguió al joven príncipe.
Los dominios de Lucifer se extendían mucho más allá de dónde alcanzaba la vista y un alma humana o extranjera, podía pasar cerca de tres años completos para llegar a la puerta que daba acceso al primer nivel, al Infierno de fuego del Dios Satanás; sin embargo, para los demonios, el tiempo de caminata de un lado a otro del infierno, podía medirse como mucho en un día completo, de modo que ellos demorarían cerca de 24 horas humanas para llegar a aquellas escaleras ascendentes. Pero el tiempo demoníaco pasaba de forma muy diferente al de los hombres. Para ninguno de ellos, iba a ser una caminata tan larga, sino más bien un agradable paseo en el que el silencio y la calma imperaba. Como cuando dos niños han acordado guardar un secreto y en el momento en el que los interrogas se evidencia la emoción y la latente notoriedad de que algo están tramando. Sin embargo, y por suerte para ellos dos, nadie los iba a interrogar, ni tampoco nadie iba a molestarlos porque pertenecían a la nobleza y estaban por encima de cualquiera.

Podría decirse que caminar por el Segundo Infierno y pasear por las calles de Moscú en pleno Invierno, debían ser cosas muy parecidas, con la diferencia de que miraras donde miraras, había demonios. Eran ciudades, al fin y al cabo, tanto el cielo como el Infierno funcionaban prácticamente del mismo modo. Había construcciones, había negocios, había puestos de comida callejeros, donde los tenderos vendían almas con sabores exóticos, en forma de dulces o incluso como si fueran simples asados de carne trinchados en un palo. El infierno es como una ciudad, donde hay ricos y hay pobres, donde la vida parece desarrollarse de forma parecida al mundo humano, con la excepción de que la vida de un demonio tiene como objetivo aterrar y torturar a las almas humanas, en mayor o menor medida.



Sugar se detuvo junto a Íkaro en varias ocasiones a ver algunos puestos de comida, donde se ofertaban almas exquisitas, de personas verdaderamente crueles.
Ingerir un alma, era algo tan simple como lo sería para un hombre llevarse un mendrugo de pan a la boca, con la diferencia de que al absorber el alma de alguien, lo hacías desaparecer para toda la eternidad. De no haber excedencias en personas perturbadas y perversas en el mundo actual, estaría prohibido hacerlas desaparecer, pues debía existir un equilibrio entre las reencarnaciones buenas y malas, aunque en realidad las almas de comercio, eran las menos importantes y por ello, solían ser prescindibles.
El segundo Infierno vibraba de energía y bullía de vida, pero no lo suficiente como para que ambos nobles, sintieran ganas de hacer algo en sus ya,más que conocidas calles.



Conforme se acercaban a la zona de las escaleras, podían apreciarse diferentes controles de acceso, custodiados por demonios que revisaban quiénes pasaban de un nivel a otro, pues nadie podía salir o entrar sin un permiso especial del regente de cada Infierno.
Los guardias parecían distraídos y ocupados revisando a diferentes mercaderes, que a pesar de los siglos que llevaran ejerciendo su trabajo, debían seguir sometiéndose a los controles.
Tanto Sugar como Íkaro, accedieron a las escaleras sin que ningún guardia les diera el alto. Ahora les quedaban por subir, 10.000 escalones que poco a poco, se perdían en la negrura de un cielo nuboso con forma de inmensa cúpula. Aún sin hablar entre ellos, escucharon una voz que alegre comenzaba a llamarlos a gritos. Los dos demonios se detuvieron y se giraron, observando al demonio-perro que estaba mostrando en alto su tarjeta de identificación y saltándose la larga fila de espera. Sería imposible confundirle con nadie más, porque el único demonio que vestía con ropas de hilo de oro e iba completamente lleno de oro de pies a cabeza y con aquellas pezuñas animales, no era otro que Bling Bling, el demonio de la avaricia y el cobrador de Impuestos en los tres Infiernos. El más bajo subía los escalones prácticamente de cinco en cinco por las zancadas que daba al andar casi siempre a cuatro patas. Su saca llena de monedas, hacía el tintineante ruido de las monedas de las que iba llena en todo momento.




—Genial... Que mala suerte... -susurró Sugar mientras se cruzaba de brazos al ver llegar hasta sus pies a aquel demonio que, al fin y al cabo, también era uno de sus mejores amigos.

— ¡Íkaro,Sugar, que sorpresa veros aquí! -dijo con una gran sonrisa Bling Bling - ¿Cómo es que vais al Primer Infierno? Pensaba que ahora sólo andabais por aquí.
— Sólo vamos a estirar las piernas - mintió Sugar observándole y antes de que Íkaro usara su gran bocaza para meter la pata.
— ¿Sólo a estirar las piernas? Eso me huele a mentira, Príncipe Sugar -se señala la nariz con una de sus pezuñas- Soy cobrador de impuestos, a mi no se me puede engañar ¡Anda!¡Decidme ya qué hacéis!¡Porfa,que soy el bueno de Bling Bling!Decídmelo ¿sí?
— La verdad es que hemos planeado subir al mundo de los humanos a pasar el rato- sonrió Íkaro observando al demonio de la avaricia ponerse de pie de un brinco- ¿Quieres venir?
— ¿¡De verdad!?¡Me encantaría!¡Hace miles de años que no voy! ¡Oh!¿Puede venir también Keymera? -dijo y como si tal cosa, empezó a bajar corriendo las escaleras de regreso a los controles de seguridad.
— ¡¡IKARO!! -replicó molesto Sugar- ¿Qué haces?Se supone que íbamos a ir sólo nosotros dos ¿qué coño haces invitando a Bling Bling?
— Oh,vamos Sugar... No podemos decirle que no. Es nuestro amigo... Además, ya que vamos, cuantos más seamos, mejor lo pasaremos.¿No has sido siempre de esa opinión? -ladeó la cabeza observándole.
— Pero no ahora... A éste paso, se va a enterar todo el mundo de a dónde estamos yendo y se supone que iba a ser una aventura secreta.
— No creo que...
— ¡Chicos! -gritó la chillona voz de Keymera, mientras los saludaba desde la parte inferior de las escaleras.
—P-e-r-f-e-c-t-o ...- susurró Sugar mientras hacía un gesto a los guardias para que dejaran pasar al demonio de la envidia y al de la avaricia sin necesidad de que pasaran los controles.
— Me ha dicho Bling Bling que se os ha ocurrido algo fabuloso - comentó mientras llegaba donde ellos con expresión curiosa en sus ojos felinos- Sin embargo, no ha querido decirme de qué se trata.



Íkaro sonrió levemente al ver a Bling Bling abrazado de la peluda cola de zorro de Keymera. Era demasiado tierno verlo de esa manera y era sorprendente que un demonio pudiera llegar a ser tan terriblemente cariñoso, pero nunca había que olvidar que la naturaleza de un ser diabólico, por muy adorable que pudiera parecer a simple vista, era, y siempre sería provocar que los humanos hicieran las cosas mal, que hicieran daño y en términos más personales, dañarlos directamente.
Keymera parecía haberse armado de paciencia con el demonio de la avaricia, ya que , aunque en un principio estaban constantemente discutiendo y peleando, ahora era como si ignorara  los arrebatos cariñosos y posesivos de aquel pequeño demonio.

Muy a su pesar, Sugar le explicó a Keymera cuál era el motivo de que lo hubieran llamado, aunque se mostró reticente al hecho de dejarle ir, pero, como no, Íkaro dijo que le parecía genial que fueran todos juntos y ya que estaban ellos cuatro allí, lo ideal sería dar con Charismatic e ir los cinco juntos como en los buenos tiempos. De verdad que el padre de Satanás era un verdadero bocazas. No le sorprendía lo más mínimo que el Rey Supremo dijera de él que era un verdadero inmaduro...
Cuando fue consciente de que le debían de estar preguntando algo porque todos le estaban mirando, Sugar carraspeó y se acomodó su abrigo de piel.

Dijo con evidente desgana, que simplemente se pusieran en marcha y que si no daban con Charismatic por el camino, que se irían simplemente los cuatro. No es que pretendiera pasar toda la vida en el mundo de los hombres, era más bien la idea de subir, dar un paseo, asustar a alguien y volver a casa para la hora de cenar.
Podría decirse que tenía una idea muy vaga de lo que pretendía hacer llegando al mundo de los hombres, puesto que nunca había estado allí a pesar de que su padre y las sagradas escrituras aseguraban que era su destino acceder al mundo de los hombres para conducir a la humanidad entera a su perdición... Claro que todo eso, sonaba demasiado a cuento para niños, a esa clase de motivación penosa que le das a tus hijos cuando no se te ocurre nada mejor. 

En la Biblia Satánica, estaban reflejadas las profecías referentes al mundo de los demonios y todos los "sirvientes" humanos, que desde un primer momento, estuvieron de su lado cuando el mundo se volvió mundo, cuando Dios lo creó, empezando por la hermosa Lilith, la primera y mayormente desconocida esposa de Adán, que abandonó el Jardín del Edén por propia voluntad para posteriormente unirse a Satanás.


Sugar se dio cuenta de que volvía a estar perdido en sus pensamientos... Todo lo referente a su linaje de sangre azul, a lo sucedido a su padre por saber que podría ser igual a Dios... Dios... Que ser más caprichoso... ¿Pensaba acaso que él era el único? No era el único Dios como tampoco era el primero ni el más fuerte, porque el propio Íkaro estuvo antes que él y que Satanás y aseguró que algo aún más grande e inmenso, lo puso ya en éste lugar oscuro... ¿Por qué se preocupaba por esas cosas? Si había algo que no había cambiado jamás en el Infierno, eran los Tres Tronos, ya que nunca había sino necesario ni pertinente pasarle la corona a nadie más y seguramente, en los millones de años que duraría su existencia, no tendría tiempo de optar al trono a menos que matara a su padre, algo que ya había reiterado demasiadas veces.
Sus compañeros caminaban delante de él ajenos a sus pensamientos, todos parecían entusiasmados con la idea de ir al mundo de los hombres. Ya no era algo normal hacerlo, porque tras el Concordato Blanco y Rojo, se había limitado mucho el acceso de ángeles o demonios al mundo humano para evitar nuevas guerras santas... Aunque siempre estaba aquel resquicio de libertad, que se les daba gracias a aquellos humanos que se dedicaban deliberadamente a coquetear con las fuerzas oscuras. El ser convocado por un humano te daba siempre la fabulosa oportunidad de subir y hacer que la gente lo pasara mal. Incluso, había algunos lugares del mundo, que eran portales entre el mundo "espiritual" y el mundo físico, pero dar con ellos era terriblemente complicado, ya que nadie sabía dónde se encontraban exactamente esa clase de lugares.




— ¿Sugar? -le llamó Íkaro deteniéndose al darse cuenta de que se había quedado rezagado- ¿Va todo bien? No tienes buena cara.
— ¿Cómo?...Ah... No, no es nada, estaba perdido en mis pensamientos, ya sabes...
— Ya estamos cerca del Primer Infierno ¿seguro que no prefieres volver a casa a descansar?
— Lo último que necesito ahora mismo es ir a seguir engordando mi culo sin hacer nada -replica notablemente molesto- De verdad, que eres idiota. Deberías pensar un poco las cosas antes de hablar, Íkaro.
— Vaya... No pensé que te fuera a molestar, sólo intentaba ser comprensivo.
— Deja de ser tan paternalista, me da mucho asco que me trates como si fuera un niño idiota -dijo malhumorado antes de seguir andando tras Bling Bling y Keymera que iban más adelantados.
— ...



Íkaro se posó sobre el suelo y plegó sus alas mientras observaba a aquel ingrato, alejarse como hacía siempre. Sugar era terriblemente desagradable cuando él intentaba cuidarlo... Sabía que era por aquel complejo que le había nacido tras su exaustivo entrenamiento cuando sólo era un bebé. Cualquier miembro de la monarquí infernal, era duramente entrenado en la guerra, sin piedad y sin miramientos, de modo que apenas comenzó a gatear, Sugar fue lanzado a un mundo lleno de dolor y esfuerzo. Nunca lo había terminado de superar y sabía de primera mano que era algo que le seguía doliendo y le hacía pensar a menudo que lo había pasado sin ningún objetivo real. No podía decirle que a él le nacía ayudarle, sonaría terriblemente estúpido y todos se reirían de él diciendo que era como un tonto enamorado... Quizás fuera demasiado evidente que lo era.
Cuando se dio cuenta de que sus amigos le habían dejado atrás, se apresuró a continuar subiendo las escaleras para darle ya alcance en los dominios de su hijo, el Infierno de los Fuegos Eternos...
Ah, el ácido aroma del azufre, el calor asfixiante... Siempre daba gusto regresar a casa y sentir en la piel ese calor que tanto gusta a las criaturas demoníacas.


Una vez en el Primer Infierno, Keymera y Bling Bling fueron los primeros en divisar un grupo de trabajo que parecía venir de la zona de las pozas, sin duda, los demonios encargados de torturar a las almas de los indeseables durante un tiempo. Entre ellos figuraba Charismatic, quien frunció notablemente el entrecejo al verlos allí, más incluso al ver al estúpido y avaricioso perro, agarrado de la cola del chico que desgraciadamente, también le gustaba a él.
A disgusto, se alejó del grupo de demonios con el que iba hacia la segunda fosa, para poder acercarse hasta su grupo de "mejores amigos".



— ¿Cómo estás Charismatic? -le saludó Sugar tras la reverencia hecha por el más alto hacia su persona.
— Mejor que nunca, al fin un poco de trabajo duro para hacer que mis músculos estén activados.
— ¿Y funciona~? -preguntó Keymera observándole de forma juguetona.
— Observa, encanto -dijo Charismatic con toda la intención de pavonearse frente al demonio zorro.



Como demonio de la ira que era, el aspecto feroz de Charismatic, se veía reforzado porque tenía clavos afilados incrustados por todo su cuerpo,la simple visión de sus brazos llenos de ellos, hacían temblar a los hombres y entre demonios, era un atractivo importante.
Se aseguró de marcar debidamente sus músculos y luego retorció uno de esos clavos, para sacarlos de su carne,mostrando lo tenso y duro que se mantenía su músculo.


A Keymera, simplemente se le hizo la boca agua al comprobar lo fuerte y firme que estaba el cuerpo de su compañero. No fue hasta que Bling Bling interrumpió con un carraspeo, que Keymera empezó a relamerse y a dejar hablar a Sugar, quien, por supuesto, también se había quedado mirando a Charismatic totalmente asombrado. Decir que aquel demonio era realmente atractivo, era quedarse muy corto, aunque desgraciadamente, el físico no era tanto como la inteligencia y Charismatic no era estúpido, pero tampoco era un pensador.



— Esto...-susurró Sugar antes de centrarse en lo que estaba diciendo- Vamos a subir al mundo humano ¿quieres venir con nosotros?
— ¿Al mundo humano?¿Lo dices de verdad? - entornó los ojos Charismatic mientras volvía a clavarse lo que se hubo arrancado a posteriori.
— Sí, es en serio... Había pensado que podríamos ir, liarla un poco entre los hombres y regresar antes de que nadie se de cuenta.
— Pero ¿y la seguridad? Ya sabes que subir está...
— Soy el Príncipe ¿no es así? Sólo tengo que amenazarles un poco y de seguro nos dejarán salir sin mayor inconveniente.
— Si es así, me apunto. Hace demasiado tiempo que no voy al mundo de los humanos y me gustaría saber qué tanto podemos hacer. Compañeros que han subido aseguran que nada es como era cuando aún podíamos ir y venir a nuestro antojo.
— Entonces pongámonos en marcha, no quiero que se una nadie más a la expedición-dijo entre dientes Sugar antes de empezar a caminar hacia las escaleras que subían al mundo de los hombres.



Charismatic asintió a las indicaciones del Príncipe y preocupándose más bien por dejar claro quién era el macho dominante, apartó a Bling Bling de Keymera y tras pasar un brazo sobre los hombros del demonio de la envidia, de forma completamente posesiva, sonrió y echó a andar con él tras Sugar.
Bling Bling estaba que echaba humo por la boca sólo de ver lo que aquel idiota hacía cada vez que se cruzaban con él y eso le hizo arrepentirse infinitamente de desear que fuera con ellos como en los viejos tiempos.
Dándole alcance, Íkaro le dijo que no lo pensara demasiado, Keymera, era al fin y al cabo, un demonio demasiado fácil como para tomarlo siquiera en serio como pareja. No iba a quitarla la razón con respecto a que era más fácil que la tabla del uno, pero era el demonio del que se había enamorado... Era demasiado evidente que Bling Bling pertenecía a aquel grupo de demonios llamados Hijos de Astaroth, y parecía que eso no iba a impedir que tratara por todos los medios, que su amor con Keymera funcionara. Era algo digno de aplaudir, al menos para el viejo Íkaro.


La subida al mundo humano constaba de una gran y empinada escalinata de un millón de escalones, sin duda un ascenso duro para aquellas almas que trataran de escapar de regreso al mundo de los hombres. Para un demonio, nuevamente, no era algo que fuera preocupante o que se presentara extenuante, simplemente, era un camino largo que para aquel grupo tan inusual de amigos, se hizo realmente corto, ya que los constantes piques entre Charismatic y Bling Bling, hacían las delicias del respetable al pelearse y medirse por saber quién de los dos era más digno de las atenciones de aquel hermoso demonio que no parecía decantarse nunca por ninguno en concreto... Al menos, se le daba bien calmar a Charismatic con algunos contoneos de sus caderas y su cola, lo suficiente al menos como para que no explotara rabioso y llamara la atención de aquel bullicio que cada vez quedaba más lejos, dejando paso a un silencio que se rompía con el eco de sus risas y sus voces. Ahora estaban demasiado arriba como para ser oídos por nadie.
¿Y no había nadie más en aquellas escaleras? No. Puesto que se trataba de la salida del Infierno y no de la entrada, lo cierto era que se trataba de una zona desértica y solitaria de la que nadie parecía haberse acordado en mucho tiempo.

Hasta allí subían los vapores y el humo de las pozas de alquitrán y del fuego infernal, de modo que una densa capa de polución venenosa, los envolvía desde hacía ya cientos de escalones atrás. La visión allí era borrosa, pero siendo quienes eran, lo complicado habría sido no ver el foco de luz dorada que era el propio Bling Bling, quien por andar en cuatro,tenía mucha mejor visibilidad que todos los demás, que simplemente se limitaban a seguir aquel color brillante mientras alguno que otro se tropezaba y caía de rodillas al piso, provocando que todos los demás se rieran de forma escandalosa.

En realidad había que admitir que era una situación entretenida y que entre ellos, se llevaban lo suficientemente bien como para que el enfado por ser el hazmereír al caerse, no fuera duradero. Incluso Charismatic acabó en el suelo y hubo suerte de que lo tomara con humor y se riera el primero o empezaría a dar golpes como loco para evitar que se rieran de él.
Poco a poco, el humo se fue disipando, dejando ver ante ellos una explanada que conducía a la Gran Puerta de Hierro. La salida al Infierno, custodiada por una enorme gárgola de piedra.
El lugar lucía desolado, muestra de que hacía milenios que nadie iba allí y prueba de que el guardían no tenía la necesidad de moverse un solo ápice de su puesto en lo alto de aquella gran puerta.
Las risas se apagaron y los cinco demonios observaron el camino que les conduciría finalmente al mundo de los humanos, si la gárgola decidía abrirles las puertas. Sugar e Íkaro fueron los primeros en comenzar a caminar hacia aquella gran puerta, seguidos poco después por los demonios de los pecados capitales, quienes observaban en silencio al rededor. Hacía demasiado que no iban a aquel lugar e inconscientemente esperaban alguna clase de emboscada para cortarles el paso. Sin embargo, nada ocurrió, salvo que la gran gárgola de piedra, abrió los ojos y espetó a aquellos osados visitantes.





— ¿Quién se acerca a mi puerta?

— Soy Sugar, hijo de Lucifer y Príncipe del Segundo Infierno.
— Yo soy Íkaro, padre del Rey Supremo,Satanás.
— Mis señores ¿qué les trae a mi puerta?
— Queremos que la abras y nos dejes salir -dijo Sugar mientras levantaba la cabeza, observando la gran figura de piedra, que los observaba con sus ojos rojos desde las alturas.
— Me temo que no puedo concederos vuestra petición. Nadie puede salir sin permiso.
— ¿Acaso no me has escuchado? Soy un Príncipe, no necesito permiso de nadie. Si no abres la puerta haré que te destituyan y que seas severamente castigado por tu desobediencia. —Le pido perdón por mi impertinencia, majestad. Si solicita que le abra las puertas así será.



Pudo o no, ser la amenaza de Sugar lo que provocó que la gran gárgola decidiera abrirles la puerta, pero todo el grupo observó con estupor, como las inmensas y pesadas puertas, comenzaban a abrirse de forma lenta y con un sonido estridente y chirriante que hizo que Bling Bling y Keymera se cubrieran los oídos por tener la audición más sensible que sus compañeros. Conforme se abría la puerta, una luz cegadora entró por las rendijas y todos salvo el demonio de la avaricia se cubrieron los ojos debido a la claridad apabullante a la que ninguno estaba acostumbrado, aunque el demonio-perro, era menos sensible a la luz debido a que estaba acostumbrado al dañino brillo de las monedas de oro en ingentes cantidades.
La puerta quedó parcialmente abierta, lo suficiente como para que pudieran entrar todos ellos y aunque en un primer momento dudaron, mirándose los unos a los otros, fue el Príncipe el que decidido, se animó a dar el primer paso hacia la salida.
No habían llegado allí para darse la vuelta y regresar a casa con el rabo entre las piernas.


Antes siquiera de lograr acceder a la puerta, los cinco se echaron hacia atrás al ver un túmulo de piedra surgir ante ellos. Poco a poco la piedra fue tomando aspecto humano y los cinco guardaron silencio cuando Lucifer, el padre de Sugar, se materializó ante ellos.
El Príncipe abrió desmesuradamente los ojos al ver allí a su progenitor y técnicamente se metió detrás de Íkaro, sin duda lo iba a utilizar de escudo si volaban golpes. Pero para no variar, su padre, al que llevaba mucho tiempo llamando "viejo senil", estaba sonriendo y parecía realmente alegre por encontrarlos allí. Los tres demonios de los pecados capitales se apresuraron a ponerse de rodillas en el suelo y agachar las cabezas ante el soberano del Segundo Infierno, en señal de respeto y sumisión a su presencia.
Íkaro inclinó levemente la cabeza en señal de saludo, al fin y al cabo, su posición de padre de Satanás, no le eximía del cumplimiento del protocolo.


Lucifer se acortó las distancias con el grupo de jóvenes demonios y dijo con voz despreocupada:



—Así que intentando abandonar el redil sin permiso¡Eso no está nada bien!¿A quién se le ocurrió la idea?¿Mmn? -sonrió de nuevo al no obtener respuesta. Era de esperar que nadie delatara a nadie aunque sabía perfectamente que había sido cosa de Sugar- No podéis salir, al menos no como pensaban hacerlo,muchachos.
— No deberías intervenir -dijo finalmente Sugar con notable hastío- Estoy harto de que me sigas a todas partes, tengo derecho de divertirme sin que metas las narices de por medio ¿no te parece?
— Tranquilo, fierecilla -se hace el ofendido y luego se acerca más aún y pega la nariz a la de su hijo- No voy a impedir que salgáis... ¡Es más,vengo con una idea para que lo hagáis!



Los cinco demonios observaron al rey en silencio y Sugar sintió que el vello de la nuca se le erizaba.
Si su padre hablaba de "ideas" no esperaba que saliera nada bueno de la que quiera que fuera la sugerencia que iba a darles.


Tras unos segundos que parecieron eternos, Lucifer retomó la palabra:



— Ya que quieren subir al mundo de los humanos ¿qué tal si se convierten en humanos? Será un juego divertido, viviréis la aventura que tanto estáis deseando vivir y además, podréis salir de ésta cloaca oscura e infecta.
— ¿Cómo dices? -preguntó sorprendido Íkaro - ¿Subir al mundo de los humanos transformados en humanos?
— Perdiste definitivamente la cabeza, viejo senil... ¿Cómo vamos a...?
— No digáis aún que no, el mundo de los hombres es muy emocionante y si habéis llegado aquí arriba con todo vuestro morro, creo que lo ideal es que sigáis adelante ¿no? Mi única condición para dejaros pasar, es que aceptéis subir al mundo con forma de hombres.
— Puede ser divertido-comentó la voz de Keymera haciendo que sus compañeros se giraran a verlo- ¿Qué? No puede ser tan malo. Sólo son hombres. No hay nada que puedan hacernos ¿no es así?
— Sí,sí, escuchad al chico bonito, tiene razón -dijo Lucifer con voz animada- ¿Qué te parece hijo?¿No te gustaría intentarlo? 
— Pero... ¿Dónde está la trampa? Siempre hay una trampa cuando se trata de hacer tratos contigo, viejo...
— No hay trampa, os he dicho que subiríais como humanos a vivir una aventura humana... Claro que si os negáis, haré que os metan a todos en las mazmorras durante los próximos mil años. -agregó como si fuera lo más normal del mundo, aunque era evidente hacia dónde quería que derivara la conversación.
— Bueno...yo...-Sugar se giró a ver a sus compañeros- ¿Alguno tiene algo qué decir?
— Hagamoslo -dijo Charismatic cruzándose de brazos- Sería de cobardes darse la vuelta ahora.
— Supongo que tienes razón...- Sugar se giró y observó a su padre con la mano extendida para sellar el trato.



Un trato con un demonio nunca se sellaba por medio de las palabras, la forma más común de cerrar un trato, era darse la mano y eso obligaba a ambas partes a cumplir con lo pactado. En el caso de los humanos, los pactos con los demonios se realizaban por medio de sacrificios de sangre, ya que era imposible que un demonio le diera directamente la mano a un hombre, de modo que durante las invocaciones, los interesados solían ofrecer un animal como sacrificio y cerraban el trato cortándose la palma de su propia mano.
Tras unos momentos más de duda, Sugar alargó la mano y estrechó la de su progenitor, arrepintiéndose de haberlo hecho casi de manera inmediata. Lucifer sonrió como un demente y al poco, de su cuerpo salieron ondas de luz que atraparon a los cinco demonios. Pronto, todos ellos estaban gritando de dolor al sentir que sus cuerpos estaban sufriendo unos dolores indescriptibles. Sus cuernos, colas y alas, se contraían sobre sí mismos, introduciéndose en sus cuerpos hasta desaparecer por completo, haciendo con ello que también desaparecieran sus marcas corporales que indicaban sus rangos demoníacos. Las garras y pezuñas de aspecto animal, se retorcían hasta tomar la forma de burdas manos humanas y poco a poco la debilidad se apoderó de sus cuerpos, postrándolos de rodillas mientras sentían que no les llegaba el aire y que algo en el pecho les dolía. Sus pulmones estaban comenzando a respirar oxígeno, algo que allí en el Infierno no había, de modo que se estaban asfixiando, en el pecho habían comenzado a latir sus corazones, algo de lo que prácticamente cualquier demonio carece, haciendo que el primer latido, fuera el más agónico de todos, podrían haber definido el dolor como estar sufriendo un infarto.

La luz de la gran puerta de hierro, comenzó a tirar de ellos y ninguno fue capaz de resistirse a pesar de que Sugar se sujetó de la misma para evitar se absorbido , viendo la sonrisa de su padre, diciéndole adiós con un una mano cuando finalmente la energía de aquella luz lo engulló sumiéndole en una oscuridad completa.







"Ahora sois hombres,no olvidéis que como tal,podéis morir si no tenéis cuidado...
Onew, Jonghyun, Key, Minho, Taemin...
Abandonáis el infierno para pasar a un mundo finito y pulsional.
Buena suerte chicos.

La vais a necesitar"




domingo, 18 de marzo de 2018

♉▽ COLORFULL BUBBLES ▽♉ 10º [FINAL]

Pareja: [OnTae [Onew + Taemin]
Personajes secundarios : Jonghyun, Minho, Key, CL, Yesung, Kyuhyun.
Género: Fantasía/Hard Lemon /Suspense
EEL: +18


Resumen: En un mundo donde la vida es decadente y los humanos sólo sirven para trabajar, algunas familias de poderosos seres ultraterrenales se disputan el dominio sobre la mayor potencia mundial en esos momentos, la ciudad de Seúl, donde ha comenzado la expansión de lo que se presenta como una nueva salvación, un poderoso estupefaciente llamado "BUBBLES". Ambas familias pelearán hasta que sólo quede una en pie por el dominio de los hombres.


¡¡IMPORTANTE!!
NO fomento ni apruebo el consumo de DROGAS
Ésto es sólo una historia
Por favor, no probéis nunca drogas de ninguna clase





La parte superior del edificio Noctem comenzaba a derrumbarse sobre sus cabezas , mientras los sonidos de disparos, venían de todas direcciones sobre los Persici. Ninguno de ellos sabía exactamente a dónde estaban yendo, simplemente bajaban escaleras una tras otra, tantas, que llegaba incluso a resultar confuso y mareante.
Jonghyun había perdido la conexión con Key, no estaba seguro de si se debía o no a las explosiones, a que se había estropeado el dispositivo o a algo peor. Tal vez se hubiera cargado completamente el sistema y su novio estuviera intentando formatear uno nuevo y acceder de nuevo al dispositivo que llevaba en la oreja por medio de otra señal que pudiera llegar allí en aquellos momentos.

Onew se detuvo, Taemin aún iba sujetándolo para que se tuviera en pie, pero el mayor de los Persici parecía estar preocupado por algo que no era su propia seguridad, sino la seguridad de los suyos, de sus hermanos pequeños, quienes en aquellos momentos estaban expuestos a morir y era por su mala cabeza como hermano mayor.



- ¿Qué haces,Onew? No tenemos tiempo de detenernos ahora a mirar el paisaje -replicó Taemin mientras se pegaba a la pared viendo caer un enorme trozo de cemento,junto donde él había estado segundos atrás- ¿Qué haces?¡Vamos!
- No puedo seguiros, tenéis que llegar al garaje...
- ¿¡QUÉ!?¡Jonghyun!¡Jong!- intentaba llamar el menor a su hermano entre los estridentes sonidos de escombros al caer - Mierda... ¿Onew qué cojones pretendes?
- Yesung nos viene pisando los talones, no puedo seguir escapando, tengo que pararlo...
- ¡NO!¡NI SE TE OCURRA!¡VÁMONOS AHORA!¡Aún estamos a tiempo de llegar sanos al garaje y salir de aquí!
- Compórtate como un hombre por una vez en tu vida, Taemin, ya no eres un niño...Conozco mis obligaciones y debo manteneros a salvo.
- ¡Tu obligación como hermano mayor era protegerme y me agarraste como saco de desquite cuando CL Noctem te dejó!



Los ojos de Onew se abrieron de par en par, si bien por la barbaridad que acababa de expedir Taemin por la boca o porque era una información que el menor no  debía conocer. Tae se quedó sin aire cuando vio a su hermano fruncir el ceño... En ningún momento dijo que aquellas palabras eran una locura o no eran verdad, lo que significaba que aquella maldita harpía había sido sincera... Ella y Onew tenían una aventura y él lo había agarrado como conejillo de indias para desfogarse cuando lo dejaron plantado.



-Eres...un maldito hijo de puta, Onew...-dijo Taemin intentando no romper a llorar.
- No es momento para hablar de ésto... Lo siento mucho,Tae...Si salimos de ésta con vida, te deberé una explicación.
- ¡Me debes mucho más que eso,bastardo!



Un fuerte temblor en el edificio hizo que ambos hermanos quedaran separados por un hueco de unos dos metros, ya que el suelo comenzó a ceder bajos sus pies y cada uno de ellos se movió en una dirección opuesta. Onew se quedó mirando a Taemin desde las escaleras por las que acababan de bajar y sin dar tiempo a su hermano de replicar o no, se dio la vuelta con su arma en la mano en el mismo momento en el que aparecieron Kyuhyun y Yesung Noctem, seguidos de algunos de sus guardias.
Haciendo alarde de una envidiable temeridad, Onew se lanzó a por el más aventajado de los Noctem, Yesung, quien comenzó a forcejear con él, mientras todo a su alrededor se desprendía,temblaba, estallaba y ardía, levantando nubes de humo que nublaban completamente la visión y que incluso impedían que se pudiera respirar. Taemin llamó a gritos a su hermano, pero Minho, que se había percatado que su rival  no iba tras él,regresó de forma inmediata a buscarlo.



- ¿Qué haces?¡Suéltame!¡Mi hermano me necesita!-bramó el rubio cuando Minho lo jaló enérgicamente para apartarlo de las escaleras que seguían derrumbándose.
- ¡No seas cabezota,vamos!¡Tu hermano nos dará alcance!
- ¡Que me sueltes!-replicó golpeando sobre el hombro herido a Minho, viendo que éste quedaba casi de rodillas a causa del dolor.
- ¡MMnff!...¡Joder,Taemin!¿Es que no tienes aprecio por tu vida?¡El edificio se cae!¡Si nos quedamos aquí,caerá sobre nuestras cabezas!
- ¿¡Y ONEW!?¡Está allí peleando con tus hermanos!
- ¡Es un hombre fuerte!¡Vamos!
- ¿Y mi hermano Jonghyun? -dijo preocupando tras ceder a las exigencias de Minho.



Al parecer, Jonghyun había salido corriendo tan deprisa por uno de los pasillos, que cuando Minho quiso llamarlo y gritarle que esa no era la dirección para salir de allí, el techo se derrumbó e hizo imposible que pudiera darle alcance. Taemin se sintió contrariado. En cuestión de minutos, se habían desperdigado por completo. Onew estaba cubriendo la retaguardia y peleando sólo contra Yesung y contra Kyuhyun y sus hombres, Jonghyun estaba en paradero desconocido y seguramente atrapado porque el pasillo estaba bloqueado...Y él y Minho estaban allí parados mientras todo a su alrededor temblaba,se quebraba y caía.
El rubio le dijo a Minho que no iba a abandonar a Onew a su suerte y en el mismo momento en el que se giró para ir a las escaleras a ayudar a su hermano mayor, el suelo a sus pies se hundió y calló de lleno en el suelo de la planta inferior al tiempo que escombros caían encima suyo. Gritó y le dijo a Minho que tenía la pierna atrapada bajo unos hierros.
El Noctem se enfrentó a un dilema...Bajar a ayudar a Taemin o salir corriendo de allí tan deprisa como le fuese posible. No tuvo dudas tras sopesarlo.
Se arrancó la venda del brazo que Taemin le había herido y saltó por el mismo hueco por el que su rival se había despeñado contra el suelo de la planta inferior. Aterrizó casi perfectamente,salvo por el hecho de que se golpeó un nuevo escombro que calló desde el techo. No quiso regodearse en el dolor y se acercó a Taemin tan deprisa como pudo:



- ¡Usa el reloj de arena!¡Intentaré usarlo a la vez y sacarte la pierna!¡VAMOS!
- ¡Está bien!¡Un-uno, dos...y tres!



Ambos jóvenes, emplearon la facultad del reloj de arena y dependía de ellos si aquellos preciosos segundos ganados iban o no a ser fructíferos. Minho agarró el hierro que impedía la movilidad de la pierna de Taemin y la levantó tanto como pudo, lo suficiente como para dejar un par de centímetros para que el Persici pudiera sacar el pie de ahí y apartarse antes de que su compañero dejara caer la viga al no soportar más el peso.
Se miraron jadeando y acto seguido, sin tener tiempo de saber si la pierna de Taemin estaba o no herida, Minho lo obligó a ponerse de pie y sujetándole con fuerza por la muñeca, echó a correr con él hacia el hueco de las escaleras.
Sin duda la pierna de Taemin no estaba en su mejor forma, pero al menos no la sentía rota. Los dos se frenaron delante del hueco de las escaleras y cayeron de rodillas al suelo por la forma tan violenta en la que el edificio comenzaba a sacudirse. Toda la pared exterior se derrumbó y en esos momentos, Taemin contuvo el aliento al ver en caída libre a su hermano Onew, junto con los Noctem y los hombres que estaban con ellos. Minho gritó llamando a sus hermanos, a pesar de que fueran unos hijos de puta,no dejaban de ser su familia y por ello se preocupó. Los dos jóvenes se alongaron a pesar de que seguían cayendo escombros de las plantas superiores. A Minho se le escapó un quejido cuando vio a Kyuhyun ensartado en los hierros de un pilar que se había desplomado y dejado a la vista los hierros partidos y que inevitablemente apuntaban hacia arriba. Su hermano había quedado enganchado en ellos y Minho veía cómo aún respiraba y sangraba profusamente, mientras uno de esos hierros salía por su cuello y el resto por la zona del estómago.
Taemin divisó en medio del polvo, a Onew tirado boca abajo en el suelo, no muy lejos de donde se encontraba también Yesung Noctem, quien comenzó a moverse mientras se quitaba de encima, uno de los cadáveres de sus hombres.
El menor de los Persici comenzó a llamar a su hermano a gritos y luego, buscó dónde tenía el arma que le habían dado, pero ni siquiera la llevaba encima...Debía de haberla perdido entre tantas caídas y temblores, de modo que quiso gritar más alto y más fuerte para que Onew reaccionara y al ver que sí que comenzaba a moverse, lo instó a hacerlo más rápido.


Onew intentó ponerse en pie, pero tenía muchas más heridas tras una caída como aquella. Sin embargo, pudo ver venir a Yesung y se incorporó tan rápido como le dio su cuerpo, para sujetarle por las muñecas y obligarlo a soltar el arma que empuñaba con aquella ira ciega hacía él.
Ambos hermanos mayores comenzaron a propinarse golpe tras golpe, puñetazos, patadas, rodillazos... Parecía serles indiferentes el ver y sentir que todo a su alrededor se derrumbaba y que en cualquier momento el suelo bajo sus pies podría ceder y caerían de nuevo a un destino incierto, que a todas luces indicaba la muerte definitiva.
Minho observó la pelea con gesto grave mientras buscaba cómo bajar y llegar hasta su hermano Kyuhyun... Si no iba a poder salvarle la vida, al menos, intentar que su sufrimiento no se prolongara del modo en el que lo estaba haciendo en aquellos momentos. Sin embargo, la mano de Taemin lo jaló hacia atrás:




- ¿¡Qué cojones crees que estás haciendo!?
- ¡Mi hermano está allí abajo agonizando!¡Tengo que ir a ayudarle!
- ¿Con un brazo herido?¡Minho no podemos bajar hasta allí! 
- ¡¡BASTA!!¿¡Quieres que me quede quieto viendo como tus hermanos matan a toda mi familia!?
- ¡No han sido mis hermanos! ¡Yesung asesinó a CL a sangre fría!
- ... ¿Q-qué dices...?Eso... Eso es imposible...¿Cómo que asesinó a CL?¿Dónde está mi hermana?¿¡Dónde Persici del demonio!?
- ¡MMNF! -Taemin trató de apartar la mano de Minho que lo jalaba por el cuello y mirando fijamente a los ojos de su rival dijo con voz grave - ¿Es que no me has escuchado? Yesung mató a CL, la mató delante de mis narices y de las de Kyuhyun... Le pegó un tiro en medio de la cabeza con tal de conseguir que sus hombres me dispararan... No son mis hermanos los que están acabando con los tuyos...
- CL... Yesung... Maldito hijo de...-cierra los ojos con fuerza mientras suelta el cuello del rubio.



Podría haber pensado que Tae le mentía, pero siendo como eran ambos entre sí, sabía que no estaba mintiendo y de hecho, podía creerlo perfectamente... Su hermano Yesung había perdido completamente el norte tras abusar tanto de las drogas. Siempre había sido retorcido y perverso, pero nunca hasta el punto de hacerle daño a tu propia familia con tal de poder hacérselo luego a un enemigo.
Desgraciadamente, no tenían tiempo para regodearse en el dolor que implicaba la pérdida de un hermano. Ambos jóvenes se sujetaron de donde pudieron cuando una fuerte vibración comenzó a sacudir el edificio.
Sobre sus cabezas, se pudo ver explotar varios pisos superiores, acto seguido, los dos se miraron con los ojos muy abiertos a pesar del humo, porque el edificio comenzó a inclinarse hacia un lado. A Taemin le vino a la cabeza la idea de que estaban aún a más de 300 metros de altura del suelo y aquello parecía que iba a partirse por la mitad y a desplomarse por completo. No era de extrañar que el fuego de los pisos superiores que aún no se habían derrumbado,alcanzaran algún arsenal y provocaran que estallaran las bombas... Era preocupante... Si estalla alguna de desintegración masiva, no iba a quedar nadie para contarlo. Ambos decidieron que lo mejor era intentar seguir bajando y tratar de salvar la vida, sin embargo, el edificio iba tomando una inclinación en la que resultaba cada vez más complicado tenerse en pie y prácticamente iban a gatas,sujetándose como podían del suelo.
Otra explosión provocó que ambos quedaran prácticamente con los pies colgando sobre el vació, conforme la torre del rascacielos empezaba a inclinarse hasta romperse en dos, provocando que cayeran cascotes de piedras por todos lados, vigas de hierro y cristales.




- ¡¡JODER!!-gritó Taemin mientras luchaba por mantenerse sujeto de un saliente que parecía estar a punto de romperse.
- ¡¡TAE!!-gritó la voz de Onew desde abajo y cuando el menor miró pudo ver a su hermano intentando colocarse bajo donde se encontraba, en una cornisa- ¡Déjate caer,te cogeré!
- ¡¡NO!!¡Estás loco! -replicó el rubio mientras cerraba los ojos- ¡No puedo!¡Tengo miedo!
- ¡Confía en mi!¡Suéltate!



Taemin negó con la cabeza y al abrir los ojos y ver que sus manos estaban escurriéndose a causa del esfuerzo, resopló y mandando todo a la mierda, se soltó y abrió muchos los ojos en el momento en el que todo su cuerpo se precipitó hacia el vacío. Ni siquiera fue consciente de que cuando se soltó, Onew empleó el Reloj de Arena y usó su poder psíquico para desviar ligeramente la caída de su hermano, atrapándolo por una de sus muñecas.
El menor de los Persici gritó cuando se vio suspendido en el aire y al ver que su hermano lo estaba sujetando y de dónde estaba parado, resopló con fuerza y mirando a los lados le gritó que le balanceara. Seguían lloviendo escombros, ceniza y cristales, nada impedía que aquella maniobra estuviera a punto de ser una gran calamidad. Onew ni siquiera puso en duda la petición de su hermano y comenzó a balancearlo de un lado a otro, mientras se sujetaba del marco de una ventana y Taemin apoyaba los pies sobre la fachada del edificio. Tras un par de movimiento, alcanzó el impulso suficiente como para soltarse de la mano de Onew y sujetarse de unos hierros salientes,que le sirvieron para trepar hasta la planta en la que su hermano y Yesung habían estado peleando...
Mientras Onew retornaba la cornisa y llegaba junto a él, el menor de los Persici, buscó con la mirada a Minho y al levantar la vista, apenas si tuvo tiempo de ver cómo se soltaba y caía hacia el abismo antes de que una enorme viga de hierro llegara a golpearlo al desprenderse:




-¡¡ MINHO!! -gritó Taemin a punto de saltar tras él para intentar agarrarlo, pero no llegó a hacerlo, pues Onew lo estaba sujetando con fuerza por los brazos- ¡NO!¡Suéltame!
- ¡Taemin, quieto!¡Ha caído!...N-no podemos ir por él...-tose debido al humo y jala de su hermano pequeño- ¡Tenemos que salir de aquí!
- ¡POR DIOS!-grita horrorizado antes de apartarse del borde de la planta y esconder la cara en el cuello de Onew.



Un nuevo temblor hizo que se separaran del abrazo y ambos, comprobaron con los ojos llenos de incredulidad, como Minho, se asomaba por el saliente,agarrándose con todas sus fuerzas de los hierros antes de reclamarles a ambos que le echaran una mano.
Taemin fue incapaz de decir lo feliz que se sintió al verlo vivo y jaló de él para ayudarlo a subir:


- ¿Cómo es posible que...?
- Afff... No preguntes... -traga saliva y les mira - ¿Y Yesung?
- El suelo se calló a nuestros pies... -dijo Onew mientras se incorporaba costosamente- La última vez que lo vi, estaba rodeado de llamas y varios metros más abajo...
- ¿Cómo vamos a salir de aquí? -dijo Taemin mientras observaba que de forma definitiva, la parte superior del edificio se desprendía y caía al vacío provocando un ruido estruendoso y que de nuevo, todo el edificio temblara.
- ... ¿Y Jonghyun...?-susurró Onew al darse cuenta de que su hermano no estaba con los más pequeños.
- N-No...No lo sabemos... Minho dice que se fue por un pasillo y que quiso llamarlo pero se bloqueó la salida al caerse el techo...-dijo Taemin conteniendo el aliento y cubriéndose la boca para no llorar con el pensamiento de que su hermano mayor podría no estar ya en éste mundo.
- Estará bien... -dijo Minho observándoles.
- ¿Cómo puedes saberlo? -dijo Onew frunciendo el ceño.
- ... Key fue quien me ayudó... Apareció de pronto... No me fijé bien cómo, pero estaba volando...Creo que llevaría algún reactor auto-propulsado... Había demasiado humo... Me dejó en un saliente y se fue... Iba hablando con Jonghyun por el transmisor...
- Como que... Key está aquí...
- No hay tiempo... Si logramos sobrevivir, tendréis que contarnos lo que ha pasado.



Onew intentó sobreponerse. La idea de que Key hablaba con Jonghyun en el momento de rescatar a Minho, le hizo sentir cierta calma, quizás no se habría despeñado junto con aquella torre hacia el suelo... Apresuró a los dos menos a moverse y tratar de encontrar un modo de bajar pisos,aunque fuera por la propia fachada del edificio, ya que el interior en aquellos momentos era mucho menos seguro debido a los derrumbes que se seguían ocasionando.
Dejándose guiar por Minho, que a pesar del estado en el que se encontraba el edificio, conocía lo suficiente la estructura como para saber dónde podrían encontrar, sino un acceso  más seguro, al menos una forma de bajar que no tuviera todo el porcentaje para convertirse en un suicidio.
La zona del suelo que Onew señaló , y por la que había caído Yesung, era un horno... Había llamas por todas partes y por tanto, no era válido para lo que pretendían. Rodeando aquellas llamas que parecían querer atraerlos y convertirlos en huesos calcinados, Minho dio con unas escaleras de emergencia, que... Al menos, parecían ligeramente estables. No es que inspiraran mucha confianza,debido a que las explosiones y los derrumbes, habían hecho destrozos importantes en ella... Desgraciadamente, el único rellano de escalera que era accesible para ellos en esos momentos, quedaba a un salto de tres metros y de al menos 10 más de altura. Ni siquiera parecía seguro, porque era evidente que varios anclajes se habían soltado de la pared, pero no encontrarían otra manera de bajar. Los dos menores, giraron a ver a Onew, como si indicaran que esperaban que él saltara primero... Obviamente, Onew ya lo había pensado, de modo que simplemente se puso derecho y retrocedió varios metros para poder coger velocidad e impulso en el momento de saltar. Ni siquiera iba a pensar en las consecuencias de que el salto fuera errado...Tenía que lograrlo, ya fuera para conseguir bajar por ellas o para despeñarse en  vez de que tomara tal riesgo su hermano pequeño.
En el momento en el que Minho y Taemin lo vieron comenzar a correr hacia el borde del edificio para saltar, fue sobrecogedor. Casi lo sintieron a cámara lenta y, el menor de los Persici, se arrepintió de forma prácticamente inmediata, el haber mandado primero a Onew. No porque su hermano fuera incapaz de hacerlo, sino porque realmente le dio miedo el pensar que le podía pasar algo malo si la escalera cedía ante el impacto y la fuerza de la caída.
Su hermano mayor dio un salto digno de un deportista de élite, e incluso mucho mejor que cualquiera de ellos, porque en el momento en el que abandonó el suelo, la zona en la que su pie se había apoyado para saltar, se había desquebrajado y caído a escasos milímetros de él. Había sido un salto perfecto. Onew calló en el lugar adecuado,en medio del rellano de la escalera, tras tener que apoyar un pie en la baranda para poder llegar y tomar el nuevo impulso hasta acomodarse en el suelo. Taemin respiró aliviado, al menos por unos segundos, pues las escaleras comenzaron a temblar y los enganches se aflojaban de la pared, dejando la escalera ligeramente descolgada de la misma.



- ¡Vamos, chicos!¡No tenemos mucho tiempo!

- ¿Taemin? -dijo Minho observando al rubio.
- ¿Tienes miedo?-comentó el rubio mientras se incorporaba y se echaba hacia atrás, casi a la misma distancia a la que su hermano mayor había retrocedido para tomar carrerilla.
- Sí...¿Acaso tú no lo tienes?
- Estoy a punto de cagarme en los pantalones -confesó con una leve sonrisa antes de echar a correr hacia el saliente y tomar impulso para saltar.



Minho observó en silencio a Taemin caer prácticamente al vacío mientras Onew se preparaba para agarrarlo en el momento junto en el que el Persici llegó a la baranda. Su salto fue un poco más corto que el de Onew, pero sujeto de los hierros del barandal, a su hermano no le costó pasarlo al interior del rellano, donde la escalera volvió a temblar... El Noctem tomó aire e imitó el gesto de los Persici para retroceder... El hecho de que todo estuviera en llamas y derrumbándose, no ayudaba a que se concentrara pero...Si Taemin había logrado saltar perfectamente, siendo más bajo que él y teniendo las piernas más cortas ¿por qué él no iba a poder hacerlo? No había nada que Taemin hiciera, que él no pudiera igualar e incluso superar. Simplemente, debía recordar que no tenía que mirar abajo.
Echó el aliento en un par de ocasiones y finalmente empezó a correr hacia el borde. Pudo dar la sensación de que habían tardado cada uno una eternidad en llevar a cabo aquel salto, pero ni siquiera ellos mismos eran conscientes de lo rápido que estaba siendo todo, de la velocidad con la que la adrenalina de sus cuerpos, les hacía tomar las decisiones. Apenas sí habían transcurrido dos minutos desde que Onew se decidiera a saltar en primer lugar.

Cuando llegó al borde, saltó con la misma agilidad y eficacia que una gacela. El hecho de que su zancada fuera más larga, le permitió llegar a donde lo esperaban ambos Persici.
Onew lo ayudó en la caída, ya que estuvo muy cerca,debido a su altura, de golpearse con uno de los hierros de la parte superior de la escalinata. Minho sonrió satisfecho consigo mismo tras aquel fabuloso salto, aunque poco les duró la alegría, pues finalmente los enganches cedieron y la escalera comenzó a precipitarse hacia el vacío. Todos se sujetaron de la baranda mientras miraban hacia abajo, a un suelo que quedaba a cientos de metros de distancia y que apenas era visible entre la humareda, los desprendimientos y el fuego.
La escalera quedó inclinada en un ángulo de casi 160º, que los dejó a los tres,prácticamente pendiendo de la sujeción de los hierros. Mientras todos intentaban mantener la calma, Minho, queriendo hacer alarde ante Taemin, de que podía ser también un temerario y salir airoso, aprovechó sus centímetros de más para emplear la baranda como una escala y bajar hasta el siguiente tramo de la escalera de incendios, que se encontraba no sólo más estable, sino aún enganchada a la pared. Así mismo, ayudó a Taemin y a Onew a llegar del mismo modo a donde él se encontraba, pero no había tiempo de celebrar, seguían estando en inminente peligro. Comenzaron a descender tan deprisa como les fue posible, al menos lograron descender 3 tramos de escalera hasta que unos disparos los hicieron retroceder. ¿De dónde procedían?
Onew cubrió a Taemin y mirando en todas direcciones escuchó la inconfundible voz de Yesung llamándoles a gritos mientras aseguraba que iba a despellejarlos a ellos y al traidor de Minho. Fue éste último quien divisó a su hermano en un ventanal roto de un piso inferior, se sujetaba con un brazo ensangrentado del marco del ventanal, mientras con el otro les disparaba. Su cuerpo entero estaba cubierto de cristales que se habían clavado en su piel, partes de su ropa estaban quemadas, pero eso no mermaría el odio y la rabia que corroía sus entrañas. Al mayor de los Persici se le antojó que aquel hombre era inmortal o sin duda corría con la suerte del diablo.


Ninguno de ellos tenía intención de convertirse en un blanco fácil para Yesung, de modo que rompieron la ventana más cercana y volvieron a ingresar al interior del edificio. Seguir por las escaleras con el Noctem disparándoles, era un suicidio a pesar de ser la ruta más segura, pero dentro de la sede de los Noctem, tendrían más probabilidades de salir airosos, o al menos, de despistar a Yesung, porque regresar al interior de un lugar que ardía y que se estaba derrumbando, era más bien una opción verdaderamente estúpida.
Sin tiempo para pensar en nada, Taemin y Onew dejaron en manos de Minho el hecho de que los guiara, al fin y al cabo, estaban en su territorio y lo mínimo que cabía esperar, es que supiera hacia dónde tendrían que ir para salir de allí o al menos, despistar a Yesung... Pero era difícil saber qué dirección tomaría su hermano, lo lógico era ir en dirección contraria a la que se esperaría que fueran, pero tal y como estaban las cosas allí, ninguno de ellos esperaba que se tratara de un camino sencillo.
El hecho de que Onew siguiera sangrando por el disparo que el hermano mayor de Minho le había dado y a pesar de eso, la adrenalina era tal, que ni siquiera le dejaba notar con claridad el dolor o el agotamiento.
En el momento en el que Minho se orientó sobre dónde se encontraban, echó a correr por una serie de pasillos y galerías, por los que, de haber tenido que andar solos, sin duda los Persici se hubieran acabado desorientando. No buscaba ninguno de los dos extremos de la planta, porque el hueco de las escaleras este y oeste, era por donde sin duda iban a toparse a Yesung. Los ascensores no funcionaban, pero había algo, que a pesar de no funcionar, les serviría para seguir bajando, sino hasta el garaje, al menos hasta la calle.
Se trataba de unas escaleras mecánicas que había en medio de aquella planta. El motivo de que éstas se encontraran en aquella zona y a lo largo de dos plantas más, era que en esa zona del edificio, entraba diariamente mercancía muy pesada que no siempre era posible subir en el ascensor o por el contrario, que era demasiado delicada y era necesario llevarla en brazos para subirla a los almacenes de manera apropiada y segura.
Como era de esperar, las escaleras no estaban operativas y aunque una de ellas se encontraba bloqueada por pesados escombros de hormigón, la otra simplemente estaba rota y con algunos obstáculos que no les costaría sortear. Descendieron agachados, pues escuchaban disparos y gritos de gente por todas partes, llegando incluso a detenerse al ver pasar a hombres de seguridad con armas en la mano, sin duda, buscándolos. Ninguno de ellos dijo nada, aunque volvieron a detenerse cuando escucharon que por la puerta por la que habían entrado al menos una decena de aquellos hombres, se escucharon ráfagas de disparos, Onew y Taemin temieron que hubieran dado con Jonghyun y lo hubieran acribillado, de modo que adelantaron los dos a Minho, olvidándose de que ninguno iba armado en aquellos momentos. El Noctem se quedó rezagado, vigilando la retaguardia por si aparecía Yesung.
En el mismo momento en el que Taemin y Onew se asomaban a aquella puerta, se encontraron de frente con unas armas que los apuntaron directamente a la cara, al menos así fue durante los primeros segundos, pues quienes las empuñaban, no eran otros que Jonghyun y Key. La euforia no se hizo esperar, cuando, tras los primeros segundos de desconcierto, Taemin saltó a los brazos de su hermano gritando de felicidad al ver que estaba vivo. Key hizo lo propio al ver a Minho. Aunque antes le había salvado, no había tenido tiempo real de acercarse a él y abrazarlo, agradecido de que continuara sano y salvo. Incluso, agradeció a Onew el hecho de que no lo hubiera abandonado a su suerte y para sorpresa del Persici, tenía a un Noctem abrazado. La cara de Onew era un poema. No sabía ni dónde meterse.
Tras aquel reencuentro fraternal por parte de ambas familias, Key les dijo que era necesario salir de allí cuanto antes, ya que él y Jonghyun habían colocado cargas en los pilares maestros de varias plantas y aquello iba a seguir derrumbándose. Onew espetó que en medio de una huida como la que estaban llevando a cabo, aquello no era una táctica inteligente, pero Jong y Key aseguraron que era algo necesario. El rubio preguntó que si sabían algo de sus otros hermanos y en vista del silencio de Minho, fue Taemin quien tomó la palabra y explicó brevemente lo que había sucedido a Kyuhyun y a CL. Se notó cierto dolor en el gesto de Key, pero no pareció pensarlo demasiado más, cuando le dijeron que Yesung continuaba vivo y que iba tras ellos. No eran buenas noticias, pero no es algo que le sorprendiera.
Jonghyun y Key les procuraron armas a sus hermanos y luego indicaron por dónde iban a continuar el descenso.


- El problema con Yesung es que no va a ser tan simple de matar... Hace años que se hizo injertos de placas de acero por todo el cuerpo. Es mucho más resistente que un muro de hormigón , a las balas. Tendremos que utilizar granadas.
- ¿Cómo es posible eso?-preguntó Onew frunciendo el ceño- Si le he visto sangrando y quemado...
- Evidentemente la piel no es resistente al fuego ni a las heridas, pero te garantizo que eso no es un peligro para su vida. A menos que logremos atravesar las placas.




Sin añadir nada más, los cinco se pusieron en marcha por los pasillos, siguiendo a Jonghyun y a Key, quien en ocasiones flaqueaba debido a su estado. Aunque era evidente que eso no le impedía en absoluto estar allí, dispuesto a reducir su antiguo hogar a cenizas.
Aparentemente no habría mayores percances, pero tras descender otras dos plantas, teniendo que esquivar derrumbes y soportando como les era posible las vibraciones tras nuevas explosiones, Jong y Key insistieron que tenían que volver a separarse, porque iba a ser mucho mejor así. Onew no entendió bien la estrategia y sintió que aquellos dos estaban ocultando algo, pero no sabía si era algo malo o algo bueno para ellos... Tras unas leves indicaciones, que iban más bien dirigidas a Minho, porque era el que conocía el edificio, la pareja volvió a desaparecer en medio de la polvareda y el humo, como si nunca hubiesen estado allí con ellos.
Rápidamente, Minho se puso al frente para indicar a los Persici la ruta por la que les habían indicado que debían bajar. Según los cálculos de Key, aquel era el camino más rápido para llegar a la entrada y quizás, el menos perjudicado porque las cargas explosivas, habían sido colocadas en zonas alejadas, debido a los planos del edificio.

Pronto, al ruido del lugar derrumbándose sobre sus cabezas, se le sumaron el eco de sonidos de disparos y gritos que se alzaban incluso por encima del crujido de las llamas. A todos les preocupaba imaginar que sus respectivos hermanos estaban o podían estar, siendo convertidos en colador a base de disparos.

Sin embargo, tal y como dijo Key, por el camino por el que les mandó ir, fue mucho más sencillo, a parte de algún que otro trabajador y matón de la familia Noctem, no encontraron mayores impedimentos para llegar finalmente a las plantas inferiores, donde, sin pensarlo, Onew ordenó a los más jóvenes, ir a encender el coche. Su sexto sentido le hacía notar un cosquilleo en la espalda que no le resultaba para nada agradable y sólo significaba una cosa. Problemas.


Minho y Taemin bajaron al aparcamiento buscando la ubicación del coche de Onew. Estaba todo extrañamente en calma allí debajo... Y aunque sin duda, había escombros por todas partes, era evidente que aquella zona estaba preparada y reforzada para los ataques. Demasiado silencio... Nada de aquello podía ser bueno. Caminaron agachados y lo más rápido que pudieron hasta el coche, el cual, Taemin activó con el código de su mano. Una vez dentro, respiraron ciertamente aliviados, al menos para ellos, la cosa parecía haber mejorado y en cierta manera, acabado también... Pero algo no iba bien... El hecho de que sus hermanos mayores no los hubieran acompañado hasta el que era el único vehículo de escape, daba a entender que el peligro persistía.


Algunas plantas más arriba, Onew se encontraba rodeado por cerca de una veintena de hombres armados, que junto a Yesung, le apuntaban, dispuestos a hacer de él un cadáver irreconocible.
Aún con ello, el mayor de los Persici, se mantuvo sereno, tratando por todos los medios de no cometer un solo error ni de moverse un solo centímetro, ya que eso sería el indicativo perfecto para que comenzaran a disparar ¿Por qué no lo habían hecho ya? Algo tan simple como que el idiota de Yesung se estaba regodeando de haber atrapado a un Persici.




- Hasta que al fin te he atrapado, Onew... No cuentes conque vas a salir de aquí con vida.
- No cuento con ello, pero tú tampoco vas a salir ileso de aquí...
- ¿Ah,no? Deberías fijarte bien en lo que tengo conmigo, Persici. Antes de que te muevas siquiera, ya te habré mandado al otro barrio. Ni siquiera usando el reloj de arena vas a poder librarte de las balas de mis hombres.
- Quizás no... Pero tengo una bala para ti y te juro por mi familia, que te mataré con ella.
-¡Já! Permíteme que lo dude. ¿Tus últimas palabras,Persici?
- Si me matas, destruirás ésto -dijo sacándose del bolsillo un pequeño estuche.

- ¿Qué es eso? -preguntó Yesung entornando los ojos.
- Una bubble -dijo Onew abriendo el estuche.



La cara de Yesung lo dijo todo. Quería aquella droga y era evidente que si disparaban teniéndola Onew encima, era muy posible que la destruyeran. No importaba que el edificio familiar estuviera en llamas y derrumbándose, hacerse con la droga significaría levantar un nuevo imperio, mucho mayor que el que sus padres le habían dejado en herencia. Con las Colorfull Bubbles en su poder, podría levantar mil edificios como aquel por todo el mundo y aún le seguiría sobrando el dinero. Levantó la mano para señalar a sus hombres que no se moviesen. No era estúpido a pesar de la ansiedad que le carcomía en aquellos momentos por arrancar de las garras del Persici,aquella maravilla que le haría cagar oro durante el resto de sus largos siglos de vida... Pero podía ser una simple trampa, podía ser una simple canica y aquel idiota se la estaba intentando vender como una Bubble para evitar su muerte.



- Sé que me estás mintiendo, Onew ¿por qué ibas a traerte una Bubble aquí?
- Porque pensaba negociar la liberación de mi hermano menor.
- Tu hermano menor no tardará en estar muerto y tú tampoco...-chirría los dientes- Dame la droga y haré que tu muerte sea rápida.
- ¿Por qué iba a dártela ahora? Taemin ya está a salvo y tú, no eres más que un hombrecillo triste al que le queda poco tiempo de vida. 




Impaciente, Yesung agarró el arma de uno de sus hombres y apuntó con ella a Onew antes de apretar rabioso el gatillo y dispararle ante la estupefacta mirada de todos.
Las balas atravesaban el cuerpo de Onew pero éste no parecía inmutarse. A su espalda, la pared, llena de agujeros tras que Yesung hubiera vaciado por completo el cargador. Ninguno de ellos comprendía nada, al menos no en los primeros instantes, ya que el Noctem, gritó rabioso que era un maldito holograma. Onew no estaba allí, en ningún momento había estado allí de pie esperando por ellos... El muy malnacido se habría escondido como la rata de cloaca que era y les había tendido una trampa.
Ordenó que lo buscaran en el mismo momento en el que las luces del edificio se apagaron nuevamente.
Yesung no lo dudó, se echó al suelo y se arrastró hasta la pared más cercana mientras escuchaba como acribillaban a sus hombres a balazos y sabía perfectamente desde dónde se estaban produciendo los disparos. Venían de la puerta de los ascensores que quedaba justo a la espalda de donde estaban todos sus hombres colocados... Muy hábil por parte de aquel estúpido Persici el pensar que ninguno de ellos iba a girarse a ver hacia una zona que estaba aparentemente y a todas luces, completamente fuera de servicio. Sonriendo como un desquiciado, sacó de su chaqueta otro arma y retiró el seguro. En cuanto regresaran las luces, iba a ocuparse de aquel maldito infeliz.
Los disparos cesaron y en ese preciso momento las luces volvieron a encenderse. Muchos de sus hombres yacían sin vida en el suelo, pero también algunos, habían tenido la inteligencia suficiente como para lanzarse igual que él al suelo y esquivar de ese modo los disparos. Prácticamente se levantaron al unísono con él, empuñando sus armas y buscando el origen de los disparos.
Yesung se asomó por la esquina de la pared y observó hacia los ascensores, la puerta de uno de ellos estaba abierta y había dos opciones, o era una trampa para llevarlos en esa dirección o verdaderamente el maldito Onew había huído por allí. Hizo un gesto indicando a uno de ellos que se acercara a revisar la zona, mientras él, aún agachado, revisaba atentamente al rededor con los ojos. Sabía que Onew estaba allí, era imposible que estuviera controlando todo aquello desde fuera de la sala... Incluso algo más... ¿Cómo era posible que tuviera un dispositivo holográfico semejante?...
No tardó demasiado en atar cabos y recordar que su hermano Key, era la clase de persona que tiene la inteligencia y la capacidad necesarias para fabricar algo de semejante avance. Un holograma que no se transparente y que luzca tan real y perfecto, controlado desde algún punto remoto no muy lejano, por la propia persona que aparecía allí reflejada... Escuchó un disparó y observó a su hombre del ascensor,caer por el hueco del mismo con la cabeza reventada. Mientras todos sus hombres se aventuraban de forma inmediata escaleras arriba, él permaneció en el lugar, observando aún el hueco del ascensor, seguro de que por aquel mismo sitio iba a bajar a Onew... No podía negar que era un verdadero estratega en esos momentos, pero jamás un Persici iba a ser más inteligente que un Noctem, no al menos más inteligente que él.
En efecto, una maquiavélica sonrisa se dibujó en su rostro cuando vio al mayor de los Persici descolgarse del hueco del ascensor. Sonriendo, salió de su escondrijo y se colocó a poco menos de tres metro de él, apuntándole a la cabeza. Ahí era donde lo quería tener y se aseguro de que escuchara bien, que se había colocado a su espalda.
Onew ni siquiera pareció inmutarse por ello y levantó las manos cuando el Noctem le ordenó que lo hiciera y lentamente se volteó para verlo de frente... Aquella sonrisa socarrona... Yesung entornó los ojos y le dijo que era momento de que sacara las Bubbles y se las entregara. Su contrincante no movió un músculo por obedecerle, ni siquiera en el momento en el que Yesung puso el cañón del arma contra la frente de Onew, olvidándose completamente de que había perdido su ventaja al acercarse. El Persici fue rápido y preciso, golpeó a Yesung en el brazo para desarmarlo y así poder echarlo al suelo. Ambos comenzaron a forcejear en medio de un constante ir y venir de puñetazos y patadas, que buscaban desestabilizar al contrincante en busca de la ventaja que les diera la posibilidad de acabar con su vida. Cada poco, alguno de ellos trataba de alcanzar algún arma que hubiera por el suelo a su alcance, pero era tal la adrenalina y la rapidez con la que el contrincante se reponía del golpe, que resultaba más peligroso insistir en darle alcance a una pistola, que en continuar dando y recibiendo puñetazos. Por unos momentos ni siquiera fueron conscientes de una atronadora explosión, cuya honda expansiva los alcanzó por medio del hueco del ascensor y los hizo salir a ambos volando por los aires y cayendo al suelo mientras toda la estructura temblaba y los enormes bloques de hormigón comenzaban a desprenderse del suelo. Los dos,cada uno a un lado diferente de la sala, fueron haciendo hercúleos esfuerzos para ponerse en pie tras semejante impacto recibido contra el suelo. Pero Onew fue plenamente consciente de que se le había dislocado un brazo y el hecho de tener que apoyar el peso de su cuerpo en éste para poder incorporarse, hizo visible su dolor por medio de un quejido que apenas fue audible en medio del estruendoso sonido de todo aquel maldito edificio viniéndose definitivamente abajo... Tal vez, hubiera llegado el final de Onew Persici.
Yesung logró ponerse en pie primero, ya que Onew estaba en peores condiciones y sin dudarlo, se lanzó hacia él. Lo mataría aunque fuera con sus propias manos y se daría el gusto de morir sabiendo que se había llevado consigo a un maldito Persici, aunque por supuesto, no pensaba ni mucho menos que pudiera llegar a fallecer tras arrebatarle la vida a aquel infeliz.
Antes de que llegara siquiera a donde se encontraba el Persici, una ráfaga de potentes disparos le hizo retroceder y se giró a ver incrédulo, como de entre el polvo y el humo,surgían las siluetas de Key y Jonghyun. Ambos venían con sendas mascarillas de oxígeno y armados con artillería pesada, que sin duda, no tenía otro objetivo que el de provocarle el mayor daño posible... Y aunque lo hacían retroceder con cada impacto, nada parecía ser realmente fuerte como para perforar la armadura interior que tenía instalada Yesung en su cuerpo.




- Vosotros, escoria, no podéis hacerme nada ¡No sois nada! -reía histérico el mayor de los Noctem.




Key no sintió ninguna clase de piedad por él cuando la cercanía le permitió apreciar que tenía un cristal enterrado en uno de los ojos y que éste sangraba de forma profusa.
Sin decir nada al respecto y permitiendo que Jonghyun aún le disparara para mantenerlo a raya, apuntó hacia ese mismo ojo y apretó el gatillo.
La pared tras su hermano quedó pintada con sus sesos y su sangre... pero no era momento de celebraciones... Era prioridad salir de allí de forma inmediata y Jonghyun corrió donde su hermano para obligarlo a levantar y echar con él a correr hacia el sótano. Poco después, todo el edificio caía sobre la planta baja que acababan de abandonar, provocando que el temblor fuera tan descomunal, que los tras jóvenes perdieron pie y cayeron rodando por las escaleras. El techo reforzado del garaje, no aguantaría mucho más. Volviendo a ponerse en pie a pesar de las heridas, buscaron con los ojos el coche de Onew, el cual estaba allí abandonado y acribillado a disparos,. Había cadáveres entorno a él y Onew temió adivinar el rostro de Taemin entre alguno de ellos, pero antes siquiera de que tuviera tiempo para buscarlo con los ojos, los faros de un coche Noctem frente a ellos, los alumbraron y el sonido estridente del claxón, les instó a correr al interior. 

Antes siquiera de que Jonghyun acabara de subirse, Taemin ya había pisado el acelerado a fondo, lanzando el coche a más de 200 km/h hacia la salida mientras todo a su alrededor se desplomaba e incluso tenía que ir dando bandazos y bruscos derrapes a causa de los bloques y polares que caían del techo.


Incluso llegaron todos a tener la sensación de que la gravilla del suelo, había hecho perder completamente el control del volanta a Taemin, ya que el coche derrapó hacia un lado y pudieron ver que la yanta trasera de la derecha,prácticamente echaba humo. Contra todo pronóstico y a pesar de que un cascote del tamaño de una cabeza humana calló sobre el capó del coche y una viga de hierro arrancó literalmente la parte del maletero del coche,teniendo el rubio que acelerar de más debido a la tracción que eso había provocado en el vehículo. Practicamente, los tres hermanos mayores tuvieron que sujetarse de los asientos delanteros, pues el de atrás,salió literalmente volando.
Contra todo pronóstico, atravesaron la puerta del garaje y Taemin no pisó el freno hasta que hubieron salido de la barrera de hectoplasma que aún se mantenía y de no ser, porque Key le gritó que frenara, cosa que hizo reventar dos yantas debido a la brusquedad del movimiento y al sobrecalentamiento que éstas tenían. El coche derrapó y en esa ocasión sí que llegó a perder completamente el control y pisar el freno no servía de nada,al menos no hasta que a Minho se le ocurrió tirar bruscamente del freno de manos. Fue una sensación horrible cuando el chirrido producido por el coche,hizo que todos sintieran dolor en sus ya lastimados oídos. No fue hasta casi 100 metros más adelante, que el coche se detuvo de forma abrupta, provocando que los mayores se dieran golpes contra los asientos o las ventanillas.
Los cinco abandonaron el vehículo tan rápido como les fue posible y se echaron sobre el suelo, estaban mareados y necesitaban tener la sensación de que al menos allí,no había nada que se estuviera desmoronando ni a sus pies, ni tampoco sobre sus cabezas. 


Key, aún acostado, observaba en la lejanía las llamas y el humo que salían de lo que antes había sido la gloriosa sede de la familia Noctem. No se sintió mal por ello... Había sido algo totalmente necesario. Giró la cabeza a ver a Jonghyun, quien parecía estar más entero y revisaba sus bolsillos buscando algo, que luego mostró a su pareja.



- Lo tengo, está a salvo, no parece que se haya roto -dijo mientras colocaba en la mano de Key un dispositivo del porte de un pendrive.
- ¿Qué es eso...?-preguntó Minho sorprendido.
- Eso... hermanito- jadeó Key mientras se incorporaba y lo revisaba- Eso, son los billones de wons que ahora tendremos que repartirnos entre todos.
- ¿¡Que son el qué!?



Minho ató cabos a pesar de que le dolía demasiado la cabeza y de que se sentía terriblemente confuso. La planta en la que Jonghyun los había abandonado a Taemin y a él, era la planta informática y era cierto que era justo en la que estaba el ordenador más potente que poseían los Noctem y desde el cuál controlaban todo lo que tenía que ver con la empresa, incluído, por supuesto, las cuentas bancarias. Los ultraterrenales de mayor prestigio, como ellos, jamás manejaban dinero en mano. Los datos de sus fortunas se manejaban de forma virtual desde complicados programas que se encargaban de llevar las cuentas de la familia y que se conectaban desde el ordenador central de cada gran familia, con el pertinente banco. Era un programa que de haberse quedado en el ordenador, habría implicado la pérdida total y absoluta de todo el dinero... No podía creer que aquel par de pacifistas hippies, hubieran encontrado la concentración necesaria como para perpetrar un robo en medio de aquel horrible caos en el que todo se caía sobre sus cabezas o se desmoronaba a sus pies.
Sin poder evitarlo, Minho empezó a increparlos a preguntas ¿qué clase de pareja era que tan sólo pensaban en el dinero cuando sus vidas estaban en peligro?




- En realidad ni siquiera lo habíamos planeado...-comentó Key- Jonghyun lo recordó en el último momento y como yo le he ayudado a robar otras veces, no le costó acceder al ordenador central, que como sabes, tiene un generador propio que funciona sin necesidad de que haya luz en el resto del edificio... A través del mismo ordenador, me llamó y me pidió ayuda porque todo se había ido de vuestro control...
- Eso explica muchas cosas... pero... ¿Cómo demonios andabas flotando cuando me agarraste?
- Uno de mis últimos inventos son las zapatillas autopropulsadas... Funcionaron bien ,al menos el tiempo suficiente como para que pudiera rescatarte... Cuando llegué donde Jonghyun, una de ellas se prendió fuego y una sola no carga mi peso...
- ... - Minho miró a su hermano a los pies y entonces se dio cuenta de que era cierto, ya que le faltaba un zapato y tenía el pie lleno de cristales y cortes - Entonces...¿seguimos siendo ricos?
- Desde luego...



Minho no se sintió mucho mejor con la noticia, al fin y al cabo, había perdido a tres hermanos y a sus padres aquel día, aunque seguro que a ellos, el desastre acaecido en el edificio los había pillado en su dormitorio y con suerte, no habrían sentido dolor... No podía decir que estuviera total y absolutamente triste, al fin y al cabo, ellos eran una completa pesadilla y exceptuando a Key, sus hermanos podrían haberle matado tranquilamente con tal de quedarse con Taemin y poder torturarle... Era y no era una gran pérdida. Mentiría si dijera que no quería a sus hermanos, pero mentiría aún más si dijera que no merecían un final como aquel.


Mientras tanto, junto a ellos, Onew y Taemin, también estaban sumergidos en una conversación que estaba provocando estragos en el humor del más joven. Vendaba a Onew y le exigía saber la respuesta sobre lo que la golfa de CL Noctem le había dicho en el baño, pero Onew esquivaba las preguntas o simplemente se quedaba callado, provocando que el menor se sintiera terriblemente utilizado.



- Eres un puto bastardo, Onew...
- Taemin,basta... No es momento para hablar de ésto.
- ¡Sí, sí que lo es! ¿Me usaste o no? Necesito saber si lo que esa golfa me estaba diciendo era o no cierto...¡Que me lo digas!-golpea a su hermano mayor en el brazos herido- ¡Dímelo ahora mismo!
-¡¡JODER TAEMIN!!-replica sujetándose el brazo y mirando a su hermano pequeño con el ceño fruncido.
- ¡Habla o te juro que...!
-¡BASTA! -replicó el mayor de los dos y luego resoplando terminó por asentir- Es cierto que ella y yo estuvimos juntos en la universidad y es cierto que estaba loco por ella...
- Maldito cabrón...- susurró Taemin mientras apretaba los puños- ¿Entonces es verdad que sólo he sido tu juguete de desquite?
- No...Ni mucho menos, Tae... Siempre te he querido, es cierto que al principio era más por diversión y por romper con mi rutina, pero siempre te he querido... Y ahora incluso, te quiero mucho más...
- No te creo... No creo ninguna de tus palabras... Abusaste de mi solo para descargar la rabia por no tener a esa zorra contigo.
- ¡Que no es así,Taemin! -se pone en pie costosamente y jala del brazo del menor para obligarlo a ponerse en pie- ¿¡Por qué me gritas y reprochas con esa ligereza!?¿¡No eres tú acaso, el que dice de forma constante que no somos nada y que esto es simplemente un juego para ti!?¡Responde!¿No eres tú el que ha dicho eso?
- ¡Sí,joder,sí lo he dicho y lo mantengo!¡Tú no has hecho otra cosa que jugar conmigo!
- ¡Taemin,yo te amo!
- ¡EMBUSTERO!



Jonghyun, Key y Minho observaron en silencio aquella discusión y el puñetazo que el menor de los Persici, propinó a su hermano mayor. La reacción de Onew no se hizo esperar y a pesar de las pésimas condiciones en las que tenía el brazo, sujetó bruscamente a Taemin, lo empotró de forma literal contra el coche y acto seguido, lo besó de forma completamente desenfrenada. En principio, el menor de ambos se resistió a seguir siendo besado y trató de apartar a su hermano mayor, pero conforme los labios de éste insistían de forma ávida en devorar a los suyos y no dejarlos ir, se hizo latente que sus barreras se derrumbaron y que tan pronto fue así, que correspondió del mismo modo hambriento y apasionado. Era esa clase de emoción que no deja lugar a dudas en el momento en el que la sientes y la otra persona te corresponde... Taemin sabía que en cierto modo, Onew había llegado a jugar con él al principio de todo, pero lo que no podía negar bajo ninguna circunstancia, era que su hermano había arriesgado su vida por llevarlo de regreso a casa sano y salvo... ¿No era eso amor de verdad?Peleaban como dos idiotas, pero luego en el momento de tener que dar la cara, siempre estaban el uno para el otro y era absurdo seguir negándolo.
No se habrían separado si el carraspeó de Minho no les hubiera cortado cuando ya sus lenguas empezaban a buscarse. Ambos Persici, miraron al Noctem con evidente molestia, pero eso no pareció incordiar a Minho, muy al contrario, se preocupó en dejar claro que tenían que irse de ahí. La policía buscaría culpables a lo sucedido a una de las familias más poderosas del mundo y tenían que buscar un lugar seguro donde sanar las heridas y decidir cuál iba a ser el siguiente paso conjunto, porque al fin y al cabo, era evidente que ni Key ni Minho podrían regresar a casa, del mismo modo en el que Jonghyun Onew y Taemin, tampoco podrían hacerlo. ¿Quién quería volver a un hogar donde tus padres consideran que eres menos valioso que una simple droga?
Tenían dinero suficiente como para vivir el resto de sus vidas con calma y con completa solvencia.
Antes de ponerse en marcha para buscar algún lugar en el que esconder por al menos las siguientes dos semanas, Taemin se giró a ver a Onew y se acercó a su oído susurrando:




- Siempre supe que estabas enamorado de mi, pero ya iba siendo hora de que lo admitieses en voz alta.



♉▽ FIN ▽♉