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jueves, 7 de diciembre de 2017

💎 EL REINO DE SHINee 💎

Personajes: SHINee [Onew, Jonghyun, Key, minho, Taemin]
Género: Drama
EEL: TP


Resumen: Un reino... Un pueblo... Cuatro Príncipes...Un Rey... El destino se torna incierto sobre el reino de SHINee y sobre todos sus habitantes cuando la venenosa sombra de la mentira cubre al rey con su negro manto de tinieblas.

*Inspirado en un blog de amino de Sthefy y Kass ^-^ Gracias a ambas por permitirme escribirlo a mi manera *


Érase una vez, un reino llamado SHINee. Un reino gobernado por cuatro hermosos y dulces príncipes, que a su vez, eran cariñosamente dirigidos por un rey. Un monarca justo, noble, sincero y bondadoso, con un gran corazón.
El Reino de SHINee había surgido de entre la nada, como un destello de luz pura y perfecta que, en medio de las sombras de la noche, se alza orgullosa mostrando el camino de la verdad. Gentes en busca de un gobernante justo, se instalaron en aquella generosa tierra que, poco a poco, comenzó a ofrecerles tiempos de bonanza y abundancia en alimentos, en felicidad y en bienestar. Aquellas gentes, llamadas shawols encontraron en cuatro nobles príncipes, y en un discreto rey, la luz y la guía que buscaban para sus corazones. Fue así, como los cuatro príncipes, Jonghyun, Key, Minho y Taemin alcanzaron la cima. Impulsados por aquellas buenas personas, por los shawols, cuyos sentimientos sinceros, alzaron a aquellos muchachos a lo más alto y, por encima de ellos, pero al mismo tiempo, a la par, fue levantado el Rey de la Corona Brillante. El Rey que, junto a los Príncipes, recibiría la luz, para luego, iluminar con ella la vida de los habitantes del Reino de SHINee.
Se trataba del Rey Onew, un hombre de un corazón de oro y un gran sentido del humor. Un rey, que era querido,amado y adorado, tanto por los shawols, como por sus cuatro príncipes, quienes cuidaban de él, como él, como mayor, lo hacía con ellos, tratando siempre de guiarlos por el camino de la rectitud, de la pureza y de la bondad...


Fue de éste modo, como el pequeño Reino de SHINee, surgió de la nada más absoluta y poco a poco, fue creciendo gracias a la bondad de sus gobernantes y el amor de sus gentes. Los shawols nunca despreciaron a las gentes de otros reinos o de otros rincones perdidos del mundo, que con el tiempo, fueron llegando a su reino de luz para instalarse en él y pasar a formar parte de aquel maravillo lugar, en el que todos eran una gran familia, que se quería y apoyaba entre sí. Los shawols no eran como los ciudadanos destructivos de otros reinos, no...Estaban tan llenos de amor y esperanza, como lo estaban sus cinco gobernantes.


Los príncipes eran, en cierto sentido, mucho más llamativos y estrovertidos que el propio rey Onew, quien no por ser más discreto, era menos amado. Su porte sobrio, digno y amigable, llamaba la atención cuando paseaba por las hermosas y apacibles calles del Reino de SHINee. Onew, caminaba entre los shawols como uno más de ellos. Sin hacer muestras de su grandeza más que con su propia humildad, que en sí mismo, lo engrandecían ante los ojos de los shawols. No era un monarca obstentoso que mostrara abiertamente la clase de poder adquisitivo que tenía, pero en realidad, ni él ni los cuatro príncipes eran de vanagloriarse en sus adquisiciones materiales a pesar de que todos sabían que aquello con lo que vestían, era caro. Pero a nadie le importaba. los shawols pagaban sus tributos a sus gobernantes, como hijos dóciles y sumisos ante sus padres, quienes además, demostraban lo importante que para ellos era su pueblo en los actos oficiales. Ninguno de ellos se escondía por tiempo prolongado en el Castillos que Recibe la Luz, por el contrario, los cinco gobernantes, salían de forma constante a ver a su pueblo e incluso, ellos mismos, protagonizaban escenas que hacían que el corazón de todo shawol temblara de emoción, pues los propios dirigentes, solían llorar agradecidos ante su pueblo. Ninguno se escondía, pues no era para ellos, motivo de vergüenza el consentir que aquellos que los amaban de forma tan incondicional, los vieran con el corazón abierto y sincero, agradecidos por ser tan queridos por un pueblo que no hacía más que crecer y fortalecer lazos de amor entre ellos y para con los príncipes y el rey.


Fueron casi diez años de paz y bonanza en el Reino de SHINee. Tanto el Rey Onew como los príncipes, participaban de forma activa para con los shawols y entre ellos mismos, para recordarse día tras día, que gobernaban el mejor de todos los reinos y que nunca debían olvidar dirigirlo con la luz del amor. 
Los Príncipes Taemin y Jonghyun pasaban algunas temporadas en solitario por entre las calles del reino, andando apaciblemente como uno más de aquellos shawols que los reverenciaban cariñosamente al pasar. 
El príncipe Key, quedaba y jugaba a menudo con príncipes de otros reinos y otras provincias, pero siempre sin alejarse demasiado del confortable ambiente del Reino de SHINee. Incluso, participaba en obras de teatro para deleitar con su talento interpretativo a sus seguidores. Era un príncipe que siempre estaba pendiente de los shawols, siempre tenía un momento para ellos, incluso antes de irse a dormir, se asomaba al balcón de su dormitorio y daba las buenas noches a todos aquellos shawols que pasaban por la calle y tenían la suerte de poder verlo y hablar con él para desearle también las buenas noches... A veces, el Príncipe Jonghyun había intentado algo parecido, pero solo acababa comiendo dulces delante de sus subditos y diciendo cosas de las que luego se reía para, de forma repentina y sin previo aviso, irse a dormir. A ningún shawols le molestaba, cada uno de sus príncipes era de una manera y aquel infantilismo que en ocasiones demostraba el mayor de ellos, resultaba enternecedor.
El Príncipe Minho era quizás, el más discreto de los cuatro, aunque eso no le impedía levantar pasiones con sus buenas acciones en el pueblo y su presencia en actos oficiales, en los que iba en representación del Reino de SHINee y de todo el país.

Todo esto, se llevaba a cabo bajo la atenta y serena mirada del Rey Onew, quien vigilaba que a ninguno de los cuatro príncipes, se les olvidara que ellos eran quienes eran, gracias a los shawols y que siempre, iban a ser agradecidos con ellos, como los shawols lo serían, devolviéndoles aquel amor, cariño y devoción, tan propios de sus nobles corazones.
Los días brillaban cuando los gobernantes sonreían, especialmente cuando sonreía Onew...


Sin embargo, un día, el rey partió a un compromiso y tan pronto como abandonó el Reino de SHINee, los shawols y los cuatro príncipes, vieron venir a lo lejos una densa capa de nubes. La sombra jamás había cubierto el sol en SHINee y el pavor ante la idea de quedar sumidos en las sombras fue palpable. 
La oscuridad avanzaba tan deprisa por las praderas de diamante y por los ríos de color turquesa, que lucía como un verdadero monstruo que engullía toda la vida y la felicidad de aquel que había sido el más próspero y pacífico de los reinos durante casi 10 años. Nadie supo cómo reaccionar a aquella situación, por primera vez, los shawols y los cuatro príncipes,asistieron con horror a ver cómo las nubes negras devoraban el sol, sumiendo al reino en una oscuridad casi total. Los habitantes del reino de SHINee, aterrorizados y confundidos, comenzaron a correr en desorden de un lado a otro, sin entender qué era lo que estaba sucediendo, suplicando que regresara el rey, mientras que, poco a poco, gentes venidas de tierras lejanas, gente con lenguas venenosas, que simplemente estaban de paso por aquellas fértiles tierras, comenzaron a formar grupitos y a susurrar, a expandir entre el pueblo, entre todos los shawols, el rumor de que el soberano Onew, había caído en la vergüenza y la deshonra. Comenzaron a circular por las calles, extranjeros que aseguraban que el Rey Onew había tenido una conducta desvergonzada, indigna y soez, en su visita a otro reino. 
Fue tal el escándalo de aquellas palabras, que el propio monarca, avergonzado por no saber cómo explicarle a su pueblo, que la situación de la que se hablaba, no había sido como se decía por las calles, se sintió incapaz de volver al Reino de SHINee.


El pueblo y los príncipes, se sumieron en un sopor ansioso en el que temían la llegada de cada nuevo día por si al salir de sus casas,cualquier indicio de luz se convirtiera en un simple recuerdo de una vida pasada que había llegado a su fin. El miedo era constante. La desconfianza, la confusión... Los shawols de corazón estaban seguros de que su rey había sido y seguiría siempre siendo un hombre recto y bondadoso de intachable actitud. Pero cuanto más querían aferrarse a aquella creencia que les nacía del corazón...No, no creencia, certeza, convicción. Era una realidad que el Rey Onew era así, era bondadoso y recto, pero las habladurías iban cada vez a peor... La ponzoña invadió las calles del Reino de SHINee, mientras sus confundidas gentes trataban de mantenerse a flote sin la luz guía del soberano y dando todo su apoyo a los príncipes, quienes, saturados trataban de mantener la paz y la estabilidad en un reino que estaba pasando por el peor momento de toda su historia. Sin embargo, cuanto más crecían las sombras y la ponzoña, más se juntaban los shawols y se tomaban de las manos frente al castillo ,llamando a su rey y mostrándose comprensivos y convencidos de que no había sido culpa suya.
Los shawols escribieron cartas de apoyo, tanto a los príncipes, como al Rey Onew, hicieron quedadas para pedir a su majestad que volviera entre ellos... Pero el silencio, seguía siendo la respuesta... Nadie sabía que había sucedido con Onew...


¿Cómo estaba?
¿Qué debía de estar pensando?
¿Habría enfermado?
¿No volverá jamás a gobernar al Reino de SHINee?
¿Sabe acaso lo indispensable que es su presencia para el bienestar de un pueblo que lo ama?


Tantas y tantas preguntas se agolpaban en la mente de los shawols, que era imposible dar respuesta a todos aquellos desvelos. El rey continuaba ausente y el reino, sumido en las sombras, el miedo y el frío de un mundo de tinieblas sin ninguna clase de luz. 
Los días se sucedían uno tras otro en un continuo devenir de frío, ansiedad y miedo. Debido a la falta del sol, las tierras de SHINee comenzaban a resentirse a pesar de que los príncipes,daban lo mejor de sí mismos a falta de la presencia de Onew.
Muchos estaban tan asustados, que se plantearon la posibilidad de irse del reino y de hecho, algunos comenzaron a prepararse para hacerlo, pues era imposible vivir sin luz... Pero en esos momentos, los shawols que llevaban allí más tiempo, que se habían instalado en aquel reino nada más aparecieron los cinco gobernantes que recibían la luz, hicieron acopio de fuerzas, de humanidad y de ese cariño que sólo un pueblo como el de SHINee puede tener, tomaron de la mano a aquellos que tenían miedo y les infundieron esperanza y valor. Mientras ellos se mantuvieran fuertes, se mantuvieran allí, dando todo su apoyo al silencioso rey, el Reino de SHINee tendría un futuro.


De repente, un día se convirtió en semanas, las semanas se convirtieron en meses... Meses sin que aquel bondadoso y dulce Rey diera ninguna clase de señal de vida... El desánimo se apoderó de la población. Pasaron más de cien días... Cien días de soledad en un silencio oscuro y eterno donde las sonrisas disfrazaban el miedo de no volver a ver jamás al rey...Los shawols, incluso los más veteranos, temían que su rey no quisiera regresar por vergüenza a algo que todos ya habían olvidado. Lo único que deseaban era que Onew volviese con ellos, porque sin su guía, SHINee iría a la deriva hacia una irremediable caída en un abismo sin fin, que arrastraría al fondo a todos los que habían trabajado, luchado, crecido y creído en los valores que representaba SHINee, sus cinco gobernantes y todos y cada uno de los shawols que conformaban el pueblo que tanto los amaba. Todos deseaban luchar por el ideal que representaba el nombre de SHINee, nadie quería rendirse ante la adversidad de aquellos que habían hablado en pos de hacer daño a un buen hombre como era su Rey.
Los shawols comenzaron a reunirse a las puertas del castillo, día y noche, daba igual que lloviera, que hiciera frío, que el viento soplase tan fuerte, que pudiera llegar a levantarlos del suelo... Todos se unieron con un objetivo común, con el latir de un solo pulso, con el calor del abrazo de una madre y con la fe de un devoto... Hasta que un buen día, de la nada, las densas y negras nubes, dejaron entrever un rayo de sol, cuando por una de las ventanas, se pudo ver asomar la cara del Rey Onew, quien miraba cómo sus súbditos lo esperaban. Todos gritaron su nombre en una sola voz, y aunque él volvió a ocultarse tras las cortinas, aquel rayo de sol que había roto la barrera de las nubes, no desapareció. Había esperanza y todos lo sabían ahora... pero seguía habiendo silencio.... ¿Habría sido el simple espejismo de un rostro que nunca volverían a ver?


Sin embargo, un buen día, el cielo se abrió y de entre las nubes el sol salió. Sus rayos calentaron y confortaron a los corazones temerosos y la felicidad volvió a los rostros de los shawols, cuando los rayos del sol hicieron brillar al Rey Onew, quien, portando su armadura de diamante, había asomado al balcón principal del castillo. No cabía duda, era él.
La alegría y el alborozo se instalaron una vez más en los corazones de los habitantes del Reino de SHINee , los cuales vitorearon a su rey. Pero brotó el silencio, un silensio solemne y respetuoso cuando el Rey Onew, se arrodilló e inclinó ante su pueblo en una inequívoca señal en la que no solo mostraba su respeto hacia cada uno de los shawols, sino en el que además, suplicaba su perdón y se mostraba como lo que era, un hombre como los demás, un hombre con virtudes,pero también con defectos.

Aquel gesto sólo hizo que el amor por él,incrementase en los corazones de todos los shawols que presenciaron aquel arrepentimiento sin que por ello, su Rey perdiera el más mínimo ápice de dignidad. Él les estaba mostrando a ellos, a todos ellos, de quienes ni siquiera conocía sus nombres, solo sus buenos sentimientos por él y por los cuatro príncipes; les estaba mostrando su lado más vulnerable, su lado más humano, lejos de ese brillo solar que todos le atribuían como luz de guía para el Reino de SHINee. Fue un juramento silencioso que hizo a los shawols, prometiendo ser, a partir de ese momento , más honorable y más digno aún de formar parte del SHINee. Demostraría ser merecedor de ser la luz principal que guaría a aquel maravilloso reino a la luz...

Al mismo tiempo, los shawols se inclinaron ante él, demostrándole su apoyo y la certeza de que nunca encontrarían a ningún rey más capacitado que Onew, para gobernar el SHINee World.


Tras aquel silencioso juramento, el Rey volvió a retirarse de la vida pública, pero el sol no se ocultó de nuevo, pues todos los shawols sabían, que tras aquellos duros tiempos, su Rey había vuelto y que sería un hombre discreto, pero que pronto, cuando fuera verdaderamente consciente del amor incondicional que los shawols profesaban hacia él y hacia los príncipes, volvería a salir a la luz y a mostrarles el camino correcto a seguir ,como la gran familia de almas brillantes que eran, unidas en un corazón de diamante y bajo una única bandera. 


SHINee


BIENVENIDO DE NUEVO A CASA ONEW

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