Género: Terror / Gore / Pornografía
EEL: +18
Resumen: Taemin Lee, un muchacho que fue rescatado tras aparecer de pronto en medio de una carretera completamente desorientado y malherido, aparece tras su recuperación en un programa de televisión que llega a todo el mundo y en el que cuenta cómo su mejor amigo y él escaparon de un lugar al que se refería como Heaven y que sin duda, era mucho peor que el propio Infierno.
P.D: Cada vez que aparezca una frase, seguida de una cruz, será un FLASH BACK en el que Taemin contará en primera persona la historia ^^
ADVERTENCIA: EN ÉSTA HISTORIA APARECERÁ CONTENIDO SENSIBLE EXPLÍCITO,SI ERES UNA PERSONA IMPRESIONABLE, POR FAVOR NO LO LEAS.
Inspirado en el juego de terror OUTLAST.
La presentadora guardó silencio ante las palabras de Taemin. Aún estando en camina, recostado y con un evidente malestar físico y mental por rememorar todas aquellas atrocidades, seguía allí, intentando no derrumbarse ante nada, mantenerse entero ante aquella cámara que lo enfocaba. Cuando el silencio se hizo incómodo, fue cuando la mujer reaccionó preguntándole a su invitado:
- ¿Y qué sucedió?¿Key os vio?¿Os apresaron?¿Mataron a Key los otros deformes que iban con Kyuhyun?
- No... Debo decir que a todas luces, Key estaba no solo de nuestro lado, sino del lado del Templo de Heaven y que como tal, hizo justo lo que nuestro antiguo amigo, clamaba en gritos fanáticos y delirantes mientras las tripas humeantes eran arrancadas con su pica del interior de sus propietarios... Dios guiaba la mano asesina de Key con firme certeza. Puede que resultara herido, desde nuestra posición era difícil saberlo. Pero La Matrona, no era el único que allí se encontraba. Había más de los hombres del Profeta Appa Minho, pero debido a la bruma y la oscuridad, nos era imposible distinguirlos,salvo por algunos destellos de sus antorchas o linternas.
- ¿Y en cuanto a ti? Sentir la sangre caliente te hizo gritar ¿verdad?
- Sí, pero apenas unos segundos porque Onew me cubrió la boca. Era una situación con doble peligro. Los herejes nos podían matar por pertenecer al culto, y el culto nos podría matar por haber violado el toque de queda ,asumiendo de ese modo que pertenecíamos a los herejes... De modo que seguimos allí, escondidos bajo un carro viejo, sintiendo el calor de la sangre salpicando nuestra piel, el olor de las vísceras desparramadas...El frío de la muerte acariciando nuestras mejillas. Un solo paso en falso y nosotros seríamos los siguientes.
✟☢ ̷YO SOY EL QUE SOY ☢✟


Cuando fui consciente de que Onew me seguía cubriendo la boca, tuve que forcejear para que me soltara... Me sentía confundido y...peor aún, me estaba dejando sin aire por lo fuertemente que me sujetaba. Cuando finalmente me soltó, sentí que mis manos estaban llenas de un líquido caliente y ligeramente espeso y pegajoso... Bajé la mano para poder vérmela bien y tenía los dedos llenos de sangre. Por unos segundos tuve miedo de que fuera mi propia sangre... Pero no lo era, pertenecía a
aquel monstruo deforme que había estado a punto de agarrarnos al arrodillarse junto al carro. Onew permanecía abrazándome contra su pecho con mucha fuerza, como si impidiera a alguna fuerza invisible que me separarán de él... Estaba en shock, mi mente saturada era un remolino incontrolable de pensamientos que se amontonaban en desorden en todas las direcciones, provocándome unos horribles dolores de cabeza que me hacían tener ganas de gritar, sentía que me iba a explotar el cerebro en cualquier momento...
Pero tan pronto como se escucharon los gritos, se hizo el silencio y prevalecieron los susurros religiosos , era la voz de Key, pero algunas más la coreaban... "Dios me da voz, Dios guía mi mano". Cada vez sonaban más dispersas y distantes hasta que el silencio nos envolvió de nuevo y el único sonido eran el de nuestros acelerados corazones y nuestros jadeos a causa del miedo. No nos atrevimos a movernos y yo sufrí tal saturación, que no pude por menos que romper a llorar. Me daba igual que me escucharan los herejes o los del culto, solo quería llorar y desahogar todas aquellas emociones tan tóxicas que me estaban carcomiendo el alma. Pude sentir a Onew acariciarme los hombros en un burdo intento por calmarme. Aunque no tuvo éxito en ello. Abracé mis rodillas y comencé a sollozar y jadear de forma errática, buscando el aire que de pronto, había dejado de llegar a mis pulmones. Fue entonces cuando él me tomó por las mejillas y me pidió que le mirara:
- Tae, Tae...Respira, tienes que respirar, tranquilo, ya pasó...
- Q-quiero volver a casa... -fue todo cuanto pude decir.
Onew fue muy paciente conmigo, me miró a los ojos en todo momento mientras me indicaba cómo debía respirar para que mi estado de ansiedad fuera pasando. Poco a poco, mi pulso y mi respiración volvieron a la normalidad y fue cuando volví a mirarle y le repetí mi petición: "Quiero volver a casa".
Él asintió y pareció meditarlo. Esperaba que tras lo sucedido, se diera cuenta de que lo mejor era volver a casa cuanto antes y esperar a que se hiciera de día. No sé cuánto tiempo estuvo delante de mi, diciendo "Sí,sí" con la cabeza a algo que él mismo se estaba diciendo mentalmente. Por unos momentos no supe cómo reaccionar hasta que me dijo algo que no esperaba escuchar de los labios que siempre habían sido tan cautelosos :
- Taemin... Creo que es momento de que te sea sincero...
- ¿Qué?¿Cómo que serme sincero?¿Es que acaso no lo has sido siempre?
- Me temo que ésta noche no he sido franco contigo... Pero es momento de decirte la verdad y que lo comprendas, porque no podemos hacerlo solos ninguno de los dos, yo menos aún, tal y como tengo el pie ahora...
- ... Dios, Onew...
- No estábamos yendo por agua en realidad... de hecho, llevo provisiones en la mochila en lugar de las botellas que me pediste... Pensé que era el momento. Ahora es el momento para escapar de Heaven antes de que nos maten. No sobreviviremos por mucho tiempo si Appa Minho nos sigue reclamando para la comunión. Acabaremos enfermos y en el Bosque de los Agostados junto a los otros Marchitos, muriéndonos allí hasta que la enfermedad acabe con nosotros. Terminaremos cometiendo un error que nos haga quedar como Herejes ante todo el pueblo y ni siquiera Minho podrá evitar que nos arrastren desnudos por las calles, que nos despellejen vivos, que nos violen con palos y que nos sucedan los miles de horrores que hemos visto sufrir a otros... Si ninguna de esas opciones nos sucede, nos matará la desnutrición o un ataque de los Herejes, que, por si no lo has visto hace unos momentos, son mucho peores que los seguidores de Appa Minho... Por eso accedí a que fuéramos por el agua, porque era la única manera, de hacerte salir de casa. No quería dejarte atrás y emprender yo solo éste camino...Espero que... me perdones por haberte mentido.
Quedé completamente en shock ante sus palabras. ¿Todo aquello había sido una patraña para que escapáramos? ¿Todos los sustos vividos aquella noche habían tenido ese fin? Huir de Heaven... Huír del Paraíso de Appa Minho... Entonces lo vi claro, era verdad que no me había percatado pero habíamos escogido el camino más largo para llegar al río, por algo tan simple, que me había pasado desapercibido hasta que Onew me dijo que estábamos escapando de aquel manicomio en el que todos aseguraban estar más cuerdos que nosotros. De haber querido sólo el agua, hubiera sido más sensato cruzar la calle principal e ir hasta el jardín trasero de una de las muchas casas abandonadas del pueblo, a unos 100 metros de su casa, pasaba una desviación del río a la que habríamos llegado en minutos, sin necesidad de estar subiendo muros ni atravesando el pueblo. Me sentí estúpido, pero el camino por el que pretendía Onew que nos fuéramos era, en un sentido, el más largo y peligroso, pero el caudal del río era mucho más bajo en la zona de los maizales, lo que nos permitiría cruzar sin peligro de ser arrastrados por la corriente.
Miré a mi amigo como si el motivo por el que me había arrastrado a aquella situación fuera insuficientemente bueno como para habernos hecho pasar a ambos, lo que habíamos pasado esa noche. Pero no teníamos más opción. Onew tenía razón, era ahora o nunca, pero había herejes en el pueblo, estaba seguro que aquellos que habíamos visto, no eran los únicos y que muchos más, aguardaban nuestras llegada en las sombras para destrozarnos... ¿Merecía la pena jugarse la vida de aquel modo en busca de escapar de Heaven? Si nos quedábamos, podríamos vivir medianamente bien, o al menos, sobrevivir de un modo algo más humano, aunque permitiéramos a un amigo infestado de enfermedades, que nos follara hasta contagiarnos y que luego nos echara a la basura como si fuéramos dos ratas... ¿Valía la pena huír de Heaven al precio de nuestra propia vida? En aquellos momentos, yo pensé con toda seguridad que no la merecía, porque íbamos a morir siendo dos chicos de menos de veinte años... Dos idiotas que deberían haber huído en el mismo momento en el que Minho dijo aquellas atrocidades en el jardín de su casa.
Tenía tres opciones... Abandonar a Onew a su suerte y regresar a casa como el cobarde que era, tratar de convencerlo de que podríamos intentarlo cuando estuviera bien de su pie o... La más absurda de todas, seguir adelante y pedirle a Dios, si existía, que una vez más, nos protegiera y nos amparara ante los horrores que iban a presentarse ante nosotros en aquel horrible camino penitente en el que nos habíamos visto envueltos de forma casi obligada...
Llevábamos mucho tiempo posponiéndolo y entendía la preocupación de Onew de que posponerlo más, significaba terminar gravemente enfermos o asesinados de alguna manera terrible. No sé porqué dejé que me convenciera de que aquel era el momento, de que aquella era la noche en la que íbamos a escapar y a dejar de sobrevivir, para poder VIVIR de nuevo.
Le miré a los ojos y le dije que sí con la cabeza. Ya estábamos allí, ya estábamos a mitad del camino de la salida de Heaven...
Cuando decidimos ponernos en marcha de nuevo. Salimos de debajo del carro escuchando nuestras extremidades crujir a causa de estar tanto tiempo allí agazapados. Me dolían las rodillas como si en lugar de sostener mi cuerpo,estuvieran sosteniendo sacos y más sacos de cemento. De nuevo, no se escuchaba nada por ninguna parte. Ni pasos, ni luces ni nada en absoluto. Onew me dijo que iríamos pegados de los muros, ya que ir a cuerpo descubierto en medio de la calle era un suicidio porque siempre el centro del campo de visión, era lo que más se apreciaba. Fue entonces, cuando, avanzando tras él, con la espalda pegada a uno de los muros, pude ver a nuestros pies, cadáveres...Cadáveres que no hacían más que despedir un olor nauseabundo y atraer a un sin fin de moscas, que rondaban en todas direcciones y que parecían querer comernos a nosotros también por lo doloroso que resultaba cuando se chocaban contra nuestra piel... Quizás fuera solo que yo estaba excesivamente sensible aquella noche. Notaba que incluso el rozar de nuestras ropas al movernos,delataría sin lugar a dudas, dónde estábamos. El tiempo parecía eterno, cada paso se hacía eterno y peor aún, apenas habíamos avanzado algunos metros cuando los dos nos agachamos al mismo tiempo al escuchar una especie de gruñidos de bestia, sin duda, hechos por algún hereje que se encontraba en las proximidades. Farfullaba en un idioma extraño o simplemente con sonidos incoherentes y pronto comenzamos a plantearnos dónde nos íbamos a esconder. Sí que la niebla nos podía ocultar pero sólo hasta cierta distancia y cuando miré a Onew esperando que me dijera algo o me indicara dónde escondernos, escuchamos más pasos. Muchos, quizás fueran una decena de personas. Yo no estaba seguro de por dónde venían, pero mi mejor amigo se ocupó de hacérmelo saber y antes de que pudiera pensar nada, me hizo una seña para que trepáramos por el muro. Él ni siquiera se detuvo a recordar que tenía mal el pie, se encaramó tan deprisa, que yo no dudé en imitarlo. Nos dejamos caer dentro del jardín al que pertenecía aquella pared y por entre unos huevos, pudimos observar, qué era lo que estaba haciendo sonar aquellos pasos.
Me resultaría imposible describir con palabras, el pánico que se apoderó de mi cuerpo , el agarrotamiendo de mis músculos al tensarse hasta extremos que desconocía y que me provocaron un profundo dolor... Era justo lo que Onew pensaba y lo que yo mismo había pensado. Muchos más de los que creíamos, se habían convertido en herejes y habían huído junto a las montañas. ¿Quienes estaban verdaderamente locos? ¿Los seguidores de Appa Minho, el Nuevo Bernabé? ¿O los seguidores de Kyuhyun? Aquello era una guerra. Nos habían atrapado en medio de un fuego cruzado y tan pronto como aquellas cosas deformes, que en algún momento debieron ser humanos reconocibles y mentalmente sanos, pasaron delante de nosotros, escuchamos ruido de cristales quebrándose dentro de la misma casa a la que pertenecía el jardín en el que nos estábamos escondiendo. Pronto, nos dimos cuenta de que dentro de ella, debía haber más herejes, atacando a quienes vivían allí. Estaba desconsolado. Onew me miró, yo le miré y cada vez estábamos más seguros de que íbamos a tener que elegir entre salir a la calle o matarlos allí si salían al jardín y nos veían. De modo que buscamos lo que fuera que pudiéramos tener a nuestro alcance para poder defendernos, ya fuera una piedra de un tamaño decente como para abrirles la cabeza o un trozo de tabla con clavos. Luego, nos fuimos a una esquina y volvimos a agazaparnos, con suerte, la oscuridad, nos protegería y evitaría que tuviéramos que formar parte de una matanza innecesaria... ¿Realmente era innecesaria? Estábamos hablando de proteger nuestras vidas... Y llegado ese momento, nada había más importante que salvarse uno mismo. La casa pronto se vio envuelta en llamas y los gritos de los otros habitantes de Heaven, se hicieron tan audibles, que supimos que había comenzado el verdadero caos. Nos quitamos las mochilas y vimos salir de la casa a uno de los herejes, que, sin saber cómo o por qué, quizás llevado por un instinto animal, se lanzó hacia nosotros. Yo no pude reaccionar, pero Onew se puso de pie y le dio tal golpe, con tal rabia y tal fuerza con la tabla de madera, que escuchamos no sólo como se quebraba su cráneo, sino como su propio cuello lo hacía y quedaba prácticamente con la cabeza colgando al caer al suelo, muerto.
No quise ni mirar. Él había hecho lo que debía para protegernos...
Pero no tuve tiempo de asimilarlo, cuando otro más salió y al igual que al primero, Onew le reventó la cabeza utilizando aquella tabla recogida del suelo, provocando que la madera de la misma se quebrara y que,por la fuerza del golpe, la sangre de aquel hereje deformado,salpicó en todas direcciones,bañando la pared del muro más cercano a nosotros. Escuché a mi mejor amigo jadear y cuando la adrenalina del momento se le pasó, se puso a vomitar, asqueado por lo que había hecho. Yo simplemente, me levanté y busqué por el jardín más palos con los que defendernos, encontrándome así, con algunas tuberías, viejas, pero lo suficientemente gruesas y regias como para garantizar que no se romperían por mucho que atizáramos a alguien con ellas.
En nuestra situación, ya nadie sospecharía de vernos en la calle. Muchos de los seguidores de Appa Minho o sino, todo el pueblo entero, estaban ahora mismo, sin lugar a dudas en la calle, defendiendo nuestro "paraíso" terrenal, del ataque de aquellos maníacos.
- Onew, vamos, tenemos que salir de aquí antes de que el fuego alcance el jardín -dije mientras le ofrecía uno de los barrotes de hierro que tenía en las manos y que acababa de encontrar.
- He matado a dos hombres...
- Ha sido en defensa propia... -intenté parecer firme y seguro de mi mismo cuando le dije aquello - Dios sabrá perdonarnos...
- Ahora mismo Tae... Dudo que Dios exista... - contestó sin mirarme mientras se apoyaba en el muro para coger aire tras haber vomitado lo poco que llevaba en el estómago.
Yo pensaba lo mismo. Si existiera, sin duda, no permitiría que sucedieran cosas así. Me acerqué a mi mejor amigo y lo abracé con fuerza. Ya no teníamos elección. No podíamos dar marcha atrás, Heaven estaba invadido y teníamos que hacer acopio de todo nuestro valor para salir de allí, fuera por el camino que fuese. Sentí que mi abrazo le confortó y tan pronto como nos separamos. Nos apresuramos a salir del jardín del mismo modo que habíamos entrado, escalando el muro, pero antes de que Onew hiciera nada, me tomé la molestia de subir yo primero y asegurarme de que podríamos bajar a la calle sin peligro de ser heridos o atacados. En aquellos momentos, había fuego por todas partes y podía ver a otros chicos y chicas, peleando con machetes, en las calles principales y a algunos, siendo arrastrados por los herejes. Tan pronto como le hice la seña a Onew para que subiera y yo poder ayudarlo. La megafonía se encendió y escuchamos la voz de Appa Minho:
- No temáis, hijos míos. El momento que Dios nos ha estado prometiendo ha llegado. Ésta es nuestra gran noche y ésta es nuestra gran prueba. ¡Es el momento de detener al Demonio ante las mismísimas puertas del Cielo! Protegeremos éste paraíso terrenal con nuestra vida y bañaremos la tierra con la impía sangre de los adoradores de Satanás. Rezad conmigo, mis pequeños... ¡Dios me da voz, Dios guía mi mano!
Onew y yo nos miramos. Por unos momentos pensamos que sonaba a broma ¿no iba a salir a defender a los suyos? Ni tiempo nos dimos para responder a aquella pregunta que cruzó nuestras mentes. Bajamos al suelo tan rápido como nos fue posible y ayudando a Onew a moverse, para que se apoyara en mi y no en la pierna que tenía más, regresamos al camino trasero del pueblo para intentar alcanzar de aquel modo el granero de la casa de Key y de allí, pasar a los maizales. Íbamos con paso apresurado, cada uno mirando alternativamente a los lados y hacia atrás. Escuchábamos gritos por doquier. Oraciones religiosas, fanáticos gritando que a Appa Minho no se le daba la espalda y repitiendo de forma pletórica, la frase que nuestro Profeta nos había dicho para infundirnos el valor necesario para hacer frente a la adversidad. Escuchamos un grito y los dos nos giramos, viendo como se acercaba a una velocidad vertiginosa ,un hereje en vuelto en llamas. La situación no podía ser más espeluznante y ambos, llevados por el mismo sentimiento de terror, coreamos los gritos de aquel demente mientras empezábamos a correr hacia delante por nuestras vidas . ¿Quién dijo que era obligación de un hombre tener que detenerse a pelear cuando su vida corre peligro?
No considero que fuéramos cobardes, pero no teníamos intención de quedarnos a preguntarle si quería o no atravesarnos con el enorme cuchillo que llevaba sujeto en la mano y con el que parecía llevar implícito el movimiento de tratar de clavarlo en nuestro cuerpo. Hubíeramos seguido corriendo, de no ser, porque otra figura se interpuso en nuestro camino... No fue hasta que nos detuvimos a menos de cinco pasos de él, que nos percatamos de que se trataba de Jonghyun. Él se limitó a sonreirnos, como si le hiciera gracia que demostráramos tal cobardía. Levantó el hacha que tenía en la mano y al tiempo que Onew y yo nos echábamos al suelo en un impulsivo acto reflejo, temiendo un golpe de aquel arma, él se la enterró en medio de la cabeza a aquel hereje en llamas que nos perseguía y del cual, nos habíamos olvidado al vernos delante de Jong.
El tipo calló al suelo, obviamente muerto tras aquel hachazo en pleno cráneo. Jonghyun puso su bota sobre la cabeza de aquel ser y jalando un poco, sacó su arma antes de girar a mirarnos. Era evidente que pensaba que estábamos haciendo lo mismo que él, con la excepción de que nosotros dos, éramos un par de cobardes que nos habíamos echado a correr sin atrevernos a ir contra ellos. Nos dijo con voz grave que teníamos que ser guerreros de Dios y no huir de aquellos que pretendían destrozar la paz de Heaven. Luego de eso, finalmente, nos dedicó una gran sonrisa y nos dijo que Appa Minho también estaba peleando:
- Si tanto miedo os da luchar, quizás deberíais ser ejecutados. Tened valor. La cobardía y la autocompasión, son pecados femeninos. Sois hombres, levantaos y Dios guiará vuestras manos en pro de su Gloria y la de su Profeta Minho.


Dicho aquello, nos dedicó una última sonrisa y se marchó arrastrando su hacha como si le pesara llevarla en la mano o más bien, como si supiera que alzarla para golpear desde un ángulo de casi 180º, sería peor que mortal para cualquiera que osara interponerse en su camino.
Me apresuré a ayudar a Onew a levantarse, cuando escuchamos que los crujidos de las botas de Jonghyun se detenían y él giraba a vernos, como si de pronto hubiera caído en que nosotros, no solo estábamos huyendo de los herejes sin pelear, sino que ni siquiera estábamos con todos los demás, conteniéndolos en las calles principales. Onew me tomó la mano y me hizo colocarme detrás de él. Era evidente que algo no marchaba bien con Jonghyun, algo había que le molestaba, que no le cuadraba o que le estaba haciendo darse cuenta de que no estábamos peleando, sino huyendo, tanto de los herejes, como del culto y de Heaven.
Nuestro amigo sujetó el hacha con ambas manos y comenzó a avanzar hacia nosotros:
- Sois traidores...Sé que sois traidores y como diácono del Nuevo Bernabé, es mi deber y mi obligación acabar con los herejes. ¡Dios me da voz,Dios guía mi mano!
- ¡Corre Taemin,corre!
Onew y yo empezamos a retroceder apresuradamente y en cuanto Jonghyun avanzó de más acortando distancia con nosotros, no lo pensamos dos veces y echamos a correr. La niebla seguía sin dejarnos ver nada, pero lo único importante ahora, era escapar de Jong y no queríamos pensar que algo peor que él, podría estar aguardándonos en las sombras. Tan pronto corrimos, escuchamos que él también lo hizo y como por arte de magia, la niebla se dispersó, haciéndonos sentir a ambos como si Dios nos hubiera abandonado y el Demonio se interpusiera en nuestro camino para ocuparse de que ninguno de nosotros saliera jamás de Heaven. Escuchamos el grito alocado de algunos herejes e inevitablemente giramos la cabeza a ver los árboles del bosque. Lo que vimos nos hizo detener en seco y sin duda, el diácono de Appa Minho, se detuvo no muy lejos de donde nos encontrábamos, con la mirada ardiente, fija en el exacto mismo punto que nosotros.
Aquellos dementes estaban subidos en lo alto de los árboles como monos endemoniados, y no, no de cualquier manera... Ellos mismos se debían de estar prendiendo en llamas, porque los árboles estaban ardiendo y a ellos no parecía importarles. En el mismo momento en el que uno de ellos hizo ademán de lanzarse sobre nuestras cabezas, nuestro instinto de supervivencia actuó por sí mismo y nos hizo correr para salvar la vida. Jonghyun se quedó allí envuelto en llamas cuando aquellos locos se lanzaron sobre él, pero al contrario que nosotros, nada indicaba que temiera por su vida.
Fue la última carrera en aquella calle infernal. La luz del fuego y la luna, nos mostró el contorno del granero al que habíamos aspirado llegar desde que decidimos que íbamos a salir por agua. Verlo nos inspiró un falso sentimiento de victoria, de seguridad. Incluso, habíamos olvidado lo dolorido que Onew estaba a causa de la torcedura de su tobillo y no fue hasta que lo escuché quejarse por ello, que no llegué a recordarlo.
- Onew... -me acerqué a ofrecerle que se apoyara en mi y nos dirigimos al interior del granero, sin pensar siquiera, que... por estar tan cerca de los límites de Heaven, quizás, estaban infestados de herejes.
Pero no lo pensamos y nos acercamos poco a poco, dejando atrás el bullicio de la batalla y observando como al rededor de aquel granero, estaba todo lleno de restos de cuerpos, tanto humanos como animales... Conforme nuestros pasos acortaban la distancia, pensé que no había sido, después de todo, tan buena idea ir. Lucía como un lugar abandonado, pero las puertas estaban llenas de
marcas de manos ensangrentadas , los alrededores del mismo estaban regados de asquerosas vísceras sacadas de cuerpos, que se aglomeraban en montones a ambos lados del edificio. Brazos, piernas, cabezas... Todos aquellos que se encontraban allí,debían ser rebeldes que ,según Appa Minho, tenían que morir y el enfermo de Key debía haber convertido aquel lugar en un matadero humano.
De todos modos, no teníamos elección, con suerte, dentro de aquel lugar, podríamos cobijarnos durante el tiempo suficiente, como para buscar algo con lo que ayudar a Onew con su pie malo. Quizás pudiéramos encontrar un vendaje,agua... Lo que fuera que nos ayudara a pasar de aquella horrible noche... Sin embargo, el interior del granero, era mucho peor que el exterior...Aunque eso no impidió a Onew hacer una broma al respecto para evitar que allí mismo me desmayara o me diera un verdadero infarto. Gente descuartizada y colgada de las paredes, del techo, con extremidades cortadas y ganchos sujetándolos por la boca, como si fueran ganado dispuesto para despiezarlo y comérselo después, con la diferencia de que aquello no era para comer, pues la carne putrefacta dejaba a la vista larvas y moscas, e incluso pequeños animales royendo la carne...
No pude por menos que vomitar, no podía ni con el olor, ni con la visión
Ayudé a Onew a sentarse sobre unas cajas viejas de fruta y muy a mi pesar, empleando la pequeña linterna del llavero, tuve que moverme por aquel lugar en busca de algo...¿Qué buscaba exactamente? No lo sé... No sé lo que estoy buscando pero... Cada momento temía que uno de aquellos cadáveres se moviera y me mirara con sus cuencas vacías y su carne descompuesta... No sé porqué en aquellos momentos me preocupé por los muertos, pues era evidente, que los vivos eran lo único que en realidad debía producirnos miedo. Pero inconscientemente, al vernos en un lugar así, tuve miedo de que las historias sobre zombies fueran reales, que aquellos cadáveres que debían llevar meses o semanas allí colgados, comenzarían a moverse al detectar carne humana viva caminando cerca de ellos...
Me movía con sumo cuidado, el hedor era tan profundo y tan intenso, que supe que nunca iba a borrarlo de mi memoria. Había en el suelo sangre que debía ser de aquel mismo día, pues al caminar por encima, sentía mis zapatos quedarse pegados al suelo y hacer un ruido pegajoso y chirriante cuando levanta el pie para dar el siguiente paso.
A pesar de que Onew y yo estábamos allí, ninguno de los dos hacía ninguna clase de ruido, aunque en cierto modo, deseaba con toda mi alma que comenzara a hablarme, a contarme alguna estupidez que me hiciera pensar menos en toda la muerte que nos rodeaba y la que a pesar de todo, estaba por fuera de aquellas paredes de madera. Sin duda Jonghyun nos buscaría y alertaría a todo el mundo de que estábamos intentando escapar y que éramos unos traidores a Dios y a su Profeta... Tras buscar por algunas estanterías, intentando no pensar en lo que aún nos quedaba para salir de aquel sitio espantoso, di con unas polvorientas. Regresé y ayudé a Onew a hacerse un buen vendaje en el tobillo, el cual, tenía muy hinchado a causa de las constantes carreras a las que nos habíamos visto sometidos y en las que él, no dudaba en absoluto en forzar al máximo aquel pie dañado. Terminaría siendo mucho peor. Aún arrodillado delante de él, levanté la cabeza para verle y susurré:
- Onew... tengo mucho miedo... No vamos a salir de aquí con vida...
- No... Pero lo vamos a intentar, Taemin.
✟☢ DIOS ME DA VOZ, DIOS GUÍA MI MANO ☢✟
- ¿Cómo dices? -preguntó irritado Minho mientras observaba como sus hombres y mujeres fieles, recogían de las calles los cadáveres de los herejes que habían sido derrotados y los que aún estaban con vida, estaban siendo desmembrados.
- Estoy seguro de que ellos estaban huyendo.
- No puedes hablar en serio, Jonghyun, Taemin es el elegido de Dios para tener las visiones que llevarán a Heaven a las puertas del Cielo.
- Taemin y Onew estaban huyendo, créeme, Profeta, vi en sus ojos la depravación, el Demonio se ha hecho con sus almas y los ha embaucado.
- ¿Cómo han podido traicionarnos? ... Iremos tras ellos. Kyuhyun y sus animales ya no son una amenaza, pero es evidente, que el Enemigo ha escapado con Onew y Taemin. Coge a tus mejores hombres y ve tras ellos, tráemelos con vida, Jonghyun. Tienen que ser degollados en la pila bautismal del Templo para pedir perdón a Dios y pagar sus continuas faltas hacia él y hacia mi. ¿Tienes idea de a dónde han podido ir?
- Iban camino a los maizales, Appa Minho.
- Sin duda pretendes escapar y el Demonio les acompaña. Debemos evitar a toda costa que su impío ser, atraviese las montañas o estaremos condenados al fin del mundo. Ve tras ellos y tráemelos. No me falles, Jonghyun.
- No lo haré, Appa Minho -dijo con voz seria y con el rostro sereno y altivo.
Tras aquellas palabras, Jonghyun se apartó de donde se encontraba el Nuevo Bernabé,bajando de aquel pedestal en el que el Profeta se había apostado,seguro de merecer un puesto elevado por haber vencido a los herejes. Key se acercó a él y cuando levantó las manos para hablar a sus discípulos,dijo:
- Esta noche, hemos derrotado a nuestros enemigos, Dios nos ha puesto a prueba, llevamos mucho tiempo sufriendo, pasando penalidades y sufriendo un agostamiento penitente porque el Señor, nos ha escogido como su ejército. Como aquellos que deben guardar las Puertas del Paraíso para ganar un lugar en el Cielo. ¡Esta noche, hemos peleado por Dios y hemos ganado! Pero no hemos ganado la guerra. El Enemigo, el Demonio, en su astucia y su miedo, ha cegado y envenenado el corazón de dos de mis hijos favoritos para que en ellos, fuera llevado al apestoso mundo exterior, donde su semilla se propagará como la peste. Sólo si conseguimos cazarlos,hijos míos, nos habremos ganado el Paraíso. ¡Estamos a un solo paso de alcanzar la vida eterna!¡Si queremos ir al cielo, no debemos pretender ser como Jesús!¡DEBEMOS PRETENDER SER COMO DIOS!¡ID TRAS ELLOS,HIJOS MÍOS Y REGAD LA TIERRA CON SU SANGRE EN EL NOMBRE DE DIOS Y DE SU PROFETA!!
Y la respuesta a aquel clamor, fue uno aún mayor que se elevó hacia el cielo y rompió el silencio de aquella fría madrugada.
✟☢ Y DIOS DIJO: YO SOY,EL QUE SOY ☢✟
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