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miércoles, 4 de octubre de 2017

✟☢ ̷G̷I̷F̷T̷ ̷F̷R̷O̷M̷ ̷T̷H̷E̷ ̷H̷E̷A̷V̷E̷N̷ ☢✟ VI

Pareja : OnTae [Onew + Taemin]
Género: Terror / Gore / Pornografía
EEL: +18

Resumen: Taemin Lee, un muchacho que fue rescatado tras aparecer de pronto en medio de una carretera completamente desorientado y malherido, aparece tras su recuperación en un programa de televisión que llega a todo el mundo y en el que cuenta cómo su mejor amigo y él escaparon de un lugar al que se refería como Heaven y que sin duda, era mucho peor que el propio Infierno. 

P.D: Cada vez que aparezca una frase, seguida de una cruz, será un FLASH BACK en el que Taemin contará en primera persona la historia ^^


ADVERTENCIA: EN ÉSTA HISTORIA APARECERÁ CONTENIDO SENSIBLE EXPLÍCITO,SI ERES UNA PERSONA IMPRESIONABLE, POR FAVOR NO LO LEAS.

Inspirado en el juego de terror OUTLAST.

























Podría decirse que nos arrepentimos de decidir ir en busca del agua, nada más encaramarnos al muro del jardín de mi casa. Daba miedo, la oscuridad que se cernía ante nosotros como un espectro cubriendo nuestros ojos con su manto negro, la luz fantasmal de la luna, dibujando siluetas aterradoras en cada esquina... La niebla... Como si camináramos sobre un lugar maldito en el que cada paso, podía ser el último.
Tuve miedo y fue entonces cuando Onew giró la cabeza para verme y debió leer en mis ojos el terror, o quizás fue el temblor de mi cuerpo lo que delató mis sentimientos... Sujetó mi mano con firmeza y me dijo en un susurro que no iba a apartarse de mi lado:


- No tengas miedo, Taemin... Tenemos mucho por lo que vivir...
- Sí... Pero no por ello, siento menos miedo de lo que nos espera más allá de éste muro.
- Nos espera una noche larga, pero no pienses en ello o se nos hará eterna.
- Tienes razón... Me pudo el desánimo...



Nos miramos a los ojos por unos segundos que se nos hicieron eternos y luego bajamos del muro, descendiendo por él. Nos preocupaba que si saltabamos, el ruido atrajera a los que patrullaban el pueblo. 
Una vez con los pies sobre el suelo, Onew decidió moverse delante y fue el primero en cruzar la calle que separaba mi casa, de la casa del vecino. Acto seguido, pasó por encima de su cerca de madera, por un lado que estaba roto y luego se agazapó revisando que en el jardín o en las ventanas de la vivienda, no hubiera nadie, me hizo una seña y fue entonces cuando yo crucé la calle. Fui tan cuidadoso y tuve la sensación de ir tan, tan lento, que me pareció que había tardado una hora en cruzar aquellos tres metros, incluso me detuve en medio de la calle al ver que se asomaba por la calle trasversal, la luz de una linterna. Por suerte la voz de Onew, me sacó de mi sopor y reaccioné. Pasé por encima de la cerca de madera y me agazapé junto a mi amigo, escuchando el sonido de las pisadas del vigilante, haciendo presión sobre la tierra y las piedrecillas, me hicieron sentir el cuerpo agarrotado por el miedo, más aún cuando Onew jaló de mi para llevarme tras unos setos para escondernos de su vista, pues, tal fue la casualidad o la mala fortuna, que decidió seguir su patrulla por la calle por la que nosotros acabábamos de cruzar. Agazapado junto a mi mejor amigo, tuve que cubrirme la boca, seguro de que mi respiración jadeante a causa del miedo, era sin duda audible a kilómetros de donde nos encontrábamos. Vi su sombra acercarse, empuñando una linterna en una mano y un machete en la otra mientras repetía en voz baja, palabras sacadas del Evangelio de Appa Minho. Vimos sus botas pasando a menos de un metro de nuestro escondite. Mi corazón latía con tanta fuerza que yo mismo me estaba quedando solo y entrando en tal nivel de pánico y ansiedad, que en cuanto aquel hombre se marchara, correría a mi casa y me escondería debajo de la cama. Pudo parecer una eternidad, pero lo cierto es que en todo el proceso, apenas habían pasados unos 10 minutos entre la bajada del muro de mi casa y lo que aquel hombre tardó en pasar por la calle y seguir en otra dirección.
Onew notó cómo temblaba y no dudó en abrazarme, no dijo una sola palabra, seguramente porque tendría el estómago anudado como yo mismo lo sentía en aquellos momentos. Pero no teníamos mucho más tiempo que perder, teníamos que llegar al río y regresar mientras durara la oscuridad. De modo que aún con las piernas temblando, nos pusimos en pie y atravesamos aquel jardín de la forma más sigilosa que nos fue posible. Intentando no resbalarnos o no pisar con fuerza excesiva. Tan pronto como escuchábamos un ruido, nos deteníamos en seco y mirábamos al rededor para comprobar, no sin cierto alivio, que el ruido había sido provocado por el viento o por algún pequeño animal. Cuando llegamos al otro lado del jardín, pasamos la cerca de madera sin mucho esfuerzo, por suerte, aquella era lo suficientemente baja como para pasar sin hacer ninguna clase de aspaviento. Íbamos ahora tan convencidos de que no había nadie, que cruzamos finalmente la otra calle sin mirar y cuando nos vimos en frente de la siguiente casa, nos arrepentimos de no haber mirado. Escuchamos los pasos de alguien, alguien pisando tierra y calzando sin duda unas botas que chirriaban a cada paso que daba... Era un andar lento, sin duda debía ser uno de los centinelas, pero no vimos la linterna por ninguna parte y Onew me apresuró, dándome una palmada en el hombro para que le prestara atención. Cuando le miré, había juntado sus manos y me ofrecía que las usara como peldaño para llegar a la parte superior del muro de aquel jardín. Podríamos haber escalado, pero cada vez escuchábamos los pasos más cerca y sin querer perder más el tiempo, apoyé el pie derecho en su mano y di un brinco que me impulsó hasta agarrarme del borde superior y escalarlo sin mayor problema. 


- ¿Ves a alguien? -susurró mirándome.
- ... -desde aquella posición elevada, pude ver, o al menos intuir a quien estaba haciendo aquel ruido chirriante al caminar - Va por la calle contigua -susurré mirándole.
- Ayúdame a subir, nos ocultaremos hasta que haya pasado.



Asentí y apoyé mi pecho sobre el muro de piedra antes de ofrecerle a Onew una mano para que se agarrara y así poder tirar de él y ayudarlo. Cuando tomó mi mano, nos dio la impresión de que los pasos se habían vuelto de pronto mucho más rápidos y mientras yo jalaba de él hacia arriba, y él mismo escalaba con ayuda de la otra, se resbaló. A ambos nos pareció escuchar un crujido, pero en cuanto apareció rastro de una antorcha por un lado de la calle, ninguno nos detuvimos para saber qué era lo que había pasado. Logró subir de forma rápida y ambos saltamos al interior del jardín sin preocuparnos de si había o no, alguien allí que pudiera causarnos algún daño. Nos ocultamos detrás de unos barriles y en apenas unos segundos, asomaba por la parte superior del muro, la luz de aquel hombre, que sin duda, había estado cerca, muy carca de cogernos en medio de una incursión nocturna, que estaba prohibida. Era evidente que nos había escuchado, porque permaneció allí, la luz lo delataba. Debía de estar de pie, esperando que un nuevo ruido delatara nuestra posición, pero sobra decir que Onew y yo prácticamente, dejamos de respirar para evitar que nos escuchara. Aunque al girar la cabeza para ver a mi amigo, me di cuenta de que se estaba sujetando el tobillo... Eso era... Eso había sido lo que ambos habíamos escuchado crujir en plena subida. Era evidente en su rostro que estaba sufriendo un terrible dolor y me sentí mal porque no podía expresarlo,pues en el silencio y la quietud, nos iba la vida en aquellos momentos. Poco a poco, el centinela reanudó la marcha y pudimos escuchar el chirrido de sus viejas botas, alejándose por la calle y deteniéndose cada poco a la espera de un nuevo sonido que delatara la posición de unos posibles intrusos o de unos herejes tratando de escapar de los territorios del Profeta de Dios, Appa Minho. Aún cuando dejamos de escuchar el sonido de sus pasos, permanecimos agazapados y en silencio. Después de serciorarnos de que nadie había, Onew emitió un fuerte resoplido y se sentó en el suelo,sujetándose aún el tobillo.


- ¿Qué hacemos, Onew? Estás herido...debemos volver a casa...
- No, no te preocupes, sólo es una pequeña torcedura... Debemos seguir, necesitamos el agua y lo sabes... no podemos beber el agua pestilente de pozas llenas de restos humanos.
- Pero ¿cómo vamos a seguir estando tú así?
- Haré un vendaje con un jirón de la camisa y podremos continuar, aunque me temo que tendremos que ir algo más despacio, pero no podemos rendirnos a la primera de cambio.
- Onew, esto no es la primera de cambio, esto es algo grave... Si nos descubren y tenemos que echa a correr, no podremos...
- Si nos persiguen, Taemin, no habrá más remedio que huir de aquí, y si me alcanzan, que sé que es lo que te preocupa...Deberás dejarme atrás...
- ¿QUÉ?¿Te volviste loco?-repliqué muy alterado- No, Onew, eso no.
- Taemin, cálmate... Solo será si nos descubren, pero iremos con el cuidado suficiente, como para que no suceda. ¿De acuerdo?
- Pero...pero...
- Nada de peros, lo haremos juntos, no tengas miedo, yo estaré a tu lado.


Nos miramos durante unos momentos y finalmente asentí con la cabeza, aunque no estaba realmente convencido de permitir que algo así sucediera y de suceder, sin duda, estaríamos juntos hasta el final... Al menos, eso es lo que se espera de dos buenos amigos.

Lo ayudé entonces a cortarse la camisa para poder hacerse un vendaje e incluso rompí parte de la mía para que pudiera sujetárselo mejor... No me engañó cuando al ponerse de pie, me dijo que no le dolía... Quiero decir... Ya habíamos tenido lesiones así cuando jugábamos al fútbol en clase de gimnasia y en nuestros ratos libres. Yo mismo había sufrido esguinces como aquel y eran de todo menos indoloros y más aún sin atención médica... Hubiera hecho lo que fuera por dar marcha atrás al plan, pero Onew no tenía ninguna intención de volver a casa sin el agua... Y era comprensible, no podríamos vivir sin beber agua y tomar de los pozos, significaba envenenarnos y enfermar a corto plazo. De modo que decidimos, equivocadamente, continuar aquella noche, con la marcha. Escalamos el otro lado del muro. Primero lo hice yo, esta vez, sin su ayuda, ocupando los huecos entre las piedras para colocar los pies y las manos y así subir con más tranquilidad y con la lentitud suficiente, como para poder apreciar si del otro lado había o no algún centinela vigilando la calle.
Por suerte, no había nadie y desde mi posición elevada, con una pierna a cada lado del muro, ofrecí de nuevo mi ayuda para subir , aunque me dijo que no era necesario y subió por sí mismo... Imagino que ...estaba intentando demostrarme que no se había vuelto ni inútil ni dependiente por tener el tobillo torcido... Y sin duda no pensaba que lo fuera, ni tampoco pensé en ningún momento que fuera una carga para lo que estábamos intentando conseguir...De hecho, me dije a mi mismo, que Onew, era el hombre más valiente que había conocido en mi vida y que, siempre, los demás y yo, tuvimos una percepción errónea de su manera de ser, porque lo considerábamos el más cobarde del grupo y no era así.
Al bajar de regreso al suelo, sí que precisó de mi ayuda, para no aterrizar con todo el peso sobre el pie malo. Le miré la cara y estaba perlado de sudor, sin duda porque estaba esforzándose en no expresar aquel dolor que sin duda alguna sentía a causa de su lesión. Pero yo no dije nada y él,menos aún. De modo que volvimos a ponernos en marcha. La calle a la que habíamos llegado, era una carretera trasversal por la que solían moverse los tractores y los camiones cuando iban a recoger las cosechas o a sembrarlas en su defecto. De modo que la distancia para llegar a la siguiente casa era mucho mayor. Miramos a los lados, cada uno a uno diferente y fue entonces cuando comenzamos a cruzar como lo habíamos hecho las veces anterior, de forma que pudiéramos ir ligeros al mismo tiempo que lentos, para poder reaccionar anticipadamente ante cualquier ruido. Fue entonces, que tuvimos la sensación de que el viento se levantaba, que comenzaba a soplar con mucha fuerza,de repente, de la nada, para a los pocos segundos...Volver a detenerse sin previo aviso. Nos quedamos ambos muy quietos en medio de la calle cuando comenzamos a escuchar una voz susurrante, que venía al mismo tiempo de todas direcciones y de ninguna en concreto, como si estuviéramos rodeados:


- Si un hombre tiene orejas debe ser capturado -susurraba la voz - Otro catamito para el Diablo...



Onew y yo nos miramos y casi sin tener tiempo a nada, escuchamos un grito desgarrador venir del fondo de la calle. Me quedé petrificado por el miedo, pero de entre la espesa bruma que se levantaba en medio de la noche, nos pareció ver una figura que venía armada hacia nosotros. Corrimos, al menos yo corrí y sé que Onew corrió junto a mi y mientras yo iba a seguir de largo hacia otra calle, mi mejor amigo me jaló del brazo y me hizo entrar en unos viejos bidones de gasolina que estaban allí tirados como basura. Él entró junto conmigo y nos quedamos tan juntos y apretados, que temí que nuestras respiraciones agitadas, provocaran el chirrido de aquellos bidones y que por ende, nuestro perseguidor, nos descubriera, pero, al contrario de lo que pensamos, no nos había visto, aunque sí que nos había escuchado y prontamente, por uno de los huecos errumbrosos del depósito en el que estábamos metidos, pudimos ver que se trataba ni más ni menos que de Key, armado con un pico de minero enorme, que llevaba sobre su hombro derecho. Lucía como la peor pesadilla. Como la clase de monstruo al que todos los hombres temen encontrar de noche. Caminaba despacio y tranquilo mientras susurraba para sí mismo, las enseñanzas de Minho Choi:


- Todo el que no comparta con el Profeta la comunión, será condenado a las llamas del Infierno..
Caminaremos por el valle de la muerte en ésta cruzada contra el Enemigo, con los cuchillos sangrantes y afilados... Abriremos sus vientres ardientes, los rajaremos y daremos de beber a Dios la sangre de los impuros... El Profeta de Dios ordena que nos vistamos con la sangre roja de la revelación como manto de guerra en éste mundo podrido... Y Leviatán se alzará de las profundidades para devorar a todo aquel que se haya unido al Enemigo...


Entonces, se detuvo junto a nosotros y fue cuando Onew y yo, nos dimos cuenta de que llevaba su arma y sus manos, llenas de sangre fresca... Key debía de haber matado a alguien hacía unos momentos o al menos no demasiado tiempo... ¿A quién habría matado?¿Y qué nos haría a nosotros si descubría que estábamos a menos de un metro de donde él se encontraba parado, desobedeciendo con total intención el toque de queda dado por Appa Minho? Siendo Key, tan solo podría ocurrirnos lo peor que se nos pasara por la cabeza. Como Matrona del Profeta, estaba no solo autorizado a caminar por donde deseara y cuando deseara, sino que además... le estaba permitido matar a quien quisiera si consideraba que se trataba de un traidor... Por lo que, con miedo a respirar, observábamos en silencio, allí agazapados y apretados el uno contra el otro, como lo que quedaba de nuestro amigo, se mantenía allí de pie, hablando sólo, recitando en voz alta las enseñanzas de un falso profeta, que habían calado tan hondo en su cerebro, que le habían anulado no sólo como persona, sino como ser humano racional... Key sólo era un títere, una máquina de matar que estaba suelta en medio de un montón de fanáticos enloquecidos como él, con la única diferencia, de que él, era intocable.
No sé ni siquiera cuanto tiempo permanecimos en aquella incómoda y tensa situación. Con los ojos cerrados por el miedo rezábamos porque nuestros cuerpos no hicieran ninguna clase de ruido que pudiera delatarnos a oídos de Key, quien aún seguía de pie delante nuestra, como si supiera que allí cerca había alguien y que pronto cometería el error de confiarse y bajaría la guardia... Sólo Dios fue el responsable de que aquel día, saliéramos con vida de aquella situación. Sé que nuestro ex-amigo, no habría dudado en atravesarnos y abrirnos en canal como si fuéramos simples cerdos en el matadero... Escuchamos sus pasos alejarse y poco a poco abrí los ojos para mirar por uno de los huecos, como la figura de aquel chico se desvanecía entre la niebla como si jamás hubiera estado allí con nosotros, como un espectro de pesadilla que sólo existía en nuestro subconsciente... Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que estábamos bastante atorados. Nuestras extremidades estaban agarrotadas por el frío y por la incomodidad de la postura, lo que provocó que al menos una de mis piernas se "durmiera". Fue terrible tener que ponerme de pie para desencajarme del hueco entre Onew y el barril y después, al salir y apoyar los pies en el suelo, sentí que me costaba horrores poder caminar por aquella sensación en la pierna. Cuando Onew salió, me percaté de que él estaba peor que yo. Su tobillo lesionado estaba completamente hinchado y era evidente que cojeaba,por contra que a mi, que pronto se me pasó el agarrotamiento, él ya casi no podía apoyar el pie...


- Onew, tenemos que volver, aún nos queda un largo camino hasta los maizales.
- Tae, por favor, deja de insistir, iremos juntos, no voy a volver ahora a casa como un cobarde.
- No es de cobardes, Onew... Es de sentido común... Ya has visto a Key, ha debido matar a alguien hace poco y si no tenemos cuidado, pronto, ese alguien, podríamos ser nosotros...
- No sucederá... Se me ha ocurrido algo diferente...
- ¿El qué?
- ¿Y si seguimos por ésta calle? Va directa a las cocheras de los tractores y desde ahí,sólo tendríamos que cruzar la plaza hasta el granero de la familia de Key...
- ¿Qué?¿Seguir de frente por aquí? No hay donde esconderse, Onew... Nos atraparán...Yo...
- Confía en mi, Taemin... Si vemos una linterna o escuchamos los pasos de un centinela, siempre podremos caminar a su ritmo para que no se note tanto que estamos por la zona...Y para escondernos, tendremos que confiar que haya suficientes trastos abandonados por el camino... No es lo más ideal, pero siguiendo la línea recta, llegaremos antes... ¿Qué me dices?
- ... que no sabía que tuvieras tan poco aprecio por tu vida... -susurré aterrado con la idea de seguir por una calle en la que no había opción alguna de esconderse de nadie.



Giré la cabeza a ver el camino que debíamos seguir...Estaba totalmente oscuro, la niebla impedía ver a un par de metros de nosotros...¿Íbamos a ir por allí?¿Realmente iba a permitirle que me convenciera de que podríamos seguir aquel camino sin que nadie nos matara? 
Antes de que yo hiciera nada, él comenzó a caminar delante de mi y tan sólo de ver cómo cojeaba, me apresuré a sujetarle para que se apoyara en mi...Era una locura, pero seguiríamos hacia delante, todo con el fin de conseguir algo tan básico como el agua.



Quizás solo era cuestión de echarle valor...A fin de cuentas... No quedaba tan lejos ¿o sí?

Cuando comenzamos a caminar juntos, mis oídos parecían percibir nuestros pasos como si fuéramos con tambores y platillos enganchados a ellos, haciendo un ruido estridente cada vez que nos movíamos... Notaba mi respiración acelerarse por momentos, cada vez que me parecía escuchar, con o sin certeza, el ruido de alguna piedrilla o de algo moviéndose entre la hierva. Resultaba exasperante, encontrarse rodeado de tantísimos sonidos que parecían incrementados como si fueran conectados a un megáfono para asegurarse de ser escuchados.
Onew sin embargo iba mucho más calmado que yo, quizás no escuchaba aquellos sonidos que en realidad carecían de importancia. Lo único que fue evidente que se escuchaba era mi respiración y me lo hizo saber con una de sus bromas, diciendo que respiraba con tanta fuerza, que hasta un ciego-sordo-mudo, podría alcanzarme en medio de la oscuridad. Eso me hizo pensar. Si realmente respiraba con tanta fuerza, entonces alguien podría habernos escuchado ya. En cuanto vimos un carro lleno de restos humanos, se nos ocurrió la misma idea, agacharnos y sentarnos debajo del mismo y tras las ruedas. Ambos estábamos seguros de haber escuchado algo. Quizás Key regresaba de nuevo en nuestras búsqueda porque nos había oído él a nosotros... Pero no fue el caso. No fueron los pies de Key lo que vimos entre la bruma,sino algo mucho más escalofriante... Ojalá que ellos no nos hubieran visto a nosotros...
Vimos pasar tan cerca del carro, que casi podíamos oler el barro que llevaban adherido a sus pieles, a unos hombres que llevaban clavos ensartados por todo el cuerpo. Corrían de una forma grotesca y contorsionada, resultaba repugnante y aterrador de ver. Reconocimos a Kyuhyun entre ellos, sin duda se trataba de lo que Appa Minho y sus diáconos, habían bautizado como "Herejes", gente aún más fanática y enferma que los que habitaban Heaven. No habían llegado a vernos ni escucharnos debido a la bruma que envolvía las calles, pero debido a lo cerca que estaban, nosotros ahora sí los habíamos visto. En muy poco tiempo, Kyu había logrado convencer a más hombres y mujeres del pueblo de que lo que Appa Minho decía, no eran más que un montón de mentiras y que él, tenía la verdadera fe de un Dios que no era bueno en sí mismo, pero que era el auténtico Dios. Y viéndolos pasar, era evidente que salvo él, como líder que era, los demás, estaban obligados a mutilarse el cuerpo y las extremidades para ser dignos soldados del que era para ellos verdadero Dios. Daban la grotesca imagen de ser un pasacalles absolutamente abominable...
Ni siquiera tenían aspecto humano, o no a mi parecer, por las atrocidades que ellos mismos se habían hecho a sus propios cuerpos. El miedo me tenía paralizado y ni siquiera era consciente de que Onew me tenía abrazado y cubriéndome la boca porque el pánico me había hecho comenzar a jadear... Aunque no me habrían podido escuchar por los pesados pasos de aquel desfile de una docena de deformes... ¿Cómo podía alguien como Kyuhyun, que lucía como el menos peligroso de ellos, caminar delante, engrandecido como un pavo real luciendo su bello plumaje?¿Cómo alguien podía caminar entre ellos sin sentir miedo?
Y de pronto...el pasacalles se detiene... Escuchas como olfatean el aire igual que los depredadores en busca de sus presas...Su líder les indica con la mano que miren por los alrededores y comienzan a dispersarse...Ves los pies de al menos tres de ellos acercarse a tu escondite...Despacio... ¿Puedes sentirlo?¿Lo escuchas? Es ese sudor frío que baja por tu espalda...Esa ínfima gota de sudor...que de pronto hace un ruido atronador, tan audible como los de tu propio corazón, delatando inequivocamente, el lugar exacto en el que te encuentras... Pude ver sus caras deformadas y sus ojos inyectados en sangre fijos sobre Onew y sobre mi... Tan cerca, que podía sentir el aliento de la muerte sobre mi cara... ¿Sientes el miedo recorrer tus venas?¿La sangre congelándose en tus venas?¿El frío que recorre toda tu alma y petrifica cada uno de los latidos de tu corazón?...Ese terror...Ese es el sentimiento cuando sabes que el final está cerca...


✟☢  ̷EL QUE VENCIERE, NO SUFRIRÁ DAÑO 
DE LA SEGUNDA MUERTE ☢✟
Apocalipsis 20:14



Se había apoderado entre el público y los técnicos del plató, un silencio tan tenso que podría haberse cortado con un cuchillo. Muchos de ellos, tenían la sensación de que estaban bajo el carro, a punto de ser descubiertos por aquellos horrores encorvados de los que Taemin hablaba al relatar su intento desesperado por alcanzar el río y poder tener acceso a agua limpia. Nadie hablaba, podría haberse escuchado el volar de una mosca al otro lado del edificio, ya que incluso las respiraciones parecían haber cesado. El propio Taemin estaba tan absorto contando lo sucedido, que ni siquiera se percató de ello hasta que la tensión y el estrés de esos recuerdos traumáticos, provocó que sufriera un desmayo en medio del programa. Fue tal la sorpresa de todo el publico, que tuvieron que suspender el programa, mientras venían los asistentes sanitarios a comprobar si el muchacho se encontraba o no bien. Al parecer había sido sólo una bajada de tensión por falta de azúcar, o eso dijeron.
El muchacho fue llevado de inmediato a la enfermería del edificio,dejando a todos la sensación, la impresión, de que algo terrible había acontecido en aquella situación de pánico, en la que estás atrapado como una rata en una trampa, sin escapatoria de ninguna clase...Quizás aquel había sido un momento realmente crucial, casi tanto como el tener que sufrir por conseguir algo que para un país primermundista como Corea del Sur, era algo básico y que se podía conseguir sin dificultad en cualquier parte. Todo aquello que había relatado, era por conseguir agua y sobrevivir a largo plazo en un lugar infectado por la locura, la lujuria y el fanatismo.

Cuando comenzaron los encargados a pedir al público que se marchara, apenas unos minutos después de que Taemin hubiera sido llevado a la enfermería, uno de los sanitarios, había vuelto al plató para decirle a la presentadora del programa, que el muchacho había despertado y que a pesar de que le habían aconsejado que debía permanecer en reposo, descansar, comer y dejar aquello para otro momento, el chico había exigido seguir con la entrevista, porque todo el mundo merecía saber la verdad, conocer lo sucedido en Heaven, en un pueblo, que muchos no sabía que existían y que los que tuvieron suerte de quedar fuera y ahora no tenían noticias de sus familiares, debían saber lo ocurrido a sus seres queridos. La mujer accedió inmediatamente a ir, puesto que el propio Taemin lo había pedido y seguida por un cámara y un técnico de sonido, se apresuró a ir a la enfermería, mientras el programa disponía una pantalla de televisión, para que los espectadores del plató, pudieran seguir de cerca la historia, una vez más.
En la enfermería, Taemin la esperaba, sentado en su camilla, la cual había sido reclinada como si se tratara del respaldo de un asiento y en cuanto la presentadora apareció, el muchacho no tardó en disculparse:

- Debo disculparme por lo sucedido... y lamento mucho que la entrevista deba continuar en ésta penosa situación, pero desgraciadamente, ahora, mi salud me impide mantenerme de forma decente en el plató de su programa.
- No te preocupes, Taemin, por favor -dijo la mujer con tono amable- Todos nos hemos preocupado mucho por ti, incluso pensamos que es conveniente que...
- No, por favor... No me pida que descanse... Nada ni nadie me asegura que en otro momento pueda continuar... Estoy al límite de mis fuerzas y aún así... Siento que mi historia jamás compensará lo que sucedió en Heaven...
- No fue su culpa, sólo era un joven llevado al extremo por la locura de otros...
- Pero fuí cobarde...Debí llamar a la policía en el mismo momento en el que sentí miedo de Minho... Pero no lo hice y por ello, murieron cerca de 400 personas...
- No podías saber que aquello iba a pasar, Taemin... Eres un chico fuerte y muchos de nuestros espectadores te admiran. No he querido pausar tu historia para contarte que nos han llegado decenas de miles de twitts diciendo que eres un verdadero superviviente, que eres valiente y que muchos de ellos, desearían poder llevarte a formar parte de sus familias para darte una nueva oportunidad.
- Mi país tiene un gran corazón... Pero sé que hay gente ahí fuera que sabe que hablo de su familia, de gente que no le responde al teléfono desde hace meses...Heaven destrozó muchas vidas...y yo, solo soy el desgraciado que tuvo la mala fortuna de mantenerse con vida... Si existe la otra vida...Sé que allí estarán todos, esperándome con los brazos abiertos, porque soy el último que falta por ir a su lado...


Se hizo de nuevo uno de aquellos silencios incómodos, un silencio que incluso a quienes no estaban en la sala, les resultó triste y desgarrador. Como si aún fuera de peligro, se hubiera resignado a morir. Estaba a salvo, protegido de todo mal, porque todo el mal, había quedado en Heaven, el lugar que había abandonado y que aún así se negaba a decir dónde estaba realmente situado para que la policía pudiera intervenir.
Tras aquellos largos minutos de silencio, en los que Taemin cerró los ojos a causa de un profundo mareo que provocaba que toda la habitación le diera vueltas, fue él mismo quien decidió reemprender la conversación:


- El caso es que... uno de aquellos hombres, bestias, monstruos... o lo que fueran... estaba terriblemente cerca, sus pies no distanciaban de nosotros ni siquiera por un metro. Onew y yo contemplamos con horror como hincaba una rodilla en tierra, era inevitable, se agacharía y nos vería... No queríamos imaginar qué era lo que iba a ser de nosotros en manos de aquellos animales fanáticos. Todo lo que nos quedaba, era abrazarnos con fuerza, pues nada había en nuestra mano para poder defendernos de cualquier ataque. Pudieron ser tan solo unas milésimas de segundo, pero las sentimos como una verdadera eternidad, como si incluso pasaran años desde el momento en el que puso la rodilla en el suelo hasta que vimos su rostro deforme ante nuestras caras. No llegó a decir nada, alargó el brazo para tocarnos y antes de que yo pudiera gritar por el pánico, alguien lo jaló fuera y fueron otros gritos los que se escucharon. Voces gritando "DIOS ME DA VOZ, DIOS GUÍA MI MANO". Pudimos distinguir la silueta de Key clavando su pica en el cuerpo de aquel hombre...Cuando la sangre caliente me salpicó en la cara comencé a gritar, pero eran tantos los gritos a nuestro alrededor que los segundos que Onew me permitió gritar, nadie se preocupó por ellos...






















✟☢  ̷REUNIROS EN LA PUERTA 
Y ARRODILLAROS PARA REZAR ☢✟

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