Género: Hardcore
EEL: +16
Resumen: Onew es un científico desquiciado y sociópata pero con una gran reputación dentro del mundo de la ciencia gracias a sus increíbles descubrimientos en medicina. Había dado con la cura de distintas enfermedades que en pleno siglo XXI aquejaban a la humanidad...De pronto aparece Key en su vida,es hijo de su hermano mayor y éste ha fallecido,por tanto Onew es el único que puede ocuparse de él...Al principio se niega, pero entonces decide probar sus nuevos experimentos con su sobrio.
En una casa alejada de la civilización,se escuchan gritos que rompen el silencio de la noche.
"Si accedes,no habrá vuelta atrás..."
La impaciencia comenzaba a apoderarse de él. Quizás ahora le interesaba más atrapar a su sobrino que hacerse con un nuevo sujeto de estudio para sus experimentos... Sin lugar a dudas, sus hormonas, tanto tiempo reprimidas, se estaban haciendo con el control de sus pensamientos. ¿Y qué? ¿Qué iba a hacer su sobrino para oponerse a sus deseos? No era más que un mocoso sin familia que vivía de prestado en una casa que no le pertenecía... Sí, eso es... Kibum no le pagaba ni un alquiler ni nada, a pesar de la subvención del estado por orfandad absoluta, el chiquillo estaba gastando de su comida y de su casa de forma completamente gratuita. Era momento de pagar un peaje por ello.
Aquella mañana se le hacía infinita mientras esperaba que su sobrino regresase de la escuela junto a su nuevo sujeto de estudio.
Su forma de tratar de distraerse no fue otra que sentarse en su despacho a repasar la tortura que le infringiría a su próximo invitado. Revisaba las notas e incluso el tanque en el que iba a llevar a cabo el experimento. Se aseguró de que no tuviese fisuras de ninguna clase y revisó los grilletes que iba a ponerle a Taemin...
Pero aún es muy pronto para desvelar a nuestro querido lector todos los detalles de la tortura.
Jinki, ya más calmado y olvidando sus hormonas por unos momentos, se aseguró de tener dulces de sobra, ya había mandado a sus criados comprar el banana milk que su sobrino había dicho que le gustaban a su amigo. También se distrajo leyendo un poco un libro tomado al azar de una de sus estanterías. Pronto se sumergió en un mundo de fórmulas matemáticas que durante largos años habían sustituido su necesidad de relacionarse con otros seres humanos. Siempre le habían llamado ermitaño, su mente era demasiado brillante como para compartirla con el mundo simple y corriente en el que vivían el resto de seres humanos. Tal era su estado de concentración leyendo aquellas complicadas fórmulas y creando las suyas propias de forma mecánica, que no reparó en como el tiempo pasaba posando las agujas del reloj en la hora precisa en la que su sobrino debía llegar a casa... Sí, fue justamente eso lo que le hizo perder la concentración, escuchar chillidos y risas acercarse a su casa. Era un ruido estruendoso y desagradable y se percató de que no había tenido tiempo de preparar la parte que le correspondía. Arrojó el libro a un lado de la sala y con paso apurado marchó a su despacho.
A sus espaldas la puerta principal de la mansión se abrió y Kibum invitó a entrar a su mejor amigo:
-¡Realmente vives en una mansión!¡Que envidia te tengo,Key!...Y yo que vivo en un piso de dos habitaciones...
-Pero recuerda que ésta casa no es mía, es de mi tío Jinki... No le gusta el ruido...Así que no sé si desplazar la quedada al jardín.
-¿Con el calor que hace? Pídele que nos deje quedar aquí, prometo que no se enterará de que estamos aquí.
-No sé... Deja que vaya a buscarlo y te diré.
-Deberías presentármelo, es de mala educación, de muy mala educación, venir a casa ajena y no conocer al anfitrión-enfatiza cada palabra.
-Bueno... Acompáñame, pero no toques nada ni hagas cosas extrañas.
-Tengo 15 años, no soy un niño, sé cómo me tengo que comportar.
-Sí,sí, lo sé... Es sólo que no sé si mi tío estará o no cómodo con ésto.
-Me habías dicho que él estaba de acuerdo, que te dijo que podía venir, aclárate, Key, me estás confundiendo.
-Voy a hablar con él-sonrió el rubio.
Antes de que tuviese tiempo de dirigirse a ninguna parte, Jinki bajó las escaleras principales con su impoluta bata blanca y saludó escuetamente a ambos jóvenes, desapareciendo prontamente en una de las puertas que daban a lo que debería ser o el sótano o un piso inferior. Kibum no tuvo tiempo de preguntarle nada y corrió detrás llamando a su tío:
-¡Espera, tío Onew!
-¿Qué? ¿Qué quieres? No grites, me crispas los nervios.
-... Perdón... ¿De verdad que no te molesta que mi amigo haya venido?
-Estoy al corriente de que es un muchacho escandaloso, no pasa nada. Divertiros.
Dicho eso, el mayor se perdió en la oscuridad de un larguísimo pasillo y el rubio regresó donde su mejor amigo:
-Bueno, dice que tenemos permiso para divertirnos,sólo te pido que no te exasperes ni exageres las cosas, tampoco quiero abusar de su confianza... Además, así te dejará venir más veces.
-Me parece bien, ahora enséñame la casa.
-No te puedo enseñar mucho más de lo que yo conozco. El tío Onew cierra todas las puertas de la casa con llave.
-¿Por qué?
-Es un famoso investigador, tendrá laboratorios para diferentes enfermedades, como departamentos, me imagino, pero no puedo asegurarlo, por lo general no me deja acercarme a ninguna puerta.
-¿Entonces?
-Puedes ver mi habitación y el baño y luego la cocina, la biblioteca y el saloncito.
-Pero si hay muchas habitaciones en éste piso¿También están cerradas?
-No, no... Pero están vacías, como puedes comprobar no hay demasiados muebles sino los justos, mi tío es muy austero.
-Bueno, en ese caso, ¿que tal si simplemente pillamos las golosinas y nos vamos fuera bajo los árboles a disfrutar? Así no le ensuciaremos la casa a tu tío y me dejará venir más a menudo.
-Sí, creo que es una gran idea.
Ambos adolescentes, Key delante y Taemin detrás, pasaron a la cocina y se encontraron con la mesa llena de golosinas, dulces, pasteles y por supuesto, los banana milk que el invitado había exigido para que su visita fuera completamente grata.
-¡BANANA MILK!-gritó eufórico.
Key comenzó a reírse y luego de hacerle un gesto a su compañero, se distribuyeron cierto número de dulces para llevarlos fuera y sentarse con calma a hablar, cantar o lo que fuera que se les ocurriese hacer, todo ello sin percatarse de que estaban siendo observados.
Ahora que tenían permiso para hacer de las suyas, estaban ya ambos mucho menos atentos de lo que sucedía a su alrededor, ninguno se percató de que Jinki cada poco, se asomaba a una de las ventanas de la cocina, saboreando cada segundo. Estaba cerca el momento de lanzarse a por ambos y era algo que le disparaba la adrenalina.
A pesar de la cercanía a los muchachos, se tomó su tiempo, les permitió jugar y divertirse al rededor de dos horas, dejando así que se distrajesen completamente, así cuando fuese a por ellos, ninguno sería capaz de decir cómo sucedió ni quién fue exactamente.
Revisó por millonésima vez la jeringuilla con el sedante y tras comprobar que ambos muchachos habían empezado a jugar al escondite, fue tras Taemin y mientras éste trataba de no ser descubierto por su amigo, lo atrapó por la espalda y hundió de forma seca pero eficaz la aguja en su cuello y le suministró el fármaco. En pocos segundos, el invitado de su sobrino había quedado completamente inconsciente.
Su condición física le permitió llevarse al muchacho como si fuera un saco de arena que no pesaba sobre sus hombros. Puesto que Kibum estaba distraído con el juego, no pensaría que su amigo había desaparecido. Superó los controles de la zona de pruebas sin dificultad y acostó a Taemin sobre una fría mesa metálica para desnudarlo casi por completo. Le dejó con la ropa interior puesta y luego con otra jeringuilla le puso un calmante por intravenosa, se aseguraría así de que no despertaría en una media de 3 horas. Así tendría tiempo más que suficiente para encargarse de su sobrino... No estaba ni mucho menos seguro de forzar a Kibum a acostarse con él, pero era una parte de un plan y tenía que llevarlo a cabo. Antes de salir del laboratorio, se aseguró de que Taemin respiraba de forma correcta y luego apagó las luces dejando a aquel indefenso muchacho en la más absoluta de las oscuridades.
Con paso lento, casi deleitándose de las retorcidas ideas que pasaban por su mente, subió hasta la planta principal y en silencio, puso atención para detectar la procedencia de los pasos de su sobrino. Era tan simple como que sólo Key podía hacer ruido, el resto de la mansión parecía inmóvil, ni siquiera perturbaba la paz el ruido de una mosca,no. Sólo el eco de los pasos de un alocado adolescente que iba y venía de un lado a otro cuchicheando mientras localizaba a su amigo.
Jinki se mantuvo inmóvil y a los pocos minutos fue el propio Kibum el que llegó de forma irremediable e inexplicable hasta él. El rubio le miró y se quedó inmóvil y en silencio, sintiendo que, conforme los ojos negros de su tío se clavaban sobre él, un escalofrío que auguraba algo peligroso subía por su espina dorsal provocando que toda su piel se erizara de miedo. Una silenciosa advertencia de su sexto sentido que lo invitaba a salir corriendo de allí. Sin embargo, como suele ocurrir siempre, uno ignora lo que esa vocecita que tenemos en la cabeza nos aconseja y Kibum dedicó una tímida sonrisa al científico:
- ¿Hemos hecho mucho escándalo,tío Onew? ... Taemin y yo estábamos jugando al escondite...
- Sí, lo sé. He escuchado vuestras risas desde mi laboratorio.
- ... ¿Te has enfadado?
- No podría enfadarme contigo.
- ¿Ah?... N-no comprendo... -se puso visiblemente nervioso.
- ¿Me tienes miedo de pronto, Kibum?
- No... ¡No! ¡Que disparate, tío Onew - le sonríe un poco- Es sólo que no esperaba verte.
- Sigo estando en mi casa, por si no lo recuerdas.
- Sí... sí que lo recuerdo, tío...
Antes de que tuviera tiempo de verlo venir, Jinki atrapó a su distraído sobrino. Lo sujetó por las muñecas y lo puso contra la pared al tiempo que con una mano pasaba a oprimirle el cuello. El adolescente ni siquiera supo lo que estaba ocurriendo hasta que sintió que el aire no le llegaba a los pulmones y comenzó a abrir la boca tratando de recuperar el oxígeno; pero ésto no fue posible hasta que su tío aflojó el agarre y entonces tosió segundos antes de fijar sus asustados ojos felinos en su pariente.
- Escúchame bien, Kibum, te vas a comportar como un muchacho sumiso y obediente ¿está claro?
- ¿Qu- qué vas a hacerme?- susurra.
- Si no me lo pones difícil, te garantizo que te gustará.
Aquello no podía significar nada bueno y pronto Key se vio de cara a la pared, aprisionado por el cuerpo fuerte de su tío, con las manos a la espalda para asegurarse de tenerlo inmovilizado. Sólo supo lo que iba a ocurrir cuando una de las manos del mayor le bajó los pantalones del uniforme. Contuvo la respiración cuando unos besos, más enfermizos que apasionados subieron por su clavícula hasta su mandíbula. Intentó revolverse, resistirse ante lo que estaba sintiendo como una violación a pesar de no haber sido profanado aún, pero su tío le tenía una especial sorpresa reservada, sólo pudo ver por el rabillo del ojo el brillo de una aguja y a continuación un pinchazo en su cuello. Sólo haber visto la aguja de la jeringuilla le había provocado cierto novel de excitación... Cuando sus manos se vieron libres del agarre de su tío, se giró a verle y con el corazón temblando barajó la posibilidad de echarse a correr para salir de allí con Taemin, que debía seguir escondido esperando a que él llegase o; quedarse parado delante de su tío para saber qué era lo que le había metido en el cuerpo.
La sonrisa de Jinki se mostraba cínica, expectante, disfrutando los segundos previos a que su sobrino comenzara a sentir los efectos de aquel estimulante que le había suministrado. Los síntomas se hicieron evidentes en menos de un minuto, jadeos, sudoración y una notable molestia causada por el calor que aparentemente provocaba la ropa. Kibum sabía perfectamente lo que aquello significaba, sabía que si no remediaba aquella situación el científico de su tío acabaría propasándose con él. Pero no racionaba con claridad. ¿Realmente quería evitar que le hiciera cosas de mayores? Era un hombre atractivo a pesar de pasar de los treinta... Sacudió la cabeza intentando apartar de su mente todos esos pensamientos que no hacían por más que conducirlo al mismo sitio, al abandono de su cuerpo ante los deseos del mayor. ¿Cómo lo mejoró aquel ser que de pronto lucía retorcido y perturbado? Le acercó la jeringuilla al brazo y volvió a pincharle. Aquel simple gesto bastó para que perdiera el poco juicio que le quedaba.
Acalorado, se comenzó a desvestir con premura y en escasos segundos estaba completamente desnudo a merced de los deseos de su tutor legal. Jinki casi parecía desconcertado, sin estar seguro de lo que hacer llegados a aquel punto. Sujetó un brazo de su sobrino y volvió a inmovilizarlo contra la pared. Podía haber matado a algunos sujetos de estudio mirándolos a la cara, pero violar a un niño, más bien a un muchacho, no le resultaba tan fácil ni gratificante o eso pensaba al menos en un principio. Cuando introdujo los dedos en aquel orificio por el que mas tarde pretendía meter la polla, escuchó un gemido ahogado que le hizo erizarse. Kibum no se lo estaba poniendo fácil, era realmente desconcertante y excitante escuchar cada uno de los sonidos que salían de la boca de aquel chiquillo. No le dejaba concentrarse en su trabajo, quería dilatarlo bien y rápido para poder aplacar ese odioso calor que le subía por el cuerpo y que hacía que tuviera una palpitante erección entre las piernas. Pronto el rubio ansioso y desesperado a causa de la droga comenzó a forcejar y a mover su cadera contra la mano de su tío en busca de más, de algo que le diera más placer y llegase más adentro de su cuerpo. Controlarlo a él y controlarse a sí mismo llegó a ser imposible y se desabrochó los pantalones para sustituir los dedos por algo más grueso y más duro que se abrió paso casi a la fuerza dentro de él. Un sonido gutural del menor y un gemido placentero hicieron que Jinki no tardase mucho más en embestirlo, golpeándole contra la pared para evitar que se diera la vuelta, no quería verle la cara bajo ningún concepto a pesar de saber perfectamente a quién le estaba jodiendo el culo.
Por unos momentos dejó de lado su racionalismo y se dejó llevar por la testosterona y la adrenalina,soltó la mano del menor y mientras éste se sujetaba de la pared, él lo agarraba por la cadera y lo obligaba a moverse golpeando su pelvis la una contra la otra como si pretendiera romperlo en dos. Pasó con ansia la lengua y los labios por aquella espalda blanquecina perlada de sudor,mordió como un amante juguetón sus hombros y el lóbulo de sus orejas... Nunca pensó que el sexo pudiera ser realmente algo tan delicioso. Pasó las manos a acariciar todo aquel cuerpo que ahora se doblegaba de placer ante él, a recorrerlo y reconocerlo, a pellizcar como un crío sus pezones para escuchar la orgásmica respuesta de su sobrino. Tampoco quiso correrse sin saber lo que era tener esos labios al rededor de su hombría y Key cumplió de sobra con sus expectativas. Quizás inició con un poco de torpeza su trabajo con la boca, pero poco a poco las ansias y el éxtasis del momento, parecía que realmente se lo quería comer, que quería arrancarle la polla del cuerpo a chupetones.
Hubiera jurado que se asemejaban más a dos bestias copulando sin ningún pudor a dos seres humanos teniendo simplemente sexo. El orgasmo se hizo presente casi al mismo tiempo en ambos y luego, mientras Kibum jadeaba en el suelo intentando recuperarse, Jinki lo miraba sentado en el césped en silencio. Aún no se podía creer que se había follado a su propio sobrino y que éste sólo era un crío e quince años. Lo que durante casi una hora le produjo placer, de pronto le molestaba. Era verse a sí mismo de pronto como un asqueroso pedófilo y eso era algo que le producía arcadas.
Finalmente Jinki se puso en pie, se abrochó los pantalones y se marchó al interior de la mansión dejando allí tirado a su sobrino como si en lugar de familia, fuera una vulgar puta de calle contratada. Mientras se ponía su impoluta bata blanca de trabajo y se apresuraba a lavarse las manos de forma meticulosa, no se percató de que su sobrino, aún bajo los efectos de la droga, se había levantado y le observaba desde la puerta que daba al jardín, entre confundido y curioso.
-¿Qué haces...?
- ...¿?
El científico alzó la vista y miró a su sobrino. Aún estaba desnudo y eso le alteraba, pero no estaba dispuesto a perder más tiempo con placer carnal. Terminó por quitarse su bata blanca y ponérsela sobre los hombros al menor. Después con un gesto de la mano le indicó que fuese tras él.
Su sobrino obedeció y caminó tras su tío observando desconcertado y de forma distraída cómo iba abriendo algunas puertas con un nivel de seguridad muy alto como para guardar simples fármacos. Cuando llegaron al sitio en que Jinki había dejado a Taemin acostado, Key se quedó en shock. ¿Qué hacía su amigo allí? ¿Y por qué estaba en calzoncillos? ¿Su tío también había abusado sexualmente de él?
Las preguntas no lograban alcanzar su boca y se quedó parado cuando su tío agarró al pequeño y lo llevó hasta una máquina donde comenzó a colocarle una especie de arnés en la cintura y las muñecas. Luego comenzó a espabilarlo con pequeños golpecitos en las mejillas y un bote pequeño que le puso ante la nariz y que parecía servir para despertarlo. Conforme el muchacho recobraba la consciencia, Kibum se atrevió a pasar de la sala de observación a donde se encontraba el moreno:
-¿Qu-qué es esto, tío Onew? ¿Qué le estás haciendo a Tae?
- Voy a serte franco, Kibum, te permití que lo trajeses porque necesito un nuevo sujeto de estudio.
- ¿Un nuevo sujeto...? No comprendo nada... ¿A qué se refiere?- le mira confundido.
- Estoy llevando a cabo un estudio sobre el comportamiento humano cuando se alcanza su umbral del dolor. Mis sujetos por lo general sufren un paro cardíaco debido a una arritmia provocada por un fármaco que les suministro antes de someterlos a una situación límite.
- No entiendo...-parpadea incrédulo- ¿Los matas...?
- No, claro que no. Qué disparate- niega y activa la máquina de la cual a enganchado a Taemin y dirige el brazo robótico del que está amarrado y lo mueve para meter en un tanque al semi- inconsciente muchacho- Mueren por un fallo cardíaco.
- Pero lo provocas tu, eso es lo que acabas de decirme... Espera... ¡NO! -corre hasta él y trata de quitarle el control del brazo robótico- ¡No permitiré que le hagas daño a Taemin!
- ¡Aparta!- le da un buen manotazo haciendo que retroceda- No vas a tener más remedio que ayudarme con ésto, Kibum, te recuerdo que vives de gratis en mi casa- gira la cabeza a verle- ¿De qué tienes miedo?
-¡No le hagas daño!-se acerca al tanque-¡Tae! ¡Tae! ¿¡Puedes oírme!? ¡TAEMIN!
- Kibum, por favor, no pierdas los nervios, es algo muy poco elegante.
- ¿Ah?-gira a verle- ¿Vas a matar a mi amigo?
- No. Eso sólo depende de él. Verás, el corazón humano tiene una fórmula, utilizamos el límite 235 pulsaciones y le restamos la edad del individuo, en éste caso, Taemin tiene 15 años, su límite de pulsaciones estaría en 220 pulsaciones por minuto. Sin embargo, en un organismo joven, el cuerpo puede aguantar una presión así durante un máximo de quince minutos. No significa eso que tú amigo muera pasado ese tiempo. El aumento de pulsaciones es incluso beneficioso para el corazón y siendo joven, sobrepasarlo no significa sufrir una muerte súbita, al menos no en el momento. Cuando el tiempo de taquicardía sobrepasa el cuarto de hora o los veinte minutos es cuando supuestamente debería sufrirse una parada. El fármaco que le he inyectado anteriormente reduce ese tiempo.
-...
Kibum se había quedado desconcertado con la explicación de su tío... ¿Pretendía llevar a Taemin al extremo para hacerle sufrir un paro cardíaco?
-¿Por qué? N-No... no tiene sentido, tío Onew... Te lo suplico, coge a otro, Taemin es mi amigo.
- Me temo que no puedo hacer eso, Kibum- le sonríe de forma maliciosa- Siéntate y disfruta del experimento. Si tu amigo sobrevive a la primera prueba, tendrá muchas más posibilidades de irse a casa.
-¡Pero...!
- Silencio.
Jinki pulsó un botón de color plateado y la tela oscura que cubría el tanque, calló dejando ver a ambos a un Taemin que a unos pocos metros del fondo,se revolvía aparentemente gritando que quería salir de allí. Fue entonces cuando el científico movió una palanca y los gritos del muchacho se hicieron perfectamente audibles para ambos. El sujeto de estudio no podía verlos a ellos desde dentro del tanque, pero ellos sí que podían verle a él. Vio como su sobrino tragaba saliva con miedo de ver a Tae allí suspendido sobre... ¡Sobre un lecho de agujas! Se horrorizó ante esa escena y miró a su tío suplicando con los ojos que permitiera a su amigo salir de allí. El moreno le hizo un gesto de silencio con la mano y luego agarró un pequeño micrófono y comenzó a hablar. Su voz retumbaba dentro del tanque.
- Bienvenido, Taemin. Te ruego guardes silencio durante unos segundos para explicarte porqué estás aquí y lo que tienes que hacer. Verás, estás suspendido a tres metros del suelo y si dedicas unos segundos en mirar a tus pies, podrás comprobar que todo está cubierto por medio metro de jeringuillas usadas. En medio de ese mar de agujas hay una llave. Si la encuentras en menos de sesenta segundos, habrás pasado la prueba y tu corazón no sufrirá una muerte súbita... Y te preguntarás ¿por qué va a fallarte el corazón? Tienes un veneno lento recorriéndote las venas. Preciso que superes tres pruebas más. Si lo consigues, puedes irte a casa.
Dicho eso soltó los agarres que mantenían apresado al muchacho y esté chilló al precipitarse sobre la alfombra de agujas ,gritó al sentir que se le clavaban en la piel y hubiese intentado buscar una alternativa sino hubiera visto un contador que llevaba ya contados 10 segundos. Maldijo y llamó a su captor por todos los insultos que se le ocurrieron mientras llevado por la adrenalina, comenzó a hundir las manos entre las jeringuillas y a lanzarlas por los aires a pesar de que le estuvieran ocasionando dolor.
40 segundos...
30 segundos...
25 segundos...
[CONTINUARÁ...]
!!!VAMOS TAEMIN TIENES QUÉ LOGRARLOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO¡¡¡¡¡¡¡¡ T^T
ResponderEliminarGracias por el cap por favor no tardes en actualizar *su corazón se aselera*