Género: Suspense/ Yaoi
EEL: +16
Resumen: Jonghyun es hijo primogénito del jefe de una de las familias más importantes de la mafia coreana,Los Gonglyong.A pesar de su estatura es un gran soldado.Maneja con maestría todo tipo de armas de fuego pero su especialidad son las pistolas a dos manos.Ha heredado de su padre el talento para matr y triunfar en los negocios y de su madre la maestría necesaria para camelar a cualquier objetivo.
Minho es el actual jefe de una de las grandes familias de la mafia china.Es hijo adoptivo del anterior líder,el cual lo rescató de morir en un edifico que se venía abajo.Hombre de pocas palabras,Minho fue estrictamente entrenado en artes marciales y en el manejo de las espadas aunque su favorita es una katana japonesa a la que ha puesto de nombre "Runesansu no yami" que significa "Oscuridad del renacimiento".Por supuesto,Minho tiene conocimiento de idiomas como el inglés,el japonés y el coreano.
MINHO MODE
Desde su repentina llegada a Busan en Corea del Sur,Minho y sus hombres del Clan del Dragón Amarillo habían permanecido un par de noches durmiendo en un apestoso almacén de pescado en el puerto.
Minho detestaba el olor a pescado y cuando tuvieron que esconderse allí,tuvo que salir corriendo a vomitar.El olor era simplemente nauseabundo y alguien con su fino olfato no podía digerirlo nada bien.
Incluso cuando la policía irrumpió en el incidente de los barcos interceptados,sus hombres lo forzaron a entrar a esconderse en el almacén para no ser detenidos por ser ilegales.
Sentado sobre uno de los tanques metálicos en los que se almacenaba el pescado,cruzado de brazos y con su katana al lado,observaba a sus hombres arremolinados al rededor de una pequeña cocina de gas preparando pescado...Demasiados días ya comiendo pescado,si permanecía allí un solo segundo más iba a volverse completamente loco.
De hecho había mandado a varios de sus hombres a vender la mercancía robada dentro del mismo país.Contactó personalmente con la mafia china que operaba en Corea del Sur para ver si podían echarles alguna mano con la distribución de las drogas y las armas.La respuesta fue inmediata en cuanto el pez gordo se enteró de quién era él.
Apenas en una semana habían recaudado dinero suficiente como para costearse una casa hanok grande,espaciosa y "amurallada".No les costó mucho encontrar lo que necesitaban.Había un barrio allí mismo,dentro de Busan,cuyas casas eran completamente tradicionales y entre unas y otras había espacios de unos 10 metros de muro a muro y la hanok que compraron con el dinero de la mercancía robada tenía una superficie de 2500 m2.Quizás era poco para ser 50 hombres,pero estaba claro que muchas de las estancias las compartirían entre 10 y por supuesto,Minho iba a tener sus aposentos a parte y una zona de meditación y entrenamiento.
Cuando llegó a su nueva casa,sólo deseaba quitarse aquel apestoso hedor a pescado de encima.
Lo que menos le gustó de la casa fue que no tuviese un jardín verde y frondoso,pero pensando en positivo el jardín tenía suficiente espacio libre como para hacer competiciones y entrenamiento con espadas y de artes marciales.
Apenas en una semana habían recaudado dinero suficiente como para costearse una casa hanok grande,espaciosa y "amurallada".No les costó mucho encontrar lo que necesitaban.Había un barrio allí mismo,dentro de Busan,cuyas casas eran completamente tradicionales y entre unas y otras había espacios de unos 10 metros de muro a muro y la hanok que compraron con el dinero de la mercancía robada tenía una superficie de 2500 m2.Quizás era poco para ser 50 hombres,pero estaba claro que muchas de las estancias las compartirían entre 10 y por supuesto,Minho iba a tener sus aposentos a parte y una zona de meditación y entrenamiento.
Cuando llegó a su nueva casa,sólo deseaba quitarse aquel apestoso hedor a pescado de encima.
Lo que menos le gustó de la casa fue que no tuviese un jardín verde y frondoso,pero pensando en positivo el jardín tenía suficiente espacio libre como para hacer competiciones y entrenamiento con espadas y de artes marciales.
Llegados a su nuevo hogar,Minho los repartió en grupos de 10 por habitación y dictó un estricto horario que debía cumplirse a rajatabla mientras buscaban aliados y llamaban a sus conocidos en China.
Se levantarían desde las 5 de la madrugada,permanecerían en ayunas,meditando hasta las 7 de la mañana,luego irían a desayunar,reposarían la comida durante media hora y el resto del día la pasarían entre entrenamientos y misiones de reconocimiento por toda Busan.
Aquella misma tarde,Minho caminaba por uno de los pasillos interiores de la casa,meditando sobre sus próximos movimientos hasta que una conversación al otro lado de una de las puertas correderas le hizo detenerse y prestar atención:
-Bù zhīdào zài nǎlǐ, háizi pǎo lái wèn wèntí [No sé de dónde salió aquel niño haciendo preguntas] Dàn gǎibiànle zhǔyì, dāng tā shēn chūshǒu lái bǎ wǒ chuī [Pero cambié de opinión cuando se agachó a chupármela]
-...
Minho permaneció en silencio escuchando a sus hombres.¿Un niño que había venido haciendo preguntas?¿Sobre ellos?Abrió enfurecido la puerta corredera y fulminó a los allí presentes con la mirada.No podía creerse lo que estaba escuchando.
-Todos salid fuera al jardín,es una orden.
Nadie le discutió nada aunque se temieron lo peor.Mandó a salir a los 40 restantes fuera y a los implicados,los hizo desnudarse,mandó a que los amararan de espaldas a los postes de la casa y con una fusta de madera les propinó ni más ni menos que 30 latigazos a cada uno.
Fue su primer toque de atención y aquello serviría de ejemplo para que a nadie se le ocurriese abrir la boca delante de ninguna persona que viniese haciendo preguntas,mucho menos de un niño que por lo que tenía entendido,no podía ser tan niño si se agachaba,abría la boca y conseguía lo que quería. Como guinda del pastel al castigo,ordenó que a todos los culpables,se les cortara un dedo,se dejaba a la elección de cada uno qué dedo prefería perder,si bien el de un pie o el de una de las manos.
Minho no mostró ninguna clase de piedad.Miró desde arriba como a uno por uno de los 6 implicados,se les cortaba un dedo con un cuchillo con filo dentado propio de cocina y cómo gritaba y sangraban ya que no les administraron ninguna clase de droga.
Primer aviso dado.
Minho giró sobre sus talones y marchó a su habitación con el rostro serio,el ceño fruncido y las manos en los bolsillos de su larga gabardina negra.
Una vez a solas,apagó las luces y se sentó en el centro de su habitación,con las piernas cruzadas,aspiró despacio y expiró aún más lentamente.Así varias veces.No se sentía afectado por haber escarmentado a sus hombres.Todo lo contrario,confiaba en que había actuado correctamente...
No,en aquel momento lo que le preocupaba era la identidad de aquel niño que había ido haciendo preguntas y que por lo visto y muy a su pesar,había conseguido salir ileso usando simplemente la boca¡Y vaya forma de usarla!Maldijo que sus hombres fuesen tan irresponsables y que tuvieran tan poco juicio como para largar información sobre ellos sabiendo que se encontraban en terreno hostil por llamarlo de alguna manera.Estaban lejos de casa,con dinero limitado,sin contactos ni amistades y por si fuese poco de forma prácticamente ilegal...¿Sería un infiltrado de la policía?¿Un soplón de alguna mafia dedicada a la prostitución de chicos jóvenes?¿Un topo de alguna familia coreana?
Se llevó una mano a la cabeza y respiró de forma pausada repitiéndose que lo último que debía perder era el control sobre sí mismo y sobre aquella desafortunada situación en la que la suerte los había colocado.
Si bien cabía esperar que pudieran atacarles,él debía adelantarse y buscar la forma de pasar inadvertidos...Algo complicado ya que ninguno de sus hombres encajaba en aquel sitio.Eran algo escandalosos y su claro acento chino era la señal en el radar que necesitaba cualquier enemigo para saber a qué cabeza disparar.
Cerró los ojos y dedicó casi dos horas a hacer largos ejercicios de respiración y meditación.A pesar de ser un gran luchador y un experto en armas blancas y artes marciales,Minho había sido criado también con un lado de espiritualidad.Su padre adoptivo le había inculcado de forma muy arraigada las tradiciones y supersticiones de china y él aunque eceptico a veces no podía evitar caer en alguna de aquellas ideas salidas de cualquier esquema razonable...Al menos se encontraba en paz consigo mismo a pesar de ser tan despiadado como era...O mejor dicho,como era con sus hombres...
""Minho tenía un gran corazón y un gran sentido de la bondad humana con cualquier desafortunado que no fuera un enemigo.En ocasiones en alguna pelea o en un fuego cruzado habían llegado a ocurrir accidentes que luego le quitaba el sueño y le hacían sentir culpable...El que más hondo le caló fue varios años atrás,cuando apenas había cumplido los 15 pero ya era la mano derecha de su padre y hábil guerrero...
Junto con los hombres de su padre,había tenido que defender un camión cargado de kilos y kilos de cocaína,de otro grupo y en la misma calle se habían cogido a tiros y golpes.La gente corría en desorden por la calle y mientras él estaba a cubierto tras el camión que intentaban llevarse,uno de los hombres del grupo enemigo se acercó bastante tras abatir a varios de sus hombres.Minho aguardó respirando con calma,como si ralentizara su propio cuerpo,como la calma previa a la tempestad absoluta...Uno,dos,tres...Saltó por encima del capó del camión y con su espada cortó por la mitad la cabeza del hombre como si fuera una sandía con la que se practica para aprender a hacer cortes limpios.Apoyó una rodilla en el suelo mientras el cuerpo de su rival caía abatido a sus espaldas.Cuando se incorporó,tuvo que correr para esquivar una serie de disparos que por muy poco no le dieron y justo cuando se ponía a cubierto tras un contenedor,se encontró conque allí había un niño escondido,abrazado a un peluche de oso panda.Al principio solo le pareció un estorbo en su camino por matar a los otros hombres,así que cuando volvió a salir a pelear le gritó al niño que se marchara a casa.
En medio del fragor de la batalla que se estaba produciendo,Minho se vio superado en número y con ello se vio buscando cómo sacar al niño de aquel fuego cruzado.Ni siquiera lo pensó al salir de su último resguardo,cruzó la calle casi a contra reloj porque un camión sisterna venía a toda velocidad contra él.Llegó sano y salvo al otro lado pero escuchó como el gran vehículo daba un brusco frenazo y tras un sonido sordo,se escuchó de nuevo a la gente gritar.
Se puso pálido al girarse y descubrir allí,sobre un charco de sangre el cadáver del niño.El camión lo había arrollado y gran parte de su cuerpo estaba desperdigado por el asfalto.No había sonido de disparos,los otros habían huido del lugar al escuchar las sirenas de la policía y él,se encontraba allí,cubierto de sangre y con el rostro desencajado por el horror que estaba contemplando.Jamás había sentido un dolor tan profundo,no conocía la culpabilidad hasta aquel preciso instante en el que comprendió que el niño había muerto intentando seguirle para ponerse a salvo...Despacio avanzó sobre el charco de sangre y se agachó junto al cuerpo cogiendo de la mano del pequeño al peluche de oso panda,cuya suerte había sido mucho más afortunada que la de su dueño...Cuando la madre del niño llegó llorando,los policías irrumpieron en el lugar y a Minho algunos de los hombres de su padre lo sacaron de allí porque había quedado en shock.
De hecho,tan culpable se sintió que indemnizó a la madre y costeó él mismo el entierro...""
Aquel suceso había sido su fantasma durante mucho tiempo y le había servido para abrir los ojos.Pelear por drogas y materia inanimada no era tan glorioso como siempre había creído...Luego estaban los inocentes que se encontraban en medio de aquella guerra por una infeliz casualidad.
Aunque pareciera duro por fuera,Minho era un chico lleno de sentimientos,sentía culpa,sentía melancolía...Tristeza...
Inspiró profundamente y fue abriendo despacio sus ojos.
Aunque su habitación estaba a oscuras,fijó la vista en el pequeño altar que había montado al fondo de la misma,justo frente a donde él se encontraba sentado en aquellos momento.A parte de unas tablillas con oraciones,algo de hierbas aromáticas y velas apagadas,se encontraba allí un viejo y desgastado peluche de oso panda...Nunca había podido deshacerse del todo de aquella culpabilidad y esa era la forma que tenía de purgar su culpa.Acarreando aquel viejo juguete allá a donde fuera para recordarle que él y sus hombres no eran los únicos seres humanos que caminaban por las calles ni que se veían envueltos en algún problema de improvisto.
Permaneció en silencio durante varios minutos más y luego se levantó.Tenía las piernas entumecidas pero no intentó siquiera reposar unos segundos para esperar que se le pasase.Salió de su habitación.Pasaban casi 35 minutos desde que habían llamado a cenar en el comedor.Generalmente estaba prohibido que comieran si él no se encontraba presente,pero en ésta ocasión comprendería que no le hubieran esperado.Para su sorpresa,nadie había tocado uno solo de sus platos de comida y todos lo saludaron respetuosamente cuando ingresó en la sala en la que se encontraban.
Ya con él al frente de la mesa se dispusieron a comer.No pasaba nada conque los platos estuvieran algo fríos,allí mismo los volvían a calentar y a comer.
Minho carraspeó a mitad de la cena y todos se detuvieron para observarle:
-Mañana quiero que Seng Bin venga conmigo-toma de su vaso de agua y añade-.Quiero tratar de localizar a ese chico tan curioso que por lo visto os hace hablar sin mucha dificultad.
Asintieron y siguieron comiendo.Lo cierto es que aunque los hombres de Minho no eran homosexuales,algo de descarga les venía bien para el estrés que estaban pasando en Corea...Sin embargo no sabían si opinar lo mismo de Minho.Nunca había tenido novia,ni siquiera cuando su padre estaba vivo y lo instigaba a buscar una buena muchacha para estrenarse y "convertirse" en un hombre hecho y derecho...Tampoco podía acusarlo de homosexual porque Minho mantenía claras distancias con los hombres.Ni hombres ni mujeres,Minho no parecía sentirse atraído por ninguno de los dos sexos ni por ningún otro.
Terminada la cena,todos los hombres se retiraron a dormir,todos salvo él...Sacó su katana de la funda y en el patio comenzó a hacer ejercicios y practicar hasta altas horas de la noche.Fue al baño a tomar una ducha aunque no encendió la luz para no molestar a sus hombres;luego se fue a la habitación y se acostó en su futón a dormir.
-Xiānshēng Minho,Xǐngle ma?[Señor Minho,¿está despierto?]-le despertó la voz de uno de sus hombres.
-Mnff...-abre despacio mirando al techo de la habitación-¿Q-qué hora es?-susurra tocándose la cabeza y busca su reloj de muñeca para mirar la hora-...Es tarde...
Cuando su hombre volvió a insistir,Minho se excusó diciendo que aún estaba meditando,que fuera a prepararse y lo esperara en la puerta de la casa mientras terminaba.
Seng Bin se disculpó y marchó a esperar a su jefe donde le había mandado.Pasados apenas unos minutos Minho se reunió con él y juntos marcharon a caminar por Busan.Aunque el objetivo principal era dar con el niño que había estado allí haciendo preguntas indiscretas,también necesitaban buscar aliados,contactar con sus amigos en China y al menos comprar vehículos en los que poder transportarse ya que ir a pie era muy cansado sobre todo si lograban conseguir un negocio,pero de alguna otra cosa lo debían disfrazar...¿Qué tal poner puestos de ramen?Allí en Corea gustaba mucho comer ramen de cuando en cuando y era una buena tapadera a pesar de que quienes dirigiesen los puestos fueran chinos...
Otro punto importante,buscar un falsificador que se encargara de elaborar los papeles de todo el grupo por una suma no demasiado exagerada.
De hecho consiguieron que uno de sus contactos en China les recomendara una mafia coreana amiga con la que poder tratar y comenzar los negocios.Minho no lo pensó dos veces.Desde una cabina llamó y comenzó a negociar con Lee Park,el líder de dicha familia.
El aplomo de Minho al hablar pareció ser suficiente para que lo aceptara como socio,quizás demasiado fácil aquel primer paso...Por supuesto,tendrían facilidades para operar en Busan pero a cambio iban a tener que pagarle el 35% de las ganancias al señor Park y muy a su pesar en aquellos momentos carecía de medios para negociarlo,así que iba a tener que mantenerse un tiempo en el rol de líder subordinado.
-Primero lo primero-se dijo a sí mismo-.Establecer unas bases sólidas e ir subiendo escalones...Si la fortuna nos sonríe podremos tomar el control de Busan sin que siquiera lo noten los coreanos...
Quizás estaba adelantándose demasiado y prometiendo demasiado sin siquiera haber comenzado a edificar nada;pero necesitaba marcarse un objetivo y de ese modo podría hacer todo cuanto estuviera en su mano para lograrlo...Solo era cuestión de tiempo.Tiempo y un gran esfuerzo por parte suya y de la de todos los hombres de su grupo.
Caminando de regreso a la hanok con Seng Bin,Minho escuchó como su compañero le daba toques en la espalda para llamar su atención.El más alto se paró en seco mirando a su hombre cuando éste le informó que había visto al muchacho que les había estado haciendo preguntas.
-¿Lo viste?¿Dónde?¿Quién es?-mira a todos lados hasta que Seng Bin le señala en concreto a un chico que toma un batido sentado en una terraza.
Se quedó callado mirando al muchacho y se dijo para sus adentros que entendía bien porqué sus hombres no se habían resistido a sus encantos.Era un chico muy mono,pero demasiado aniñado como para llamar de más la atención de Minho.Éste con mala cara pero tono solemne,mandó a Seng volver solo a casa mientras él se ocupaba de ir a descubrir quién era aquel chico y por qué había estado haciendo preguntas a cambio de felaciones.Se acomodó el pelo y se acercó caminando con paso tranquilo hasta quedar cerca de la mesa del chico.
Éste levantó la vista a verlo y entonces Minho le sonrió como sólo él era capaz de sonreír y le dijo con un tono autoritario pero cordial:
-Hola.
Se levantarían desde las 5 de la madrugada,permanecerían en ayunas,meditando hasta las 7 de la mañana,luego irían a desayunar,reposarían la comida durante media hora y el resto del día la pasarían entre entrenamientos y misiones de reconocimiento por toda Busan.
Aquella misma tarde,Minho caminaba por uno de los pasillos interiores de la casa,meditando sobre sus próximos movimientos hasta que una conversación al otro lado de una de las puertas correderas le hizo detenerse y prestar atención:
-Bù zhīdào zài nǎlǐ, háizi pǎo lái wèn wèntí [No sé de dónde salió aquel niño haciendo preguntas] Dàn gǎibiànle zhǔyì, dāng tā shēn chūshǒu lái bǎ wǒ chuī [Pero cambié de opinión cuando se agachó a chupármela]
-...
Minho permaneció en silencio escuchando a sus hombres.¿Un niño que había venido haciendo preguntas?¿Sobre ellos?Abrió enfurecido la puerta corredera y fulminó a los allí presentes con la mirada.No podía creerse lo que estaba escuchando.
-Todos salid fuera al jardín,es una orden.
Nadie le discutió nada aunque se temieron lo peor.Mandó a salir a los 40 restantes fuera y a los implicados,los hizo desnudarse,mandó a que los amararan de espaldas a los postes de la casa y con una fusta de madera les propinó ni más ni menos que 30 latigazos a cada uno.
Fue su primer toque de atención y aquello serviría de ejemplo para que a nadie se le ocurriese abrir la boca delante de ninguna persona que viniese haciendo preguntas,mucho menos de un niño que por lo que tenía entendido,no podía ser tan niño si se agachaba,abría la boca y conseguía lo que quería. Como guinda del pastel al castigo,ordenó que a todos los culpables,se les cortara un dedo,se dejaba a la elección de cada uno qué dedo prefería perder,si bien el de un pie o el de una de las manos.
Minho no mostró ninguna clase de piedad.Miró desde arriba como a uno por uno de los 6 implicados,se les cortaba un dedo con un cuchillo con filo dentado propio de cocina y cómo gritaba y sangraban ya que no les administraron ninguna clase de droga.
Primer aviso dado.
Minho giró sobre sus talones y marchó a su habitación con el rostro serio,el ceño fruncido y las manos en los bolsillos de su larga gabardina negra.
Una vez a solas,apagó las luces y se sentó en el centro de su habitación,con las piernas cruzadas,aspiró despacio y expiró aún más lentamente.Así varias veces.No se sentía afectado por haber escarmentado a sus hombres.Todo lo contrario,confiaba en que había actuado correctamente...
No,en aquel momento lo que le preocupaba era la identidad de aquel niño que había ido haciendo preguntas y que por lo visto y muy a su pesar,había conseguido salir ileso usando simplemente la boca¡Y vaya forma de usarla!Maldijo que sus hombres fuesen tan irresponsables y que tuvieran tan poco juicio como para largar información sobre ellos sabiendo que se encontraban en terreno hostil por llamarlo de alguna manera.Estaban lejos de casa,con dinero limitado,sin contactos ni amistades y por si fuese poco de forma prácticamente ilegal...¿Sería un infiltrado de la policía?¿Un soplón de alguna mafia dedicada a la prostitución de chicos jóvenes?¿Un topo de alguna familia coreana?
Se llevó una mano a la cabeza y respiró de forma pausada repitiéndose que lo último que debía perder era el control sobre sí mismo y sobre aquella desafortunada situación en la que la suerte los había colocado.
Cerró los ojos y dedicó casi dos horas a hacer largos ejercicios de respiración y meditación.A pesar de ser un gran luchador y un experto en armas blancas y artes marciales,Minho había sido criado también con un lado de espiritualidad.Su padre adoptivo le había inculcado de forma muy arraigada las tradiciones y supersticiones de china y él aunque eceptico a veces no podía evitar caer en alguna de aquellas ideas salidas de cualquier esquema razonable...Al menos se encontraba en paz consigo mismo a pesar de ser tan despiadado como era...O mejor dicho,como era con sus hombres...
""Minho tenía un gran corazón y un gran sentido de la bondad humana con cualquier desafortunado que no fuera un enemigo.En ocasiones en alguna pelea o en un fuego cruzado habían llegado a ocurrir accidentes que luego le quitaba el sueño y le hacían sentir culpable...El que más hondo le caló fue varios años atrás,cuando apenas había cumplido los 15 pero ya era la mano derecha de su padre y hábil guerrero...
Junto con los hombres de su padre,había tenido que defender un camión cargado de kilos y kilos de cocaína,de otro grupo y en la misma calle se habían cogido a tiros y golpes.La gente corría en desorden por la calle y mientras él estaba a cubierto tras el camión que intentaban llevarse,uno de los hombres del grupo enemigo se acercó bastante tras abatir a varios de sus hombres.Minho aguardó respirando con calma,como si ralentizara su propio cuerpo,como la calma previa a la tempestad absoluta...Uno,dos,tres...Saltó por encima del capó del camión y con su espada cortó por la mitad la cabeza del hombre como si fuera una sandía con la que se practica para aprender a hacer cortes limpios.Apoyó una rodilla en el suelo mientras el cuerpo de su rival caía abatido a sus espaldas.Cuando se incorporó,tuvo que correr para esquivar una serie de disparos que por muy poco no le dieron y justo cuando se ponía a cubierto tras un contenedor,se encontró conque allí había un niño escondido,abrazado a un peluche de oso panda.Al principio solo le pareció un estorbo en su camino por matar a los otros hombres,así que cuando volvió a salir a pelear le gritó al niño que se marchara a casa.
En medio del fragor de la batalla que se estaba produciendo,Minho se vio superado en número y con ello se vio buscando cómo sacar al niño de aquel fuego cruzado.Ni siquiera lo pensó al salir de su último resguardo,cruzó la calle casi a contra reloj porque un camión sisterna venía a toda velocidad contra él.Llegó sano y salvo al otro lado pero escuchó como el gran vehículo daba un brusco frenazo y tras un sonido sordo,se escuchó de nuevo a la gente gritar.
Se puso pálido al girarse y descubrir allí,sobre un charco de sangre el cadáver del niño.El camión lo había arrollado y gran parte de su cuerpo estaba desperdigado por el asfalto.No había sonido de disparos,los otros habían huido del lugar al escuchar las sirenas de la policía y él,se encontraba allí,cubierto de sangre y con el rostro desencajado por el horror que estaba contemplando.Jamás había sentido un dolor tan profundo,no conocía la culpabilidad hasta aquel preciso instante en el que comprendió que el niño había muerto intentando seguirle para ponerse a salvo...Despacio avanzó sobre el charco de sangre y se agachó junto al cuerpo cogiendo de la mano del pequeño al peluche de oso panda,cuya suerte había sido mucho más afortunada que la de su dueño...Cuando la madre del niño llegó llorando,los policías irrumpieron en el lugar y a Minho algunos de los hombres de su padre lo sacaron de allí porque había quedado en shock.
De hecho,tan culpable se sintió que indemnizó a la madre y costeó él mismo el entierro...""
Aquel suceso había sido su fantasma durante mucho tiempo y le había servido para abrir los ojos.Pelear por drogas y materia inanimada no era tan glorioso como siempre había creído...Luego estaban los inocentes que se encontraban en medio de aquella guerra por una infeliz casualidad.
Aunque pareciera duro por fuera,Minho era un chico lleno de sentimientos,sentía culpa,sentía melancolía...Tristeza...
Inspiró profundamente y fue abriendo despacio sus ojos.
Aunque su habitación estaba a oscuras,fijó la vista en el pequeño altar que había montado al fondo de la misma,justo frente a donde él se encontraba sentado en aquellos momento.A parte de unas tablillas con oraciones,algo de hierbas aromáticas y velas apagadas,se encontraba allí un viejo y desgastado peluche de oso panda...Nunca había podido deshacerse del todo de aquella culpabilidad y esa era la forma que tenía de purgar su culpa.Acarreando aquel viejo juguete allá a donde fuera para recordarle que él y sus hombres no eran los únicos seres humanos que caminaban por las calles ni que se veían envueltos en algún problema de improvisto.
Permaneció en silencio durante varios minutos más y luego se levantó.Tenía las piernas entumecidas pero no intentó siquiera reposar unos segundos para esperar que se le pasase.Salió de su habitación.Pasaban casi 35 minutos desde que habían llamado a cenar en el comedor.Generalmente estaba prohibido que comieran si él no se encontraba presente,pero en ésta ocasión comprendería que no le hubieran esperado.Para su sorpresa,nadie había tocado uno solo de sus platos de comida y todos lo saludaron respetuosamente cuando ingresó en la sala en la que se encontraban.
Ya con él al frente de la mesa se dispusieron a comer.No pasaba nada conque los platos estuvieran algo fríos,allí mismo los volvían a calentar y a comer.
Minho carraspeó a mitad de la cena y todos se detuvieron para observarle:
-Mañana quiero que Seng Bin venga conmigo-toma de su vaso de agua y añade-.Quiero tratar de localizar a ese chico tan curioso que por lo visto os hace hablar sin mucha dificultad.
Asintieron y siguieron comiendo.Lo cierto es que aunque los hombres de Minho no eran homosexuales,algo de descarga les venía bien para el estrés que estaban pasando en Corea...Sin embargo no sabían si opinar lo mismo de Minho.Nunca había tenido novia,ni siquiera cuando su padre estaba vivo y lo instigaba a buscar una buena muchacha para estrenarse y "convertirse" en un hombre hecho y derecho...Tampoco podía acusarlo de homosexual porque Minho mantenía claras distancias con los hombres.Ni hombres ni mujeres,Minho no parecía sentirse atraído por ninguno de los dos sexos ni por ningún otro.
Terminada la cena,todos los hombres se retiraron a dormir,todos salvo él...Sacó su katana de la funda y en el patio comenzó a hacer ejercicios y practicar hasta altas horas de la noche.Fue al baño a tomar una ducha aunque no encendió la luz para no molestar a sus hombres;luego se fue a la habitación y se acostó en su futón a dormir.
-Xiānshēng Minho,Xǐngle ma?[Señor Minho,¿está despierto?]-le despertó la voz de uno de sus hombres.
-Mnff...-abre despacio mirando al techo de la habitación-¿Q-qué hora es?-susurra tocándose la cabeza y busca su reloj de muñeca para mirar la hora-...Es tarde...
Cuando su hombre volvió a insistir,Minho se excusó diciendo que aún estaba meditando,que fuera a prepararse y lo esperara en la puerta de la casa mientras terminaba.
Seng Bin se disculpó y marchó a esperar a su jefe donde le había mandado.Pasados apenas unos minutos Minho se reunió con él y juntos marcharon a caminar por Busan.Aunque el objetivo principal era dar con el niño que había estado allí haciendo preguntas indiscretas,también necesitaban buscar aliados,contactar con sus amigos en China y al menos comprar vehículos en los que poder transportarse ya que ir a pie era muy cansado sobre todo si lograban conseguir un negocio,pero de alguna otra cosa lo debían disfrazar...¿Qué tal poner puestos de ramen?Allí en Corea gustaba mucho comer ramen de cuando en cuando y era una buena tapadera a pesar de que quienes dirigiesen los puestos fueran chinos...
Otro punto importante,buscar un falsificador que se encargara de elaborar los papeles de todo el grupo por una suma no demasiado exagerada.
De hecho consiguieron que uno de sus contactos en China les recomendara una mafia coreana amiga con la que poder tratar y comenzar los negocios.Minho no lo pensó dos veces.Desde una cabina llamó y comenzó a negociar con Lee Park,el líder de dicha familia.
El aplomo de Minho al hablar pareció ser suficiente para que lo aceptara como socio,quizás demasiado fácil aquel primer paso...Por supuesto,tendrían facilidades para operar en Busan pero a cambio iban a tener que pagarle el 35% de las ganancias al señor Park y muy a su pesar en aquellos momentos carecía de medios para negociarlo,así que iba a tener que mantenerse un tiempo en el rol de líder subordinado.
-Primero lo primero-se dijo a sí mismo-.Establecer unas bases sólidas e ir subiendo escalones...Si la fortuna nos sonríe podremos tomar el control de Busan sin que siquiera lo noten los coreanos...
Quizás estaba adelantándose demasiado y prometiendo demasiado sin siquiera haber comenzado a edificar nada;pero necesitaba marcarse un objetivo y de ese modo podría hacer todo cuanto estuviera en su mano para lograrlo...Solo era cuestión de tiempo.Tiempo y un gran esfuerzo por parte suya y de la de todos los hombres de su grupo.
Caminando de regreso a la hanok con Seng Bin,Minho escuchó como su compañero le daba toques en la espalda para llamar su atención.El más alto se paró en seco mirando a su hombre cuando éste le informó que había visto al muchacho que les había estado haciendo preguntas.
-¿Lo viste?¿Dónde?¿Quién es?-mira a todos lados hasta que Seng Bin le señala en concreto a un chico que toma un batido sentado en una terraza.
Se quedó callado mirando al muchacho y se dijo para sus adentros que entendía bien porqué sus hombres no se habían resistido a sus encantos.Era un chico muy mono,pero demasiado aniñado como para llamar de más la atención de Minho.Éste con mala cara pero tono solemne,mandó a Seng volver solo a casa mientras él se ocupaba de ir a descubrir quién era aquel chico y por qué había estado haciendo preguntas a cambio de felaciones.Se acomodó el pelo y se acercó caminando con paso tranquilo hasta quedar cerca de la mesa del chico.
Éste levantó la vista a verlo y entonces Minho le sonrió como sólo él era capaz de sonreír y le dijo con un tono autoritario pero cordial:
-Hola.
FIN DEL 2º CAPÍTULO
MINHO MODE
Gracias por seguir mis fics
Volveré pronto con el tercer capítulo de éste JongHo
Pido paciencia ya que ahora quiero terminar un OnTae que me están pidiendo
Un saludo
