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sábado, 6 de agosto de 2016

◄ ▬ TÉ DE DRAGÓN AMARILLO ▬ ► 4º Cap

Personajes: JongHo [Jonghyun + Minho]
Género: Acción
EEL: +16

Resumen: Jonghyun es un acaudalado jefe de la mafia en Corea del Sur y que por circunstancias de la vida, quizás la mera casualidad, le llevó a coincidir en un desfile chino en el que un disfraz de dragón le hizo recordar una promesa que hacía casi 10 años que había olvidado. Ir a china en busca de un muchacho que tiempo atrás clavó en él algo más que sus ojos duros y severos.
Viaja a Pekín decidido a buscar la marca distintiva de aquel chico, un dragón amarillo...¿Qué le espera a un coreano en las duras calles de china donde abundan mafiosos dispuestos a sacarle las tripas por el simple hecho de ser coreano?






CAPÍTULO 4º



JONGHO MODE


Cuando despertó, estaba en una habitación que no era su suit de hotel, pero era elegante. A su lado, había dos chicas desnudas, durmiendo también.
Jonghyun se incorporó hasta sentarse en la cama y se masajeó la cabeza intentando recordar lo que había sucedido...Poco a poco lo iba recordando, una fiesta, putas, drogas... Sí, se habia soltado el pelo como solía hacerlo de adolescente, siempre se volvía loco en las fiestas y había pasado por aquella situación de despertarse rodeado de gente desconocida demasiadas veces en su vida. Se levantó tras quitarse a una de aquellas mocosas de encima y se quitó el cabello de la cara mientras buscaba con los ojos a sus dos seguritas...¿Dónde se habrían metido? Al levantarse de la cama, revisó la estancia en busca de sus hombres y ciertamente le tranquilizó verlos dormir en los sofás de la estancia contigua.
Buscó el baño casi a tientas debido a la resaca y una vez lo hubo encontrado, se acercó a lavarse la cara con agua fría para poder despertar del sopor en el que se encontraba aún inmerso. No estaba seguro de cómo había permitido que todo se le fuera de las manos de aquel modo. Como un miserable veinteañero había perdido por completo el control de su propio comportamiento  y no estaba seguro de si se habría ido o no de la lengua sobre lo que hacía allí y sobre quién realmente era. Se miró al espejo mientras las gotas de agua se escurrían hacia su barbilla y emitió un fuerte resoplido. Le pitaban los oídos y la cabeza le daba vueltas, era absurdo pensar que alguien como él, acostumbrado a beber hubiera caído en la resaca como si fuera su primera fiesta... Quizás se debía a su baja forma... Se secó la cara con una de las toallas que estaban allí perfectamente dobladas y al salir comenzó a vestirse despreocupado de quienes eran aquellas dos chicas que dormían sobre la cama. Mientras se colocaba los zapatos se percató de que no tenía ni idea del paradero de su móvil y pronto se puso de los nervios empezando a rebuscar por todos lados, incluso sacudió a aquellas dos putas que aún seguían durmiendo la mona, en busca de su preciado aparato. Salió a la pequeña sala de estar y despertando a uno de sus hombres le dio la orden de que le llamara al teléfono, pero no fue necesario, el joven guardaespaldas sacó de uno de los bolsillos interiores de su chaqueta el aparato provocando un suspiro de alivio en su jefe. "Bien hecho" , dijo sonriendo Jonghyun antes de tomar el móvil y revisar las notificaciones que pudiera tener sin recordar que él mismo para mayor seguridad, en un momento de lucidez había entregado su preciado teléfono a sus guardianes ya que ellos no tenían permitido beber bajo ningún concepto.
Para su sorpresa, le esperaban ni más ni menos que casi treinta llamadas perdidas de Key . Se puso de los nervios¿algo habría salido mal? ¿Habían atacado a los suyos?
Se puso cerca de la ventana y llamó inmediatamente a su ex-marido:



- ¡Jonghyun, maldito hijo de puta hasta que al fin contestas!
- ¿Qué ha pasado? Acabo de ver todas las llamadas que me has hecho¿Sucede algo grave?
- Lo que sucede es que quedaste en llamarme todos los días y llevas casi tres sin ponerte en contacto conmigo, casi me da un infarto, pensé que te había pasado algo grave ¡Intenté localizarte sin éxito! He mandado a casi cuarenta hombres a buscarte a China.
- ¿Qué? ¿Cómo? - se masajeó la cabeza y guardó silencio unos segundos para poder coger aire - Bien, serénate, Diva, no he sido consciente del tiempo, lo lamento mucho.
- ¿¡ Cómo que lo lamentas !? - alza el tono de voz- ¡Estaba muy preocupado!
- Sí,sí, ya me lo has dicho -dice entre dientes- Ahora calla la boca y escucha, vas a ponerte en contacto con nuestros hombres y los vas a mandar regresar inmediatamente.
- ¡NO! ¡Dios sabe dónde has estado o qué te han hecho!
- No me ha pasado nada, Key, he ido de putas y de fiesta y se me ha ido de las manos.
- ¿¡ DE PUTAS Y FIESTA!? ¡ MALDITO CABRÓN!



Jonghyun se alejó el aparato de la oreja dejando que Key se desahogara a gusto en improperios hacia su persona mientras replicaba que había estado muy preocupado. En cierto sentido tenía motivos para estarlo ya que había sido todo una profunda irrresponsabilidad por parte del líder mafioso irse de fiesta de aquella manera.
Cuando dejó de oír gritos, se llevó de nuevo el móvil a la oreja y se sorprendió de escuchar a Key llorando:


- ¿Por qué lloras? Ya sabes que estoy bien.
- A-ahora lo sé... Pero llevaba dos días sin dormir y muerto de miedo -solloza- Temía que te hubiera matado alguien, Jonghyun, eres un idiota...
- Vamos, Diva, tienes razón, pero no quiero que sigas llorando, no es propio de ti.



Un profundo suspiro por parte de Key le hizo recordar a aquellos tiempos en los que estuvieron casados... Realmente él nunca se implicó en la relación y habían sido demasiadas las veces que había vuelto a casa borracho y acompañado de alguna puta, dejando a su marido no solo en ridículo sino además dolido. El divorcio había sido la retirada más digna que Kibum había podido escoger en aquella situación e irónicamente, fue poco después cuando Jonghyun se asentó mental mente y las borracheras y las visitas a los prostíbulos cesaron poco a poco. No era un tema que Key sacara nunca para reprocharle, pero aún le importaba lo que él hiciera o dejara de hacer.
Unos minutos más tarde cuando cesaron los sollozos, el menor dijo que solo le importaba su seguridad, resultaba conmovedor, pero a pesar de aquel desliz, Jong no quería darle falsas esperanzas. Con el tono de voz más severo que pudo le dio la orden de retirar a aquellos cuarenta hombres de China y hacerlos regresar de inmediatamente a Busan. Sorprendentemente, Key se mostró sumiso y accedió a hacerlo mientras le repetía por millonésima vez que le hiciera el favor de tener cuidado. Tras algunas promesas que no estaba seguro de llegar a cumplir nunca, Jonghyun colgó y decidió darse una ducha rápida para salir de allí lo antes posible y volver a centrarse en la búsqueda de Minho, aunque no sabía si en aquel tiempo de borrachera y locura se habría topado o no con él... Esperaba casi al cien por cien no haberlo hecho porque habría sido un reencuentro terrible.
Ya duchado, vestido y perfumado como correspondía a un hombre de su clase, dejó algunos billetes sobre la cama en la que las chicas seguían durmiendo y se apresuró a salir de allí con sus hombres y buscar la ubicación exacta en la que se encontraban. Por suerte, no estaba a más de quinientos metros del hotel en el que estaba hospedado y se dirigió hacia allí para poder cambiarse aquella ropa que lucía tan sucia y peor aún, apestaba a todo lo que había tenido cerca y a sí mismo.


Una vez cambiado, con algo más informal, salió de nuevo a la calle para ver si podía o no averiguar algo sobre Minho y su ubicación. Cualquier sitio que dijese algo sobre unos dragones le hacía pensar en si era o no un lugar bajo el mando de aquel mafioso chino al que hacía tanto que no veía. Con aquel aspecto, daba mucho más la impresión de ser un jovenzuelo y de nuevo sus pasos le llevaron hacia aquel colorido y ruidoso lugar en el que se movía la juventud junto con las drogas y la prostitución.



Era el momento. Comenzó a preguntar a la gente, no a cualquiera, sino a quién su ojo de mafioso le indicaba que podía estar más o menos metido en el negocio, pero tampoco podía preguntar a cualquiera por muy mafioso que le pareciera ¿por qué? Simplemente porque donde opera una mafia, siempre lo hacen muchas otras, era más que probable que allí también hubiera enemigos de Minho y por tanto preguntarle a la persona equivocada significaba tener un grave problema porque podrían enterarse de a quién buscaba. En un par de ocasiones se detuvo en seco en medio de la calle pensando cómo era Minho y cómo eran sus hombres. Cuando lo conoció, a parte de estar casi en la ruina, se mostraba altivo y disciplinado y sus hombres igual, la pregunta que debía hacerse era... ¿habría mantenido aquel modus operandi a su vuelta a China? ... Sin duda ... Un tipo como él era casi seguro que no cambiaría sus hábitos de ninguna manera, casi le dio la impresión de ser un samurai cuando se conocieron por lo disciplinado que era y sin duda, él querría transmitir esos valores. 
Finalmente se acercó a un hombre que para su gusto llevaba demasiado rato en una esquina viendo pasar a la gente y le preguntó en inglés si conocía a un hombre llamado Minho, Choi Minho, pero aquel hombre no parecía entender inglés, de modo que con la ayuda de su aplicación móvil, tradujo sobre la marcha del inglés al chino la pregunta en cuestión. El hombre sin alterarse en apariencia respondió que eso era un nombre coreano y no chino y que era imposible conocer a alguien así allí.
No fue la respuesta que el peliblanco habría esperado, pero por ser el primer intento se contentó con ello antes de seguir andando flanqueado por sus dos guardaespaldas. Sin saber que no muy lejos de él, caminaban dos muchachas que trabajaban para el hombre al que buscaba y que llevaban casi dos días esperando frente al hotel en el que se había metido de juerga a la espera de que saliese. Llevaban audífonos y cámaras ocultas mientras iban tras aquel hombre.



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Minho lo controlaba todo desde su cuartel principal, en la última planta de aquel edificio tan lujoso y que muy a lo contrario que pensaba Jonghyun, estaba bastante alejado del núcleo juvenil de la ciudad.
Siempre había más de un agente siguiendo al mafioso coreano y eso le permitía estar informado de absolutamente todo lo que éste hiciese. Y en aquel momento ordenó que al hombre que había preguntado lo matarán ¿por qué? Muy simple, aquel hombre formaba parte de los Tigres Blancos de Niel, quién tenía muchas más fuerza de presencia en el sector juvenil que el resto de clanes de la ciudad. Como Jonghyun no los conocía, era imposible que hubiera identificado a aquel hombre que poco después de que el coreano siguiera de largo, sacó su teléfono para informar a su jefe sobre lo sucedido. Por suerte para el peliblanco, las agentes de Minho se ocuparon de silenciarlo a tiempo de que dijese nada incriminatorio. Aunque pasaba ahora bastante tiempo ante la pantalla del ordenador observando a Jonghyun caminar de forma casi errática sin saber qué método emplear para localizarle, no se sentía aliviado por ello. En realidad deseaba salir a la calle a su encuentro y simplemente decirle que estaba ahí, que llevaba muchos años esperándole y que al fin estaba a su lado... En su cabeza sonaba tan cursi que sintió vergüenza de sí mismo y de sus sentimientos pero... AL fin y al cabo eran sentimientos nobles y sinceros, tenían que serlo si tras todos aquellos años había sido incapaz de olvidarse de Jong...
Sacudió la cabeza para espantar todas aquellas ideas de su mente y con calma se acarició la barbilla pensando en si podría o no soportar estar tan cerca y no poder presentarse abiertamente, pero es que a diferencia de la aparente paz que gobernaba las calles, lo cierto era que había una guerra encarnizada entre los cuatro grandes clanes de la mafia china de la ciudad y del país en sí mismo. 


Sabía de sobra que el hecho de haber matado a uno de los hombres de Niel sin aparente motivo, aunque nadie hubiera visto que fueron integrantes de su clan, haría que aquel barrio de Beijin en el que Jonghyun se empeñaba en buscarle fuera como un hervidero de orcos, peligroso e impredecible. De hecho, por medio de las cámaras ocultas, pudo ver como el cadáver encontrado, había hecho que la calle principal se llenara de Tigres Blancos que buscaban al responsable para hacerlo pagar. Sus cámaras grabaron a Niel y por la cara que llevaba supo que lo mejor, sería sacar de allí a aquellas dos chicas que ahora estaban encargadas de la vigilancia del coreano. Conectó los audífonos y dijo con voz autoritaria que era momento de que se retirasen:



- Por favor, dirijánse inmediatamente a la salida más próxima de Beijin, un coche las estará esperando en la vía principal para traerlas. Procuren no levantar sospechas y ser rápidas. Mucho me temo que alguna de las cámaras de la calle hayan podido filmarlas y Niel comience a buscarlas.



Suspiró cuando las cámaras que llevaban encima fueron apagadas y luego se recostó en su asiento pensativo. Esperaba que de ser que Niel tuviera algún vídeo de sus chicas asesinando a aquel hombre, no reparara en que segundos antes había pasado por allí Jonghyun y peor aún, que era el joven con el que hacía tres días había iniciado una curiosa amistad llevándolo a bares de drogas y prostitutas. Se sentía nervioso por el coreano, de algún modo tenía que sacarlo del barrio de Beijin, tendría que lanzarle alguna miga de pan para que pudiera seguirla y alejarse de aquel sitio que en esos momentos era cuanto menos peligroso.
De lo que no tenía ni idea es que cuando dio la orden a sus agentes de retirarse de allí, Jong ya se había percatado de que aquellas chicas estaban en la entrada del hotel en el que se había despertado tras su borrachera y disimuladamente, en aquella aparente marcha errática en la que daba vueltas sobre sí mismo buscando a quién preguntar, las había localizado en más de una ocasión, siguiéndole. El alboroto que se había formado por la gente en el aparente encuentro de un cadáver, le había puesto sobre alerta y pronto localizó a las muchachas caminando apuradas lejos de allí de modo que ordenó a sus hombres apresurar el paso para ir tras ellas y tratar de darles alcance. Sin embargo el hecho de no conocer bien las calles y de la multitud que se aglomeraba allí por ser fin de semana, les dificultó la tarea, pero resulta que había alcanzado a verlas marcharse en un coche negro que llevaba el inequívoco logo de Minho, un dragón dorado en lugar de la placa del fabricante del automóvil. Sorprendido se percató de que su amiguito chino,debía saber desde hacía rato que él estaba allí y se preguntó como encontrarlo de modo que detuvo un taxi y le ordenó seguir aquel coche negro con un adorno dorado.

Minho no tenía ni idea que en aquellos momentos en los que él estaba preocupado por la seguridad de las dos muchachas, el amor de su vida iba a escasos metros de ellas justo en dirección a aquel edificio de lujo en el que operaba el Clan de los Dragones Amarillos.
Se puso en pie tras su escritorio, se estiró hasta escuchar crujir sus huesos al recolocarse y tomando su chaqueta se dispuso a dar por concluido su día de trabajo por el momento. Llevaba casi dos días sin dormir y ciertamente necesitaba descansar a pesar de que en aquel momento apenas estaban dando las dos de la tarde. Mientras bajaba en el ascensor custodiado por dos hombres, revisó el reloj con impaciencia. Esperaba que sus chicas estuvieran allí en poco menos de veinte minutos si el tráfico lo permitía y si no, tendría que mandar motoristas a buscarlas ¿por qué? Los Tigres Blancos se movían en moto y eran especialistas en saltarse cualquier indicación de tráfico con tal de dar alcance a su objetivo, en aquel caso sus dos agentes.
Decidió esperarlas en la puerta del edificio, dejando que el sol le acaricia la cara con sus cálidos rayos. Tras revisar varias veces el reloj de su muñeca, estaba a punto de dar la orden de ir a buscar a las muchachas, pero respiró aliviado cuando el inconfundible coche negro que identificaba a los Dragones Amarillos, estacionó frente a donde él se encontraba. Sonrió satisfecho, sus subordinadas parecían estar bien las dos y mandó que se fueran a descansar tras dejar las grabaciones de las cámaras en la planta de informática del edificio. Ni siquiera reparó, al menos no en un primer momento en que un taxi se detuvo a algunos metros de donde él se encontraba y su única preocupación fue mandar a sacar su limusina del garaje para irse a casa.



- ¡MINHO!



El líder chino palideció y giró la cabeza pensando que se trataba de Niel, pero más pálido se puso al ver a Jonghyun descender de un taxi con la cara casi tan desencajada como la tenía él en aquellos momentos. Dejó caer los brazos a los lados del cuerpo sin saber si decirle o no a sus hombres que evitaran que aquel hombre se le acercase... Tantísimos años soñando con su reencuentro y de pronto estaba paralizado sin saber si huír despavorido o correr hasta él y olvidarse de la vergüenza... Jonghyun tomó esa decisión en su lugar y corrió hasta el más alto empujando a sus guardaespaldas sin ninguna clase de cuidado, lo tomó firmemente por las mejillas y antes de poder pensar siquiera que eran el centro de todas las miradas, lo besó. Minho fue maleable como la mantequilla en manos de aquel gilipollas que llevaba diez años sin acordarse de su persona. Los labios de Jong eran tan potentes y seductores como la primera vez que los sintió, su olor no había cambiado, la fuerza y energía que desprendía seguía ejerciendo sobre él una fatal atracción magnética.
Pronto estaba tan embriagado del coreano que el beso fue a más, sus lenguas empezaron a buscarse con avidez la una a la otra mientras se acariciaban con la urgencia y la necesidad más propias de la juventud, sedientos ambos de volver a sentirse cerca, incluso cuando no tenían aire para respirar, se obligaron a no separarse hasta que se echaron el aliento el uno sobre la cara del otro para segundos después volver a besarse. 
Finalmente se sumieron en un abrazo prolongado, necesitando sentirse el uno al otro hasta tener por seguro de que era real que estaban juntos y que aquel beso de película realmente había pasado. Cuando finalmente se separaron, se mantuvieron la mirada durante varios minutos y finalmente la sonrisa de Minho fue secundada por la de Jonghyun:



- Eres un maldito cabrón - dijo Jonghyun finalmente en coreano, ya que sabía que Minho le entendía perfectamente - ¿Cuánto llevas espiándome?
- No te espiaba, te protegía - le corrige con voz calmada y luego ladea la cabeza- Desde que llegaste al aeropuerto he tenido agentes pendientes de tus movimientos.
- Que listo... Tienes suerte de que finalmente me haya dado cuenta.
- ¿Cómo es posible que te dieses cuenta?
- Me percaté de que esas dos chicas me estaban siguiendo y decidí seguirlas. Las habría dejado como casualidad hasta que vi el dragón dorado que llevaban como distintivo en ese coche negro.
- Muy hábil...



Tras una nueva sonrisa y con algo más de confianza ante aquella violenta situación en la que sus hombres veían a su disciplinado jefe romper con sus moldes acostumbrados de conducta y dar rienda suelta a sus sentimientos, cosa que jamás se hubiera imaginado de una persona como Minho, que siempre daba el aspecto de no tener emociones de ninguna clase; se inclinó y volvió a besar a Jonghyun, de un modo algo más tierno que pasional aunque pronto el peliblanco tomó de nuevo el control de aquel contacto y lo volvió salvaje, lo suficiente como para acabar empotrando al mafioso chino contra la pared más cercana mientras sus manos volvían a deleitarse con sus cuerpos, Si Minho no le hubiese detenido, lo más seguro es que allí mismo hubieran acabado desnudos. Tras limpiarse la saliva de los labios y acomodarse la ropa del modo más discreto que pudo, ofreció a su ahora invitado coreano a ir a conocer su casa, quizás podía adivinarse el trasfondo de aquella invitación, era más que evidente la latente excitación en ambos líderes mafiosos. Jonghyun aceptó la invitación y cuando llegó la limusina negra con aquellos detalles con forma de dragón dorado y los dos se vieron a solas en su interior, el peliblanco se acercó al oído del moreno y dijo con una voz tan seductora que a Minho se le cortó la respiración:



- Te voy a follar de tal modo que terminarás pidiéndome clemencia.



FIN DEL 4º CAPÍTULO



JONGHO MODE

1 comentario:

  1. Ahhhhhhhh
    M encanta este jonho creo q es uno d los mejores seriales q has hecho

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