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domingo, 19 de octubre de 2014

♣♣ LA CONCUBINA DEL EMPERADOR ♣♣

Pareja: MinKey [Minho + Key]
Género:  Suspense
EEL: +16


Resumen: Minho es el hombre más poderoso de las tierras conocidas,un emperador astuto y de mano severa que según cuentan cientos de leyendas que rodean a su persona,tiene más de mil años a pesar de que su aspecto es el de un joven de 20  y en el palacio murmuran que debe de haber encontrado el "elixir de la eterna juventud"...A lo largo de los años de su gobierno,se le ha llegado a llamar monstruo porque sus concubinas aparecían a menudo descuartizadas en los patios interiores del palacio...Todas,excepto una,la joya de su larga colección de bellezas;no era una mujer,pero poseía la hermosura de una.En el palacio cuentan que Minho lo mandó raptar cuando era apenas un niño para que creciera cerca suyo y poder ver de cerca su desarrollo corporal.



SEGUNDO GANADOR DEL CONCURSO
OMMA[Xib]







































Caminaba por los jardines de su palacio,con los brazos cruzados.
Era invierno y la nieve le cubría hasta los tobillos,no le gustaba que los criados retirasen la nieve si ésta no se derretía por sí sola,lo mismo sucedía con las hojas secas en el otoño,el patio se cubría de una alfombra de diferentes tonos rojizos por los que siempre caminaba.
Contaban las leyendas que el emperador Minho I llevaba vivo más de mil años.Nunca se había escuchado que naciera un heredero o una heredera,ni que tomase una esposa para ello.Quienes trabajaban en el palacio vivían confinados en él desde el momento de su ingreso hasta que eran demasiado viejos como para seguir con la estricta rutina de aquel extraño gobernante que rara vez abría la boca para decir algo.Su palacio era un lugar silencioso y todo lo que se escuchaba era el murmullo del agua de sus estanques y el viento colarse entre las paredes.Incluso las mujeres que trabajaban en la cocina,permanecían en silencio o susurraban al oído de otra.Cada persona que allí vivía,sabía de sobra cuál era su papel y cómo debía desempeñarlo siempre.Eral tal el silencio que si se caía una cuchara en la cocina,podía escucharse al otro lado del jardín.



Al emperador Minho,no le gustaba nada el ruido,todo aquello que no fuese ruido natural,le molestaba y conllevaba un castigo para disciplinar a quien fuese escandaloso sin necesidad,dentro de su gran fortaleza.
Su palacio y jardines,eran su mundo propio, un mundo a parte en el que todo parecía tener una misteriosa armonía...
Sin embargo,en ocasiones,alguna de las concubinas de aquel hombre aparecía mutilada en medio del jardín,rodeada de un charco de sangre.Siempre daba la impresión de que huían de algo y todos los criados que se encargaban de recoger los pedazos de aquellas pobres chicas,coincidían al pensar que era el propio emperador el que las acechaba por la noche,con alguna forma monstruosa y las perseguía para alimentarse.Nadie escuchaba nunca los gritos,pero era imposible que las muchachas no gritasen ante tan terrible destino. ¿Y por qué sospechar del señor del palacio? Quizás porque era un hombre muy extraño o porque sólo él y algunas mujeres podían acceder a la parte del palacio en la que se encontraban sus concubinas; y de sobra se sabía que ninguna mujer del servicio era capaz de hacer semejante atrocidad.


Hacía unos años,Minho había salido de su palacio,después del último centenario sin pisar el país que gobernaba desde las sombras.Incluso las bulliciosas calles del mercado enmudecían a su paso.Le rodeaba un aura tan oscura que era imposible no temerle.Todos los campesinos se inclinaban con respeto y sumisión a su paso.Los pasos del emperador guió a su pequeño séquito de guardias hasta uno de los barrios más pobres de la ciudad, un barrio apestoso y sucio,en el que la gente se dedicaba a negocios de dudosa reputación. En silencio,Minho tocó con los nudillos a la puerta de una de aquellas casas. Una anciana abrió y se sobresaltó al verle,hizo una reverencia y se apartó de la puerta. El emperador entró cubriéndose la nariz con la manga de su traje, el hedor de aquella zona era insoportable, y pasó a la siguiente habitación de la casa,encontrando allí a una mujer de unos treinta y tantos, acostada en su futón y con un bebé envuelto en pañales a su lado. Se acercó hasta la mujer y se inclinó a coger al pequeño para descubrirle la cara, era aquello lo que estaba buscando en aquel sórdido lugar. La mujer lo miró confundida y el soberano sin tener que dar explicaciones,se puso en pie con el niño en brazos y dejó caer al suelo 3 monedas de oro como pago por lo que se llevaba. Nadie dijo nada y su guardia personal parecía tan confundida como aquellas mujeres...¿Iba a ser aquel niño salido de ninguna parte el nuevo soberano?¿Lo quería para alguna clase de ritual oscuro? Nadie lo supo hasta muchos años después.
Aquel joven se crió durante sus primeros años en los aposentos del emperador y tenía tanto poder como él,pues lo que deseaba, lo obtenía, cualesquiera que fueran sus caprichos,eran concedidos a la menor brevedad de tiempo. Ya con cinco años,el pequeño Kibum, fue enviado a las dependencias de las concubinas, el deseo del emperador era que fuesen enseñándole cómo ser un buen desahogo sexual. Nadie comprendía porqué de pronto parecía que le interesaban los hombres a pesar de que aquel niño no tenía aspecto de hombre. Ciertamente el favorito del emperador fue bastante maltratado por las celosas muchachas, que en muchas ocasiones lo instruyeron del modo equivocado e incluso trataron de desfigurarle la cara con una navaja y lo habrían logrado,si el emperador no hubiese aparecido.Todas las participantes en ese intento frustrado,fueron degolladas al día siguiente en el patio por el mismísimo Minho. Sirvió de ejemplo a las demás para que no dañasen algo que no era de su pertenencia.Por tanto, Kibum resultaba tan intocable como el emperador y era el único que rompía el monótono silencio del palacio,con risas y juegos en los que sólo participaba él. Y nadie decía nada,si al emperador no le molestaban sus risas, a nadie tenían porqué irritarle. Durante la primavera y el verano, el joven Kibum jugaba a perseguir animalillos por el jardín o a recoger flores,en otoño amontonaba hojas secas y se lanzaba sobre ellas,así varias veces hasta que se aburría y regresaba a las dependencias de las concubinas; finalmente durante el invierno,no era extraño verlo hacer figuritas con la nieve.
Llegó un momento en el que el resto de concubinas sintieron odio por él. Cuando Minho se dignaba a ir a las habitaciones de sus cortesanas, sólo era para ver a Kibum, a ninguna le pedía que se pusiera en pie para verla,ecepto a él,inclusive le ordenaba que se desvistiera de su hanbok para poder verle bien. Lo revisaba con la mirada y el joven se sentía incómodo, aquellos ojos parecían amoratarle la piel con solo fijar la vista en algún punto concreto de su anatomía...No lo decía,pero aquel hombre siempre le había aterrado, aunque le hubiera criado desde que tenía memoria y a pesar de que nunca le dijo nada respecto a sus escandalosos juegos en los jardines,pero le tenía miedo. 
Se le disparaba el pulso cada vez que se cruzaba con él,aquello ojos que escondían dentro a una bestia,le aterraban, e incluso llegó a presenciar el hallazgo del cadáver de alguna de aquellas mujeres con las que solía dormir. Todos en el palacio sabían que era el emperador el responsable de aquellas masacres, pero siendo la máxima autoridad,nadie se atrevía a ponerle remedio. Los guerreros tenían miedo de él y alguna vez, escuchó decir a una de las cocineras algo como "Nuestra nación se ha mantenido rica y próspera durante más de mil años gracias al emperador¿qué importa una cortesana muerta si la gente tiene pan que llevarse a la boca?" .Aquello le hizo pensar en si el resto de personas, les veía como seres humanos o como simples objetos de usar y tirar.Él también era una cortesana del emperador¿entonces su vida no le importaba a nadie?

Cuando cumplió 16 años,lo sacaron de las habitaciones destinadas a las concubinas y le trasladaron a unas habitaciones más cercanas a las del emperador.Tenía criados a su disposición y casi todo lo que pedía, lo conseguía.A menudo se preguntaba qué había más allá de los muros de la ciudad,pero sus peticiones de salir cayeron en saco roto.

Una noche de invierno,mientras veía por una de las puertas de su nueva habitación,como caía la nieve,escuchó que a sus espaldas había alguien...Lo identificó por aquel escalofrío de puro terror que le recorría la piel cuando él estaba cerca.Era el emperador.
Permaneció inmóvil sin saber qué hacer,si girarse o decirle algo...Sabía bien lo que hacía aquel hombre con sus concubinas,pero no estaba seguro de si le esperaba el mismo destino ya que siempre le había dado mucha más libertad...


En su nuca se posaron unos labios gélidos,que le hicieron encogerse de frío con la sensación de que aquello le estaba produciendo cortes en su nívea y aterciopelada piel. Una mano firme e igual de fría que aquellos labios,lo obligó a girar la cabeza tras sujetarlo por la mandíbula. Kibum giró a ver al emperador y jadeó con fuerza al ver aquellos ojos animales,enrojecidos,inyectados en sangre...Contuvo la respiración cuando Minho se acercó a besarle,temblaba de miedo mientras sentía como le arrancaba el hanbok de cuajo y lo echaba bruscamente sobre el suelo.

-P-por favor...No me hagas daño...-susurró el menor con lágrimas en los ojos-No quiero acabar desmembrado...
-Sssh...No temas...


Aquella voz le provocó escalofríos y sintió como su cuerpo se encogía de puro terror.
Minho se arrancó su propia ropa y se lanzó a poseerle como un animal embravecido y sediento de sangre.Kibum gritó al verse arañado y mordido,como si fuese la cena de aquel hombre,su cuerpo fue llevado al extremo a posturas insospechadas,cosas de las que él nunca supo nada,no recordaba que en ninguno de aquellos libros que hablaban de sexo,aparecieran las posturas en las que aquel hombre o animal le obligó a realizar.
Ya jadeando sobre el suelo de su habitación,pensé que su tortura había acabado por fin.Pero ni mucho menos,Minho volvió a colocarse encima de él y sujetándolo por la cintura lo penetró de nuevo.Un grito agudo salió de las cuerdas vocales del menor y pudo ver con horror como su piel se ennegrecía y volvía resbaladiza como las escamas de una serpiente.Dientes afilados surgieron de pronto de entre sus labios surgieron colmillos afilados como garras...A pesar de la oscuridad que envolvía la estancia,los ojos rojos del emperador destacaban por su escalofríante resplandor...Estaba casi seguro de que era un demonio pero no comprendía el significado de que lo fuera ni de que pasase toda la noche haciéndole gritar de dolor,dejando heridas por todo su cuerpo.Cayó rendido sobre el suelo,inconsciente,incapaz de comprender lo que sucedía ni el porqué había terminado por abandonarse a lo que aquel ser de la oscuridad quisiera hacer con su cuerpo.


La mañana le descubrió acostado en su futón,al lado de aquel hombre...Al abrir los ojos se dio cuenta de que Minho estaba a su lado,desnudo como él,pero le daba la espalda.A primera vista no daba la impresión de haber ocurrido nada fuera de lo normal a pesar de que él sentía todo el cuerpo dolorido y la espalda del emperador estaba llena de arañazos.
Kibum se incorporó un poco y apreció que el cabello oscuro del emperador presentaba varios mechones canosos.Se extrañó por ello.Hubiera jurado que la noche anterior,cuando aún presentaba el aspecto de un hombre,no tenía una sola cana...Le horrorizó pensar que un viejo podrido era lo que su mente había transformado en un demonio por el miedo.Intentó moverse un poco para poder ver la cara del gobernante y comprobó que sí que se trataba de él.A pesar de aquellas canas en su cabello,se veía joven como siempre.

-¿Ya despertaste?-dijo el mayor clavando su fría mirada en los ojos del pequeño.
-Y-yo...B-buenos días,emperador-baja la cabeza en señal de sumisión sintiendo como su pulso se dispara.
-Descansa-dijo con voz queda-Estoy agotado...Anoche me diste muchísimo trabajo.
-L-lo lamento,emperador...
-Vas a tener un hijo mío.
-¿C-cómo dice?-se tensa y lo mira con los ojos desorbitados.
-Vas a tener un hijo mío-repitió sin que su tono de voz variase en lo más mínimo-A partir de hoy se te serán concedidos todos los caprichos que precises para ocuparte de que el niño nazca sano.


Dicho aquello,Minho se puso en pie y sin vestirse,marchó de los aposentos de su concubina preferida.
Kibum se mantuvo en silencio largo rato,acostado,preguntándose el porqué con la edad tan temprana que tenía,el gobernante deseaba hacerle tener un hijo suyo...Cualquier otra concubina se hubiese sentido halagada por ser elegida para traer al mundo un heredero para el monarca,pero no era su caso.Aún era demasiado joven como para comprender de qué servía tener un bebé.

Minho no volvió a aparecer por los aposentos del joven Kibum en varios meses,tiempo en el que el menor,apreció como su vientre iba hinchándose y se abultaba poco a poco.Pero era afortunado,cuanto se le antojase,lo tenía a su disposición,ya fuera comida o ropas o simple compañía que le hiciera sentirse bien y feliz.Volvía a ser objeto de malas lenguas,de las envidias del resto de cortesanas que siempre que le veían pasar,murmuraban entre ellas,calumniando a su persona como si se tratase de un vulgar criminal que se había hecho pasar por un buen hombre y cuya actuación había convencido al emperador...¿Para qué mentir?Todas ellas estaban enamoradas de aquel siniestro hombre,pero él no...No podía enamorarse de alguien que le inspiraba miedo y a quien estaba seguro de haber visto transformado en un demonio y que a pesar de que no volvió a coincidir con él en varios meses,sentía aquella presencia diabólica rondar por las noches su habitación,quizás a la espera de que se durmiera para poder matarle o simplemente para atormentar sus sueños...Tal vez,incluso,solo para recordarle que estaaba ahí y que además estaba pendiente de él y de ese bebé.

Un día,ya pasados casi 6 meses desde la concepción de aquella nueva vida,pidió al emperador poder entrar en la gran biblioteca del palacio,con el fin de buscar cuentos con los que entretenerse ya que aquel pequeño que crecía en su interior,comenzaba a dificultarle un poco el movimiento. Minho concedió su capricho,uno más de una larga lista de deseos que tenía aquel joven doncel.
Kibum se sintió como un niño explorando un lugar nuevo cuando las polvorientas puertas de la biblioteca fueron abiertas para él,para su expectación y deleite,dejando a la vista miles de pergaminos y libros que se amontonaban en viejas estanterías de madera de roble.Allí el olor predominante era el de la humedad,muchos de aquellos pergaminos y libros,no se tocaban desde hacía muchos años...Buscó cuentos,leyendas,historias que le hicieran volar lejos de aquel palacio,solo con la imaginación,puesto que le estaba completamente prohibido salir de entre las murallas.Tenía tanto tiempo que gastar mientras el bebé crecía que en poco tiempo,aquella gran biblioteca se quedó sin leyendas que contarle. Ahora los libros que se resistían a ser leídos,eran tomos sobre pesada filosofía,astrología y matemáticas,cosas que alguien como él no comprendía por muy bien explicado que estuviera...
Un día,revisando los manuscritos ya leídos, se percató de que al fondo de una de las estanterías,había un libro descarcarillado en el que nunca había reparado.Quiso ojear de qué se trataba,pero tenía un candado...Era la primera vez en su vida que veía un libro con un candado¿qué debía de tener aquel tomo para que estuviese cerrado de esa manera? Un escalofrío subió por su espalda,sintiendo que de pronto aquel demonio de ojos rojos estaba tras él,mirando lo que hacía. En un impulso puramente intuitivo,volvió a dejar aquel libro en su sitio y exclamó con la voz más alegre que pudo que había encontrado el cuento que buscaba y rápidamente su mano atrapó un libro de cubierta oscura que relataba pequeñas historias sobre un monstruo japonés que habitaba en los ríos. Mientras fingía buscar un relato de los muchos que había escrito entre aquellas hojas, sintió cómo la presión de la mirada de aquel ser de pesadilla,desaparecía. Finalmente giró la cabeza y suspiró aliviado al ver que en aquel rincón oscuro no había nadie.Sus ojos volvieron a posarse sobre el libro cerrado con el candado y juró que encontraría la manera de abrirlo y leer lo que contenía. Quizás volviese en otro momento,ahora el emperador sabía que él vio aquel libro, pero pensaría que no le prestó atención y eso justamente iba a buscar la manera de aprovecharlo en su beneficio...Quizás podría ir en medio de la noche a buscarlo...No,eso era una idea más bien suicida.Los demonios venían durante la noche y sabía que aquel, lo vigilaba hasta que el sol asomaba por el horizonte,así que de noche no podía ir a ninguna parte y durante el día no estaba seguro de en qué momento se encontraba verdaderamente solo.

Tardó varios días en regresar a la biblioteca,como una maniobra de distracción. La suerte estuvo de su parte cuando escuchó rumores de que el emperador iba a salir a la ciudad por motivos políticos. En ese momento se debatió entre abrir el libro en su ausencia o suplicarle que le dejara salir a ver el mundo que se escondía tras las altas murallas del palacio y del que apenas sabía lo que leía en los cuentos...En las escaleras que daban al edificio principal del palacio,observó con el corazón encogido,como aquellas pesadas puertas de la muralla,se abrían dando paso al emperador y su séquito de guardias. Deseó con todas sus fuerzas correr tras él para pedirle que le permitiera acompañarle a las afueras pero se contuvo.Seguramente aquella iba a ser la última vez que tuviera ocasión de ver aquellas puertas moverse.
Cuando estuvo seguro de que el emperador Minho estaba lejos de las murallas,corrió a la biblioteca a buscar aquel ejemplar. Seguía justo donde lo había encontrado la vez anterior.Entusiasmado,lo escondió bajo su hanbok y corrió apurado de regreso a su habitación,cerró las puertas que daban al pasillo y se apuró a recostarse en su futón mientras intentaba romper aquel candado con las manos.Nada.A pesar de lo viejo que se veía,seguía siendo fuerte.Buscó cualquier objeto metálico y alargado que le sirviera para hacer palanca y en ésta ocasión,tras varios minutos insistiendo sobre el mismo punto y aumentando cuanto podía la presión,logró romperlo. Sudaba por el esfuerzo y tardó algunos minutos en centrarse en el libro,pues prefirió cerrar los ojos momentaneamente para descansar.Su avanzado estado de preñez era lo que le hacía estar agotado con poco esfuerzo.Incluso se quedó dormido por unos momentos,pero el canto de un pajarillo lo hizo despertar dando un respingo.Confundido miró su habitación y luego recordó que el libro estaba abierto,lo tomó entre sus manos y se apresuró a abrirlo para leer.Se extrañó al darse cuenta de que estaba escrito en una tinta roja y oscura en lugar de negra.
Su pulso se aceleró por la emoción y comenzó a leer.Narraba la historia del antiguo gobernante,el padre de Minho.Por lo visto había sido un tirano y al nacimiento de su único hijo le precedió un mal vaticinio.Sería un niño enfermizo y moriría antes que su padre,provocando que a la muerte de éste,el país quedase sin soberano,el nombre del emperador se perdería para siempre,sería borrado de la historia y sobrevendrían tiempos de hambruna y guerras. Aquel hombre, vendió el alma de su propio hijo a cambio de la fuerza necesaria para que éste pudiera gobernar sin que ningún otro emperador ni mandatario,lo borrase de la historia...Sintió que se le cortaba la respiración...Una hechicera le dijo que tenía que desangrar a todo niño nacido durante aquel año y bañar a su hijo en la sangre de todos aquellos niños mientras se lo entregaba a los demonios antiguos. Aquel año la masacre de niños por parte del emperador fue de proporciones inimaginables...Poco tiempo después en el palacio comenzaron a suceder cosas extrañas.Chillidos escalofriantes quebraban el cielo y el silencio...Comenzaron a aparecer mujeres muertas en el palacio y en sus alrededores,todas desmembradas o degolladas como animales.Cuando Minho cumplió 12 años,asesinó a su padre y se confinó entre aquellos muros de piedra.Su gobierno fue próspero a pesar de que nadie conocía al nuevo gobernante,,,pero había algo más...Aquella maldición que pesaba sobre él,le obligaba a devorar niños cada cincuenta años,para mantenerse joven y vital,para seguir en el poder como dictaminó su padre...

-Y su séquito de demonios le ayudará a que cada cincuenta años,las aguas de sus pozos y fuentes hieran a sangre...-lee la última frase y baja despacio el libro.


Aquello era demasiado irreal,no era cierto nada de lo que ponía ese estúpido libro...¿O sí lo era?
Se levantó corriendo de su futón y echó a correr por uno de los jardines del palacio.De pronto el miedo se había activado en su cerebro como un resorte,una respuesta inmediata e instintiva ante un peligro que no estaba lejos y que quería matar a aquello que estaba creciendo en su vientre.


Sus pasos se detuvieron en seco cuando de la nada,surgió Minho y clavó sus ojos rojos en él:

-Kibum...mi Kibum...no puedo dejarte marchar.
-Por favor...no diré nada a nadie...-susurra.
-Necesito a ese niño...No vas a irte y llevártelo de mi lado.
-...No voy a permitir que te lo comas...
-Kibum...Sabes demasiado-se acerca y le sujeta por los hombros-Te encerraré en las mazmorras,nadie te hará caso ni creerán tus locuras...Entonces cuando mi hijo nazca,tú y él alcanzaréis el fin para el que ambos nacistéis.Prolongar mi reinado durante cien años más.
-¡¡NO!!¡¡KIAA!!






FIN...

5 comentarios:

  1. Wuau.... eso estuvo genial... y yo pense que minho queria el bebe para tener heredero

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  2. Waaah, de verdad que ese es el final? ah, me siento tan triste T.T
    Una segunda parte donde Key se escape y sea feliz (?) ok no asadasadsaa, pero en serio que esto me dejo mal u.u pero me gusto aun así! Nunca había leído a un Minho demonio, es la primera vez, pero aun siento este piquetito de tristeza ahahah, soy demasiado cursi xD Gracias por compartirlo, yo estare pensando un tiempo en este fic, imaginando un final feliz ahahha. siempre me pasa esto cuando leo finales tristes, pero bueno, muy buena historia y todo! Cuidate c:

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    Respuestas
    1. Si te quedaste con ganas quiere decir que es una buena historia,pero no habrá continuación.

      Besos^^

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