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domingo, 12 de febrero de 2017

✩✥ LA SANGRE DE MEDUSA ✥✩ CAP3

Pareja: MinKey [Minho + Key]
Género: Fantasía / Aventura
EEL: TP


Resumen: Año 1423, la dinastía Joseon gobierna Corea. Han levantado los cinco grandes palacios y la familia real reside en el Gyeongbok y se ve amenazada por la maldición de un enemigo contra el que llevan luchando desde el año 1395 cuando se hicieron con el poder. Cuando el monarca caer gravemente enfermo,sólo su hijo menor, Minho, tiene el corazón lo suficientemente puro como para emprender un peligroso camino que le llevará en busca de un brebaje que se esconde en el corazón del bosque de Gotjawal en la isla de Jeju.



























Minho permanecía petrificado y con miedo...No podía ni siquiera parpadear, los ojos de aquel ser al que su madre llamaba con tanto respeto "Maestro", provocaban en él un miedo irracional que hacía que todos sus sentidos se mantuvieran alerta a pesar de que no reaccionara ninguno.
Aquella figura corvada se acercó tanto que en las cuencas vacías de sus ojos, el príncipe se sintió caer sin remedio en un pozo sin fondo. Notó en la cara aquel aliento pesado y pestilente pero gélido como una ventisca invernal. Ni siquiera aquello pudo hacer que reaccionara su cuerpo, no podía apartar la vista de sus ojos negros. Podía sentir como si su presencia, como si aquella cercanía, le arrancara la vida poco a poco, como si la absorbiera en busca de dejarle completamente inerte y muerto en el suelo... ¿Le habría llevado su amada madre a una muerte segura? Él no era lo suficientemente puro de corazón como para pasar ninguna clase de prueba ni mucho menos para que se le evaluara como tal o se le dijera que era el único capaz de salvar el reino...
Aquella mirada, duró mucho menos de lo que pudo parecerle, Minho podría jurar y prometer que había aguantado la mirada de aquel ente por más de dos horas, dejándolo alimentarse de su vida y de su miedo, permitiendo sin oposición que escrutara lo más profundo de su ser, a la espera de caer fulminado como por un rayo al hallarse que no era lo suficientemente bondadoso.
Cuando aquella figura retrocedió unos pasos, Minho calló al suelo en una especie de desmayo consciente, agotado como si hubiera pasado horas y horas entrenando hasta la extenuación. Sin embargo le llegó el sonido de la voz de su madre, interrogando al sabio, al brujo o lo que quiera que fuese aquel anciano, sobre lo que había visto en los ojos de su hijo:



- ¿Y bien, Maestro? ¿Qué habéis visto en su alma? ¿Es o no digno de emprender el camino?
- He... encontrado en él... un alma pura e inmaculada, un corazón cándido y bondadoso...Curioso, sí, muy curioso e inquieto...
- ¿Entonces puede partir en busca del elixir?
- Puede y será mejor que marche cuanto antes, debe regresar antes de la próxima luna llena o no logrará salvar al rey... Largo y tortuoso es el camino que le espera, preparadlo bien pues su mayor miedo es verse solo y nadie puede acompañarlo...
- ¡Oh, Maestro! - dijo con voz llorosa la reina antes de arrodillarse ante el anciano- Muchas gracias... Sabía que mi hijo sería digno de la confianza del reino.



Tras aquellas palabras que Minho llegó a escuchar tan solo como un eco de su imaginación, el muchacho volvió a caer en una especie de pesado sueño donde la frase que le había susurrado la bruja, se repetía una y otra vez entre voces estremecedoras que asustaban a su subconsciente. Poco a poco, el príncipe comenzó a volver en sí y despacio abrió los ojos y parpadeó confundido. La luz era tan tenue y todo estaba tan oscuro y en silencio, que no podía ser más que de noche... Una vez más pensó que todo había sido producto de su imaginación y por ello se llevó una mano a la cabeza, le dolía mucho y sentía que todo le daba vueltas. Mientras trataba de incorporarse en su futón, se dio cuenta de que una de las puertas correderas que daba al jardín desde su habitación, estaba abierta y dejaba entrar la gélida brisa nocturna en sus aposentos. Miró confundido al rededor, no sabía porqué, pero tenía el miedo metido en el cuerpo, estaba seguro de sentir que había un peligro cerca... Se levantó usando una sola mano, pues la otra la mantenía vendada contra el pecho ya que se había dañado en su regreso al palacio. Con paso cuidadoso, se acercó a la puerta para cerrarla, aunque al avanzar miraba a su alrededor por si descubría que alguna de las sombras no debía estar allí; pero no fue el caso... Todo parecía estar en su sitio y lo más importante, parecía encontrarse solo...Ya más aliviado de encontrarse sin nadie allí que pudiera volver a perturbar su calma, al alcanzar la puerta y detenerse a contemplar lo hermoso que se veía el jardín en la oscuridad, se percató de que había una sombra allí de pie, de apariencia antropomorfa y que en un parpadeo echó a correr hacia donde él se encontraba. Asustado, Minho dio tal jalón de la puerta que la cerró con rapidez y no satisfecho con ello se acercó a donde se encontraban sus armas y agarró su espada, al menos lo intentó, pues desenvainar una katana sin las dos manos, no era algo precisamente sencillo... Miró entonces a la puerta, ninguna clase de enemigo se habría detenido ante una puerta de madera y papel, pero parecía que aquel sí lo había hecho. Tragó saliva y aún con la espada en la mano, comenzó a acercarse de nuevo. Estaba siendo con diferencia el día más aterrador y perturbador de su vida. De nuevo se acercó para ver si no se trataba de una fantasía suya y cuando estuvo cerca de la puerta, una mano atravesó el papel tratando de sujetarle. No pudo evitarlo, gritó asustado, soltó la espada y echó a correr fuera de su dormitorio. Aquel día no estaba para hacerse el valiente... Habían sucedido tantas cosas horribles e inexplicables que estaba seguro de que en el palacio había espíritus malignos que querían hacerle daño a él y a toda su familia. Detuvo su alocada carrera en mitad del corredor y levantó la cabeza para mirar a su alrededor...
Nada... No había rastro del propietario de aquella mano que había tratado de darle alcance... Todo Gyeongbok estaba sumido en un lúgubre y escalofriante silencio... Un silencio tan tenso que incluso el aire que respiraba parecía volverse denso y pesado en sus pulmones.
De nuevo miró al rededor... ¿Por qué no había guardias haciendo ronda? ¿Por qué no estaban las velas encendidas para alumbrar los pasillos?
Se apartó el cabello de la cara con la mano sana y luego volvió a mirar a su alrededor... Sentía la incómoda sensación de que alguien le estaba observando y que cada vez se acercaba más... Pegó la espalda a la pared y se mantuvo inmóvil mirando la oscuridad en silencio. Tenía ganas de llamar a su madre a gritos, como habría hecho siendo un niño pequeño ante la idea de que algo esperaba para dañarle... ¿Sería aquel hombre al que su madre llamaba Maestro? ¿Habría cambiado de opinión con respecto a él y ahora iba a llevarse su alma a las sombras porque en realidad era un ser indigno? Notó la garganta seca y mareado tuvo que ir casi a tientas de regreso a su dormitorio, más por la mera inercia de necesitar acostarse que por haber olvidado que pensaba que había alguien. Se acostó en su futón y cerró los ojos sin querer saber nada más, solo deseaba que aquel horrendo dolor de cabeza desapareciera. Sólo eso...



A la mañana siguiente, la luz que entraba en su dormitorio comenzó a molestarle en la cara y poco a poco fue abriendo los ojos, molesto, apartó la cabeza de donde daba la luz y dio la espalda a la puerta que daba a los jardines... Sobresaltado se incorporó y giró la cabeza viendo la puerta que daba al jardín, abierta de par en par.


¿Por qué estaba abierta de nuevo? ¿No la había cerrado durante la noche? Se sentó sobre sus talones, confundido y consternado, observando la puerta abierta, preguntándose si habría o no entrado alguien y si lo sucedido la noche anterior había sido definitivamente un sueño... Todo era demasiado extraño... Aquellas cosas no sucedían nunca y de pronto todo se volvía terrorífico e inexplicable. 
Por suerte, salvo algunas hojas secas, no parecía haber nada más dentro de su dormitorio. Movió la cabeza hacia la puerta al escuchar ruido fuera, parecía haber bastante alboroto en el palacio y si no se equivocaba, al menos un grupo reducido de personas caminaba en dirección a su alcoba. Se puso en pie de forma apurada y antes de tener tiempo de impedir la entrada de quien fuera, sus hermanos irrumpieron todos juntos y se le quedaron mirando. No estaba seguro, pero hubiera jurado que algo tramaban...Sí,sus miradas delataba que algo querían de él y no quería saber lo que era, pero se le pusieron en fila delante de él como si fueran un consejo a punto de juzgarle.



- Minho, es el momento de que marches ya a buscar la cura para nuestro padre -dijo con voz solemne Munjong.
- ¿Qué?¿Qué sabéis vosotros? -quiso saber inmediatamente el menor.
- No hay tiempo para esas memeces, tienes que partir cuanto antes.
- Pero... ¿por qué? No entiendo absolutamente nada... ¿Dónde está madre?
- Ahora mismo está indispuesta. ¿Por qué tanta pregunta? Deberías obedecernos y punto- comentó disgustado Ban Ryu. 
- ¿Obedeceros? ¿A vosotros? ¿A quienes han traído la desgracia sobre nuestra familia? ¡Vergüenza debería daros el exigirme nada!
- ¿Cómo te atreves? Eres el menos indicado para echarnos las cosas en cara.
- Yo no he hecho nada malo, vosotros sí, a todas horas, tratáis mal a vuestras mujeres y a cualquier mujer con la que os cruzáis ¡Me siento humillado por ser hermano vuestro!
- Te tendríamos que dar una paliza por hablarnos de ese modo - gruñó entre dientes Soo Ho.
- ¡Atrevéos! -los encara- Los cuatro juntos sois muy valientes ¡Cobardes!



Antes de que ninguno de sus hermanos mayores moviera un solo músculo para agarrarlo, la reina hizo acto de presencia, evitando así que Minho saliera aún más perjudicado en una pelea donde estaba no solo en desventaja numérica,sino también física ,ya que uno de sus brazos estaba por decirlo de algún modo, indispuesto para una pelea. Los cuatro príncipes restantes, observaron en silencio como el más pequeño de todos era arropado en un cálido abrazo por la reina antes de que tuviera que seguirla a petición, para hablar en un lugar apartado, donde los perniciosos oídos de sus hermanos mayores, no malograran la conversación que iban a tener.
Una vez a solas, Soo Ho, que era el más retorcido de los cuatro, comenzó a hablar a media voz con sus hermanos:


- ¿Créeis realmente que Minho es el joven del que hablan las leyendas?
- Desde luego que no -replicó Ban Ryu con el ceño fruncido- ¿Le has visto bien? Debe de esconder más de un secreto, el problema es que con nosotros va de santurrón.
- El caso es...- continuó Soo Ho- Que se me ha ocurrido una idea... -todos giraron a verle con atención.
-¿Qué es? -preguntaron los demás.
- Si Minho se larga y aún con él aquí, nada nos impide tomar el trono, el rey está indispuesto, es un viejo que se muere y si encerramos a la reina diciendo que ha perdido la cabeza, podríamos hacernos con el gobierno de la nación sin ninguna clase de dificultad. Los soldados verían normal que los hijos de sus reyes tomen el mando y para cada uno habría un trozo del pastel -sonrió de forma cínica y cruel- ¿Comprendéis a lo que me refiero?
- Sí -sonrió Do Ji Han contagiado de aquel aire enfermo que tenía su hermano.
- Un momento -intervino Munjong, quien se preocupó de que peligrara su lugar en el trono- ¿Cuál es la parte del pastel que le toca a cada uno según tu plan?
- Tu, por supuesto en el trono como nuevo rey, Ban Ryu sería el Maestro en Economía, sabrá manejar tus riquezas y las nuestras, se ocupará de los impuestos del pueblo, Do Ji Han sería el Maestro del Congreso de sabios, hablará siempre a tu favor y con su facilidad de palabra se asegurará que todos coman de tu mano; en cuanto a mi, seré el Maestro Militar, me ocuparé de liquidar a todo aquel que no esté de tu parte y de hacer la guerra si me lo pides. ¿Qué opinas Munjong? ¿No crees que es la utopía perfecta combinando nuestras cualidades? Todos serviremos para dirigir el reino hacia donde queramos.
- ... - la siempre seria y fría cara de Munjong se tornó sonriente, la descabellada idea de Soo Ho era la clase de oportunidad que llevaba esperando desde hacía muchos años.



Esperarían a que Minho se marchara, solo de aquel modo podrían acusar a su madre de haberse vuelto loca y el moribundo de su padre no podría hacer nada al respecto. Cuando Minho volviera, si es que realmente sobrevivía al viaje, lo harían encerrar por alta traición. Ya se les ocurriría de qué acusarle. Una vez los cuatro hermanos estuvieron de acuerdo en lo que iban a hacer, abandonaron la habitación de Minho con parsimoniosa calma y anduvieron por el palacio todos juntos, con sus sonrisas cómplices en la cara que delataba que algo habían pensado todos a la vez.

Mientras tanto en el jardín privado de su madre, el menor de los príncipes escuchaba con resignada atención a su progenitora, quien se esmeraba en explicarle a dónde iba a tener que irse y lo que tenía que buscar... Decía que era peligroso, pero era imposible saber porqué, pues nadie que se hubiera aventurado hacia el bosque de Gotjawal en la isla de Jeju, había logrado volver, no se sabía si morían por algún arte mágico, porque el mar se los tragaba o por qué, simplemente, los que osaban ir a aquella isla, no regresaban nunca. Para mísero consuelo de sus temores, su madre le aseguraba que no iba a ser su caso, pues al fin y al cabo él tenía un corazón bueno y noble. Así mismo, la reina le advirtió que no se fiara de nadie que dijera que conocía rutas o atajos hacia Jeju y que siempre desconfiara de la oscuridad, pues en ella se encerraban cosas que buscarían hacerle daño... Ni disimulando habría logrado esconder cómo temblaba todo su cuerpo a causa del miedo. Sin moverse del sitio, Minho pensó que porqué tenía que ser él... ¿Todo era por la pureza del corazón? ¿Qué clase de profecía era esa? Deberían haber vaticinado la llegada de un héroe fuerte, de esos guerreros seguros de sí mismo que habían visto tanto mundo que nada les asustaba... Pero no... Para su reino la profecía hablaba de un chico de buen corazón...Un miedoso como él... Miró a los ojos a su madre, quien, no pudiendo sostener aquellos ojos tristes, se movió hacia su alcoba asegurando a su hijo que iba a darle cosas que necesitaría para el viaje y que esperaba que pudiera partir aquella misma noche hacia el bosque encantado de Jeju para cumplir con su misión y traer la cura para la enfermedad que aquejaba a su padre. Rindiéndose a que aparentemente el mundo entero estaba en su contra, Mingo no dijo que no. Recibió de manos de su madre un mapa con un camino marcado en tinta roja, supuestamente era la ruta que debía seguir hasta el mar y luego allí embarcar y llegar a  la isla de un modo u otro. No había más mapa, ni indicaciones de cómo era la isla o qué había en ella, de modo que tendría que esperar a llegar para saberlo. Así mismo, le fue dada una espada, una que hacía muchos años que no se utilizaba, pues era una reliquia familiar de los ancestros de su madre. Aquella espada le había encantado siendo niño y siempre la había pedido para sí, resultó poco confortable que se la entregaran en un momento así... Dijo la reina que el caballo que llevara tendría mantas, un saco con comida y un cazo para que pudiera hacer fuego y cocinar, del mismo modo que algo de ropa para su viaje y personalmente le entregó una bolsita con monedas de oro. Con aquello tendría más que suficiente para comprar lo que necesitara, incluida una embarcación que lo llevara a la isla. También había mandado la reina que se le diera a su hijo un arco y un puñal, por si la espada no le era de utilidad. Iría vestido con las ropas de guerra propias de su rango, pues debía afrontar una misión peligrosa. El pobre príncipe dijo que sí con la cabeza mientras sus ojos gritaban un rotundo "NO" a abandonar su hogar... ¿Qué más quedaba que le dijera su amada madre? Cuando pensó que nada podía decirle, le ofreció un tónico en un frasco de cristal, el Maestro que le había examinado en el bosque se lo había entregado con el fin de facilitar la recuperación de su brazo herido. 
A regañadientes lo tomó y fue aún más consciente de que la magia existía en un mundo que parecía lo más ordinario y vulgar... Su brazo dejó de dolerle y pudo moverlo perfectamente, como si nunca se le hubiera roto, tan perfecto como estaba antes del incidente con la bruja. Entonces su madre lo abrazó, fue esa clase de abrazo que sientes como que nunca vas a volver a ver a tu familia, era una verdadera despedida y Minho sintió que una parte de él moriría aquel día cuando abandonara la seguridad de los muros del palacio.



De regreso a su dormitorio, miró en silencio todos sus muebles, todos sus lujosos y maravillosos trajes, todos los juguetes que aún conservaba de su infancia por pura melancolía... Cuando saliera, parecía que todo indicaba que no iba a lograr volver con vida, pero...Tenía que ser valiente, si no por sí mismo, por lo que buscaba salvar, algo más grande e importante que él mismo, quería salvar a su padre, quería salvar al reino y a sus buenas gentes de las calamidades que parecían avecinarse de modo irrefrenable. Se miró al espejo durante varios minutos, intentando encontrar en su reflejo la fuerza necesaria para hacer frente al mundo lejos de sus padres y de toda la protección que hasta ese momento había tenido. Cogió aire y se sentó sobre sus talones para comenzar a cepillar su cabello y acomodarlo debidamente antes de marchar al anochecer. Con cada pasada que daba a su melena, sentía que el niño que hasta ese momento era, se quedaba allí, delante del espejo haciendo su vida normal y que el hombre, tenía que hacer frente al mundo y hacerse cargo del destino para el que había nacido... Sí, con aquel pensamiento, sintió que le era mucho más sencillo hacerlo.


- Puedo hacerlo... Iré al bosque de la isla de Jeju y traeré la cura para salvar a mi padre y al reino... Puedo hacerlo. Puedo hacerlo. Soy Minho Joseon , Príncipe de Corea, puedo hacerlo... Estoy preparado para ésto. Nada ni nadie puede evitar que cumpla con mi destino... Los dioses me guiarán por la senda correcta porque siempre he sido justo y les he honrado a ellos, a mis padres y a mi pueblo con mi buen hacer... Los dioses me sonreirán... Puedo hacerlo... -mira directamente a los ojos de su reflejo- Ancestros...Guiadme en mi tarea... me siento asustado, perdido... y aún no emprendí el camino... No permitáis que me pierda en las sombras ni que me duerma vencido. Dadme fuerzas y haré que os sintáis orgullosos de mi... Ayudadme.



✩✥ CONTINUARÁ...✥✩

jueves, 9 de febrero de 2017

卍º EL ASESINO QUE LLEVO DENTRO º卐 4ºCAP

Pareja: JongKey [Jonghyun + Key]
Género: Suspense/ Gore / Lemon
EEL: +15


Resumen: En ocasiones, la noche de Halloween despierta mucho más que el deseo de festejar a quienes ya no se encuentran entre los vivos... Aquellos que aún respirando caminan entre los muertos, son la perdición de quienes esperan ver un nuevo amanecer. 
6 horas hasta el alba, un equipo de investigadores aficionados se verá sumergido en una serie de extraños asesinatos que se dan en la ciudad durante 5 días incluyendo el día de los muertos, donde tendrán que jugar según las normas de un psicópata, tratando de sobrevivir durante la madrugada.



ESPECIAL HALLOWEEN
GANADOR DEL EVENTO : GUADALUPE CARMONA

















CAPÍTULO 4º

03:30 a.m NOCHE DE HALLOWEEN



Inmediatamente todos se pusieron en alerta ¿matar a más gente?¿La llave? Fuera quien fuese, ya tenía planeado cada movimiento y más que posible era el hecho de que estuvo vigilando de cerca cómo se elaboraba el evento, por tanto tenía que ser alguien del centro o muy cercano a él, eso fue lo primero que sugirió Key.


- Déjate de tonterías, Key -bramó Minho- Tenemos que darle esa nota a la policía.
- ¡No vamos a entregar nada y no me discutas! -chilló el rubio- Nos está pidiendo que busquemos una llave ¿a qué diablos estamos esperando?
- Diva... -comentó Jonghyun con cierto recelo- Sabes que es genial resolver casos, pero hay vidas en juego, ya hemos encontrado una víctima y esa nota amenaza que habrá más... Tenemos que dársela a los profesionales.
- Pero...
- Nada de peros, es lo mejor para todos... -le quita la nota de las manos al rubio.



La Diva simplemente vio como Jonghyun llevaba la nota a los policías, sí, era una prueba, pero los agentes no supieron qué hacer con ella. Sin embargo Taemin se acercó a Key y le preguntó en voz baja qué era lo que había pensado hacer, al menos el apoyo del más joven hizo que se sintiera mejor, más útil. Se apresuró a llevarse a Taemin de regreso al club de jardinería, esquivando la vigilancia policial. Si allí habían encontrado la nota, obligatoriamente allí tenían que dar con la maldita llave que citaba la nota. Como ya todo estaba iluminado, ninguno de los dos, reparó en remover la tierra de todos los cultivos o las macetas, sin embargo algo les hizo detenerse de pronto. Un disparo, el estruendoso sonido de varios disparos hizo que ambos se dieran cuenta de que los cinco minutos habían pasado, Taemin fue a moverse hacia la salida del club de jardinería, pero Key le dijo que tenían que seguir buscando la llave ¿Por qué? Ya habían matado a más gente... ¿Y si la llave era igualmente necesaria para aquel escabroso juego nombrado en la nota? El maknae mantuvo la mente fría y con Key siguió rebuscando por la tierra hasta que al acercarse a los rosales, se dio cuenta de que entre sus ramas había una llave de hierro, vieja y herrumbrosa, pero envuelta en una nota de papel. La jaló con fuerza y le gritó a su compañero que ya la tenía. Fue entonces cuando ambos salieron del club y volvieron lo más rápido posible al punto de reunión. El pánico había cundido, había varias personas en el suelo, entre alumnos y un par de policías. Todo el mundo estaba histérico, todo el mundo estaba asustado... Buscaron a sus compañeros y se acercaron a ellos:


- Hemos encontrado la llave -anunció Taemin.
- Por lo visto, no lo suficientemente rápido- les recriminó Jonghyun- ¡Ha muerto gente!
- ¡Si no hubiérais interferido y me hubiérais escuchado, ésto no habría pasado! -recriminó Key.
- ¡Basta, basta! - intermedia Onew y los separa para que no lleguen a las manos- Lo hecho, hecho está, han muerto inocentes, si esa llave es la clave y trae una nueva pista, es momento de leerla antes de que vuelva a pasar tiempo. La policía no ha sido capaz de hacer nada, ahora mismo buscan el origen de los disparos, no van a prestar atención a esto.
- Onew tiene razón- corroboró Minho- Ya no hay nada que hacer por los que han fallecido... Mira la nota ¿qué pone?
-...- Taemin desenrrolló el papel que traía la llave y leyó el mismo en voz alta.


"Mala suerte, sabía que no llegaríais a tiempo, pero no pasa nada, seré bondadoso con vuestra incompetencia... ¿A qué puerta pertenece la llave? Nadie lo sabe. Tenéis 20 minutos para encontrar la puerta que abre la llave"


Ninguno dijo nada... ¿Cómo era posible que aquel asesino supiera exactamente que iban a fracasar en la primera prueba? Se miraron entre todos, la confusión llenó sus cabeza ¿cómo podía saberlo? Debía de ser una mente verdaderamente prodigiosa si todo había salido tal y como había planeado. Todos se quedaron mirando la llave en silencio...


- El director sabrá qué puerta abre -dijo convencido Minho.
- No... - susurró Key- La nota dice que nadie lo sabe... -mira su reloj y le pone el cronómetro- Descontando lo que hemos tardado de más en encontrarla, discutir y ponernos en marcha, hemos perdido casi 7 minutos. No ha tiempo, todos a buscar una puerta antigua en la que esa llave encaje.



No hubo objeciones al respecto. Nuevamente echaron a correr lejos de la vigilancia policial, el tiempo apremiaba y la zona del Zombie Survival estaba cerrada al resto del campus, por tanto, era descartable la idea de que la puerta estuviera fuera del recinto, de modo que mientras corrían hacia el edificio más cercano, todos intentaban hacerse un plano mental del lugar. Taemin, con su fabulosa memoria fotográfica, descartó rápidamente el gimnasio, allí no había ninguna puerta que no fuera metálica y en la que no se utilizara una llave de aluminio. De modo que se dispersaron en dos grupos, Jonghyun con Key y Taemin  y los dos restantes juntos para revisar los edificios correspondientes a los que estudiaban medicina y biología. Tenían que correr con toda la energía que pudieran, no iban a llegar a tiempo si no corrían a lo largo y ancho de todo aquel maldito circuito. Aparentemente ninguna puerta casaba con aquella clase de llave tan propia de siglos pasados. Una ves recorridos los edificios, volvieron a reunirse y mientras jadeaban, Key revisó su reloj... Les quedaban 6 minutos... Sacudió la cabeza y trató de pensar en algún lugar que pudiera tener una llave de aquella clase... Fue entonces cuando Onew exclamó de pronto que sabía dónde podía encajar la llave. Todo el grupo giró a verle entre esperanzados e incrédulos, no es que el mayor de todos fuera un inútil, pero generalmente su papel en las investigaciones era más bien pasivo. Según decía el sunbae, recordaba algo en lo que no había pensado siquiera cuando había revisado los edificios. El rubio le gritó que se dejara de tonterías y que se apresurara de una vez a llevarlos al lugar. De modo que todos tras Onew, regresaron al edificio de medicina, subieron hasta el laboratorio de química y trataron de abrir la puerta. En el evento, sólo ciertas aulas estaban abiertas para propiciar un buen juego pero aquellas no formaban parte del recorrido de los supervivientes. Antes de que nadie dijera nada, Jonghyun reaccionó y se lanzó contra la puerta con toda la intención de romperla y una vez lo logró, Key dijo que tenían tan solo dos minutos para encontrar la maldita puerta. Utilizando las linternas y la idea de Onew, la cual rezaban porque no fuera un craso error, recorrieron con premura la amplitud del lugar hasta que Taemin gritó que había encontrado lo que Onew decía. Se trataba de una vieja vidriera, que iba del suelo al techo y que estaba llena de frascos con órganos y fetos en conserva, por llamarlo de algún modo. Y se veía una nota dentro de un frasco lleno de platas. Key se acercó corriendo e introdujo la llave en la cerradura,forzó al girar, pues aquello hacía mucho que no se abría o eso se suponía y una vez la puerta cedió, abrió apresuradamente y se dispuso a agarrar el tarro de hiervas cuando su reloj marcó que habían pasado ya los 20 minutos. Se quedaron todos quietos y en silencio, a la espera de que se escucharan nuevos disparos...pero nada ocurrió... De modo que significaba que habían llegado a tiempo. Minho se adelantó a Key y abrió el tarro con premura para sacar aquel papel infernal que habían ido a buscar. Aunque nadie lo dijo debido a la adrenalina del momento, lo habían logrado gracias a Onew. Mientras el más alto del grupo limpiaba y sacudía las hojas adheridas al papel, Taemin y Key revisaban la cerradura, en ella había un temporizador y al girar la llave lo habían parado... SIguieron el cable del mismo y palidecieron al encontrar una pequeña bomba fabricada con un termo casero... Tenía que ser una bomba,sino, no tenía sentido que estuviera conectada al temporizador.


- Joder... -comentó Jonghyun- El hijo de puta nos habría convertido en barbacoa.
- Está loco... -susurró Onew.
- ¿Qué capacidad crees que tiene esa bomba? -preguntó el peliblanco.
- Lo desconozco, quizás cuando...
- ¡Eyh, chicos! Callaos -dijo Minho tras hacer la foto de rigor del contador y la bomba y luego de la nota que tenía en la mano- El asesino nos ha dejado una nueva pista para jugar...
- ¿Qué dice?- se acerca Taemin.




"Estaba seguro de que ésta vez lo haríais a tiempo, de modo que sigamos con el juego... En la zona de taquillas he escondido una llave que os ayudará a salvar la vida de 20 estudiantes más, tenéis 10 minutos... ¡Oh,casi se me olvida! La clave es 13-4-13 ¿cuál de las 200 taquillas será?"


- No puede ser... 



Todos se observaron desconsolados, Minho hizo la foto pertinente para tenerlo todo documentado y Key puso de nuevo su cronómetro, no había tiempo, echaron los cinco a correr lo más rápido que permitieron sus piernas hacía otro de los edificios, en él se encontraba una de las hermandades de la Universidad y en su planta inferior se encontraban unas salas comunes y unos largos pasillos en los que se encontraban las taquillas pertenecientes a los estudiantes de medicina y a los que se encontraban en la hermandad...Sí, 200 taquillas en las que buscar durante 10 minutos cuál era a la que hacía referencia la nota, la que contenía la llave... Una vez más tuvieron que tirar abajo la puerta pero para unos agentes no les pasó desapercibido que un grupo de chicos andaba correteando de un lado a otro sin aparente motivo o control mientras el resto permanecían bajo vigilancia en una zona determinada. Varios efectivos de la policía informaron a sus superiores de que un grupo de muchachos parecía ir por libre y con la inminente sospecha de que podían ser los asesinos, se les dio la orden de atraparlos, de modo que cerca de 10 hombres comenzaron a buscar al grupo de adolescentes por el recinto cerrado, no tenían muy claro hacía qué zona los habían visto correr hasta que las luces tintineantes de unas linternas en el interior de una de las hermandades delató la posición de los jóvenes e hizo que todos los policías fueran en aquella dirección para detenerlos.


El Club de Detectives corría exasperado por el pasillo de taquillas, intentando abrirlas todas con aquella maldita combinación que el asesino les había facilitado, de hecho, alguno, incluso, llegó a usar las dos manos a la vez para tratar de abrir dos taquillas al mismo tiempo. No por ello fue más sencillo, a pesar de haberse distribuído un número determinado de taquillas, algunas tenían la puerta trancada, otras tenían candados puestos por los dueños y la mayoría tenía en su interior tantas cosas, que se veían abriéndolas y tirando al suelo todo el contenido para intentar localizar la llave. ¡Maldita sea!¡Ninguna de aquellas malditas taquillas parecía tener la llave!



- ¡Chicos!- gritó de pronto Jonghyun- ¿Y si los dígitos en realidad nos dicen cuál de las taquillas es?
- ¡Imposible!- aseguró Minho- Ya he pasado por la 4 y la 13 y ninguna tiene nada.
- ¿Y si sumamos los números?
- ... -todos quedaron en silencio.
- ¡30! ¿Alguien ha pasado ya por la taquilla 30?




Todos corrieron como locos hacia la taquilla señalada ahora y justo en el momento en el que Minho comenzaba a introducir la contraseña, los policías irrumpieron y los apuntaron con sus armas:



- ¡Que nadie se mueva, todos al suelo!- gritó uno de los agentes.
- ¡Chicos queda menos de un minuto! -gritó Key viendo su reloj.
- ¡No os mováis!



En vista de la negativa de los muchachos a ceder a las peticiones de los agentes, los policías tomaron la decisión de echárseles encima e inmovilizarlos, en apariencia, ninguno de los chicos llevaba armas encima pero no por ello se fue más indulgente en el momento de tirarlos a todos al suelo y tratar de ponerles las esposas. Entonces sonó el cronómetro de Key y al mismo tiempo se escuchó un resorte y la puerta de la taquilla se abrió dejando ver que en el interior había una bomba de clavos. Hubo quien intentó moverse para esconderse, pero el mecanismo detonó e inmediatamente la metralla salió disparada en todas direcciones, por suerte o desgracia, los chicos aún tenían a los agentes encima y les hicieron de escudo humano. Aún así reinó la confusión y los gritos de dolor cuando los clavos lanzados a una velocidad vertiginosa atravesaron a los hombres como si fueran una masa blanda y fácilmente penetrable. Cuando todo quedó en silencio, aún se escuchaba el gimoteo de alguien, era Key, uno de los proyectiles le había perforado el tobillo y no podía levantarse ni moverse porque tenía encima a un policía de casi 100 kilos de peso... Antes de que pudieran sobrellevar la conmoción que acababan de experimentar resonó una voz por el edificio de la hermandad, parecía una grabación con una voz alterada por medio de algún programa y todos escucharon lo que decía con el alma en un puño, el corazón encogido y tembloroso el pulso...







En ese momento, todos se quitaron de encima a los policías muertos y así mismo ayudaron a Key a quitarse el que estaba sobre él, a ponerse en pie y a correr hacia la salida del edificio con todas las fuerzas que podían quedarles en el cuerpo tras pasar la noche entera corriendo de un lado a otro a una vertiginosa contrareloj. Lograron salir y se apartaron cuanto pudieron antes de tirarse todos al suelo y cubrirse las cabeza justo en el momento en el que la bomba detonó e hizo saltar el edificio por los aires. El sonido fue tan estruendoso y ensordecedor que todos tuvieron un doloroso pitido en los oídos durante varios minutos. El suelo había temblado tanto o más que durante un seismo y la conmoción se había apoderado de todo el recinto en el que se jugaba el Zombie Survival.
Mientras Jonghyun se incorporaba, revisó el daño que se había hecho Key en el tobillo, desgraciadamente, aquella herida no tenía buen aspecto, de modo que con ayuda de Minho, se cargó a Key a la espalda como caballito. Los cinco regresaron a donde aún estaban los grupos reunidos. El pánico era general, la gente gritaba, corría en desorden de un lado a otro, los había que lloraban pidiendo a Dios no morir... La policía no había sido capaz de mantener la situación bajo control y cuando los sanitarios que ya se encontraban en el lugar tuvieron que atender al cabeza del Club de Detectives, se preguntaron inmediatamente cómo era posible que se hubiera hecho una herida de aquella magnitud. Pronto se vieron rodeados de policías, siendo interrogados sobre porqué no estaban con los demás mientras se producían las muertes y por suerte el padre de Taemin apareció y se ocupó personalmente de recoger las declaraciones de los muchachos, además de revisar las fotos que Minho le presentó de su cámara, pues siempre lo documentaba todo por medio de imágenes y la memoria fotográfica de Taemin, en aquel momento de tensa calma, ayudó a esclarecer algunos puntos como podía ser la herida del tobillo de Key, que tendría que ser trasladado al hospital. A Jonghyun no pareció gustarle el hecho de que tuvieran que llevarse a su mejor amigo,pero salvo por la mala cara que puso, no se resistió a que marchara.
Explicaron que el asesino, fuera quien fuera, había dejado notas en cada lugar y que el castigo por no llegar a tiempo a la siguiente, era matar a gente, en la prueba de las taquillas, al no llegar a tiempo, el castigo era una bomba de clavos. Desgraciada y afortunadamente al mismo tiempo, los agentes que habían ido tras ellos, les hicieron de escudo humano y salvo algunos rasguños, nada les había pasado, exceptuando claro el tobillo de Kibum. Por lo visto aquella prueba era mucho peor, pues además el asesino, no se le podía calificar de otro modo, había colocado explosivos en los pilares de carga del edificio haciendo que volaran por los aires para demolerlos. Fuera quien fuese, no era un aficionado, la producción de las bombas y de su potencia destructiva era completamente controlada y milimétrica. Además le contaron con pelos y señales lo que la grabación les había dicho, quería continuar con aquel "JUEGO" al día siguiente a la media noche.


- Chicos, lo habéis hecho bien, pero deberíais haber puesto ésto en conocimiento de la policía y dejarlo en sus manos desde el primer momento- dijo con seriedad el padre del maknae.
- No podíamos perder tiempo... Los policías no habrían reaccionado a tiempo, ha muerto gente, pero también hemos salvado a otros de morir...
- A partir de éste momento, los agentes y yo vamos a ocuparnos de éste asunto. Vamos a evacuar todo el edificio, estaréis todos a salvo.
- ¡Pero papá...!
- ¡Nada de peros Taemin! -le reprochó- No sois agentes cualificados, habéis hecho un buen trabajo, pero no podemos permitirnos teneros correteando por ahí en la búsqueda del tesoro ante algo tan serio.



Los cuatro chicos que aún se encontraban allí se sintieron claramente ofendidos y frustrados por las palabras del padre de Tae. Ellos habían hecho todo el trabajo y resultaba cuanto menos  injusto que los echaran de la investigación cuando habían sido los que más habían arriesgado sus vidas en pro de la verdad y la justicia... Y cómo no, movidos por el ansia juvenil de saberse valiosos en algo.


-Es totalmente injusto- comentó Minho con el ceño fruncido- Estábamos tan cerca...
- No pueden sacarnos de la investigación -dijo tajante Jonghyun.
- ¿Por qué no?-le mira Onew entornando los ojos.
- ¿Aún no lo entendéis?Ese asesino estaba seguro de que íbamos a ser los únicos capaces de implicarse en su macabro juego... ¡No quiere a nosotros! Si nos sacan de la investigación quién sabe lo que sería capaz de hacer.
- ¿Nos quiere a nosotros? - se miraron entre ellos.



Las palabras de Jonghyun tenían sentido, desde el primer momento todos habían tenido la extraña impresión de que el maníaco les hablaba directamente a ellos,como si los conociera personalmente. Por primera vez y gracias a las palabras de Jong, todos se plantearon la misma pregunta ¿Conocían al asesino?¿Los estaría vigilando en aquel momento?¿Conocería sus movimientos en todo momento? ¿Y si tenía acceso a las cámaras de seguridad del Campus y en aquellos momentos los estaba mirando? Si realmente los quería a ellos, no podían salir de la Universidad... Si se ponía nervioso ya era visto que no le importaba matar a quien fuera con tal de dejar claro que era quien llevaba el control de la situación. La grabación lo había delatado, era alguien ególatra que deseaba sentirse poderoso y respetado, que se hiciera a pies juntillas lo que demandaba. Se miraron entre sí... Tenían que ir en busca de Key y regresar al día siguiente al Campus, aunque era obvio que iba a estar todo precintado, tendrían que saltarse el control policial y regresar...


- ¡Ánimo! ¡Nosotros podremos con TODO! ¡Lo resolveremos y atraparemos a ese psicópata!- dijo Onew dando ánimos.
- ¡Bien dicho! Vamos a buscar a Key y a contarle todo.



卍º CONTINUARÁ º卐

viernes, 13 de enero de 2017

♒ ♦ KITSUNE TWO FACES ♦ ♒ _ CAP 7

Personajes: Jonghyun - Key - Minho - Onew - Taemin
Género: Drama/ Suspense/ Pscológico
EEL: TP


Resumen: "Quizás el problema es que no supimos comprendernos a tiempo". Un joven Kitsune cae rendido ante el amor y con la única intención de conservarlo, será capaz de tejer toda una red de mentiras a su alrededor... ¿Qué podría salir mal cuando los celos nublan el juicio?






















"Y mi piel se pegó a mis huesos y aquellos a los que amé empezaron a odiarme y a volverse mis enemigos.
¡Oh, Señor , perdóname porque he pecado!"


Salvación



Podía ser desconcertante, pero una vez acostumbrado a aquella miserable existencia en la que no era nada ni nadie, el kitsune se limitó a hacer lo que su nuevo amo esperaba de él, complacerlo en todos y cada uno de los sentidos. Dormía en el sótano, en aquella vieja y mugrienta celda con la puerta cerrada con llave, pues el propio Leeteuk, se aseguraba de echarla siempre que lo mandaba a descansar. Había olvidado que a su llegada tenía el móvil encima y su otra mitad, Minho, por mucho que gritara en su cabeza que tenía que encontrar el modo de salir y escapar, no era escuchado. Sin tiempo para nada más que atender las necesidades del señor de la casa.
El tiempo había dejado de ser importante y no llevaba la cuenta del transcurrido en aquella prisión de suelos marmóleos, aunque quizás, calculando a ojo y sin mucha atención, podía llevar cerca de un mes. 


Caminando por la casa con una bandeja de té en las manos, atravesaba el lugar casi de lado a lado desde la cocina hasta el despacho de Leeteuk, donde solía pasar mucho tiempo trabajando y si no trabajando, al menos abusando sexualmente de Key. Era ya la costumbre, aquel falso príncipe de cuento de hadas solo había destruido algo que ya lo estaba y pisoteado sus pedazos como si no se tratara de nada importante.
Una vez llegó al despachó, tocó suavemente a la puerta con la punta del zapato, ya que llevaba las manos ocupadas con la bandeja y al llevar unas esposas, le resultaba imposible separar demasiado las dos muñecas para hacer cualquier cosa. Esperó unos segundos y al escuchar que se le daba permiso, pasó al interior, usando un codo para poder bajar el pomo de la puerta.


- Aquí le tiene su té caliente de melocotón, amo Leeteuk... -dijo con voz aparentemente dulce mientras colocaba cuidadosamente la bandeja sobre la mesilla de centro del despacho.
- Bien, sírvemelo, enseguida me ocuparé de ti -dijo distraído sin apartar la vista de lo que hacía en la pantalla de su ordenador.
- ...Sí,amo...



Mientras estaba distraído colocando y sirviendo el té con sus manos esposadas, fue incapaz de darse cuenta de la mirada que Leeteuk le echaba en aquellos momentos. Por suerte, no ocurrió nada, el señor de la casa, abandonó brevemente la estancia para ir al cuarto de baño y en cuanto el kitsune vio como se cerraba la puerta, algo en su interior reaccionó. Minho se lanzó de cabeza al escritorio y rebuscó apresuradamente el teléfono móvil del mayor hasta dar con él bajo unas carpetas, lo agarró y sin perder de vista la puerta del baño ni la firmeza en las manos, envió un rápido mensaje a Jonghyun, solo su amigo podía rescatarlo de aquel lugar... " Jonghyun, soy Key, por favor, necesito que me ayudes...llama a la policía, un hombre me tiene secuestrado...Se llama Leeteuk y vive en el barrio de Gangnam en el 123" ... Escuchó la cisterna y apresuró al máximo los segundos que tardaría en lavarse las manos para envíar el mensaje y luego borrarlo del teléfono lo más deprisa posible, volviendo a colocar el aparato bajo las carpetas y no tuvo tiempo de apartarse de la mesa cuando Leeteuk abrió y se le quedó mirando con el ceño fruncido.



- ¿Qué haces ahí, escoria?
- S-sus papeles se estaban volando amo... -susurró bajando la cabeza.
- ...


Por suerte para Key, la excusa había sido creíble , pues la ventana estaba abierta de par en par y soplaba una brisa que bien pudo haber levantado algunos papeles, de modo que asintió secamente y diciendo que esperaba que no los hubiera manchado con sus manos apestosas y sucias, fue a tomar asiento junto a la mesa de té, esperando que fuera él quien le diera la taza ya llena.


- Espero que le guste, amo -le ofrece la taza.
- Viniendo de ti, me sorprendería que estuviera bueno, se te da mucho mejor destrozar las cosas, eres un inútil repulsivo.
- Sí, le pido disculpas, amo... -baja la cabeza tras retirar las manos, una vez el mayor ha tomado la taza entre las suyas.
- Tus disculpas no sirven para nada -mira su taza de té y acaba por echárselo en la cara al kitsune- Eres una porquería y todo lo que tocas se convierte en basura. Sírveme inmediatamente otro té.
- Sí, amo Leeteuk... -vuelve a servirle y ambos se quedan mirándose a los ojos durante unos segundos antes de escuchar un golpe que produjo eco en toda la casa.


Ambos permanecieron en silencio mirándose fijamente a los ojos y con la misma cara de sorpresa y desconcierto. Un nuevo golpe, provocó que Leeteuk se pusiera en pie y se acercara corriendo a la ventana para ver de qué se trataba, palideciendo al momento, al percatarse de que se trataba de la policía. ¿Qué hacían allí? Intentó mantener la compostura y miró a Key en silencio... ¿Habría conseguido dar parte de dónde se encontraba? No... Imposible, estaba tan doblegado que difícilmente sería capaz de llevar a cabo algo de semejante magnitud. Se dirigió de forma diligente a la puerta del despacho, pensaba abrir y fingir que nada sucedía, pero escuchó que tiraban la puerta abajo y perdió completamente los nervios. Sujetó a Key por una muñeca y echó a correr por el pasillo buscando la ruta más corta hasta el garaje, pero en plena galería se quedó paralizado viendo a agentes de la ley en medio de una de las salas apuntándole con pistolas y ordenándole que soltara al chico al que llevaba sujeto. Leeteuk no estaba acostumbrado a perder de aquel modo el control y chirriando los dientes trató de correr en otra dirección hasta que se escuchó el primer disparo seguido de un grito de su esclavo y fue entonces cuando perdiendo por completo el control, el mayor de ambos, se sacó del interior de la chaqueta una pistola y se dispuso a tomar al kitsune como rehén con tal de evitar que le llevaran a la cárcel. Sin embargo, en cuanto movió la pistola para disparar, uno de los policías de operaciones especiales se le vino encima por la espalda y trató de desarmarlo mientras él forcejeaba con desesperación, propiciando incluso algún puñetazo o golpe a Key quien calló al suelo mientras varios policías reducían al histérico Leeteuk. De la nada apareció Jonghyun, ataviado con un chaleco antibalas acercándose para socorrer a su amigo y alejarlo de aquel histérico depravado que lo había tenido cautivo casi un mes. 


- ¡¡JAMÁS SERÁS FELIZ, MALDITO BASTARDO!!¿¡ME OYES!?¡Cada persona que te encuentres en tu vida te tratará peor porque te lo mereces!¡Solo sirves para ser la puta de los demás!



Key rompió a llorar en los brazos de su mejor amigo mientras los agentes se llevaban a Leeteuk arrestado en uno de los furgones policiales. El kitsune tuvo que ser atendido de urgencia, pues era evidente no solo su desgaste físico, por lo flaco y descolorido que lucía, sino mentalmente se notaba que estaba destrozado. Jonghyun no se separó de su lado aún cuando estuvieron a punto de impedirle la subida a la ambulancia. Una vez en el hospital, con Key bajo los efectos del sedante, Jonghyun escuchaba en silencio el diagnóstico del doctor. A parte de sufrir anemia y una grave deshidratación, su mejor amigo presentaba secuelas psicológicas preocupantes, como podía ser el síndrome de estocolmo, en donde el cautivo, se sentía amigo y compañero del raptor, también un profundo cuadro depresivo y un claro abuso de drogas... Todo aquello pilló al más bajo completamente desprevenido, podía olerse que su amigo, estaba deprimido por la ruptura con Jinki, pero no a aquellos extremos en los que parecía haber caído, mucho menos en el consumo de drogas... La visión que tenía de Key comenzaba a distorsionarse a un extremo que no le resultaba agradable.
Cuando el doctor lo dejó a solas en la habitación , giró la cabeza para ver a su amigo y tomó asiento cerca de él...Se frotó la cara con ambas manos para evitar llorar y tratando de despejar la mente de los pensamientos catastróficos que se arremolinaban en su cerebro haciéndole sopesar todas las barbaridas y calamidades que su adorado Key había pasado en su ausencia... Era su culpa que estuviera así, de haberse quedado, nada le habría sucedido y lo habría cuidado y resguardado de aquel mundo de mierda en el que se debía haber metido. ¿Cómo logró su adorado Kibummie  llegar a un teléfono para mandarle aquel mensaje? Es como si es un segundo de lucidez, el cielo le hubiera mandando un rayo de luz en el que le indicaba el momento idóneo para pedir ayuda. Él llevaba cerca de 3 semanas en contacto con la policía, su amigo había desaparecido y tuvo que regresar abruptamente del viaje de negocios para comenzar a buscarlo por todas partes y parecía haberse esfumado, de hecho, en los primeros días, la policía ni siquiera le tomó en serio, todo indicaba que su amigo se había ido por su propia cuenta, quizás cansado de la vida que allí tenía y tuvo que contratar los servicios de un detective privado para encontrar pruebas de que algo malo debía de haberle sucedido. Suspiró consternado y volvió a fijar la vista en su mejor amigo. Casi parecía haber desaparecido todo rastro de aquel hermoso hombre al que amaba desde que lo conoció en las oficinas en las que ambos trabajaban; estaba pálido, delgado, con unas profundas ojeras negras adornando sus preciosos ojos felinos... Como si ahora en lugar de comerse el mundo, fuera un animal asustado de éste.

- Dime por qué, Key... ¿por qué has hecho todo ésto? ¿tan necesario era? ... Si me lo hubieras pedido, habría vuelto sin dudarlo para protegerte y cuidarte... ¿Es todo por Jinki? - se le escapó inevitablemente un sollozo- ¿Por quién si no? - sacude la cabeza- A ti no te importa hacerle daño a la gente que te rodea, Kibummie, porque solo te importa ese hombre, cuando te ha demostrado que no eres nadie para él... ¿Por qué te importa tanto? Jinki no merece tu sufrimiento... Y yo... Yo... Yo solo deseaba hacerte feliz, solo deseo que seas feliz a mi lado... Puedo ofrecerte lo que buscas... Puedo amarte con total y completa devoción... Pero no te importa ¿verdad? Te da lo mismo porque no me quieres para nada que no sea mantenerte y cuidarte mientras buscas el modo de regresar a sus apestosos brazos... Ojalá te olvidases de él y me dieras una oportunidad de mostrarte que el sol puede seguir brillando y que no tienes porqué seguir sufriendo más... ¿Me oyes? Yo podría hacerte feliz... Solo tienes que pedírmelo... ¿Cuántos hombres más te ofrecen lo que yo? Te dejaría pisotearme si eso te hace feliz -le toma una mano y se la besa con vehemencia- Key, mi Key... Estoy aquí... Por favor, sólo te pido que me mires... 


El silencio fue la única respuesta que Jonghyun encontró y entristecido siguió besando con cariño aquella pálida y frágil mano que sujetaba entre las propias, en un desesperado intento por comprender lo que podría llegar a pasar por la mente de Key para acabar en aquel extremo en el que casi parecía estar a punto de tirar la toalla y dejarse morir por un hombre que no le valoraba... El peliblanco maldijo a Jinki, todo era su culpa ¡¡OJALÁ JAMÁS SE HUBIERA PRESENTADO EN AQUEL BAR!! Ojalá nunca se hubiera fijado en su amado Kibummie ni logrado que éste se dejara engatusar por sus sucias tretas de idiota enamorado... Él podría haberle ofrecido tanto... Tanto a Key... Y aún quería ofrecérselo, un amor incondicional, deseaba protegerlo y tenerlo para el resto de su vida a su lado pero... Lo primero que salió de los labios de Key al despertar, fue un murmullo nombrando a Jinki y provocando que el corazón de Jonghyun se rompiera en pedazos que desgraciadamente tuvo que recoger al momento en el que su mejor amigo, abrió los ojos y giró la cabeza a verle... Aunque su aspecto era el de un cachorro que estaba a punto de ponerse a llorar, se fingió fuerte y volvió a tomar una de las manos del kitsune, haciendo que éste le dedicara una pequeña sonrisa...
Jonghyun le había salvado, era como la cuerda a la que te sujetas cuando no queda más que una irremediable caída a tus pies... Trató de incorporarse y lo consiguió con ayuda del peliblanco, quien tras acomodar la camilla a las necesidades de su amigo, le dijo que aguardará y salió a paso apurado de la habitación en busca de una enfermera para que revisara al menor y le dijera si se encontraba o no debidamente . 
Key resopló al verse solo pero estaba bien, estaba vivo y a salvo y sintió a su otra mitad, a Minho, saltar de júbilo dentro de su cuerpo al verse libre al fin de una opresión que disfrazada de falso cariño, no había hecho más que dañarlos a los dos. Podía sentir sus ganas de querer bailar y saltar celebrando la nueva libertad y la nueva vida que se abría paso ante ellos. Sin duda lo hubiera hecho, pero le dolía aún todo el cuerpo, lo tenía entre sedado y entumecido y eso le dificultaba el simple hecho incluso de hablar. Mientras esperaba el regreso de Jong, algo más calmado de su inicial euforia, revisó la habitación con los ojos. La clásica habitación de hospital, blanca e impoluta, con unas sillas junto a la cama, unas cortinas verdes espantosas que cubrían la luz del exterior, una mesilla junto a la camilla, el aparato del suero y la mochila de Jong tirada en el suelo cerca de la silla. Sonrió más al pensar que su amigo siempre era muy descuidado con todo, era un verdadero caso... Ya no se sentía tan triste, incluso podría decirse que el kitsune tenía unas inmesas ganas de reírse a carcajadas, como un niño feliz... Desvió la mirada al escuchar que se abría la puerta y en silencio se quedó petrificado al ver quién ingresaba en la habitación. Un cúmulo de emociones estalló en su mente y en su pecho al verlo allí, con un ramo de flores y una sonrisa...Su sonrisa...Su perfecta y hermosa sonrisa...


- Jinki . . .
- Hola, Key ...



♒ ♦ --------- ♦ ♒ 


Jonghyun caminaba de regreso a la habitación con una gran sonrisa, el hecho de que Key le hubiera sonreído de aquel modo al despertar le había hecho tan inmensamente feliz, que la desesperación que sintió al escucharlo nombrar al idiota de su ex-amigo, se esfumó por completo. 
Se detuvo unos segundos a sacar un café de una de las máquinas exprendedoras de la sala de descanso para los que visitaban a los pacientes y al momento de tener la bebida en la mano, fue dando pequeños sorbos mientras andaba, pues estaba bastante caliente. Se sorprendió al ver la puerta casi abierta del todo, quizás ya hubiera llegado el doctor o la enfermera y dijo para sí que eso era verdadera eficacia. Sonriendo se acercó para preguntar a su amigo si quería que le trajera algo de comer pero se quedó estático en la puerta, contemplado una escena que hizo desaparecer todo su buen humor y que provocó un sobresalto tan fuerte en sus emociones que dejó caer el vaso de cartón con café al suelo. El ruido ni siquiera fue escuchado por quienes allí se encontraban... Jinki estaba semi-inclinado sobre la camilla, besando a Key en los labios y peor aún, siendo gratamente correspondido por éste, como si nada hubiera pasado, como si el infierno en el que había vivido los últimos meses, no hubiera existido jamás y sólo ellos dos estuvieran sobre la faz de la tierra, amándose como siempre debieron haberlo hecho, sin separaciones de ninguna clase, ni odios, ni celos, ni desconfianzas...
Aquel beso provocó que Jonghyun rompiera a llorar de modo irremediable en la puerta y que sin esperar nada, marchara de allí para ir a los baños del hospital a encerrarse y llamarse estúpido por haber creído que podría conseguir el amor de Key. Claro que no podía, Jinki estaba y siempre estaría en la cabeza y el corazón de su amigo pero...Restegárselo de aquel modo, se le antojó tan cruel... Apoyándose en la pared, se cubrió la cara con las manos para ahogar el sonido de su llanto. Sus sentimientos heridos eran lo de menos... Si Kibummie era feliz con aquel mal hombre, no le quedaba más remedio que aceptarlo y tratar de mostrarle su apoyo...Él siempre iba a estar a su lado, aunque no fuera importante.



Cuando finalmente el beso se rompió, Jinki lanzó al aire una de sus habituales carcajadas, cosa que hacía siempre que estaba feliz y según él, sucedía algo romántico que no sabía continuar, reía para romper el hielo de la situación. Sentado en el borde de la camilla, acarició los desordenados cabellos de la diva mientras susurraba:


- Estás espantoso...
- ¿Tan mal me veo? - susurró con voz cansada Key, pero sin perder la sonrisa- Te he echado tanto de menos, Jinki...
- Y yo a ti... he intentado contactar contigo tantas veces... pero tu teléfono no daba señal y me hacía exasperarme y volverme loco... Menos mal que ahora te he vuelto a encontrar y no permitiré que nos separemos de nuevo -besa su frente de forma cariñosa.
- ¿Cómo sabías que... estaba aquí, en el hospital? -cierra los ojos ante el beso.
- Has salido por la tele... No puedo creer todo lo que contaron...que ese malnacido te maltrataba y te usaba como esclavo... -aprieta los puños- Dicen que encontraron unas celdas en el sótano donde tenía encerrados a otros chicos...Ha sido tan vomitivo... Te juro que si le pongo las manos encima , lo mato.
- Lo único que ahora me importa es que estás aquí, conmigo... Después de tanto tiempo añorándote y necesitando de tus besos y tus abrazos... Jinki...
- Key, por favor... Cuando te den el alta, vuelve a casa conmigo... Empezaremos desde cero, todo será perfecto en nuestras vidas -sonrió ampliamente- No nos separaremos jamás, ni un solo minutos.
- ¡Oh, Jinki, soy tan feliz! -chilló sin poder evitarlo mientras se lanzaba a sus brazos para besarle.



Algo dentro de Key saltó como una protesta. Minho no quería que estuvieran las 24 horas del día pegados, pues saliendo de allí, él quería volver a ver a Taemin fuera como fuera y ya había hecho alarde de una determinación tan fuerte, que ni siquiera el kitsune podía llegar a controlarla, pero aquel no era el momento para escucharlo, no era el momento de preocuparse por un niño que nunca le había caído bien y que siempre le había dado más dolor de cabeza que otra cosa. Lo único importante eran él y Jinki; ya se preocuparía de satisfacer a Minho y sus estúpidas demandas, una vez hubiera salido del hospital y regresado a una calmada y digna rutina junto a su hombre amado.
Jinki le dijo que iba a ir a casa a coger una muda de ropa para poder pasar la noche allí con él, algo que hizo muchísima ilusión al kitsune, quien aún después de que Jinki saliera por la puerta y se perdiera por el pasillo, le dejó no solo una gran sensación de felicidad y mariposas en el estómago, sino una gran sonrisa en los labios. Tomó las flores que le había llevado entre las manos y se las acercó a la nariz para olerlas, sintiendo como si fueran las rosas más puras y hermosas del mundo, pues venían dadas del amor de su vida. Al volver a escuchar pasos, abrió los ojos y sonrió al ver entrar a Jonghyun, sin percatarse de lo abatido y derrotado que lucía, le dijo feliz:




- ¡Oh, Jonghyun, la vida ha decidido volver a sonreírme!
- ... Me alegro... -dijo de forma escueta mientras se sentaba junto a la camilla resoplando, menos mal que Jinki se había ido.
- Oye, Jonghyun...
- Dime...
- ¿Te importa irte? -le sonríe- Va a venir Jinki a quedarse conmigo y no hace falta que estés tu.
- ¿I-irme? -musitó mirándole.
- Sí, es que quiero que estemos solos nosotros -asiente sin perder la sonrisa.
- Pero...
- Vamos, Jjong, queremos hacer las paces como Dios manda y contigo aquí va a ser imposible, serías un estorbo ¿no crees?
- . . . - Jonghyun no podía creer lo que estaba escuchando y menos aún quería creer que su amigo pensara de aquel modo. Con los ojos lleno de lágrimas, se puso en pie y recogió su bolsa para marcharse de allí como un perro al que acababan de echar a la calle- S-suerte... -susurró abatido.
- Gracias, Jonghyun -dijo feliz Key mientras volvía a centrarse en las flores.



Quizás era o no consciente del daño que le acababa de hacer a su mejor amigo, pero en su cerebro, lo único importante era volver con Jinki, estar siempre juntos y felices y Jonghyun no cabía en aquella ecuación de ninguna de las maneras. Para Key, todo lo hecho por el peliblanco por ayudarle, por hacerle feliz y por cuidarle, eran como el papel mojado, inservible, absurdo y ridículo. ¡Al fin llegaba quien realmente podía hacerle sentir como merecía! ¡JINKI! 



"SIEMPRE Y SOLAMENTE TÚ..."



♒ ♦ CONTINUARÁ ♦ ♒







miércoles, 28 de diciembre de 2016

✩✥ LA SANGRE DE MEDUSA ✥✩ CAP2

Pareja: MinKey [Minho + Key]
Género: Fantasía / Aventura
EEL: TP


Resumen: Año 1423, la dinastía Joseon gobierna Corea. Han levantado los cinco grandes palacios y la familia real reside en el Gyeongbok y se ve amenazada por la maldición de un enemigo contra el que llevan luchando desde el año 1395 cuando se hicieron con el poder. Cuando el monarca caer gravemente enfermo,sólo su hijo menor, Minho, tiene el corazón lo suficientemente puro como para emprender un peligroso camino que le llevará en busca de un brebaje que se esconde en el corazón del bosque de Gotjawal en la isla de Jeju.





























Aún sin haber tenido tiempo de asimilar todo lo sucedido, el joven Minho, acabó por cortar todo contacto con sus hermanos mayores a pesar de que ellos insistían en acercarse a él, su mejor arma en aquellos momentos era simplemente guardar silencio y fingir que no existían y que no podía verles ni escucharles, mucho menos a Soo Ho, que era el culpable de que todo hubiera desencadenado en aquella catástrofe que a sus 19 años, bien podía ser lo más parecido al fin del mundo. Munjong y el resto pensaban que persiguiéndole por el palacio o increpándole con amenazas lograrían que les dirigiera la palabra, pero si había algo que Minho no soportaba, era la traición de modo que aún cuando se vio arrinconado por sus cuatro hermanos mayores y siendo empujado contra la pared, persistió en su actitud de que no existían.
Su padre le había dicho que la boda se celebraría antes de dos meses para evitar que se conociera de más el estado de la muchacha. De modo que uno de aquellos días, en los que aún podía pensar de sí mismo que era un hombre libre, volvió a salir a pasear con su caballo más allá de los campos de cultivo, era evidente que en casa se sentía terriblemente agobiado,más por su pronto casamiento que por el acoso y derribo que ejercían sus hermanos mayores. Por suerte su madre no lo perdía de vista y tan pronto como alguno de ellos iba a molestarlo, la reina salía de alguna esquina a llamar la atención de sus hijos mayores. Debería avergonzarles aquel comportamiento denigrante e infantil, absolutamente impropio  no solo de príncipes sino de hombres adultos, que se suponía que eran.

Una vez más, en la linde del bosque se sintió medianamente a salvo,sobretodo bajo la protectora luz de un sol que parecía brillar ajeno a la tristeza que le embargaba. No había nadie detrás de ninguna esquina ni le esperaban sermones de cómo debía de comportarse en cuanto fuera un hombre casado y de sus deberes para con él bebé que ni siquiera había engendrado... ¿Por qué él? Ni siquiera le gustaban las chicas... O al menos nunca había sentido nada por ninguna que no fuera quizás mera simpatía... ¿Cómo podía estar seguro de ello? Siendo aún pequeño, ni siquiera alcanzaba los 10 años de edad, sus hermanos mayores, en su mayoría adolescentes con las hormonas descontroladas, lo llevaron junto con ellos a espiar a las criadas en el baño de mujeres. Si bien por su corta edad o porque verdaderamente no sentía nada por el sexo opuesto, fue más bien traumático, pues la reina se encontraba en aquellos baños , desnuda como las demás. Aquello se repitió incluso en un par de ocasiones más pero él no quiso volver a participar y veía volver a sus hermanos asegurando estar muy calientes y con ganas de "follarse" a alguna mujer... No le era desconocido que al menos 3 de ellos habían forzado a criadas a practicar sexo con ellos pero... el silencio de las jóvenes era el candado que sellaba el secreto, pues si no hablaban es que no había pasado.
Se frotó la cara con las manos, resoplando mientras intentaba alejar esos pensamientos de su mente. Él no era ni mucho menos parecido o igual que aquellas sabandijas que desgraciadamente llevaban su misma sangre corriendo por sus venas y fue entonces cuando se preocupó de saber si lo que le sucedía era alguna clase de problema pero... ¿Con quién hablarlo? No podía pretender que su padre, el rey, viera con buenos ojos una declaración como la que él podía hacer...¿Cómo decirle? ¿Y a su madre? Ella era más comprensiva y al fin y al cabo sus otros cuatro hijos, eran verdaderos prodigios del sexo o así se definían ellos mismos... Asintió para sí y se puso en pie dispuesto a regresar a casa con premura, para tener tiempo de encontrar a su madre en una de sus horas de lectura, de ese modo nadie podría interrumpirlos y quizás, si era lo suficientemente discreto, sus hermanos no le verían entrar ni le perseguirían al verlo andar con cautela y secretismo hasta las habitaciones de la reina... Al menos tenía la certeza de que Munjong no estaría, pues siempre atendía los asuntos de palacio junto a su padre. Del resto no podía estar seguro, pero no le quedaba más remedio que aventurarse e intentarlo. Subió a lomos de su caballo y lo espoleó para ir al galope de regreso al palacio, tenía demasiadas preguntas que hacerle a su madre, alguien mayor y más sabio como ella podría responder a sus desvelos y a su horrible incomodidad ante la evidencia de que no le gustaban las mujeres o al menos, ninguna le había gustado hasta la fecha.
Conforme retornaba al palacio, fue deteniendo a su caballo al ver cómo el cielo se oscurecía sobre su cabeza. Las nubes se condensaban en un turbulento torbellino gris oscuro y temió que se acercara una tormenta pero... ¿Cómo era posible que en tan poco tiempo, en apenas unos minutos,se hubiera tornado el cielo tan oscuro en su inmensidad? Pues hasta donde alcanzaba la vista todo estaba envuelto en sombras. Su montura comenzó a inquietarse y él desmontó inmediatamente, no quería salir disparado por los aires si el corcel decidía encabritarse. Una vez con los pies en el suelo,comenzó a acariciar el lomo del animal y su cuello para ir logrando poco a poco que se fuera calmando o al menos que se relaja un poco mientras de las riendas, lo llevaba de regreso al palacio, sin dejar de observar el cielo. Los campesinos que cultivaban los campos,parecían tan desconcertados como él pero ninguno se movió para abandonar sus labores, él sin embargo, se apresuró a tirar de su caballo para poder volver a casa. Comenzaba a levantarse el viento y pronto se volvió tan fuerte y violento que pensó que debía acercarse una tormenta, lo cual le hizo volver a montar a lomos de su corcel y espolearlo para ir a galope tendido hasta el palacio, ya no era cuestión de preguntarle nada a su madre, visible era que estaba por comenzar una tormenta.

Cuando al fin llegó a palacio perdió completamente el control del caballo y éste comenzó a encabritarse haciéndolo caer al suelo. Fue tal la fuerza con la que salió despedido por los aires, que Minho acabó en el suelo doliéndose de un brazo, más que seguro de habérselo roto al estrellarse contra las baldosas de piedra del primer patio. Los guardias, acudieron a socorrerlo y otros a sujetar al animal que parecía amenazar con pisotear a todo el que se acercara a él, pero una vez lograron reducirlo,jalaron de sus riendas hasta las cuadras para encerrarlo allí ,mientras el príncipe lo conducían a toda prisa hacia el edificio principal. Minho se sujetaba el brazo dañado sin ser consciente a causa de la adrenalina de que se le había salido el hueso de sitio y que incluso le atravesaba la piel, haciendo una pintura de sangre en su ropa. El joven príncipe se detuvo en seco junto a los guardias al ver que justo sobre el edificio principal se desataba un horrible torbellino de nubes y abrió desmasuradamente podía sentir como el viento pujaba por llevárselo mientras él hacía fuerza por mantenerse anclado al suelo aunque los soldados lo sujetaban.


Era una imagen cuanto menos aterradora y al escuchar los truenos sintió que el corazón se le salía del pecho y quiso correr a socorrer a su familia o si debían morir, al menos morir con ellos, pues prefería aquel aciago destino junto a sus seres queridos pero... Por algún motivo fue incapaz de moverse. Aquel remolino de nubes negras que parecía succionar, se había formado de la nada sobre el palacio y comprobó que no se trataba de algo normal en el mismo momento en el que las nubes se abrieron y escupieron un rayo azul sobre el palacio. El sonido fue ensordecedor, el suelo comenzó a temblar como si se tratara de un terremoto y fue tal el brillo de aquel rayo que el joven tuvo que cerrar los ojos y cubrírselos con su brazo bueno mientras emitía un grito llamando a sus padres. El viento jaló de él para arrastrarlo al que parecía ser su final, pero de la nada, el viento cesó y cuando al fin logró abrir los ojos, se encontró a sí mismo jadeando en pleno patio principal, con los soldados confusos aún sujetándole. Las banderas de los estandartes estaban rotas y todo estaba lleno de escombros y hojas, macetas y ropa que seguramente habían tendido las criadas, algunas de las puertas estaban rotas pero... El palacio lucía en casi perfecto estado. No parecía arder a causa del rayo, ni inestable a causa del terremoto, tampoco se veía por ninguna parte que hubiera volado al deshacerse en pedazos por el torbellino de viento y nubes... 
Sacudió la cabeza y echó a correr hacia el interior, seguido por los guardias pero se detuvo de forma súbita al encontrarse cara a cara con la joven a la que su hermano Soo Ho había dejado embarazada, a cuyo padre habían pagado como si ella fuera vulgar mercancía para que cargara con aquel hijo en resignado silencio... ¿Ella? ¿Qué hacía ella allí...? Contrariamente a lo que esperaba, ella le sonrió.




Estaba muy confundido... La vio acercarse y cuando los guardias se dispusieron a impedir que se acercara a él, los lanzó por los aires con una especie de fuerza invisible que hizo que Minho entendiera aún menos. Cuando al fin estuvieron frente a frente, ella le susurró algo en un idioma que fue incapaz de entender pero aún así, sus palabras quedaron grabadas en su mente segundos antes de que perdiera el conocimiento y cayera al suelo presa quizás de un gran sobresalto o de un profundo agotamiento. Pero aún dentro de aquel estado en el que casi parecía flotar en medio de una angustiosa oscuridad, las palabras de aquella muchacha resonaban en un lejano eco, repitiéndose sin que él supiera su significado... 



" THETHVAV HÈRESHHÈSIN MEMYUD HÈLAMEDHÈGÍMELIODDALETH" 


Una y otra vez aquella frase se repitió hasta que poco a poco una voz dulce y conocida fue entrando en su subconsciente, llamándolo para hacerle salir de aquel estado en el que se encontraba... Podía reconocerla, era la voz dulce y calmada de su madre llamándolo y arrancándolo de aquel mundo de sombras y voces fantasmales. Al abrir los ojos encontró a su madre arrodillada junto a él ¿habría sido todo un sueño y en realidad no había sucedido nada? Ella parecía muy preocupada y cuando su hijo hizo el amago de levantarse fue cuando finalmente Minho fue consciente de que su brazo izquierdo no lo podía mover y lo encontró vendado y sujeto para evitar que se hiciera más daño y dejar que por sí mismo volviera a recomponerse:


- M-madre... ¿qué ha pasado? No... no recuerdo nada...
- Una bruja ... -fue cuanto dijo su progenitora haciendo que él la mirara con gesto grave.
- ¿Cómo que una bruja? -la mira sin poder creer lo que estaba diciendo.
- No sabría explicarlo de otro modo, hijo mío... Esa joven... a la que tu padre y tus hermanos despreciaron, esa muchacha se presentó de pronto en el comedor , furiosa, fuera de sí... Todo comenzó a volar, los objetos se levantaban solos de su sitio y ella estaba cada vez más enfadada, dijo que padeceríamos los tormentos a los que ella había sido sometida -la monarca bajó la cabeza como si lo siguiente que tuviera que contarle a su hijo le produjese una terrible vergüenza y continuó - Tus hermanos, los cuatro, confesaron haberla emborrachado y violado uno detrás de otro...
- . . .


Minho enmudeció ante tan horrorosa confesión. Su madre por poco rompió a llorar, pero como reina que era se contuvo y continuó relatándole que ella había decidido que lo pagarían todos provocando que el rey enfermara. Su padre estaba enfermo, ya lo habían visto todos los doctores, sanadores y curanderos y ninguno había sido capaz de determinar lo que le sucedía ni cómo podían curarlo o salvarlo, pues era evidente que se debilitaba y deterioraba a pasos agigantados hacia el abismo de la muerte.


- Hijo mío... solo tu pareces estar libre de culpa...
- ¿A... a qué te refieres, madre? Soy tan culpable como ellos por llevar su misma sangre corriendo por mis venas...
- Minho, eres el único que puede ayudarnos...
- ¿Por qué yo? ¿Qué tengo de especial? ¿Cómo podría ayudar? Es Munjong quien va a ser rey, debería preocuparos más a quién ponéis en el trono...
- No lo comprendes... Sólo tú puedes hacer algo.
- Sigo sin comprender nada, madre... ¿Qué podría hacer yo? No soy más que un niño.
- ... -la reina tomó aire y acariciando la mejilla de su hijo comenzó con un nuevo relato- Nunca conté esto a nadie más, mi joven hijo, pero es menester que lo sepas... Antes de tu nacimiento, un anciano leyó tu futuro en las estrellas, leyó el futuro del reino. Lo hizo con todos y cada uno de tus hermanos, pues lo había hecho con mi madre y conmigo antes y nunca se había equivocado... Antes de que nacieras, aquel anciano me dijo que en un futuro, el destino del reino y de la familia real estaría en tus manos y únicamente tu podías salvarnos...
- ¿Realmente confías en la palabra de un charlatán, madre?
- Silencio -ordenó con voz autoritaria la reina, pues aún no había acabado- Dijo que cuando éste día llegara, debía llevarte ante él y te diría justamente lo que debes hacer.
- Si ya sabía que iba a suceder algo malo ¿por qué no hizo él nada para evitarlo?
- No repliques más... Ponte en pie, tu padre y tus hermanos descansan y no tenemos tiempo que perder.



Sin haber tenido tiempo ni siquiera de recuperarse de los golpes, de la impresión y del cansancio a causa de la situación vivida, Minho se puso en pie y con ayuda de su progenitora se vistió debidamente con ropas nuevas y limpias y siguió a su madre hasta uno de los patios donde les esperaba un transporte que los llevaría de forma discreta a donde quiera que ella lo llevara. Mientras aquel trasto traqueteaba en los caminos de tierra de las afueras de la ciudad en los que su madre lo dirigía, el joven príncipe pareció consternado sin saber qué creer o qué pensar sobre todo lo que había pasado... Una bruja... ¿si aquella joven era una bruja porqué no se había defendido por sí misma de la agresión de sus hermanos? ¿Y por qué no los había atacado a ellos en lugar de a su padre? Cuando quiso darse cuenta, lo único que alumbraba en la oscuridad era el farolillo del pequeño carruaje. A los lados del sendero había árboles y el príncipe se puso nervioso pues no reconocía aquella frondosa senda y tampoco se había fijado por dónde iban, pues tan ensimismado se encontraba en sus pensamientos que ni siquiera fue consciente del tiempo. Lo único que sabía a ciencia cierta es que su madre conducía al caballo y que era noche entrada, al menos las 2 o 3 de la madrugada. Entonces llegaron a un claro, una especie de lugar extraño y tan irreal e inexplicable como aquel torbellino de nubes. Se trataba de un claro en medio de un bosque en el que se alzaban unas altas columnas de piedra formando un círculo, en ellas había dibujos tallados, inteligibles e inexplicables, formando un círculo exterior al compuesto por las columnas, habían piedras blancas del tamaño de una mano, todas ellas perfectamente redondas y blancas formando un círculo exterior y otro idéntico en el interior de las columnas en cuyo centro brillaba con intensidad un fuego que dejaba ver la espalda de una desgarbada figura envuelta por una túnica de color negruzco, rota y desgastada... ¿Quién era aquel hombre y por qué su madre estaba allí con él en lugar de haberse preocupado por evitar que sus hijos mayores perdieran el rumbo como lo habían perdido? Permaneció en el carruaje y sumido en el silencio mientras su madre bajaba del mismo y llamaba "Maestro" a aquel anciano que pronto se giró para acercarse hasta ellos, pero aún amparado en la oscuridad, lejos de la fogata central y del farolillo del carro, Minho solo pudo adivinar una larga barba blanca. Contuvo la respiración cuando sintió unos ojos vacíos posarse sobre sí y trató de no mirar a aquel anciano al que su madre se dirigía en susurros... Apenas unos segundos después, ella lo llamó y le ordenó que se acercará hasta ellos. No quería hacerlo, estaba paralizado de terror y si se acercaba no estaba seguro de si su corazón lo resistiría. Se movió finalmente y se acercó con paso titubeante hasta ellos pero aún se resistió a alzar la mirada. Mantuvo la vista fija en el suelo mientras los escuchaba hablar:


- Éste es mi hijo,Minho,Maestro, el menor de todos, por favor dígale lo que debe hacer.
- Minho... -dijo una voz difusa y baja que sonaba como un susurro más propio de un mal sueño- Sí, recuerdo bien lo que las estrellas dijeron de ti...
- Por favor, dígale lo que debe hacer -repitió su madre en una súplica.
- Antes de poner en su conocimiento su misión, primero debo saber si es o no un joven de corazón puro, pues si tiene una sola mancha, padecerá ante el peligro... Es un viaje muy largo el que debe emprender y no cualquiera puede hacerlo... Vuestro palacio está enfermo y moribundo y sólo un alma noble y sincera, piadosa y virtuosa puede emprender el arduo camino en busca de la cura que sanará la putrefacción.
- Maestro ... -susurró la reina- Yo respondo por mi hijo, sé que tiene el corazón y el alma limpia.
- Quizás lo tenga o quizás no... Detecto en él que tiene mil preguntas e incertidumbres con respecto a sí mismo... -gira la cabeza para mirar fijamente al chico a pesar de que éste no levanta la vista del suelo- La muerte puede estar esperándote al final de éste sendero si eres un alma impura y te arrastrará al infierno.
- ¿L-la muerte? -tembló el más joven alzando la cabeza para ver a la cara a aquel hombre, cosa que le hizo quedar completamente petrificado. 


La visión cercana de un ser decrépito y deforme heló su sangre mientras observaba una boca extraña bordeada de grandes colmillos y unas cuencas vacías de ojos o quizás tan hundidas que lo único que en ellas se apreciaba era el temor de caer en las sombras y ser incapaz de salir. Sentía un profundo miedo hacia aquel hombre, aquel ser o aquel ente que parecía estar usando sus ojos negros para atrabesarle como una flecha la mente... No podía moverse, no podía correr en ninguna dirección, ni tampoco podía hacer otra cosa que no fuera observar a aquel extraño y aterrador anciano con los ojos abiertos y la sensación de que le estaba arrebatando la energía vital, le estaba robando el halo de vida.


- Debes probarme que tu corazón es puro... Y sólo hay un modo de hacerlo...Entrar en tu alma...



✩✥ CONTINUARÁ... ✥✩